Quincuagésimo Capítulo.
50.
Cuando Jimin terminó de curar las heridas del hombre al que llamaban El Pirata, se despidió del personal antes de pasar por Jade a la casa de Joohyun e ir directamente hacia su hogar. Ella no insistió en que se quedara allí, tampoco le preguntó nada para evitar ofuscarlo. Por otro lado, Jimin tiempo después de dejar descansando a Jungkook, se enteró que el segundo grupo que fue a la expedición había vuelto sin ningún contra tiempo y, ya estaban involucrados en la estrategia para rescatar al teniente Jung y al doctor Bang, al igual que Taehyung, quien no volvió a ver durante el resto del día.
Al momento en que llegó a la vivienda, se dispuso a acostar a Jade, quien al ver a Jungkook recostado en la cama de la habitación sencilla no escatimó en acercarse alarmada. Por supuesto que ella se dio cuenta que algo no andaba bien, el militar nunca mantenía un semblante tan decaído y la niña al verle postrado en cama con vendas cubriendo su cuerpo, le hizo exasperarse. Trataba de preguntar en quejidos a Jimin porqué Jungkook se encontraba de esa manera, y varias veces agitó el cuerpo inmóvil. Su padre tuvo que intervenir de inmediato para evitar que abriera alguna herida.
—Él tiene que descansar, cariño. Mañana estará mejor, ahora tú también debes ir a dormir —dijo Jimin en voz baja para no despertar al militar. La niña parpadeó confundida, tratando de asimilar lo que le decía su padre.
—Guh... —balbuceó la niña entre quejidos para llamarlo, poniendo sus manitas sobre la mano derecha del militar, la cual yacía a uno de los costados del cuerpo estático—. Guh, ¡Guh! —le volvió a llamar. Jimin estaba dispuesto a levantarla si era necesario, sin embargo, el militar abrió sus ojos paulatinamente entre las penumbras porque las luces de la recámara estaban apagadas, y abrió su mano para que la niña pudiese acogerla con las suyas.
—Mocosa... ve a dormir —murmuró el militar—. Mañana debes ir al colegio —la niña asintió lentamente, pero sus ojos estaban bastante abiertos por la preocupación. Jungkook trató de sonreírle lo mejor que pudo para poder calmarla—. Estaré bien, mocosa. Ve a la otra habitación y duerme —Jade se subió rápidamente a la cama y plantó un rápido beso sobre la mejilla del militar antes de bajar de esta e ir directamente a la habitación principal como le habían ordenado.
Jimin la siguió para supervisar que se pusiera la pijama y se acostara, se sentó a un costado de ella mientras acariciaba su largo y suave cabello color caoba, tratando de arrullarla rápidamente. Cuando la niña concilió el sueño fue cuando el joven decidió salir del cuarto junto con una delgada manta hacia la recámara en donde estaba Jungkook y, se sentó en un sillón al lado de la cama para poder estar pendiente toda la noche del estado de salud del militar.
Jungkook aún seguía consciente y a veces le miraba por un corto lapso de tiempo antes de volver a cerrar los ojos. Toda la noche Jimin se quedó allí sobre el sofá, a la espera de que el militar no empeorara y cuando menos esperó, los rayos del sol le despertaron. Ayudó a incorporar al militar para que este pudiese ir al baño a asearse mientras él se encargaba de alistar el desayuno rápidamente. Le era complicado estar pendiente tanto de Jade como de Jungkook, sin embargo, pudo llegar a tiempo con la niña al colegio antes de ir hacia la enfermería para revisar al otro hombre.
Sintió alivio al encontrarse con Joohyun, quien ya se había encargado de cambiar los vendajes del hombre. Ella le sonrió antes de saludarlo: —Hola, Jimin. Deberías cuidar al teniente Jeon, yo me encargaré del señor Kwan. De paso, deberías llevar más vendas y alcohol, necesitas más de lo suficiente —dijo, caminando hacia las repisas para darle el material necesario—. ¿Cómo está?
—Le apuñalaron unas cuantas veces y tiene heridas superficiales, supongo que le torturaron —respondió Jimin con un tono de voz bastante sombrío y acongojado mientras recibía los objetos—. Está bastante herido... el señor Kwan no tiene siquiera la mitad de las heridas que le hicieron a él. Supongo que lo hicieron para doblegarlo —murmuró la última parte, manteniendo el respeto hacia el hombre que tenía un parche en el ojo, ya que este se encontraba descansando por las medicinas que le daban.
—Lo siento mucho, Jimin —respondió ella de forma sincera, antes de acercarse y darle un fuerte abrazo—. No debe ser fácil para ninguno de ustedes. Taehyung ni siquiera ha podido dormir, quizás más tarde yo puedo cuidar de Jade y del teniente Jeon para que puedas pasar tiempo con él.
—Te lo agradecería. Muchas gracias —respondió Jimin, devolviéndole el abrazo y finalmente decidiendo que no podía dejar tanto tiempo solo a Jungkook, se despidió.
Cuando estaba a punto de llegar al porche de la vivienda, frunció su entrecejo al darse cuenta de que el militar estaba saliendo en ese preciso momento con bastante dificultad. Aceleró su paso, dispuesto a interponerse en el camino de Jungkook y este apenas pudo observarle de forma exasperada.
—¿Qué cree que está haciendo, Jeon? —le preguntó Jimin, cruzándose de brazos, e impidiéndole el paso. Este se tambaleó un poco sobre el lugar, sin embargo, trató de aparentar que no ocurría nada—. Debería estar acostado y reposando. De lo contrario no se recuperará rápidamente.
Sin embargo, Jungkook era demasiado obstinado, y sin importar, rodeó el cuerpo de Jimin para seguir caminando con pasos lentos. El hombre de cabello blondo rodó los ojos, antes de caminar y volver a interponerse en el camino del militar, quien le estaba observando molesto: —Sé que están planeando rescatar a Jung, no puedo quedarme postrado en una cama sin hacer nada —Jimin llevó sus manos hacia los pectorales del militar para poder detenerlo—. Tengo que ir, Park.
—No, usted no puede levantarse. Menos cuando ha recibido tantas puñaladas y golpes. Necesito que se recueste para que se recupere. Ellos se ocuparán de realizar la estrategia y cuando la tengan, si usted está bien, podrá ir, de lo contrario no —contestó Jimin. Jungkook negó, y el más bajo le importó poco, aprovechándose de la debilidad del más alto para llevarlo de nuevo a la vivienda.
Estaba más que claro que el teniente refunfuñó en respuesta cuando lo volvió a llevar a la segunda planta y le recostó en la cama de la habitación principal. Jimin de inmediato subió la camiseta que se había puesto torpemente el militar para revisarlo y, efectivamente una herida comenzó a sangrar de nuevo.
—Se ha abierto una herida —murmuró Jimin, antes de buscar de nuevo el kit de emergencia y comenzar a quitar las vendas de aquel costado—. Usted es bastante obstinado, si le digo que debe quedarse en reposo es por algo. Si usted no mejora, tampoco podrá ir a buscar al teniente Jung —comenzó a aplicar suficiente alcohol en la herida y luego volvió a suturarla—. Nada de esfuerzos, Jeon.
—Estoy bien —respondió Jungkook bastante pálido. Jimin rodó los ojos y negó con la cabeza—. Estoy bastante bien, ¿sabe cuántas veces en la brigada nos hicieron combatir aun cuando estuvimos heridos por disparos? Esto es simplemente cosquillas —concluyó. Jimin se encogió de hombros e hizo un pequeño nudo al final de la herida para terminar de suturar. De paso, revisó de nuevo el torso del militar, dándose cuenta de las antiguas y nuevas cicatrices que este tenía sobre su piel, incluidas las dos que le reconocía Jimin de cuando tuvo que sacarle dos balas en los dos ataques que habían tenido antes de llegar a Iaksok.
Pasó suavemente sus dígitos sobre las cicatrices recientes y, luego trazó las marcas de las heridas antiguas. Jungkook cerró sus ojos ante la mirada analítica de Jimin, y este simplemente siguió revisando. Realmente le sorprendía que aquel hombre tuviese tantas heridas y siguiese en pie. No tenía dudas de que era una persona bastante fuerte. Siguió pasando sus dígitos sobre las heridas cuando el teniente de repente tomó su mano, abriendo levemente sus ojos, deteniendo las acciones ajenas: —¿Aquello es parte de la curación o qué? —preguntó retórico.
—Solo estaba observando, ¿cómo es posible que tenga tantas cicatrices y siga en pie? —preguntó, ignorando la actitud tosca del militar. Estaba bastante intrigado por la historia trazada sobre la piel del hombre que había estado con él por tanto tiempo, y de quién, poco sabía de su vida pasada—. No sé nada de usted, Jeon —dijo, levantándose de la cama para traer un vaso con agua y darle un analgésico al teniente.
—Solo porque no puedo levantarme y parezco a punto de morir le contaré, Park. Pero, acuéstese a mi lado, necesito en donde apoyar mi pierna —le indicó. Jimin rodó los ojos y aunque estuviese haciendo bastante calor por el verano que estaba próximo a terminar, se recostó a un lado del militar, lo suficiente lejos para no tocar las heridas de este. Sin embargo, aquellos no eran los planes de Jungkook, quien al ver a Jimin recostado, con una mano le haló para tenerlo cerca y lo suficiente para que sus respiraciones se mezclasen.
—Está haciendo mucho calor, Jeon —se quejó Jimin, aun cuando no se sentía incómodo al estar tan cerca del cuerpo ajeno, no obstante, aquella posición en la que estaban, en donde se observaban directamente a los ojos y solo unos centímetros le separaban, era bastante íntimo—. Pero si eso es lo que quiere para que me cuente la verdadera historia de usted, voy a sacrificarme —concluyó con bastante ironía al final, y sintió que la mano del teniente postrada al costado en donde él estaba, fue directamente hacia su muslo y le apretó.
—Soy de Busan como supongo que usted también lo es, Park. Siempre quise ser militar, así que cuando cumplí la mayoría de edad me enlisté sin pensarlo. Nunca fui bueno estudiando, era un completo idiota en materia de ciencias, y en todo realmente —comenzó a relatar—. Mi padre estaba bastante orgulloso de que siguiera mi carrera militar... en cambio mi madre siempre quiso que fuera ingeniero o médico. Pero vamos, yo sería la clase de ingeniero que construiría un puente que se caería a los dos días y un médico con reputación de ser el peor de la ciudad —Jimin rió por el comentario y se acercó un poco más, bastante sumergido en el relato de Jungkook—. En lo único bueno que siempre he sido es en los deportes, y en pelear con los del colegio. Así que sí, esa es mi historia, Park. Nada nuevo y nada novedoso.
—Pero ¿y sus padres? —preguntó Jimin, aun teniendo en cuenta que no debieron sobrevivir al apocalipsis. Jungkook aun así no le observó cómo si tuviese un tercer ojo, en cambio sus ojos se obscurecieron gradualmente y decidió bajar la mirada hacia su mano posada sobre el muslo del más bajo—. Perdón, es obvio lo que ocurrió.
—Cuando todo sucedió, tomé todas las armas de la artillería que pude y fui con Hoseok a Busan de inmediato pero ya era muy tarde. Nunca encontré sus cuerpos pero, mi madre estaba discapacitada y mi padre no estaba bien de salud, está claro que no sobrevivieron. A veces pienso que no debí seguir la carrera militar y simplemente haberme quedado en casa, viviendo en la ciudad y cuidando de ellos —respondió Jungkook con nostalgia—. Eran las únicas personas que me importaban, además de Hoseok. Por eso tengo que ir por él.
Jimin no dijo nada, pero se alejó al escuchar que Jungkook no lo consideraba entre aquellas personas que le importaban, y al parecer el militar se percató de ello porque ejerció mayor presión en su agarre sobre el muslo ajeno para que no se alejara: —Eso fue antes de que todo esto pasara, Park.
—Lamento lo de su familia, Jeon —murmuró en respuesta Jimin, y dejó salir un corto suspiro cuando el militar volvió a buscar su mirada—. Sé que hallarán la forma de encontrar al teniente Jung y rescatarlo —Jungkook asintió levemente, y se quedó en silencio.
Simplemente se quedaron allí acostados sin deshacer el contacto visual, y dejaron que las miradas fueran lo único que pudiesen expresar lo que en palabras no eran capaces de admitir.
(...)
Habían pasado ya varios días en dónde la comunidad a pesar de no haber cambiado mucho las actividades curriculares, el principal objetivo por parte de la mayoría era aportar en la búsqueda del lugar exacto en dónde debían tener retenido al teniente Jung y al médico Bang. Jimin para lograr que Jungkook no se esforzara, le prometió que él saldría a rastrear al otro grupo para poder encontrarlo, y aunque el teniente no estaba de acuerdo con que Jimin saliera, el más joven le dijo que estaría bien y le encargaba a Jade mientras él tenía que salir para poder encontrar el lugar exacto en dónde se encontraba el otro grupo.
Jimin no se separaba en ningún momento de Taehyung, y aunque sabía que su hermano era capaz de defenderse por sí mismo, prefería no perderlo de vista. Se habían dividido en pequeños grupos de búsqueda, así que ambos hermanos se encontraban solos explorando la maleza de una zona en donde se podía percibir la marca de los vehículos pasar, por lo tanto, estaban cerca del lugar en donde podría estar el grupo adverso. Jimin siguió a Taehyung, quien era bastante bueno en seguir huellas y pistas en el suelo, mientras él se encargaba de cubrir sus espaldas manteniendo su catana empuñada por si algo llegaba a ocurrir.
—¿Ves esto? —le preguntó Taehyung, de repente deteniéndose y agachándose para tocar el asfalto en donde yacían unas manchas de neumáticos—. Tienen el tamaño de que pertenecen a los camiones de ellos —levantó su vista para ver a su hermano mayor y este asintió—. Debemos estar cerca, necesitamos avanzar.
Jimin asintió, siguiendo los pasos de su hermano, quien lucía cada vez más agotado. Se notaba las grandes bolsas obscuras bajo sus ojos por la falta de sueño y descanso. Llevaban horas caminando sin rumbo fijo hasta que por fin encontraron algo que pudiese llevarlos aún más cerca de su objetivo. Después de un tiempo de seguir las marcas de los neumáticos, estas se perdieron entre la maleza, así que Taehyung decidió subir una pequeña montaña que quedaba a uno de los costados para tener mejor vista de lo que había allí cerca.
En ese momento fue cuando ambos hermanos Park descubrieron un gran almacén resguardado de rejillas y serpentinas de seguridad sobre estas a unos pocos kilómetros de distancia. Ambos se agacharon para que nadie pudiese observarlos y se percataron de los hombres que resguardaban las rejas, otros se encargaban de acabar con unos cuantos caminantes que se acercaban instintivamente al movimiento de carne fresca.
—Debemos volver y avisarle a la comunidad —murmuró Jimin después de grabar en su memoria cuántos hombres yacían alrededor de las rejillas, las armas que visualizaba que tenían y las puertas que lograba localizar a la distancia en la que se encontraban espiando. Estuvo dispuesto a deslizarse colina abajo para que no se dieran cuenta de su presencia, y cuando lo hizo, frunció su entrecejo al ver que Taehyung no bajaba—. ¿Qué haces, Tae? Tenemos que irnos —su hermano se deslizó tiempo después con una mirada bastante sombría y, se dirigió al camino contrario del que debían ir para volver a Iaksok.
—Tengo que ir ahora. Tienen que dejarlo ir —respondió Taehyung. Jimin abrió sus ojos conmocionado y se acercó rápidamente para obstruir el camino de su hermano—. Apártate, Jimin.
—No, escúchame, Taehyung. ¿Cómo vas a entrar cuando hay más de veinte hombres resguardando el lugar? Sin mencionar que no tenemos idea de cuántos hay dentro del almacén. Vas a morir, y te recuerdo que si lo haces, Hoseok también lo hará —contestó Jimin, frunciendo su entrecejo al ver la actitud obstinada de su hermano—. Ya no eres un niño, Taehyung. Eres un adulto y debes comportarte como tal. No puedes actuar de forma tan precipitada.
—Es que no lo entiendes, Jimin —respondió Taehyung a punto de desbordarse en llanto allí mismo—. No puedo ni siquiera respirar bien, me cuesta hacerlo de solo imaginar todo lo que le estarán haciendo allí adentro. Y.... yo estaba peleando con él, ese día trató de hablar conmigo para que dejáramos de discutir pero yo le ignoré.
—Lo siento, Tae. Pero necesitamos de todos en la comunidad para salvarlo, de lo contrario si vas solo sabes que yo te seguiré y ambos terminaremos igual que Hoseok o muertos. Así que necesito que pienses con claridad, tenemos que volver y prepararnos, ¿de acuerdo? —Jimin se acercó y rodeó a su hermano en un fuerte abrazo, dejando que este se desahogara sobre su hombro—. Vamos, debemos volver.
Decidieron caminar en el bosque para evitar encontrarse en la carretera con el grupo enemigo, hasta llegar a un pequeño pueblo en donde dejaron escondido un vehículo para poder llegar más rápido a la comunidad. Cuando lo hicieron, Taehyung fue quién se encargó de dar las coordenadas exactas para encontrar el almacén y Jimin decidió que era hora de ir a descansar antes de planear cómo entrarían a aquel lugar.
Al llegar a la vivienda, Jungkook ya había hecho algo de comer y Jade terminaba su plato. La niña cuando vio que Jimin llegó, salió corriendo hacia los brazos de su padre y este le recibió con un efusivo abrazo.
—Creo que encontramos el lugar —le informó Jimin, llevando entre brazos a Jade hacia la mesa para que terminara de comer. El militar dejó su comida a medias y cambió su actitud relajada a una de atención—. Está a una hora y media de aquí. No es lejos, realmente. Tienen veinte hombres resguardando las rejillas, es algo como un almacén y tienen varias metralletas.
—Mañana debo hablar con Seokjin, tenemos que inspeccionar el lugar para poder entrar y sacar a Hoseok de allí —respondió Jungkook, levantándose del asiento y sirviendo una buena ración de ramen para Jimin—. Debe comer algo, Park. Salió desde la madrugada y debe estar exhausto.
—Tomaré una ducha primero —contestó, antes de dejar un suave beso sobre la frente de Jade, quien trataba de llamar su atención—. Ya vuelvo, cariño —le dijo y ella sonrió.
Después de tomar una larga ducha y cambiarse de ropa, se dispuso a acostar a Jade y arrullarla para que se durmiera rápidamente. Bajó los escalones dispuesto a alimentarse e hidratarse, sentándose frente al mesón para comer la ración que le había dejado el militar, quien se encontraba revisando sus propias heridas frente a un espejo.
—Ya están cicatrizando —murmuró Jungkook—. No importa lo que diga mi médico personal, mañana iré a inspeccionar ese lugar —Jimin prefirió no decir nada. El decirle al teniente que debía reposar era como decirle que hiciera todo el esfuerzo que pudiese, y él no tenía ni siquiera energías para discutir—. Cuando ellos llegaron a la farmacia, yo alcancé a esconder dos cajas de medicamentos detrás de un mural. Se lo informé a Seokjin y las han traído —le contó, antes de bajar su camiseta e ir hacia el sofá en donde reposaba un morral—. También halló mi mochila tirada, así que... aquí está lo que usted me había pedido.
Jimin levantó ambas cejas de forma sorpresiva, viendo cómo el militar sacaba muchos productos de aseo e incluso las cajas de tintura que tanto le había solicitado. Sonrió como todo un niño cuando recibe regalos, y tomó todos los productos. Vio de soslayo que el militar luego cerró rápidamente la mochila, pero aquel detalle lo dejó pasar Jimin.
—Muchas gracias, Jeon —agradeció el más bajo cuando Jungkook volvió a la cocina a refregar los platos sucios. Jimin sabía qué era lo que habían acordado por aquellos objetos, y le pareció extraño que el militar no mencionara aquello. Por tal motivo se acercó a uno de los costados del teniente, esperando que este le hiciera mención del trato, sin embargo, no dijo nada—. Mmm... ¿no se le olvida algo? —le preguntó con tono nervioso, observando el perfil del militar, quien al parecer estaba bastante concentrado en dejar impecable la vajilla.
Jungkook se secó las manos y frunció su entrecejo como respuesta. Jimin se sintió aún más nervioso cuando este se acercó con aquella mirada que podría calarle hasta los huesos, y se inclinó hacia su rostro: —¿Qué exactamente, Park? Perdí mucha sangre los últimos días, la verdad no recuerdo nada —respondió de forma irónica. Jimin aferró sus manos a la tela del pantalón de chándal para tener un punto de apoyo. Eso solo lo hacía cuando se encontraba inquieto y más al ver que el militar se inclinaba más hacia su cuerpo.
Su lado razonable le decía que podía irse de allí y hacer como si aquel trato nunca hubiese sido efectuado. Sin embargo, se sorprendió de sí mismo cuando de forma impulsiva levantó su rostro y se impulsó hacia arriba para presionar sus labios contra los de Jungkook. Sus movimientos fueron lentos e incluso torpes, hasta que el militar le correspondió y llevó sus grandes manos alrededor de su cintura para acercarlo aún más.
El beso no era apresurado ni burdo como los anteriores, eran pausados y, cada uno se tomó el tiempo de explorar la boca del otro sin parecer que se iban a quitar la respiración. Jungkook fue quién interrumpió el beso, después de haber mordido sutilmente el labio inferior de Jimin, para preguntarle: —¿En serio quiere hacerlo, Park?
—No piense que voy a rogarle —respondió Jimin, sin separarse de los fuertes brazos alrededor de su cuerpo—. Pero sí, sí quiero hacerlo. Fólleme, Jeon.
:0 Jimin quiere que lo pen4tren. Sorprendámonos.
Preguntas;; ¿Podrán rescatar a Hoseok vivo? D: ¿por fin veremos el cuchi cuchi ñaca ñaca romántico del kookmin después de 50 caps de la historia? xd. Lo averiguaremos uwu.
En fin, este es el último capítulo del 2020 :0 el tiempo pasó muy rápido en este año de mierda. Así que espero vernos con un cap nuevo el sábado pero si no llego a actualizar es porque probablemente tendré resaca. Aka la alcohólica 😔.
¡Feliz Año Nuevo! Muchas gracias por leer esta historia tan lenta en el kookmin pero con su propia esencia, ahre.
Besitos.
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