Quincuagésimo primer Capítulo.

51.



Jungkook apenas escuchó la respuesta por parte de Jimin, volvió a inclinarse para tomar los labios ajenos, ahora de una forma más intensa y profunda. Succionó aquellos belfos gruesos que tanto le incitaban a morderlos y devorarlos con los suyos, sin dejar de rodear aquel cuerpo delgado entre sus brazos. Siempre había pensado que Jimin era bastante pequeño a comparación de él, y en aquel momento lo confirmaba cuando sólo con un brazo pudo rodearlo por completo y manejar la situación.

Cuando Jimin dejó salir un jadeo entre el intenso beso que compartían, Jungkook aprovechó para adentrar su lengua y explorar la cavidad bucal ajena a su antojo. Aquella boca era tan suave, podía aceptarlo sin pensarlo, sin embargo, no tan suaves como los pequeños gemidos que comenzaron a salir de la boca de Jimin. Y el militar gruñó de satisfacción cuando sintió la húmeda lengua de Jimin acariciar la suya en una sintonía tortuosa.

Jeon Jungkook nunca se había caracterizado por ser paciente, ni menos suave en ningún aspecto. No obstante, había claras excepciones y en ese momento se trataba de Jimin. De la persona que le salvó el trasero varías veces, quien no le abandonó siquiera en el primer intento de encontrar un lugar a salvo, quien curó sus heridas e incluso aguantó su fuerte temperamento por tanto tiempo. Quería ser diferente, quería tratar de ser dócil por primera vez. Así que, dejó que Jimin llevara el ritmo del beso a uno pausado, y aquello le gustó a Jungkook hasta que su miembro se puso erecto y la situación iba demasiado lenta para su gusto.

Entonces, su razonamiento se esfumó en aquel momento. Presionó a Jimin contra el mesón y comenzó a refregar su miembro contra la cadera del más bajo, logrando que este también reaccionara con la sensación. Llevó sus manos hacia el cabello largo y blondo, el cual estaba recogido en una alta moña, comenzando a enredar sus dedos entre las hebras para profundizar el beso, el cual dejó de ser lento.

Cuando sintió el miembro erecto de Jimin contra su cuerpo, pensó que toda la excitación se esfumaría. No obstante, aquello le sedujo de mayor manera y, ambos comenzaron a refregarse contra la anatomía del otro sin despegar los labios del otro. Jungkook al darse cuenta de que le excitaba de sobremanera hacer doblegar a un hombre ante él, supo que estaba completamente jodido.

Separó sus labios de los de Jimin, generando un ruido de saliva cuando lo hizo y al ver que un hilo colgaba entre sus bocas, sacó su lengua para pasarla sobre los belfos de color carmesí ahora bastante hinchados por su culpa. Y en respuesta Jimin llevó sus manos hacia los pectorales sobre la tela de la camiseta para aferrarse. Parpadeó mientras recobraba la respiración y mordió su labio inferior cuando Jungkook bajó los besos húmedos hacia su cuello, succionando su piel pálida para crear pequeños chupetones.

Jimin tampoco quería admitir que se encontraba bastante excitado por la situación. Tampoco podía negar que aquella sensación era la que estaba buscando cuando recordó el trato que habían acordado. Después el militar llevó las manos hacia su trasero para impulsarlo a subirse sobre el mesón sin detener las succiones y pequeños mordiscos a lo largo de su cuello y clavículas.

—J-Jeon... debemos... —murmuró Jimin tratando de no trastabillar con sus palabras por la sensación tan estimulante en sus zonas erógenas—. Debemos ir al cuarto... Jade podría vernos —concluyó. Jungkook por un momento pensó que lo iba a detener, sin embargo, al escuchar la petición por parte de quien recibía sus caricias -algo salvajes-, sabía que era lo más sensato.

Por tal motivo sin separar sus manos de los glúteos de Jimin, lo aferró a su cuerpo para que este entrelazara sus piernas alrededor de su cadera, y pudiese levantarlo del mesón. Jimin era demasiado delgado, para Jungkook no significó algún problema el levantar el ligero cuerpo que ahora se aferraba al suyo y subir con este a lo largo de las escaleras. Quizás le golpeó varias veces contra la pared por subir con rapidez hacia la recámara de cama sencilla en donde no estaba Jade y, presionó de nuevo el cuerpo de Jimin contra la pared a un lado de la puerta, mientras se encargaba de cerrar esta con seguro.

En ningún momento se alejó del cuello del más bajo, trazando la piel con sus labios, lengua y dientes. Incluso podía admitir que podría quedarse allí dejando marcas sobre la blanquecina piel, por un largo tiempo. Jimin trataba de ahogar sus jadeos mordiendo sus propios labios, y cerrando los ojos, quizás convenciéndose de que lo que estaba haciendo Jungkook con su cuerpo no le afectaba en lo más mínimo, sin embargo, la erección de él golpeaba contra el abdomen del militar, claramente receptivo solo con unos cuantos toques.

Jimin apenas podía aferrar sus manos sobre la tela de la camiseta del militar sin temblar, pero el nerviosismo más la excitación del momento era una nueva sensación para él. Aquella situación era bastante diferente a la que habían tenido antes de llegar a Iaksok, porque lo que estaban haciendo en ese momento era mucho más íntimo. Finalmente, fue el primero en atreverse a quitar la primera prenda, la cual se trataba de la camiseta del militar y, luego entre tropiezos Jungkook los llevó hacia la cama.

Jungkook después de dejarlo sobre las sábanas, se reincorporó lo suficiente para deshacerse de igual manera de la tela que cubría el torso de Jimin. Poco de desestabilizarlo al observar el pecho plano, lo que hizo fue inclinarse para recorrer las clavículas hasta llegar a los pectorales de Jimin y dejar varios chupones; sin escatimar el tener que jugar un poco con los pezones rosáceos, después mordió levemente uno de ellos, y sonrió satisfecho al escuchar el sonoro gemido que el joven de cabello blondo dejó salir.

Llevando sus manos a la bragueta de Jimin, bajó esta con la poca paciencia que le quedaba e instantáneamente cuando lo hizo, el cuerpo bajo del suyo impulsó las caderas hacia arriba: —V-vamos, Jeon... chúpemela —murmuró Jimin, observando hacia abajo para poder encontrar la mirada burlesca del militar, mientras este se limitaba a quitar los pantalones ajustados de sus piernas. Dejándolo sólo con su ropa interior.

Jungkook debía admitir que lo desesperado que se encontraba Jimin, era una imagen bastante provocativa. Estaba claro que el joven era una persona paciente, pero cuando se trataba de sexo, no le gustaba bastante los preámbulos. Sonrió de soslayo al saber que estaba manejando por completo la situación y, llevó su mano hacia el miembro ajeno cubierto por la tela de la ropa interior para apretarlo ligeramente. Jimin soltó un jadeo y llevó su mano derecha hacia la de Jungkook para llevarla directamente entre su ropa.

Cuando el teniente comenzó a masturbarlo, Jimin alejó su propia mano, volviendo a recostarse. Cerró sus ojos y mordió sus labios disfrutando la sensación de recibir placer directamente de quien había jurado no soportar. Pero allí estaba, jadeando por sentir su miembro ser acogido por aquella mano grande y áspera. Aun así, quería más, mucho más y por tal motivo, llevó su mano derecha hacia el cabello largo azabache de Jungkook para hacerle inclinar su rostro contra su miembro erecto.

—¿Acaso es receta médica el tener que chuparle el pene al doctor, en vez de tomar analgésico para las heridas? —le preguntó Jungkook, claramente mofándose por lo desesperado que se encontraba Jimin. El joven de cabello blondo iba a responder de forma defensiva, sin embargo, lo único que pudo pronunciar fue un jadeo de satisfacción cuando sintió que el militar le engulló por completo.

Jungkook se tomó poco tiempo para hacer lo que Jimin le pedía, porque su propia erección solicitaba atención. Esta estaba presionada contra la bragueta de su pantalón y, en cualquier momento sabía que no podía controlarla. Aquello ocurrió cuando Jimin comenzó a gemir de forma baja y pausada cuando el teniente sacaba levemente sus dientes para torturarle a su manera. En ese momento, Jungkook no pudo esperar más, así que se separó lo suficiente del cuerpo de Jimin para voltearlo y dejarlo recostado boca abajo.

Jimin apenas pudo jadear por la rápida acción del militar. Lo siguiente que escuchó fue el ruido de la bragueta ajena bajarse y por tal motivo, tembló levemente. Posicionó sus manos sobre las sábanas y giró su rostro, el cual también estaba apoyado sobre la suave tela bajo sus dedos, para poder observar las acciones de Jungkook. Este se encontraba despojándose de su pantalón para quedar solo en ropa interior. Jimin pasó saliva por el nerviosismo y expectación combinados.

—Ha-hay condones en una bolsa dentro del armario —murmuró Jimin, mientras levantaba un poco sus caderas para dar el espacio suficiente a su propia mano de poder masturbar su miembro. Jungkook asintió, y se dirigió al armario rápidamente después de sacar un pequeño tubo de lubricante que había alcanzado a guardar en el bolsillo de su pantalón. Buscó con brusquedad entre la bolsa hasta encontrar una caja de condones, abrió sus ojos un poco sorprendido, pero finalmente aquello le sería de gran ayuda—. Taehyung los trajo, hace unos días —explicó Jimin con las mejillas sonrojadas.

Jungkook simplemente se acercó, depositando ambos objetos a un costado de la cama y se quedó observando la imagen que le estaba demostrando el menor; se había puesto de rodillas y había levantado la cadera para poder masturbarse mientras le esperaba. El militar apretó su mandíbula antes de llevar sus manos sobre el trasero respingado del más bajo y generó un fuerte apretón en ellas. Sonrió de soslayo al escuchar otro leve jadeo de Jimin, quien se encargaba de aumentar el movimiento de la mano sobre su pene.

—Al parecer alguien está desesperado —dijo Jungkook, llevando su cadera hacia adelante para presionar su miembro contra el trasero cubierto de Jimin. Ambos todavía tenían su ropa interior, sin embargo, Jungkook quería jugar un poco con aquel pequeño hombre. Simuló una estocada, manteniendo sus manos a los costados posteriores de las posaderas ajenas y dejó salir un gruñido.

Le encantaba tener a Jimin así; sumiso y expectante bajo su cuerpo. Lo había deseado desde hacía mucho tiempo, tanto que él mismo ni recordaba cuándo aquellos pensamientos comenzaron a surcar en su mente. Aquel deseo solo fue aumentando con el tiempo, y le había hecho enojar bastante, más que todo con el dueño de su fantasía.

De repente, dejándose llevar por sus impulsos, le propinó una fuerte nalgada a Jimin por sobre la tela y este se sobresaltó: —¡J-Jeon! ¿Qué le pasa? —preguntó Jimin conmocionado por la acción, reincorporándose lo suficiente para ver al militar, quien aún mantenía su cadera pegada a su trasero. Y recibió otra nalgada. Jimin jadeó de nuevo sorprendido, y aunque su dignidad estuviese en peligro, debía aceptar que aquello le excitó aún más.

—Vamos, Park. Sé que le gusta —murmuró Jungkook en respuesta inclinándose más hacia adelante para presionar su miembro erecto contra el trasero de Jimin. El más bajo tembló por la provocación y mordió sus labios con fuerza. Decidiendo volver a presionar su rostro contra las almohadas y dejarse llevar por las sensaciones. Una última nalgada fue recibida antes de sentir que el teniente le despojaba con poca sutileza de su ropa interior y sintió luego cómo le separaba las posaderas a su antojo—. Usted me ha pedido que lo folle, entonces lo haré. Duro, cómo prefiero hacerlo —advirtió antes de escupir sobre el esfínter de Jimin.

Un sonoro gemido resonó entre las cuatro paredes de la habitación cuando Jungkook adentró dos dedos previamente embadurnados de lubricante, y sin esperar, buscó de inmediato aquella zona erógena de Jimin. Presionó tentativamente el lugar y cuando el menor dejó caer su pecho sobre la colcha para levantar con mayor astucia su trasero, el teniente sonrió complacido. Presionó con deleite varias veces, completamente hipnotizado por la reacción de Jimin cada vez que presionaba con la punta de sus dedos aquella pared en dónde se refugiaba su próstata. Luego, ingresó un tercer dedo para preparar lo mejor que podía a Jimin, y a tientas con su mano libre, bajó su propia ropa interior, para luego ponerse rápidamente un preservativo.

Sacó los dedos del interior de Jimin, antes de inclinarse sobre la anatomía delgada para posicionar su brazo izquierdo a uno de los costados del joven de cabello blondo y murmuró, antes de penetrarlo: —Gima mi nombre, Park.

Jimin sin poder aguantar todo lo que el militar había hecho con su cuerpo, llegó al orgasmo cuando este le embistió con toda su longitud. Pero Jungkook no iba a detenerse para que este pudiese recomponerse, simplemente ahora pensaba en su propia satisfacción y en la sensación demasiado placentera que sentía por la presión que el interior de Jimin le proporcionaba.

—Vamos, Park —dijo demandante, proporcionando una nalgada mucho más fuerte que las anteriores, mientras comenzaba un vaivén profundo y a un ritmo que hacía que Jimin se doblegara por completo en gemidos sonoros—. Que la comunidad se entere quién se lo está cogiendo. Que su noviecita se entere lo mucho que disfruta que me lo coja. Grite mi nombre, Park.

—¡Je-Jeon! —exclamó Jimin con una voz mucho más aguda de lo normal. Hincó sus uñas entre las sábanas y enterró su rostro dentro de las almohadas, tratando de apaciguar sus gemidos. Jungkook no muy conforme con aquella respuesta, llevó su mano hacia el cabello largo, halando este lo suficiente para levantar el rostro sonrojado y sudoroso de Jimin.

—Mi nombre, Park. Dígalo —demandó, comenzando a aumentar el ritmo de sus embestidas y aún más la profundidad de estas, logrando que la cabecera de la cama colisionara contra la pared. Por consecuencia, los gemidos por parte de Jimin comenzaron a escucharse aún más agudos e inestables por las sacudidas contra su cuerpo.

—¿P-por qué lo haría? —preguntó Jimin, trastabillando con sus palabras. Jungkook gruñó antes de golpear fuertemente sus caderas contra el trasero del más bajo. Por consecuencia, el joven que estaba siendo profanado gritó por el brusco movimiento—. ¡Jung-kook! ¡Jungkook! —exclamó entre gemidos, recibiendo el aumento de las embestidas contra su cuerpo.

Jungkook en medio de su placer, se quejó al sentir un poco de ardor en sus heridas por la fuerza que ejercía en sus movimientos, las cuales apenas estaban cicatrizando. Sin embargo, en ese preciso momento estas pasaban a segundo plano cuando su único objetivo era conseguir su orgasmo dentro de Jimin. Y cuando el joven que le recibía lo hizo por segunda vez, Jungkook se liberó por completo dentro del preservativo, mientras se aferraba a las caderas ajenas y jadeaba de satisfacción.

Cuando su cúspide de placer finalizó, salió del cuerpo exhausto sobre la cama y, se quitó el preservativo antes de amarrarlo y dejarlo en la papelera del cuarto. Jungkook pensaba que Jimin iba a huir en ese preciso momento, no obstante, al verlo respirando todavía con irregularidad y que se cubría a sí mismo su cuerpo desnudo, sabía que aquellos no iban a ser lo planes de su compañero.

Quizá él sí debía hacerlo, ir a tomar una ducha, y dormir en la habitación principal en donde estaba Jade, sin embargo, decidió recostarse en el espacio reducido que le dejó Jimin de la cama sencilla. Lo único que se escuchaba dentro de aquel espacio eran ambas respiraciones agitadas, mientras que ambos hombres razonaban lo que acababa de ocurrir.

—¿Le hice daño? —preguntó Jungkook, animándose a ser el primero en deshacerse del silencio incómodo que ahora les rodeaba. Observó de soslayo la piel blanquecina de Jimin, puesto que el joven le estaba dando la espalda.

Jimin se mantuvo callado, comenzando a trazar las hebras de las sábanas con sus dedos mientras trataba de recobrar el ritmo normal de su respiración. Entonces, decidió girarse, manteniendo la sábana sobre su cintura, aun cuando aquel hombre de ojos obscuros ya conocía cada esquina de su piel, por recóndita que fuera, y negó con la cabeza.

—No realmente... —respondió Jimin, observando el perfil del hombre musculoso acostado a pocos centímetros de su cuerpo, completamente desnudo y sin sentir pudor de cubrir su virilidad—. Pero esto debe acabar, usted lo sabe.

Jungkook frunció su entrecejo y giró por completo su rostro para enfrentar aquellas facciones suaves, pero determinadas mientras pronunciaba las palabras expresadas: —Debe estar bromeando, Park. Eso no estaba diciendo cuando gemía mi nombre y me lo cogía hace un momento —masculló con voz tajante, y tal comentario hizo enojar a Jimin.

—Claramente su hombría no está afectada, Jeon. Apuesto que le encanta saber que puede hacer doblegar a un hombre, pues le felicito. Pero para mí es diferente —contestó Jimin, también frunciendo su entrecejo y alejándose un poco del cuerpo del militar.

—¿Dice eso porque no quiere ser el que reciba? —le preguntó Jungkook, apaciguando un poco su semblante serio, tratando de no formular una sonrisa socarrona que sólo hiciese enojar al menor aún más—. Pero muy bien que grita cuando se la meto.

Jimin cerró los ojos, tratando de controlar el enojo que aquellas palabras dichas de forma burda, le generó y respondió: —Habla el que me ruega para tener sexo, ¿acaso las mujeres de la comunidad no estaban conformes con el tamaño de su pene? Porque para mí está mejor que sea microscópico... ya sabe, no duele tanto.

Jungkook se reincorporó colérico de inmediato. Jimin no alcanzó a escabullirse cuando el teniente ya se encontraba sobre su cuerpo y apresaba sus manos sobre su cabeza, dejándolo expuesto por completo. Jimin abrió sus ojos conmocionado antes de comenzar a forzar el agarre, aunque sabía que le iba a ser muy difícil y más cuando su pobre delgado cuerpo estaba preso por el pesado del teniente.

—Repítalo hasta que se lo crea, Park —respondió Jungkook de forma amenazante—. Yo no soy el que lloriquea cuando lo penetran porque es demasiado pequeño, ¿o me equivoco? —preguntó. Jimin pasó saliva, al sentir que el militar se acomodaba entre sus piernas y, comenzaba a sentir la erección ajena de nuevo. Capturó rápidamente las dos manos de Jimin con solo una de las suyas para extender su mano libre hacia la caja de condones, la cual había caído a uno de los costados de la cama y destapó el empaque del preservativo con los dientes antes de colocarlo sobre su extensión. Y antes que Jimin pudiese refutar, volvió a penetrarlo de una sola estocada.

—¡Ay! —gritó Jimin, cerrando sus ojos—. ¡Más suave, idiota! —se quejó. Jungkook chasqueó la lengua contra su paladar antes de comenzar un vaivén más suave de lo esperado, aprovechando que aún el interior que le acogía seguía dilatado y lubricado por el previo encuentro.

Se inclinó hacia el rostro de Jimin y antes de que este siguiera quejándose, lo besó. Lo besó de forma suave, lenta y pausada, sin detener la unión de ambos cuerpos, sintiendo a toda cabalidad el placer que podía otorgarle la anatomía pequeña y delgada. Los gemidos de Jimin salían sin previo aviso de su boca, e inundaban la de Jungkook en un compás con los gruñidos del militar.

—¿Quiere que me detenga ahora? —le preguntó Jungkook entre el beso, llevando su mano libre hacia el miembro desatendido de Jimin para darle un breve masaje—. Si quiere puedo irme ahora y olvidamos todo.

—No... —murmuró Jimin, liberándose de la cavidad bucal del teniente sobre la suya—. No se detenga —suplicó. Jungkook mordió su labio inferior, y finalmente liberó las muñecas para poder llevar sus manos hacia el rostro de Jimin y acariciarle las mejillas mientras observaba cómo aquella zona del rostro del menor se tornaba aún más sonrojada por el gesto y no sólo por el placer del momento.

—No tenemos que ponerle una etiqueta a esto que tenemos los dos, Park. Pero debo admitir que usted es el primer pensamiento que tengo en la mañana y el último antes de dormir —confesó, bajando un poco el vaivén de sus embestidas porque sus heridas comenzaron a escocerle—. Esto es entre nosotros dos. Nadie más —decidió pasar su dedo pulgar derecho sobre el labio inferior hinchado de Jimin. Después se inclinó y succionó vehemente este antes de volver a hablar—. Sin mencionar que tenemos una hija, por cierto.

Jimin sonrió bastante tímido por las acciones del militar antes de llevar sus manos hacia los anchos hombros y posicionarlas allí, luego tomó una profunda respiración antes de hablar: —Somos una familia, Jeon. T-tiene razón.

Ay, nos pusimos muy gays 😳.

La queridísima  rachiellaYJ ha hecho un fan art de Nekrós y no puedo caber de la felicidad KDNXKXNX muchas gracias 💕💕💕 (haces arte). Te dedico este cap cómo agradecimiento 🥺.

Preguntas;; ¿qué tal les pareció el chuchi cuchi ñaca ñaca? ¿Jade los habrá escuchado? ¿Pensarán que por los gritos se metieron los zombis a la comunidad? Lo averiguaremos. Mientras tanto Hoseok secuestrado 👁👄👁.

El anterior cap llegó a 1k votos, omaigaaa. Quiero agradecerles mucho, y espero que les siga gustando la historia.

Besitos con babita venenosa.

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