Noveno Capítulo.
Capítulo dedicado a:
09.
La ciudad estaba repleta de caminantes, eso era lo único que podía pensar Jimin mientras se adentraban más al área central, sólo allí se dio cuenta lo lejos que se encontraba el almacén y en una zona más segura a lo que podía imaginar. La mayoría de los edificios que pasaban estaban cada vez más destruidos, haciendo poner aún más ansioso al joven de cabellos rubios, quien estaba sentado a un lado de Hoseok. El encargado de manejar esta vez fue el Mayor Ji Chang mientras que el teniente Jeon estaba en el lado del copiloto de la camioneta militar. Varios caminantes al escuchar el ruido del auto comenzaron a seguirlos, sin ningún éxito por sus movimientos lentos.
—No llegaría a imaginarme cómo sería si pudieran correr —escuchó murmurar a Ji Chang de forma tan baja que pareciese hablar consigo mismo, en vez de aportar en deshacer el silencio incómodo que se generó dentro del vehículo. Jimin consideró lo que él había dicho, si las cosas hubiesen sido diferentes y aquellos caminantes pudieran correr, probablemente él ni siquiera hubiese podido sobrevivir a las varias hordas a las cuales se enfrentó cuando estuvo solo.
Jimin frunció su entrecejo al ver que habían pasado varias farmacias, y tratando de no demostrar su desconcierto dejó de observar a sus costados, recostándose sobre la silla de cuero, observando directamente el espaldar delantero. Al parecer ya habían predeterminado el lugar en donde iban a inspeccionar. Sus pensamientos fueron interrumpidos al momento en que Hoseok se removió a un costado y de repente le extendió un cuchillo. Jimin observó primero el objeto y luego giró a ver a Hoseok, este asintió y el de cabello rubio tomó el arma corto punzante en sus manos.
—Téngalo a la mano, estaré siempre protegiéndolo pero si llega a haber el caso en que algo se escape de nuestras manos, debe protegerse. Recuerde, debe atravesar el cerebro, de lo contrario no podrá detenerlos, ¿de acuerdo? —le dijo Hoseok, bastante serio y comenzando a recargar las municiones de varias armas que luego posicionó en sus bolsillos y siguió hablando—. La otra vez encontramos una tienda de conveniencia bastante grande, cerca de allí hay una farmacia. El lugar es bastante grande y, quizás encontraremos lo necesario. La mayoría de las farmacias y almacenes que hemos inspeccionado están saqueados, pero este no fue así. Por eso estamos yendo al otro lado de la ciudad. Mire, necesito que me escuche atentamente; le cubriré la espalda y usted guardará todo lo necesario en este morral —en ese momento, se quitó el morral vacío a su espalda y se lo extendió a Jimin quien asintió y lo colocó sobre su espalda—. Recuerde ser veloz, entre más rápido salgamos de allí, mejor.
Solo unos minutos después la camioneta se adentró al estacionamiento abierto en donde había varios autos abandonados y destrozados, vidrios por doquier y sangre también. Solo había uno de ellos merodeando con lentitud a lo largo del perímetro y cuando todos bajaron del vehículo, quien se acercó a enfrentar al caminante fue Hoseok, quien atravesó con un cuchillo la cabeza del muerto. Cuando terminó, limpió el cuchillo con la propia ropa de quien solía ser antes un ser humano y se acercó al grupo que le esperaba.
—Se ve muy tranquilo a lo que estuvo la vez pasada —habló Ji Chang, recargando una de sus pistolas y señalando la puerta de la farmacia que quedaba cerca de la tienda de conveniencia—. Vamos directamente a la farmacia, si Park no encuentra las cosas que requiere —musitó, observando a Jimin directamente, quien se mantuvo cerca de Hoseok, escuchando atentamente cada una de las palabras profesadas por el militar—. Podemos ir a la tienda de conveniencia, de paso tengo ganas de una buena cerveza. Y bueno, esperemos llegar todos completos —diciendo esto, fue el primero en comenzar el recorrido a la farmacia y divisando entre los cristales mientras los otros se acercaban a sus espaldas—. Al parecer no hay nada, pero no me confío, ¿quién hace los honores? —preguntó y en ese momento, Jungkook abrió la puerta de una patada sin ningún escrúpulo. Esta golpeó contra la pared del recinto, dejando observar una gran farmacia; columnas de medicinas medio vacías en medio de la obscuridad a excepción del final del pasillo en donde una luz titilaba. Jimin pasó saliva intranquilo.
—Pensé que no eras un cobarde, Chang —mencionó de forma retórica Jungkook, recargando su arma, y comenzando a golpear la puerta para hacer el suficiente ruido a la entrada de la estancia. Jimin se escondió detrás de Hoseok, observando cómo dos caminantes salieron entre las sombras y se dirigieron al ruido. Jungkook ni siquiera dejó que avanzaran más de unos cuantos centímetros cuando disparó certeramente en la cabeza de cada uno y finalmente sopló sobre el cañón de la pistola para luego guardarla—. Pan comido —Ji Chang bufó por la respuesta y actitud tomada por su menor en edad y cargo.
—Creo que te has olvidado de ese grandote, Jeon —respondió cuando ya estaban adentrándose a la farmacia, cuando en la mitad de las estanterías les esperaba un caminante bastante grande y robusto. Jimin ahogó un grito de miedo al observar lo destrozado que se encontraba tanto su cara cómo su cuerpo, quedándose detrás de Hoseok y viendo cómo los otros militares comenzaban a regocijarse cuál de los dos primeros acababan con el atemorizante muerto.
Quien ganó fue Jungkook, el cual podía deducir Jimin que por sus movimientos era bastante ágil para acabar con cualquier caminante en un abrir y cerrar de ojos, esta vez había utilizado un gran cuchillo, que luego guardó en uno de los bolsillos que colgaba de sus pantalones militares.
—Bien, si ya dejaron de medirse quién tiene el pene más grande, prosigamos —intervino Hoseok cuando Ji Chang comenzaba a hablar acerca de que Jungkook no hizo un gran movimiento y que el caminante fue bastante fácil de acabar—. Entre Jimin, yo cuidaré de usted —Jimin asintió y entró antes que Hoseok, comenzando a revisar los estantes desordenados.
Duró alrededor de unos cinco minutos en encontrar más de lo que necesitaba, y tomó también varios medicamentos que podría servirles en el futuro. De paso, echo más de diez cajas de crema dental y varios cepillos de dientes, y cuando llego a la zona de los jabones, también empacó unos cuantos, sin mencionar que tomó unos sobres de champú. Observó de reojo que los demás no se dieran cuenta de lo que estaba haciendo, sin embargo, debía aprovechar la salida. Al ver que se encontraba solo en aquel pasillo siguió empacando cosas que necesitaría y decidió finalmente ir en búsqueda de los militares en la gran farmacia.
—Esos son muchos preservativos —escuchó murmurar a Hoseok antes de acercarse al siguiente pasillo de la farmacia, y escondiéndose detrás del estante, comenzó a divisar a través de los estantes que los tenientes Jung y Jeon se encontraban en la zona preservativos. Observando cómo Jungkook tomaba varios de estos y los guardaba en su propio morral—. ¿Quién es la afortunada? —escuchó que preguntaba el teniente Jung.
—No te incumbe, Hoseok —respondió este—. Simplemente uno nunca sabe, cuando necesites puedes pedirme.
—Mejor me llevo mi propia caja —respondió Hoseok carcajeando y tomando una caja de condones—. Gracias por la recomendación, Jeon.
—Ah, mira lo qué hay aquí, esto debería servirte en algún momento —Jimin trató de divisar el producto que le entregó a Hoseok, sin embargo, por la obscuridad iluminada por un bombillo titilante, no pudo percatarse de qué se trataba. Finalmente, cuando Hoseok chasqueó la lengua y aceptó el objeto ofrecido por su amigo, fue cuando se retiraron del lugar y Jimin entró en el pasillo. Donde tomó tampones y toallas higiénicas, pensando en las mujeres del equipo y de paso, con bastante intriga se acercó al lugar de donde Jungkook había sacado el producto, al darse cuenta de que era lubricante, Jimin frunció su entrecejo. Ahora cada vez más sus sospechas se estaban confirmando, y realmente no dejaría que nadie, ni siquiera el amable Jung Hoseok se aprovechara de su hermano menor.
—Bueno, ¿quién me acompaña por un par de cervezas? —escuchó preguntar a Ji Chang cerca de la salida y Jimin se dirigió en esa dirección—. Aquí solo hay bebidas energizantes y agua —siguió mascullando, y tomando de uno de los estantes unos pocos dulces que quedaban—. Park, ¿encontró lo necesario? —preguntó al ver que el primero en llegar a su lugar fue Jimin, con la maleta llena a sus espaldas y con una expresión indescifrable—. Por su cara veo que no.
—No, no es eso, señor Ji Chang —respondió, tratando de calmar sus emociones y no demostrar lo afectado que se encontraba por las sospechas que tenía—. Es solo que todavía me es raro darme cuenta de la realidad —se encogió de hombros y tomó dos paquetes de M&M's para luego guardarlos en uno de los compartimentos de la maleta para su hermano—. También tomé unas cosas que necesitaba.
—Tienes cara de necesitar una fría y buena cerveza, ¡Jeon y Jung, apúrense! —exclamó esta vez enojado viendo cómo minutos después los militares salían del fondo del almacén, no con muy buenos semblantes.
—Silencio —dijo Jungkook apenas llegó a la puerta—. Hay varios muertos tratando de salir por la puerta de la bodega de la farmacia, debemos irnos ahora.
—Yo no voy a volver al almacén hasta que vaya a la tienda por mis cervezas —respondió, sacando una pistola del pantalón y saliendo de la farmacia, caminando con paso firme a través del estacionamiento y yendo a la tienda de conveniencia.
—¿Es idiota o se hace? —preguntó Jungkook con el entrecejo fruncido, y con actitud malhumorada siguió a Ji Chang. Jimin observó a Hoseok, esperando alguna señal de qué deberían hacer y finalmente cuando esté le habló, fue cuando se dio cuenta lo mucho que lo quería abofetear por las sospechas que se estaba aprovechando de Taehyung.
—Si quiere Jimin, podemos entrar también a la tienda de conveniencia, estoy convencido de que extraña algunas golosinas y cosas de paquete —dijo con una pequeña sonrisa, tan amena que Jimin quería abofetearle por la perfecta actuación que encubría la verdadera perversión debajo de esa actitud tan amable.
—¿No es peligroso? —preguntó, encogiéndose de hombros ante la mirada atenta del militar—. ¿No deberíamos esperar en el carro? —ofreció una nueva opción, más inteligente que ir detrás de dos militares a una tienda de conveniencia el doble de grande que la farmacia. Entre más grande fuese el lugar, más probabilidades habían de que hubiese mayor cantidad de caminantes.
—Tiene razón —respondió Hoseok—. Mejor vamos a la camioneta y esperémoslos —en ese momento salió de primeras y Jimin no se demoró en reaccionar, siguiéndolo hacia la camioneta.
Agradecía Jimin que cada uno se sentó lejos del otro, sin embargo, la duda y pensamientos lo carcomían mientras observaba por la ventana a la espera que los otros dos militares se dignaran a volver rápidamente. Movió su pierna con ansias, quería volver y estar junto a su hermano.
—¿Cómo era su vida antes de esto, Jimin? —le preguntó Hoseok minutos después, desvaneciendo el incómodo silencio. Jimin se quedó callado un instante, era una pregunta bastante abierta y podría decir cualquier cosa, entonces miró de soslayo al militar que al otro lado de la parte trasera de la camioneta le observaba—. Ya sabe, su familia, su estudio...
—Era normal. Nunca nos faltó nada, realmente —respondió, encogiéndose de hombros—. Mi padre nos abandonó cuando todavía no acababa la secundaria, lo más sensato es que hubiese prestado directamente servicio militar para conseguir algo de ahorros pero pude ganarme una beca. Mi mamá me ayudó en todo, incluso extendía sus turnos y bueno, yo trabajaba los fines de semana en un cine. Eso es todo, ¿y usted? —le preguntó Jimin para no quedar demasiado descortés.
—Después de comenzar el servicio militar me di cuenta de que era lo que quería seguir haciendo, por eso alcancé el rango de teniente, al igual que Jeon. Juntos decidimos seguir, y próximamente hubiésemos sido ascendidos al cargo de capitán. Como debe imaginar mi familia no sobrevivió, no alcancé a llegar a cuidar de ellos —respondió, sacando de uno de los bolsillos de su pantalón un cigarro. Al ver la confusión en los ojos de Jimin, siguió hablando—. Solo cuando estoy estresado fumo, no es algo de lo que me sienta orgulloso, realmente.
—Lo entiendo —contestó Jimin—. No es de mi incumbencia decirle que no lo haga, pero le recuerdo que es dañino para su cuerpo —Hoseok sonrió mientras bajaba la ventana de su lado y exhalaba el humo—. No sé mucho del campo militar, pero si hubiese sido promovido al puesto de capitán, sólo significa que ha estado por un largo tiempo en esto, ¿qué edad tiene? —preguntó Jimin, bastante intrigado en saber la edad exacta, aunque su mirada no demostraba lo expectante que la respuesta lo tenía, agachó la mirada para observar sus manos.
—Llevo ocho años en esto, Jimin. Ya tengo veintiséis años y lo único en lo que invertí mi vida antes de que este mundo se fuera a la mierda fue en un régimen absoluto —respondió. Jimin pasó saliva con fuerza, dudaba ahora que no fuese percibido el enojo que comenzaba a surcar su cuerpo. Si llegase Hoseok a tener algo con su hermano, quien tenía solo quince años, juraría golpear al militar que le observaba mientras daba una calada profunda al cigarro—. Uh, finalmente vienen —dijo refiriéndose a los militares que salían rápidamente del almacén.
En ese momento ambos desde la parte trasera se irguieron sobre sus asientos al observar cómo detrás de los militares salían varios caminantes rápidamente. Hoseok no esperó siquiera un segundo y se pasó al puesto del conductor, encendiendo la camioneta ya que las llaves estaban colgadas desde un principio.
—¡Vamos, corran! —exclamó Hoseok, sacando su cabeza por la ventana al divisar que eran muchos más de los que podían enfrentar. En ese momento, Jungkook alcanzó a entrar en la parte trasera, aplastando a Jimin y Ji Chang en la parte del copiloto.
Jimin no tuvo tiempo de protestar cuando Hoseok arrancó rápidamente el auto, dejando atrás los golpes de cientos de manos que habían alcanzado a tocar la parte trasera de la camioneta. El joven de cabello rubio al ver que las piernas pesadas del militar seguían sobre las suyas, sin ninguna delicadeza, empujó estas para que este cayera sobre el suelo del compartimiento del vehículo. Vio cómo Jungkook se reincorporó rápidamente y se sentaba al otro extremo, con el cólera surcando su rostro y su respiración estaba agitada.
—Ups, perdón —murmuró Jimin con una pequeña sonrisa y dejó de ver al militar para observar en la ventana del baúl cómo iban dejando los caminantes a sus espaldas.
—¡¿Se puede saber qué ha pasado?! —cuestionó en una exclamación Hoseok, acelerando al máximo la camioneta, comenzando a esquivar varios carros abandonados que se encontraban en el camino.
—Debemos estar preparados, Hoseok. Hay un mayor problema del que habíamos pensado —respondió. Dejando a un desconcertado Jimin, bastante nervioso sobre su lugar y viendo cómo ahora una camioneta ajena salía detrás de una calle que habían pasado y los comenzaba a seguir—. Mierda, espero que en el baúl esté la metralleta.
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En galería pueden encontrar los personajes importantes además de los que ya conocen. También les aviso que estaré dedicando cada capítulo a cada tres personas (de las que comentaron en el capítulo anterior). Si comentaron allí en esa sección, tengan por seguro que tendrán la dedicación de algún capítulo.
¿Creen que las personas que los están siguiendo serán algún problema? ¿Jimin castrará a Hoseok por sospechoso? Todo esto y más en el siguiente cap.
Besos.
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