Trigesimotercer Capítulo.
33.
Si Jimin antes no toleraba a Jungkook ahora menos lo hacía después de aquella noche en la que le propuso algo que ni siquiera podía comprender. Desde ese día, Jimin ignoraba la presencia del militar e incluso evitaba a toda costa estar solos en el mismo lugar, podría decirse que ahora sentía desagrado cuando solo sentía su presencia. Y a Jungkook parecía no importarle. Porque como si quisiera molestar a Jimin, se encontraba al militar en los lugares menos remotos en los que antes nunca se encontraban; cómo lo era el gallinero o en los establos, y claramente el menor se escabullía del lugar.
Por las noches, Jimin imploraba no encontrarse con la presencia de Jungkook entre las sábanas. Así que, optó por poner una silla contra la puerta de la recámara que le llegase a avisar si alguien entraba mientras él descansaba porque las puertas no tenían seguro. Estaba siendo paranoico, lo sabía. No obstante, se sentía expuesto de cierta forma desde que el militar le dijo aquellas palabras.
Y lo que más le fastidiaba, era saber que el militar tenía razón cuando le dijo que también lo necesitaba. Jimin últimamente pensaría que se quedaría sin mano de todas las veces que se masturbaba en la ducha. Esa noche pensó en cosas desagradables para no tener de nuevo aquellos sueños y despertar otra vez con una erección mañanera.
No fue precisamente lo que sucedió días después cuando Jade comenzó a lloriquear en la madrugada. Jimin se despertó, tratando de consolarla rápidamente y al ver que la niña se calmó, volvió a dejarla entre la cuna, sin embargo, sabía que debía bajar a prepararle el biberón. El joven dejó salir un suspiro y salió de la recámara para ir directamente a la cocina. Encendió las luces, antes de comenzar a buscar lo necesario para preparar el alimento de su bebé.
Se recargó contra el mesón y cerró los ojos, descansando un poco, sin embargo, la presencia de alguien más le hizo recomponerse sobre el lugar. Jimin se cruzó de brazos y frunció su entrecejo al percatarse que se trataba de la persona que más trataba de evitar. El militar al verlo rodó los ojos, y caminó decisivamente a la nevera para sacar algo de beber.
Jimin por su parte, se dio la vuelta para apagar la estufa y comenzó a preparar el biberón de la bebé. Hasta que sintió el cuerpo ajeno a sus espaldas, de inmediato se giró para afrontar al militar, quien simplemente se encontraba buscando un vaso para servir su bebida. El joven bajó su mano, dándose cuenta de que casi golpea al teniente solo por creer que iba a sobrepasarse de nuevo. Jungkook le observó de soslayo y bufó.
—¿Acaso tampoco puedo venir a la cocina a servirme algo de beber? —le preguntó Jungkook irónico, frunciendo el entrecejo. Cogió el vaso y se sirvió la leche, evitando pedirle a Jimin que la calentara. Jimin simplemente le ignoró, dispuesto a salir de la cocina, no obstante, el militar lo detuvo, parándose al frente de él—. Mire, Park. Olvide lo que le dije aquel día. Me he sobrepasado, lo admito.
Jimin asintió, tratando de evitar cualquier contacto visual o físico, realmente quería irse de la cocina de inmediato. Cuando el teniente se movió a un lado, el joven de inmediato se escabulló y antes de salir por la puerta de la cocina, escuchó: —Pero luego no venga usted a rogarme que lo ayude, Park. Porque tampoco estaré dispuesto a ello.
(...)
Jimin se encontraba exhausto por aquel día, últimamente se sentía decaído, más no quería demostrarlo, aunque físicamente se demostrara débil, realmente no le gustaba mostrar que se encontraba enfermo. Solo los demás integrantes del grupo se dieron cuenta que se encontraba en mal estado cuando Jungkook después de gritarle a Jimin durante minutos y golpear en la puerta del baño para que saliera, y él pudiese tomar una ducha, fue cuando sin importarle que el joven le golpeara por adentrarse al pequeño cuarto e irrumpiera su privacidad, abrió la puerta y le encontró desplomado sobre el suelo del baño a medio desvestirse.
—Rayos, Park... —masculló el militar, tratando de hacer reaccionar al pobre joven que lucía más pálido de lo común. Jungkook con poca experiencia comenzó a palmear las mejillas de Jimin para despertarlo y al ver que no reaccionaba, lo cargó en brazos y le depositó sobre el sofá de la sala—. ¡Lee! —exclamó algo desorientado, e incluso admitía que se encontraba levemente preocupado por Jimin.
Salió de la vivienda en búsqueda del mayor del grupo y comenzó a correr hasta llegar a los cultivos, en donde se encontraba Lee recogiendo los frutos. El hombre al verlo corriendo en su dirección, se alertó y se acercó, esperando lo peor.
—¡Creo que Park murió! —le informó exasperado y Lee de inmediato comenzó a correr hacia la casa, mientras tomaba el cuchillo que guardaba en el bolsillo trasero de sus pantalones, dispuesto a afrontar lo que fuese. No obstante, al llegar a la casa y ver a Jimin sentado sobre el sofá a punto de vomitar, pudo volver a respirar con normalidad.
—Jimin... —murmuró Lee, ayudando a incorporar a Jimin, quien había comenzado a vomitar sobre el suelo. El hombre juró estar a punto de tener un paro cardíaco al pensar que el joven Park había muerto. De inmediato elevó su mirada hacia el militar, quien observaba todo con los ojos abiertos y la respiración agitada—. ¿Qué ocurrió? —le preguntó.
—Iba a tomar un baño pero Park no salía, decidí entrar y estaba desmayado... —respondió, observando a Jimin quien seguía teniendo espasmos y vomitando seguido sobre el suelo—. Juro que yo no le hice nada, Lee —se defendió al ver la expresión dubitativa del mayor. Este simplemente asintió, comprendiendo que quizás Jimin solo se descompensó por las altas temperaturas y los fuertes rayos del sol del verano en su temporada de auge.
—Está bien... supongo que solo necesita descansar —respondió Lee, masajeando levemente la espalda de Jimin, dándole soporte mientras el joven trataba de recomponerse—. En estos días debíamos salir a buscar ciertos suministros, podríamos hacerlo hoy y traerle algo, Jimin. Podría traerle algo para la deshidratación, ¿le parece?
—No deberían salir, estoy bien —respondió Jimin, moviendo la mano para restarle importancia a su malestar—. Deberíamos evitar entrar a la ciudad, realmente no es necesario.
—Tenemos que ir por los materiales necesarios para poder hacer el suministro de agua desde el pozo, el agua ya está escaseando —intervino Jungkook, frunciendo su entrecejo y ahora cruzando sus brazos, tratando de eliminar cualquier rastro de expresión que demostrara que había estado preocupado por Jimin—. Deberíamos ir ahora, Lee. Antes que anochezca —el mayor asintió, y se levantó. Dispuesto a limpiar el desastre que había sobre el suelo y de paso, fue por un vaso de agua para Jimin. Le ayudó a recostarse sobre el sofá y se encargó de traer la cuna de Jade para que el joven no se preocupara por la bebé.
Finalmente, decidieron salir en búsqueda de lo que necesitaban. Aseguraron la propiedad, mientras Jimin dormitaba sobre el sofá. Quizás pasaron alrededor de unas cuantas horas cuando el joven finalmente decidió levantarse en el momento en que Jade se había despertado y comenzó a sollozar. La tomó en brazos, antes de dirigirse a la cocina para prepararle a Jade su biberón del día, aunque ella ya de forma gradual podía comer sólidos.
Ambos se volvieron a recostar sobre el sofá. Jimin se estaba quedando dormido cuando comenzó a escuchar varios sonidos extraños por parte del ganado. El joven dejó a Jade sobre el mueble y después se asomó por la ventana, viendo desde la lejanía que el ganado comenzaba a esparcirse dentro del perímetro cercado. Frunció su entrecejo extrañado, puesto que nunca había ocurrido algo cómo aquello.
Tomó a Jade en brazos antes de dejarla de nuevo entre la cuna. La observó detenidamente, esperando que estuviera lo suficientemente cómoda para poder salir junto con su catana a revisar el perímetro. El sol ya se estaba escondiendo detrás de las montañas, aun así, el calor de verano seguía siendo elevado, y el nivel de luminosidad era lo suficiente para que Jimin pudiese revisar qué estaba sucediendo.
Abrió la pequeña puerta de madera del área cercada, y trató de tranquilizar el ganado, no obstante, varias vacas seguían emitiendo varios sonidos y revoloteaban dentro del área. Jimin frunció su entrecejo, caminando entre el ganado para ir a la parte trasera de la cerca, deteniéndose abruptamente al visualizar lo qué sucedía.
Había un caminante comiéndose las vísceras de una de las vacas, la cual ya no se removía sobre el pastizal. Jimin se quedó estupefacto cuando el muerto dejó de prestar atención a su banquete para enfocarse en el joven, quien temblaba aún sin poder creer que un caminante había podido escabullirse entre las rejas que mantenían protegida la propiedad. De inmediato desenfundó la catana, y empuñó esta decisivamente para acercarse al caminante que no tuvo tiempo de levantarse cuando ya su cráneo había sido atravesado con fuerza. El joven dejó salir un profundo suspiro, antes de atravesar también la cabeza de la vaca, para evitar alguna sorpresa.
Después caminó hasta llegar a la reja de la propiedad, visualizando cualquier anomalía. Comenzó a inspeccionar, dándose cuenta de que había rastros de piel y viseras en cierta parte, no obstante, a unos cuantos metros se percató que había un pedazo de ropa, muy diferente a la que vestía el caminante que había derribado. Jimin abrió sus ojos conmocionado, dando pasos hacia atrás, y sin perder más tiempo comenzó a correr a través de toda la propiedad para llegar rápidamente a la vivienda.
Su corazón latía fuertemente, su cabeza seguía doliendo por el fuerte golpe que tuvo cuando se desmayó en el baño y sus manos comenzaron a sudar por el nerviosismo. Al parecer no era solo un caminante el que se encontraba dentro de la propiedad, y Jimin había dejado la puerta medio abierta de la vivienda antes de salir porque no tenía llaves.
Al llegar a la puerta de la casa, esta se encontraba abierta en su totalidad, y sobre el suelo había manchas de fluidos que los caminantes expulsaban de sus bocas. Jimin pasó saliva, tomando la catana en sus manos antes de adentrarse e ir directamente en búsqueda de Jade. Y al verla allí, durmiendo pacíficamente como si el peligro no estuviera cerca de ella, fue cuando el joven dejó salir un suspiro de alivio.
Revisó rápidamente la sala; detrás de los muebles y la puerta, para percatarse que el lugar estuviera despejado. Guardó la catana en la funda, para poder inclinarse y tomar a Jade en brazos. No sabía exactamente a dónde ir y resguardar a la bebé para poder encontrar al caminante que había logrado escabullirse. Así que, tanteando entre los cajones de la sala, trató de hallar alguna de las cuantas armas que Jungkook solía esconder en casos de emergencia. Y lo maldijo al darse cuenta de que había dejado una en un estante lo bastante alto cómo para que Jimin pudiese encontrarla con facilidad.
La bebé se removió y Jimin trató de arrullarla antes de que comenzara a quejarse, para evitar que acaparara la atención del peligro inminente que yacía dentro de la vivienda. El joven se encargó de quitar el seguro del arma antes de decidir subir las escaleras para resguardarse en alguna de las habitaciones, caminó lento tratando de no hacer ningún ruido cuando su peso recaía sobre la madera del suelo.
Lo único que podía escuchar era el leve crujido de la madera bajo sus pies y el sonido de su corazón latiendo a todo pulso. Estaba demasiado asustado, no sabía qué podría ocurrir y en ese momento se encontraba completamente solo. Apoyando a la bebé sobre su hombro izquierdo y apuntando con el arma de fuego a todos lados con su mano derecha, fue desplazándose a la primera habitación que quedaba cerca de las escaleras; la que pertenecía a Namjoon y que ahora allí descansaba el militar.
La puerta estaba levemente abierta, aunque no había rastros de que un caminante había entrado, fue lo suficiente para darle cierta confianza a Jimin de que debía entrar allí y resguardarse mientras esperaba a que Lee y Jungkook llegaran. De repente, Jade se removió con fuerza y comenzó a sollozar sonoramente.
Y como si fuese una advertencia, al terminar de abrir la puerta, allí se encontraba el caminante a un lado de la cama del militar, el cual al percatarse de la presencia de Jimin y la bebé se lanzó hacia ellos. Jimin alcanzó a dispararle sobre uno de los brazos, maldiciendo su falta de puntería, pero fue lo suficiente para hacerlo retroceder, volvió a apretar el gatillo y le disparó en la clavícula. Al tercer disparo cuando creía que finalmente podría darle en la cabeza; las municiones se habían agotado.
—Mierda —musitó cuando el caminante recobró el equilibrio y no le dio tiempo suficiente de desenfundar la catana. Jimin aferró con fuerza a Jade entre sus brazos para comenzar a correr hacia la habitación en dónde ellos descansaban, y cerró la puerta de inmediato.
Tembló cuando la puerta comenzó a ser golpeada con fiereza. Y Jade seguía sollozando desesperada también. Jimin trató de calmarla con suaves arrullos, esperando que en algún momento el caminante dejara de internarlo e implorando a quien fuese de que este no pudiera derribar la puerta. Observó a sus costados, tratando de idear un plan en pocos segundos, finalmente decidiendo esconder a la bebé debajo de la cama.
—Necesito que te quedes aquí, cariño. No vayas a salir —le dijo con leves lágrimas sobresaliendo entre sus ojos. Sentía tanto temor, ansiedad y adrenalina, que las ganas de vomitar de nuevo eran arduas. Se reincorporó del suelo y sacó la catana, cuando escuchó la madera quebrantarse entre golpe y golpe.
Su respiración comenzó a acelerarse al percatarse que no solo eran un par de brazos los que rompían la madera y tampoco solo los balbuceos de un caminante. No solo era uno, eran varios. Jimin mordió su labio con fuerza, sintiendo como sus dientes cortaban su piel y sentía el sabor metálico de su propia sangre. Finalmente, la puerta fue derribada y a través de esta entraron tres caminantes.
Jimin ejerció varios movimientos certeros para decapitar al primero que le atacó. El segundo fue directamente a morderle su brazo y el joven pudo escabullirse antes de atravesarle el cráneo. Hasta que el tercer caminante le acorraló contra la ventana y en el forcejeo empujó con fuerza a Jimin; rompiendo el ventanal, logrando que la espalda del joven quedara expuesta a la intemperie.
Jimin jadeó tratando de alejarlo de su cuerpo, sin poder encontrar la forma de acabar con el caminante, de la propia angustia cortó sus manos mientras presionaba la espada contra la clavícula del caminante que trataba de morderle el rostro y perdiendo el equilibrio, su cuerpo se inclinó hacia atrás y ambos cayeron por la ventana.
El joven dejó salir un fuerte grito al sentir el dolor en su cabeza y espalda cuando cayó sobre el pastizal, giró a ver a sus costados, dándose cuenta de que la espada había caído a uno de sus costados. Se arrastró en búsqueda de la espada, aun sintiéndose bastante desorientado y con varias partes de su cuerpo escociéndole, y cuando estaba a punto de tomar la empuñadura, su cuerpo fue arrastrado por los pies.
Jimin comenzó a patalear, ignorando el dolor en su piernas y maldiciendo mientras trataba de alejarse del caminante que aunque por la caída se había partido en dos, seguía tratando de buscar alimento en una de las piernas del joven. Jimin comenzó a tantear a sus costados, tratando de encontrar algo más que hierba y cuando encontró la pierna desmembrada del mismo caminante, se giró para recomponerse y comenzar a golpear con todas sus fuerzas el cráneo de su depredador.
La piel y carne comenzaban a desintegrarse entre los dedos de Jimin, sin embargo, el hueso aún se mantenía intacto, el cual fue lo que le ayudó a destruir la cabeza del caminante. El joven siguió arrematando con rabia sin importar que su rostro y cuerpo estuviesen ya salpicados de los fluidos del muerto, hasta que escuchó el sonido de la puerta de la propiedad abrirse.
Solo en ese instante, tiró la pierna destrozada del caminante y se recostó sobre el pastizal, pensando que ahora sí debía descansar después de todo.
Y poco le importó aferrar sus manos a la camisa de Jungkook cuando él le recogió del pastizal al darse cuenta de lo que había ocurrido mientras se habían ausentado.
**
Jimin en este cap: ay babosa, me asustas.
¿Por qué creen que los caminantes pudieron entrar a la propiedad? ¿Jimin estará bien? ¿Ahora es turno de que jk cure sus heridas? Lo averiguaremos en el próximo capítulo.
Quiero agradecerles por su apoyo. Realmente aprecio que lean lo que escribo, espero que sigan disfrutando de la historia. 💕
También quiero darle la bienvenida a las nuevas lectoras, gracias por darme una oportunidad uwu.
Besos.
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