Trigesimocuarto Capítulo.

34.





Jimin sentía cómo algo húmedo era pasado por su cara, brazos y piernas, más no podía abrir los ojos aún. Su cabeza le dolía bastante y el cansancio en sus articulaciones era bastante elevado. No obstante, sentía su garganta arder, y tratando de balbucear para pedir agua, lo único que consiguió fue balbucear algo incoherente. De repente, sintió cómo su cuerpo era removido y dejó salir un sonoro grito de dolor, en el preciso momento que movieron su pierna.

—¡Tenga cuidado, joven Jeon! —escuchó a lo lejos la voz de Lee, como si el trance no le permitiera cerciorarse que se encontraban en el mismo cuarto. Jimin volvió a gritar sonoramente de nuevo cuando movieron su pierna una vez más, y cuando pudo abrir paulatinamente sus ojos, giró de inmediato y vomitó sobre el suelo.

Le tomó un momento para darse cuenta de que estaba sobre la cama de Jungkook. Lee y el militar se encontraban curando las heridas por los vidrios incrustados en sus brazos y sus manos ya estaban vendadas por los profundos cortes que se hizo con la catana al tratar de acabar con uno de los caminantes. Lee le ayudó a acostarse de nuevo, y sentándose a su lado le extendió un vaso de agua para que pudiera beber de a pequeños sorbos.

Jimin buscó con la mirada al militar, quien estaba arrodillado al final de la cama al lado de su pierna; terminando de vendar aquella área. El médico parpadeó varias veces acostumbrándose a la luz artificial que se erguía sobre ellos en una lámpara, y la luna le saludó a través de la ventana.

—¿Cómo se siente, Jimin? —le preguntó Lee cuando se dio cuenta que el joven poco a poco recobraba la consciencia—. Lleva inconsciente varias horas, ya le hemos curado las heridas y al parecer se ha lesionado la pierna.

—Jade... ¿dónde está Jade? —le preguntó Jimin, ignorando su propio estado de salud. Lo único que le importaba era que su bebé estuviera sana y salva.

—La ha encontrado el teniente debajo de la cama en la habitación principal. Ella está bien, no la han mordido, ahora está durmiendo en mi habitación. No se preocupe —le respondió Lee, ayudando a recostar de mejor forma al joven para que pudiese seguir hidratándose—. Necesitamos que nos cuente qué pasó exactamente. Cuando llegamos lo encontramos a usted herido a punto de quedar inconsciente, y a tres cadáveres dentro de la casa.

—Entraron por los lados de la cerca del ganado, ahí encontré a uno de ellos. El resto entró a la vivienda, pero no sabía cuántos eran... Por favor, no vuelvan a dejarme solo —respondió, sintiendo el dolor en sus extremidades, dejando que sus ojos se llenaran de lágrimas—. Pensé que aquí estaríamos seguros, pero nunca lo estaremos por completo, ¿verdad? —les preguntó a ambos hombres en la habitación. Jungkook se incorporó del suelo y sin esperar, sacó un arma que yacía guardada en el cinturón de su pantalón.

—Voy a revisar en este momento toda la propiedad. Lee, usted debería quedarse con Jimin y la bebé —murmuró, como si ignorara la presencia del más joven. Ni siquiera le observaba fijamente, y su rostro demostraba que se encontraba bastante enojado.

Jimin trató de regular su respiración, mentalizándose en que no debía llorar, menos frente al militar. Jungkook simplemente salió con pasos precisos de la recámara, y luego cerró estruendosamente la puerta principal de la vivienda. Lee dejó salir un largo suspiro y se levantó de la cama.

—Iré por el suero que le he conseguido y también le prepararé algo ligero para comer. Descanse, Jimin. Ya revisamos hasta el último rincón de la casa, no hay nada —le indicó antes de salir para realizar aquellas actividades rápidamente y poder estar pendiente de Jimin, quien no podía mantenerse consciente por varios minutos antes de volver a cerrar los ojos y luego abrirlos, temeroso a que cualquier situación llegase a suceder.

Y más cuando escuchó unos cuantos disparos afuera de la propiedad. Un largo escalofrío recorrió su espina dorsal al escuchar aquel estruendo, se aferró a la manta que tapaba su cuerpo, girando su rostro hacia la ventana, la cual daba vista a la parte trasera de la propiedad. Todo estaba completamente obscuro, no podía observar nada, y aunque quisiese levantarse para mirar a través del ventanal, ni siquiera podía moverse antes de jadear por el dolor. Sabía que después debería revisarse su pierna para asegurarse si era una ruptura o si tenía algo de suerte, sólo sería un esguince.

Las imágenes de lo que había ocurrido aquel día pasaron como una ráfaga de viento en su subconsciente, tembló levemente y se mentalizó en que debía agradecer que estaba vivo y lo más importante era que Jade se encontraba completamente sana. Pasó saliva temeroso cuando escuchó otro disparo, y finalmente Lee subió las escaleras con una sopa de verduras y una botella de suero.

—¿H-hay más de ellos? —preguntó Jimin, buscando la mirada de Lee, mientras el hombre se encargaba de acomodarse para ayudarlo a comer, sin embargo, el joven lo detuvo, para poder él mismo consumir la sopa de verduras.

—Puede que sí... la verdad, no hemos revisado la propiedad en su totalidad. Esperemos que no se hayan comido todos los animales —le explicó. Jimin cerró los ojos, maldiciendo mentalmente—. El joven Jeon decidió que era mejor encargarnos de usted primero, antes de hacer una limpieza dentro de la propiedad. Incluso, podría afirmar que él estaba preocupado —Jimin trató de no demostrar su desconcierto por aquellas palabras, sin embargo, sus ojos se abrieron y sus cejas se elevaron, demostrando lo sorprendido que se encontraba—. Ahora está descargando todo lo que sea que esté sintiendo contra los caminantes que están afuera.

—Espero que no nos hayan dejado sin animales, la verdad no comprendo cómo pudieron entrar a través de las rejas y ni siquiera nos dimos cuenta de que ya había varios de ellos merodeando alrededor de la propiedad —contestó Jimin, entregándole el recipiente vacío a Lee y este lo tomó, antes de extenderle ahora la botella de suero. El hombre agachó su rostro, luciendo bastante temeroso por aquella situación, solo entonces elevó la mirada para hacer contacto visual con Jimin.

Allí fue cuando Jimin sabía que algo malo estaba ocurriendo.

—En la última expedición nos habíamos dado cuenta con el teniente que había varios grupos de sobrevivientes conformándose dentro de la ciudad. Puede ser que alguno de ellos nos haya seguido y nos localizaran... puede ser que esto sea como una advertencia para que cedamos la propiedad —murmuró Lee, levantándose de la cama y luciendo ahora bastante impotente—. Ni siquiera han enviado a alguien con quién hablar... es como si ni siquiera quisieran negociar. Si fuese así podríamos darles comida, a cambio de que ellos nos den municiones o algo.

En ese momento Lee frunció su entrecejo y se acercó a la ventana para visualizar lo que sucedía afuera entre la obscuridad de la noche, mientras Jimin trataba de procesar la información que le era dada por el hombre mayor del grupo. Solo de pensar que debían combatir de nuevo por su vida contra otro grupo, le hacía tener una jaqueca más fuerte.

—Rayos... ¿qué diablos está haciendo? —preguntó Lee para sí mismo y de inmediato salió de la habitación, dejando a Jimin expectante y nervioso, quien se sentó sin importar lo malherido que se encontraba. Se levantó apoyándose contra la pared y encogió su pie herido para saltar con dificultad hasta la ventana.

En ese momento visualizó cómo Lee entre la obscuridad se acercaba con una linterna hacia uno de los árboles cerca de la vivienda, y cuando el hombre iluminó el lugar fue cuando Jimin pudo percatarse de la escena que había llamado la atención de Lee; Jungkook se encontraba golpeando a alguien con todas sus fuerzas y luego lo estaba amarrando contra el tronco del árbol.

De repente, sintió que su cuerpo se tambaleó y perdía la estabilidad, aún no se encontraba completamente recuperado para levantarse, así que saltando sobre su pie herido, volvió a recostarse y taparse con la fina manta. Aunque estuviesen a altas temperaturas, estaba sintiendo frío, por lo tanto, se aferró a la manta y cerró los ojos en búsqueda de descanso.


(...)


Jungkook volvió a estrellar la cabeza del hombre contra la corteza del árbol y al ver que este seguía carcajeando como si todos los golpes que se le propinaron no fueron suficiente, le hizo perder la paciencia. Hasta que Lee llegó para alejarlo del cuerpo lleno de sangre.

—¡Cálmese, joven Jeon! —le gritó Lee, mientras tomaba los brazos del militar y le alejaba del cuerpo ya inmovilizado. Solo cuando el teniente se calmó lo suficiente para poder soltarlo, Lee giró su cuerpo para encarar a quién estaba golpeando como un saco de boxeo.

—Lim... —murmuró al reconocer entre todos los golpes y heridas abiertas al hombre que había destruido por completo aquel grupo seguro que alguna vez habían tenido. Quién fue el culpable de la muerte de los militares, de Jongsun y de Taehyung.

—¡Quítese Lee que voy a matar a este hijo de puta! —exclamó Jungkook, haciendo crujir su cuello. Poco le importaba que sus nudillos estuviesen ya destruidos por todos los puños propinados.

Lee lo comprendía, sabía que Hoseok era el mejor amigo de Jungkook y que ahora el culpable de la muerte de él estuviese frente a sus ojos era algo que despertaría el instinto asesino en cualquier persona. Aun así lo detuvo, impidiéndole el paso con su cuerpo, quizás lo empujaría pero al menos intentaría que lo escuchara: —Debe calmarse, joven Jeon.

—¡¿Calmarme?! —preguntó exasperado y Lee dejó salir un suspiro—. ¡Por culpa de este hijo de puta perdimos nuestro grupo, Lee! ¡Perdí a mi mejor amigo, y ahora lo encuentro escondido en el establo como una maldita rata! —exclamó—. ¡Y también por culpa de este idiota casi muere Jimin y la bebé!

—Escúcheme —le dijo con tranquilidad Lee, girándose y encarando al militar. Jungkook tenía la respiración agitada, su mirada reflejaba el odio y sus labios estaban elevados lo suficiente para mostrar sus dientes y parte de su encía, como si quisiese morder a alguien—. No puede asesinarlo hasta que le preguntemos porqué está aquí... sin él no sabremos qué está ocurriendo —Jungkook frunció sus labios en una fina línea y se cruzó de brazos—. Debemos entrar a la casa, aún no sabemos si quedan caminantes dentro de la propiedad y la obscuridad no nos sirve de mucho. Me encargaré de amarrarlo para que no escape y en la madrugada comenzaremos a interrogarlo.

Jungkook sonrió de soslayo sin ningún rastro de emoción, finalmente asintió y cuando Lee bajó la guardia se acercó al cuerpo de Lim, quien bastante golpeado aún mantenía una sonrisa de autosuficiencia sobre su rostro. El militar sacó un cigarro y comenzó a fumar, mientras trataba de tranquilizar toda la adrenalina que se apoderaba de su torrente sanguíneo. Finalmente dejó salir el humo y volteó a ver a Lee, quien estaba pendiente a cualquier movimiento.

—Ya sé qué hacer para que no intente ni siquiera escapar —le indicó Jungkook para luego sonreírle a Lee de una forma que nunca Lee le había visto hacer. Ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando el militar ya había puesto su pie sobre el muslo izquierdo de Lim y rápidamente tomó el pie de este para levantar la pierna mientras presionaba su peso hacia abajo. Lo siguiente que escuchó fue un crujido y un fuerte alarido por parte del amordazado; Jungkook le había partido la pierna—. Ahora sí, vamos a descansar —sentenció agitado, y sin más caminó hacia la vivienda.

Subió directamente al baño a tomar una ducha rápida y cuando se vistió con solo unos pantalones de chándal, fue a la habitación de Lee en donde habían dejado la cuna porque la recámara principal estaba prácticamente destruida y sucia. Se percató que la bebé estuviese durmiendo y finalmente salió para dirigirse a su cuarto, en donde Jimin dormía cómodamente. Antes que Lee llegara, él se encargó de acomodar de mejor forma a Jimin, para que este no se llegara a caer en medio de la noche. Después, buscó una colcha para poder dormir en el suelo y la extendió a un lado de la cama antes de apagar la luz de la habitación.





Al siguiente día, escuchó unos cuantos quejidos, los cuales lo despertaron. Giró su cabeza, encontrando a Jimin tratando de levantarse, frunció su entrecejo y talló sus ojos, para despertarse rápidamente. Se levantó y sin que Jimin se lo pidiera, porque sabía que era igual de orgulloso que él, le ayudó a incorporarse: —Apóyese en mí —le indicó. Jimin ni siquiera le vio a los ojos, y Jungkook bufó.

—Necesito ir al baño —murmuró Jimin, luciendo bastante incómodo porque no le quería pedir ningún favor al teniente. Jungkook simplemente lo sostuvo de la cintura para que este pudiese saltar con una pierna, sin embargo, su nivel de paciencia era casi inexistente, así que decidió cargar entre sus brazos el menudo cuerpo del joven para llevarlo al baño. Le dejó sentado sobre la taza y Jimin frunció el entrecejo para luego cruzarse de brazos—. Gracias por traerme pero quiero estar solo ahora.

—Créame que lo que menos quiero es verlo defecando, Park. Ya me voy. Se devolverá arrastrándose porque no estoy para ser niñera de nadie —le respondió de mala forma, cerrando la puerta a sus espaldas cuando decidió salir.  Escuchó un suspiro agotado por parte de Jimin antes de alejarse e ir directamente al lugar al que tenía ansias de ir.

Al ver a Lim removiéndose mientras jadeaba por el dolor de su cuerpo, le hizo sonreír. Por fin tendría con quién liberar el estrés que tanto se le había acumulado durante los últimos meses, así que en vez de decirle buen día, le golpeó el rostro con la suela de su botín de cuero.

—Ahora que Lee no está, supongo que podemos conversar un rato, hijo de puta —le dijo antes de comenzar a golpearlo de nuevo. Hasta que Lee, al escuchar los gritos de dolor salió de la casa, aún adormilado mientras se ponía una camiseta rápidamente—. Se ha salvado de nuevo, pero la próxima vez voy a destruirle el cráneo.

—¡Jeon, no lo asesine! —le gritó Lee cuando llegó al árbol—. Necesitamos averiguar qué sucedió. Vaya, entre y cuide de Jimin, lo dejé en medio del pasillo porque tuve que salir a evitar que usted asesinara a este hombre. Necesitamos interrogarlo, ¿recuerda? —Jungkook asintió levemente, cómo si las palabras de Lee no fueran importantes.

—Yo tengo un método de interrogación efectiva. Me quedaré aquí, Jimin podrá cuidarse solo —respondió, encogiéndose de hombros—. Ahora, Lim. Cuéntenos, ¿qué hacía escondido en nuestra propiedad? —le preguntó, luciendo bastante amable, e incluso comprensivo. Eso alertó aún más a Lee, quien lo tomó de los hombros y lo alejó del hombre herido.

—S-solo estaba buscando un lugar en dónde resguardarme. Nada más, l-lo juro... —balbuceó y escupió sangre a uno de los costados. Tanto Lee como Jungkook no le creyeron nada de lo que dijo, sin embargo, el teniente trató de mantener un poco la compostura.

—Más de diez caminantes entraron ayer acompañados de una miserable rata rastrera, varios de ellos atacaron a Jimin, ¿no le parece extraño? —le preguntó el militar de forma irónica. De repente, el hombre comenzó a carcajear de tal forma que hizo exasperar y acabar la poca paciencia que caracterizaba a Jungkook. Así que, le propinó otro puño bastante fuerte contra el rostro, y Lim escupió sangre para luego volver a carcajear.

—Están jodidos, esta propiedad ya no es de ustedes —respondió—. Ellos vendrán por mí, soy su dueño. Y ahora que sé que Park sigue vivo, voy a divertirme aún más —concluyó, hirviendo la sangre de Jungkook, quien colérico se inclinó para seguir golpeándolo una y otra vez. Hasta dejar que apenas pudiese respirar, porque sabía que debía necesitarlo para algo.

**

Jk dale con la silla, bro.

Capítulo sorpresa porque me dije "¿quién soy yo para dejarlas con la intriga?".

Preguntas;; ¿Qué creen acerca del retorno del villano Lim? ¿Se nos aproximará una nueva pelea entre grupos? ¿Nuestros 3 machos y bebé estarán bien? Lo averiguaremos este sábado, je.

Muchas gracias por su apoyo. Besos.

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