Trigesimoprimer Capítulo.
31.
Jungkook y Jimin se inclinaron para ayudar a Namjoon, quien se encontraba arrastrándose en el pasillo, tratando de llegar a un lugar seguro, lucía bastante temeroso y a punto de llorar. En ese momento cuando pudieron ayudarle a sentar y recargarlo contra la pared fue cuando Jimin se dio cuenta de la profunda herida que tenía en su pierna.
—¿Qué ha sucedido? —le preguntó Jungkook en voz baja para no hacer ruido. Mientras Jimin se encargaba de romper la tela de su camiseta para poder frenar la hemorragia que estaba sufriendo el hombre.
—Mi-mi padre ha fallecido —respondió balbuceando con sus palabras, sin siquiera poder asimilar lo que estaba ocurriendo—. Iba al baño cuando escuché forcejeos en el cuarto de mis padres y allí estaba él... comiéndosela en vida. Traté de ayudarla, pero mi padre me mordió —concluyó antes de derrumbarse y comenzar a sollozar. Jungkook miró a Jimin, esperando tomar una decisión de qué harían con Namjoon, porque era un hecho que el hombre al ser mordido no demoraría en convertirse.
—Hágalo, Jimin —le indicó Jungkook, señalando la catana que el joven había dejado sobre el suelo. Jimin dejó salir un largo suspiro de frustración y buscó la mirada de angustia de Namjoon, quien no comprendía a qué se refería el militar.
—Voy a amputarle la pierna, Namjoon. Para evitar que se convierta en uno de ellos —le informó Jimin, tomando la catana del suelo mientras Jungkook se encargaba de inmovilizar al hombre para que no se moviera—. Es la única forma, lo siento mucho.
—Espere... no, no lo haga —imploró Namjoon, tratando de zafarse del fuerte agarre de Jungkook—. No puedo. No quiero, deje así, Jimin.
Jimin dejó caer la catana al suelo de nuevo, y se sentó. Podía ver claramente la mirada de súplica por parte de Namjoon para que no lo mutilaran. Se veía temeroso, podía percibirse por el sudor que caía sobre su rostro y el temblor que acaparaba sus extremidades. El joven asintió con tristeza, no podía obligar al hombre a hacerlo.
—¿Qué? —refutó Jungkook al darse cuenta de que Jimin no salvaría a Namjoon—. ¿Acaso ambos son idiotas? Si no se corta la pierna en este momento, usted Namjoon, morirá.
—Yo... ya no tengo nada que perder —respondió Namjoon, comenzando a respirar con dificultad. Las lágrimas caían por sus mejillas, y recargó la cabeza contra la pared. Demostrando que no quería seguir intentándolo en aquel mundo—. Mi padre ha fallecido, y ha asesinado a mi madre. No me queda nadie. Prefiero irme también... deberían más bien ir en búsqueda de la bebé, fui- fui tan cobarde que no pude detener a mi propio padre y me escondí.
Jimin se alertó, levantándose rápidamente del suelo y tomó la catana. Sin embargo, Jungkook lo detuvo, siendo él el primero en ir en búsqueda de Lee y la bebé. Jimin no podía ver ni siquiera a los ojos a Namjoon cuando se quedaron solos en el pasillo, sentía bastante aflicción e impotencia al saber que no pudo hacer nada para evitar que una catástrofe como aquella ocurriera. Dejó salir un largo suspiro, y se dispuso a vigilar el lugar para no tener una sorpresa del señor Kim en búsqueda de una nueva presa aquella noche.
—Es mi decisión, Jimin —musitó Namjoon a sus espaldas. El joven se limpió las lágrimas con rabia, antes de girar a ver al hombre herido sobre el suelo—. Mis padres eran lo último que me quedaba en este mundo de muerte, no quiero seguir aquí —el joven asintió por aquellas palabras. Lo comprendía completamente, porque Jimin sintió lo mismo cuando se dio cuenta que Taehyung ya no estaba con él.
Nadie se había enterado de su estado, sin embargo, Jimin había considerado varías veces llevar el arma a su sien y terminar con su calvario personal. No hasta que la esperanza de que hubiera una mueva criatura entre ellos se generó y le dio un nuevo motivo a Jimin en aquel mundo. Por eso entendía que Namjoon no quisiera seguir viviendo, no iba a refutarle una decisión que claramente había tomado.
—Lamento mucho lo que ocurrió, Namjoon —respondió Jimin, sin bajar la guardia a que cualquier situación llegase a ocurrir—. No voy a irrespetar su decisión, lo comprendo totalmente. Pero también debo decirle que no está solo, nosotros estaremos con usted.... —musitó Jimin, tratando de no desbordarse en lágrimas una vez más. Namjoon le sonrió con desgana, mientras su rostro se empapaba de sudor y su piel poco a poco iba perdiendo tonalidad.
Estaba ocurriendo el cambio.
—Cuiden de la propiedad, deseo que vivan con tranquilidad, y sobre todo protejan a la niña. Sé que aquí estarán bien, lo único que les pido a cambio es que nos den un entierro digno a mis padres y a mí —musitó Namjoon en voz baja y trastabillando con sus palabras. Era notorio que le costaba ya el poder hablar. Luego de unos segundos comenzó a toser sangre y Jimin se sobresaltó cuando el sonido de un disparo resonó en la misma planta—. Así que, así se siente morir... —murmuró cuando pudo controlar los movimientos abruptos de su cuerpo. Jimin se iba a inclinar a auxiliarlo, no obstante, Namjoon le hizo una señal con su mano para que no lo hiciera—. Es mejor que se aleje, Jimin... no quiero hacerle daño.
En ese momento escucharon varios pasos, Jimin se giró ansioso al ver a Lee caminando hacia ellos y al percatarse que Namjoon se encontraba herido, cayó sobre sus rodillas rápidamente, comenzando a revisarlo. El joven pasó saliva, dejando de ver la escena desgarradora y en vez, enfocó su atención en el militar que venía con la bebé en brazos, la cual estaba llorando desesperada, agitando sus extremidades y Jungkook parecía estar perdiendo la paciencia.
Jimin guardó la catana en el estuche antes de caminar hacia el militar y tomar a la bebé entre brazos. De inmediato comenzó a inspeccionarla, cerciorándose que estuviese bien y dejó un suave beso sobre la cabeza de la criatura antes de comenzar a arrullarla. Quería decirle tantas cosas a ella, decirle que su corazón se había detenido con el pensamiento de que algo malo le hubiese ocurrido y sin más, comenzó a llorar de nuevo.
—Perdón, perdón —musitó Jimin mientras hipaba, tratando de calmar con suaves mecidas a la bebé. En ese momento, un fuerte sonido acaparó su atención. Dándose cuenta de que el cuerpo de Namjoon comenzó a convulsionar con fuerza sobre el suelo y, los otros hombres se levantaron despavoridos del lugar—. Ya se está convirtiendo... —explicó el joven. Lee gritó por la frustración antes de que el cuerpo de Namjoon dejara de removerse. Y en ese momento, Jungkook sacó su arma del bolsillo para estar preparado a cualquier situación.
—No, yo lo haré —musitó Lee, cuando dejó salir un profundo suspiro de resignación. Extendió la mano, y Jungkook le entregó el arma—. Ambos deberían bajar, el ruido alterará mucho más a la bebé —tanto Jimin como Jungkook le observaron dubitativos. Estaba claro que no pensarían dejarlo solo, sin embargo, la mirada de Lee les daba a entender que quería despedirse de su familiar con privacidad. Finalmente, Jimin fue el primero en comenzar a bajar los escalones, teniendo que girarse para observar a Jungkook, quien no quería dejar solo a Lee y, darle a entender con la mirada que su comportamiento obstinado estaba de más en aquel momento.
El militar dejó salir un suspiro exasperado y asintió, comenzando a bajar los escalones detrás de Jimin. El joven prefirió ir hacia la cocina, dispuesto a no observar el cuerpo inerte de la señora Kim dentro del salón en donde él dormía. Aun sintiendo temor y conmoción por todo lo que había ocurrido, aferró aún más a su cuerpo a la bebé, arrullándola y diciéndole adjetivos bellos.
Jimin no sabía cuánto tiempo duró allí sentado sobre el taburete de la cocina, la bebé hacía un largo rato que había conciliado el sueño, pero para el joven pareciese como si el tiempo no hubiese transcurrido. El sonido del gallo cantando fue lo que le informó que ya estaba amaneciendo, decidiendo observar por los ventanales el sol salir entre las montañas. Parpadeó, tratando de asimilar la luz golpeando contra su rostro. Ni siquiera había escuchado el segundo disparo que había ocurrido en la madrugada, para Jimin fue un solo leve sonido.
Sin embargo, sabía que ahora solo quedaba Lee, Jeon, la bebé y él, en aquella propiedad que lucía bastante tranquila para que una tragedia así hubiese ocurrido de imprevisto. Quizás nunca estarían a salvo.
(...)
Cuando el viento se tornó más caluroso, fue la época en la que Jade comenzó a gatear. Y cómo era de esperarse, se había vuelto más inquieta y las personas de la casa debían estar mucho más pendientes de la pequeña. Jungkook se había exasperado por aquello porque al salir una vez de la ducha, estuvo a punto de pisar las pequeñas manitas de la niña.
—¿Pero qué haces acá, mocosa? —le preguntó y la bebé simplemente elevó la mirada, para luego carcajear y seguir gateando por todo el lugar. El militar se puso rápidamente la camisa para ir en búsqueda de la pequeña y cuando pudo atraparla, la observó de mala gana—. Sabes que eres un grano en el culo, ¿verdad? —le preguntó y la bebé simplemente carcajeó como solía hacerlo, antes de llevar sus pequeñas manos a los cabellos largos del militar y jalarlos a su antojo. Jungkook viró los ojos antes de buscar rápidamente la cuna para dejarla ahí. La bebé lloriqueó, sin embargo, el militar negó con la cabeza—. Te quedarás ahí para evitarnos dolores de cabeza.
—¡Jeon! —escuchó que le llamaba Lee afuera de la casa y el hombre fue directamente hacia el lugar. Entrecerró los ojos cuando los rayos del sol de verano le golpearon abruptamente. Lee se acercó y al ver que el militar tenía las manos vacías, frunció su entrecejo—. ¿Y Jade? —le preguntó.
—La he dejado en su jaula —respondió Jungkook, encogiéndose de hombros para restarle importancia a la situación—. Iré a los cultivos a terminar de sacar la cosecha —dijo antes de que le pusieran a hacer algo que no quería, sin embargo, Lee lo detuvo.
—Estoy por terminar las cosechas —intervino el mayor—. Encárguese de Jade, es más, el cargador está en la sala. Puede traerla también para que tome un poco de sol, le vendría bien. No puede quedarse sola, podría ser peligroso —Jungkook chasqueó la lengua contra su paladar bastante molesto por aquello.
—¿Y Jimin? Él es el que juega a la casa de las muñecas, debería encargarse de la bebé —contestó Jungkook, evadiendo tener que cuidar a la criatura. No le gustaba para nada, y más porque a ella siempre se le ocurría defecar cuando él la estaba cargando. La otra vez que sucedió le amenazó que no iba a cambiarla, hasta que Jimin por la tarde se desocupó de las tareas que era responsable y al cambiarla, la bebé estaba completamente quemada.
Esa noche, Jungkook durmió sobre la alfombra.
—Jimin está desde la madrugada encargándose de los animales y ahora está terminando de arriar el ganado. En cambio, usted ha dañado parte de la cosecha por no medir su fuerza, así que, le pido encarecidamente que se ocupe de la bebé —dijo Lee, perdiendo la paciencia y cruzándose de brazos—. Le ayudaré a ponerla correctamente en el cargador, vamos.
Jimin llevó el caballo al establo después de darle de beber agua, y limpió con su antebrazo el sudor que bajaba sobre su frente. Solo era medio día, pero ya estaba completamente exhausto, así era diariamente en aquella propiedad. Aunque le agradaba bastante el hecho de sentirse por fin tranquilo. Tampoco les faltaba nada y no tenían la necesidad de hacer excursiones en donde las probabilidades de no volver eran muy grandes. Solo lo hacían cuando era estrictamente necesario, cómo fue el caso de buscar pañales más grandes para la bebé y leche de formula. Aún recuerda que entre el baúl de la camioneta, Jungkook se había equivocado y en vez de empacar pañales para bebés entre los seis y doce meses, trajo pañales para adultos.
Exhaló profundamente, sintiendo su cuerpo agotado y salió del establo, encontrándose a Jungkook manteniendo contra su tórax a la bebé con el cargador. De inmediato le sonrió al militar, burlándose por la escena. El teniente pasó a su lado dispuesto a no cruzar palabra, sin embargo, la pequeña al ver a Jimin, extendió sus brazos y comenzó a agitarse entre el cargador.
—Oh, vaya. Quiere estar con su papá, ¿quién soy yo para negarle a la pobre algo así? —preguntó irónico Jungkook dispuesto a desatarse el cargador para dejar a Jimin a cargo de la bebé. El joven de inmediato tomó a la bebé antes de que el militar soltara por completo el cargador y, que la bebé llegase a caer sobre el pastizal.
—¿Acaso es imbécil o se hace? —le preguntó irónico Jimin. Al ver la falta de remordimiento de las acciones por parte de Jungkook, simplemente bufó y tomó correctamente a la bebé en brazos antes de recoger del suelo el cargador—. Ya no me ocuparé de ayudarle en sus tareas, hágalas usted. Estoy haciendo el doble de trabajo por su incompetencia, y lo único que tenía que hacer era cuidar un momento a Jade. Estoy harto de usted, Jeon.
Y sin más se alejó colérico, dejando las tareas del establo a medias, y que Jungkook se encargara de ellas. Entró rápidamente al hogar y al darse cuenta de que el militar siquiera cocinó algo, le puso de peor humor. Así que ajustó el cargador de la bebé y se encargó de asegurarla bien antes de comenzar a hacer algún plato rápido. Por mucho que detestara a Jungkook, también le cocinó, sin embargo, la porción que le sirvió fue menor.
—Es un completo idiota —masculló entre dientes Jimin al recordar cómo el militar estuvo a punto de dejar caer a Jade al suelo. Frunció su entrecejo, y tomando los palillos de metal, sacó más porción del plato del militar para pasar la comida al suyo—. Comerás mierda, imbécil —sentenció y sin más dejó a la bebé en la cuna para poder comer rápidamente.
Esa tarde después de una fuerte discusión con Jungkook, Lee se encargó de hacer una nueva repartición de las tareas. Jimin se encargaría solo de los animales, Jungkook se encargaría de la preparación del suelo para una nueva siembra y Lee de sembrar los cultivos. De paso, también tuvo que intervenir entre los puños que comenzaron a propinarse Jungkook y Jimin.
—Jimin, usted debería tomar la cama de los señores Kim. No veo el problema, no creo que su memoria se sienta irrespetada y usted Jungkook, debería tomar la habitación de Namjoon. La verdad temo que cuando despierte un día de estos, alguno de ustedes esté muerto porque no soportó al otro dormir. Esto ya se está saliendo de las manos, parecen unos críos de diez años, estamos tratando de reiniciar en este mundo de muertos y ustedes se quieren matar —dijo Lee cuando los separó—. No sé porqué siempre se han llevado tan mal, pero créanme que ya no lo soporto. Es más, creería que hasta es mejor que ni se vean o crucen palabra alguna.
—Déjeme ser el adulto aquí, Lee —le interrumpió Jungkook, mientras se apoyaba contra la pared de la sala—. Usted Park tome la habitación de los Kim, yo seguiré durmiendo aquí en la sala. Y por mi parte, no esperen que cuide a una criatura que desde el comienzo había estado en contra de su nacimiento por la misma razón de que no me gustan los niños; ni su llanto, ni su excremento, ni su risa, ni su existencia.
Jimin se quedó callado, y rascó su nuca considerando aquellas palabras. Habían pasado meses y ni Jungkook o él habían tenido la idea de dormir en los respectivos cuartos de los Kim. Jimin sentía que era irrespetuoso y Jungkook, bueno, al parecer solo quería seguir molestándolo por la noche. Sin embargo, Jimin ya estaba agotado también del militar; de su presencia, sus ronquidos, su forma de hablar y de su cuerpo apresándolo por la noche.
No obstante, esa noche decidió dormir una última vez en la sala, antes de sentirse completamente bien consigo mismo y decidir apropiarse de la cama de los señores que le habían dado una nueva oportunidad a Jade y a él.
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El miércoles subiré nuevo capítulo, estén pendientes.
Ahora que volvieron a quedar ellos solos, ¿estarán a salvo? ¿Jimin finalmente descansará de la presencia de Jungkook? ¿Qué creen acerca de la actitud de jk hacia Jade? Leeré todito uwu.
Quiero agradecerles por el gran apoyo que he estado recibiendo últimamente con esta historia, en serio, no saben cuánto significa para mí que lean, voten, comenten y me envíen bellos mensajitos. La verdad soy muy insegura con lo que escribo, pero ustedes me dan ánimo para seguir haciéndolo uwu.
Besos.
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