Vigésimo Capítulo.
20.
Haneul sonrió cuando Jimin le ofreció una de las galletas del paquete que había encontrado en una de las tantas casas vecinas. Ella estaba ahora acostumbrándose a que el joven la consintiera con pequeñas cosas, como Jimin estaba acostumbrado a hacerlo con Taehyung. Habían pasado alrededor de dos semanas y todavía no llegaban a la frontera. La razón era que últimamente se encontraban más obstáculos por el camino; el encontrar combustible era mucho más difícil y al parecer quedarse en una ciudad durante varios días era la mejor opción o alternativa que veía el teniente Jeon Jungkook. Jimin sabía muy bien que no sólo lo hacía por aquella razón, comprendía que aquel hombre seguía manteniendo la esperanza que en cualquier lugar tuviese un indicio de que su mejor amigo estuviese vivo.
Llevaban varios días estancados en un pequeño pueblo ubicado cerca a la interestatal, a Jimin le gustaba porque era un lugar mucho más tranquilo que una gran ciudad. Lee y Jeon se habían encargado de eliminar a los caminantes que merodeaban en el vecindario, el cual quedaba cerca de una pequeña tienda que les servía para comer realmente bien, aunque debían racionar todo lo que llegasen a encontrar.
Esa tarde, Jimin se encontraba con Haneul en la casa que encontraron desde hacía varios días. El lugar era bastante amplio, seguro y tenía una ducha de presión que le encantaba al joven de cabello blondo porque aunque siempre le sonreía a Haneul para que no se preocupase, en la ducha siempre aprovechaba para llorar por su hermano y su madre. No sabría cuándo el dolor se iría, todos los recuerdos cada vez le golpeaban cuando menos esperaba y se sentía cada vez más solo. Pensaba que las cosas entre el teniente Jeon y él cambiarían, sin embargo, no fue así. De hecho, parecía como si ahora ignorarlo fuera la mejor decisión tomada por el militar. Y bien, Jimin prefería que eso hiciera, en vez de insultarlo.
Jimin terminó de comer sus galletas y cuando menos esperó, escuchó a Haneul correr hacia el baño rápidamente. El joven de inmediato fue detrás de ella, viendo cómo se inclinaba sobre el escusado del baño en la planta baja para devolver lo que había acabado de digerir. No era la primera vez que la adolescente devolvía lo que comía y eso realmente comenzó a preocupar a Jimin. Él se inclinó y tomó el cabello de la adolescente para que no se le ensuciara, y también para ayudarla.
—Tengo que ir a la farmacia —murmuró Jimin ayudando a incorporar a la joven del suelo y abriendo la llave del lavamanos para que ella pudiese limpiarse los restos de suciedad—. Ven, te llevaré a la recámara para que descanses.
Cuando la llevó a la segunda planta y la arropó con varias cobijas, le sonrió comprensivamente sentándose a su lado, observando cómo la adolescente cerraba sus ojos. Jimin tenía el presentimiento de que aquel mareo sorpresivo fuese sinónimo de algo más, trataba de ser subjetivo, sin embargo, debía asegurarse de descartar cierta opción.
—Haneul, quiero que seas sincera conmigo —murmuró Jimin, viendo que la joven aún seguía despierta—. ¿Acaso Lim.... abusó de ti? —le preguntó y la adolescente abrió sus ojos vehemente. Esta se negó de inmediato y Jimin dejó salir un largo suspiro de alivio que había mantenido retenido por un largo tiempo—. Bien, ahora también lo que te voy a preguntar es demasiado privado, pero, debo saberlo para poder entender por qué tu mareo es tan constante, ¿has tenido relaciones sexuales en los últimos meses? —le volvió a preguntar. La joven parpadeó varias veces, y mordió su labio inferior.
«Mierda». Jimin trató de mantener la compostura, si llegase a ser lo que él creía. Un bebé en un mundo como aquel, solo significaba el gran peligro que debía soportar aquella criatura en un futuro.
—El señor Ji Chang y yo estuvimos varias veces juntos —confesó la joven, minutos después de silencio. Jimin dejó de observar la ventana que mantenía las cortinas cerradas para que nada ni nadie se llegase a enterar que había personas allí dentro—. ¿Por qué, Jimin? —le preguntó bastante nerviosa.
—Debo ir a la farmacia que queda cerca, debo traer unas cosas. Te traeré un arma, pero yo sé que vas a estar segura, ¿de acuerdo? —le respondió, levantándose de la cama. La joven simplemente asintió, volviendo a cerrar los ojos y Jimin antes de salir de la habitación, le informó: —No demoraré en volver.
Jimin fue a la habitación que compartía con Lee para sacar dos armas y un cuchillo, dispuesto a no demorarse nada más de lo necesario. Pasó por la habitación en donde dormía Haneul, dejándole un arma sobre la mesa de noche antes de salir de la casa.
El viento cada vez estaba aún más frío, y Jimin agradeció haberse puesto una chaqueta abrigada que encontró en uno de los armarios de aquella residencia. Teniendo el cuchillo en su mano, comenzó a caminar de forma rápida en dirección a la farmacia. Su corazón palpitaba con rapidez, generalmente siempre salía con Lee o con Haneul, sin embargo, aquella vez tuvo que ser valiente e ir por unas pruebas de embarazo. Estaba viendo al frente cuando escuchó cierto sonido que reconocía como un caminante; pasos errados arrastrándose sobre el pavimento y balbuceos. Jimin detuvo su paso y volteó su rostro al costado derecho viendo cómo un niño infectado se acercaba en su dirección.
Era la primera vez que Jimin veía a un niño convertido en uno de ellos. Comenzó a caminar rápidamente, tratando de evadir tener que enfrentar al pequeño caminante que aumentó el ritmo de sus pasos para dar inicio a una persecución. El joven simplemente comenzó a correr, esperando perder de vista en algún momento al niño que tenía una pierna quebrantada, lo que significaba que no podría alcanzarlo en algún momento, sin embargo, si eso llegase a pasar, Jimin sabía muy bien que no sería capaz de asesinarlo porque todavía él lo consideraba solo un niño enfermo.
Hasta que divisó la farmacia a unos cuantos metros dejó de correr, no sin antes girar para cerciorarse que hubiese perdido al niño. Aunque hubiese pasado alrededor de tres meses desde que la pandemia mortal llegó, para Jimin todavía le era difícil asimilar lo que ocurría a su alrededor. Trató de ser fuerte, sin embargo, sollozó allí mismo en medio de la calle. No podía siquiera imaginar lo que aquel niño tuvo que sufrir al recibir todas las mordidas que tenía sobre su cuerpo. Inhalando profundamente trató de recomponerse, y caminó hacia la puerta de la farmacia, la cual ya estaba abierta y asaltada como los demás lugares.
Sacó su arma, dispuesto a golpear la ventanilla del lugar para asegurarse que no hubiese ningún caminante merodeando dentro de la estancia. Jimin pasó saliva al momento en que una mujer vestida de bata blanca, con heridas demasiado profundas en su rostro y sin un brazo, apareció. Elevó el arma y quitó el seguro, disparando a un estante cerca a la cabeza de la mujer.
—Vamos, Jimin —murmuró en voz alta para sí mismo. Debía hacerlo, debía derribar a la mujer infectada o quién iba a terminar muerto sería él. Volvió a disparar, acertando sobre uno de los hombros del cuerpo y finalmente al tercer disparo pudo derribarla al darle en la cabeza. Realmente agradecía que aquella arma tuviese silenciador o de lo contrario hubiese acaparado la atención de todos los caminantes del perímetro.
Con pasos dubitativos se adentró al lugar, aun manteniendo el arma entre sus manos transitó a través de los pasillos en búsqueda del producto que realmente necesitaba y al encontrarlo, tomó varias cajas de diferentes marcas para cerciorarse, también unas cuantas vitaminas y sueros, y varios chocolates de una estantería para luego guardar todo en su mochila. También, encontró varias botellas de aguas y paquetes de galletas, los cuales no dudó en tomar.
Finalmente, salió de la farmacia y se dispuso a regresar al hogar de paso, implorando no volverse a encontrar con aquel niño, así que, agilizando sus pasos de forma rápida alcanzó a llegar sin ningún contra tiempo. Al abrir la puerta se dio cuenta que Lee y el teniente Jeon ya se encontraban en la vivienda, y quien se acercó rápidamente hacia él fue el militar.
—¿Se puede saber dónde mierda estaba? —le preguntó, manteniendo un semblante serio y los brazos cruzados. Jimin se encogió de hombros y llevó un mechón de cabello largo detrás de sus orejas, restándole importancia—. Se supone que nosotros salíamos, y usted tenía que quedarse acá.
—Tuve que salir por unas cosas —respondió Jimin, frunciendo su entrecejo y enojándose gradualmente por el comportamiento del militar. Ni siquiera le había dirigido la palabra en días como para que ahora llegase a reprocharle no seguir el plan que este había impuesto; alguien debía quedarse siempre en aquella casa para cuidar sus pertenencias—. Además, Haneul estaba acá y no me demoré más de un cuarto de hora —el militar bufó y siguió observándolo de la forma más intimidante, aquella mirada que le hacía pasar saliva con nerviosismo a Jimin.
—Ella está en el baño ahora vomitando, ¿cómo podría siquiera defenderse? —le acusó y Jimin apretó su mandíbula, al igual que sus manos en puños a cada uno de sus costados. Debía calmarse y no iniciar una pelea frente a Lee que estaba atento a cada uno de sus movimientos al mismo tiempo que estaba recargado en la puerta del baño de la primera planta, donde al parecer estaba Haneul—. Usted tiene solo un maldito trabajo, Park.
—Estaba en la farmacia consiguiendo lo suficiente para cuidar de Haneul. Sé que debo cuidar este lugar pero debía ir por unas vitaminas y sueros —respondió, apaciguando un poco su enojo, decidiendo tomar la mochila que colgaba en su espalda para abrirla y sacar las vitaminas, mostrándoselas al teniente—. Soy médico, también ese es mi trabajo.
Jungkook se quedó detallándolo todavía bastante serio y por supuesto que Jimin mantendría la mirada, no se dejaría doblegar por ese hombre nunca más. Y finalmente Lee decidió terminar aquella batalla mental de "quién mata a quién primero". Él se acercó lo suficiente para llamar la atención de Jimin y este aún no dejaba de mantener la mirada del militar.
—Jimin, Haneul dijo que solo usted podía entrar a acompañarla. Por favor, ha estado vomitando desde que llegamos y tengo miedo de que se enferme aún más —musitó el hombre, entrometiéndose entre Jimin y Jungkook. Por su parte el joven asintió, decidiendo caminar hacia la puerta y golpear levemente esta.
—Haneul, soy Jimin. Déjame entrar —dijo Jimin contra la puerta, escuchando segundos después como el seguro era quitado y la puerta se abrió, dejándolo pasar. De inmediato el joven cerró la puerta a sus espaldas, mientras observaba la tez pálida de la adolescente que lucía cada vez más enferma—. He traído varias pruebas de embarazo —la joven asintió levemente, y Jimin sacó las cajas desde el fondo de la mochila, las cuales no le mostró al militar. Lo mejor era mantener aquella información en secreto hasta que pudiesen confirmar qué estaba sucediendo—. Allí están las instrucciones, hazlas todas al mismo tiempo para poder verificar los resultados. Te esperaré afuera, ¿de acuerdo? —le preguntó al ver cómo las manos de la chica temblaban al recibir las cuatro cajas de pruebas. Ella asintió y Jimin antes de darle su espacio, sacó también una botella de agua para entregársela. Después salió del baño, cerrando la puerta rápidamente.
—Jimin... ¿será muy grave lo que tiene Haneul? —le preguntó Lee esperándolo afuera con cara de suma preocupación y él negó con la cabeza.
—Esperaremos su evolución, no se preocupe —respondió Jimin—. Dígame, Lee, ¿encontraron municiones? —le preguntó para cambiar de tema y no demostrar en su mirada lo nervioso que se encontraba al esperar la respuesta de los resultados.
—Sí, hemos encontrado varias en la estación de policía —respondió Lee, al parecer luciendo más tranquilo después de escuchar las palabras de Jimin y sentándose en uno de los sillones de la sala de estar. El joven decidió sentarse en un sillón también, descansando un poco, ignorando la presencia del militar que ya se había acostado en uno de los sillones y pareciese listo para tomar una siesta—. Aunque tuvimos varios contratiempos. Hemos visto varios vehículos aparcados cerca del vecindario, creemos que debemos partir cuando antes. No sabemos de qué son capaces esos grupos y realmente no estamos dispuestos a averiguarlo —Jimin asintió—. Debemos irnos mañana, tenemos el combustible suficiente para llegar a la frontera.
—Bien, entonces comenzaré a empacar las provisiones —respondió Jimin y Lee estuvo de acuerdo. Pasaron varios minutos cuando el joven se dispuso a levantarse e ir directamente a la cocina, sin embargo, al darse cuenta de que Haneul salió del baño y le llamó en un susurro fue directamente allí.
La joven apenas podía entregarle las pruebas sin dejarlas caer de sus manos temblorosas, y Jimin, aunque tratara de comportarse como el adulto que era, también la acompañaba en nerviosismo. Finalmente, vio la hora en el reloj que descansaba sobre su muñeca, corroborando que ya era tiempo de revisar los resultados.
Jimin trató de guardar la compostura al darse cuenta de que todas las pruebas eran positivas. Pasó saliva de forma nerviosa y buscó la mirada de la joven que temblaba de pavor. Simplemente asintió y Haneul comenzó a sollozar. Jimin se deshizo de las pruebas de embarazo y la abrazó con fuerza. Tenía que apoyarla obviamente, no la dejaría sola y más cuando el padre de aquella criatura ya estaba muerto y la hermana de ella también.
—Jimin... no puedes contarle a nadie —murmuró ella contra su pecho mientras el joven acariciaba su cabello para tratar de calmar sus sollozos.
—Haneul, en algún momento ellos se darán cuenta —respondió Jimin abrazándola aún más fuerte, dejando que ella limpiara sus lágrimas con su suéter—. Es tu decisión y no puedo obligarte a que les informes de tu estado, pero en unos meses lo notarán.
—Es que... no sé cómo reaccionarían, sabes el temperamento fuerte que tiene el teniente Jeon y Lee... diablos, él estaría furioso —respondió ella.
—Mírame, Haneul —le dijo Jimin alejándola lo suficiente para verla a los ojos—. El sexo es algo normal, simplemente no cuidarse son las consecuencias —la joven bajó la mirada, evitando que Jimin viese sus mejillas sonrojadas—. Pero, aquí nadie puede enojarse contigo porque no son tus padres, si alguno de ellos te dice algo hiriente yo me encargaré, ¿de acuerdo? —ella asintió—. Bien, ahora mírame —Haneul siguió sus indicaciones, mostrando sus ojos hinchados por las lágrimas—. Este mundo no está diseñado para un niño... creo que eso lo entiendes claramente. Hay otra opción que puedes tomar, pero solo si tú lo quieres así. Hay pastillas abortivas, puedo ir por ellas antes de que anochezca.
La joven se quedó callada considerando las palabras de Jimin. Y dejando salir nuevas lágrimas, se negó rotundamente: —no podría hacerlo, Jimin. Yo... no puedo hacerlo —respondió y él asintió de forma comprensiva—. Yo le contaré a Lee pero el teniente Jeon puede enterarse con el paso del tiempo.
Jimin lo comprendía, el teniente Jeon tenía el temperamento más fuerte que haya conocido y si se llegase a enterar que Haneul estaba embarazada, ya sabía que consideraría a la criatura en el vientre de la adolescente como una carga más. Le sonrió levemente para tratar de calmarla y limpió con sus pulgares las lágrimas que seguían cayendo sobre sus mejillas.
—Yo no diré nada —respondió Jimin—. Bien, ahora que ya sabemos que estás en estado de embarazo, te he traído varías vitaminas prenatales que he encontrado en los estantes de la farmacia. Debes ser muy juiciosa para que el bebé no tenga complicaciones, ¿de acuerdo? —ella asintió y lo abrazó de nuevo.
—Muchas gracias, Jimin —respondió Haneul—. Realmente no sabría qué hacer si te hubieras ido del grupo. Eres como mi mejor amigo —Jimin sonrió, devolviendo el abrazo de forma efusiva—. No te vayas nunca, Jimin. Prefiero que se vaya ese militar pero no tú, ¿lo prometes? —le preguntó.
—Lo prometo, además, tengo que cuidarte y a ese precioso bebé que va a estar con nosotros en unos meses —respondió con una sonrisa, y finalmente después de varios días de tristeza sintió felicidad.
**
Se nos vino el bebé al grupo🥺💕.
Ya que al parecer van a llegar finalmente a la frontera; ¿ustedes creen que estarán a salvo? ¿Jimin podrá lidiar con la tristeza de la perdida de Taehyung? ¿Cómo creen que llegará a reaccionar jk por el bebé a bordo? Todo esto y más en los próximos capítulos.
No olviden dejar sus bellos votos y comentarios, me dan ánimo para seguir el maratón. También les agradezco por sus bellos mensajes, son un amor. 💕💕
Besos.
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