Decimoséptimo Capítulo.

[Dedicado a: Mica_ARMY_KOOKMIN BaeAkane _mo0nchild_ Ggukie_27 MoonSweeT15 ChantalGuerra JuniorMateotkh kookmin_imnida]

17.



Jimin ignoraba los gruñidos de Jungkook, sabía que debía estar sintiendo mucho dolor, sin embargo, eran necesarias sus acciones para sacar la bala incrustada a un costado de su tórax. Cuando adentró sus dedos de forma más profunda estuvo seguro de que el teniente lo maldijo entre dientes y aunque Jimin quisiese responderle que le respetara, lo que hizo fue seguir sacando el objeto incrustado.

—Si no se queda quieto va a dolerle más, teniente —murmuró Jimin con el entrecejo fruncido y finalmente sacó su dedo índice y pulgar con el artefacto—. Ya está, ahora necesito saturarlo, espero que se comporte como todo un militar y deje de hacer ruido o los caminantes vendrán a hacernos una visita —sentenció Jimin malhumorado, mientras recibía de parte de Haneul una aguja, hilo y gasas que pudieron hallar en la pequeña choza que encontraron en medio del bosque. Era un milagro que hubiesen encontrado un lugar entre la maleza. En la estancia solo había un muerto y Lee se encargó de este.

Jungkook se mantuvo boca abajo esperando que Jimin terminara de saturarlo y comenzase a limpiar sus heridas con el poco alcohol que encontraron en el botiquín de emergencias, y gruñó cuando escuchó levemente una pequeña risa de parte de Jimin, estaba seguro de que aquel joven de cabello decolorado estaba disfrutando de su aflicción.

—Al parecer la bala no afectó ningún órgano vital —murmuró Jimin, subiendo aún más la camisa del militar para seguir examinando el cuerpo fornido sobre la mesa del lugar—. Y realmente tuvo suerte que las heridas con cuchillo no hayan sido tan profundas, lamento para mi infortunio que usted sobrevivirá, teniente Jeon —concluyó y siguió limpiando las heridas que fueron hechas con arma cortopunzante. Jungkook carcajeó amargamente por las palabras de Jimin y simplemente se calló, juraría que si le decía algo ofensivo al más joven, sufriría las consecuencias con sus heridas abiertas.

—¿Puedo intentarlo? —le preguntó Haneul a un lado de Jimin, observando cómo este iba a comenzar a saturar una herida profunda de cuchillo sobre la espalda del militar. Jimin le observó, dándose cuenta del interés de la chica por aprender y asintió.

—De ninguna manera voy a dejar que una mocosa que no tiene experiencia llegue a curarme —respondió un malhumorado Jungkook, incorporándose con sus manos sobre la mesa para observar a los dos jóvenes sobre él y demostrar su desacuerdo en su mirada seria.

—En otra ocasión será, Haneul. El militar es bastante temeroso al parecer, más bien, sigue limpiando con cuidado las otras heridas —respondió Jimin viendo a los ojos a la adolescente quien asintió en respuesta y tomó lo necesario para limpiar las heridas más superficiales mientras que Jimin comenzaba a suturar la herida profunda—. Pensé que no tenía miedo a nada, teniente Jeon —musitó Jimin y Jungkook bufó en respuesta.

—Yo no le tengo miedo a nada, Jimin, en cambio usted le tiene miedo a todo —respondió Jungkook y Jimin no le importó el gruñido del militar cuando la aguja comenzó a atravesar su piel para cerrar la herida. Jimin prefirió quedarse callado, realmente no tenía ánimos de discutir con el militar malhumorado.

Cuando terminó de curarle las heridas, se lavó sus manos en el fregadero y se acercó a Lee quien estaba atento frente a la ventana de la casona para inspeccionar el lugar. Su mirada era bastante seria y agotada, aquel día, el hombre como pudo, cargó al teniente Jeon en su espalda mientras corrían en el bosque para encontrar un lugar y alejarse del destruido recinto que fue el almacén, el lugar en donde alguna vez Jimin se sintió seguro.

—Lo encontré entre los escombros —murmuró Lee cuando se percató del cuerpo de Jimin a uno de sus costados, observando cómo la intensidad de los rayos del sol se apaciguaban por la hora—. El lugar estaba destruido, y el otro grupo se llevó todo, Jimin. Se llevaron los camiones, las municiones y provisiones de comida. Se han llevado todo —aseguró con el entrecejo fruncido—. Lamento no haber podido encontrar a Taehyung por ningún lado, pero el lugar seguía en llamas... lo han destruido todo —murmuró entre dientes, y Jimin se dio cuenta del cólera que surcaba el cuerpo del mayor.

—Gracias por haberlo buscado, se lo agradezco —respondió Jimin—. Usted no encontró su cuerpo, ¿verdad? —le preguntó, abrazándose a sí mismo, observando las ramas de los árboles moverse por la ventisca que resonaba contra los sucios ventanales. Lee negó y Jimin suspiró—. Encontraré a mi hermano, sé que está vivo —sentenció, y Lee le observó de soslayo, sabía que no debía apaciguar la única esperanza que mantenía el joven, así que, decidió quedarse callado y asentir.

—Yo necesito buscar a Jung y a Wang —escucharon decir al teniente Jeon, quien se reincorporó de la mesa con dificultad y se posicionó detrás de ellos—. La última vez que vi a Jung, estaba con su hermano. Podrían estar juntos —dijo observando directamente a Jimin.

—¿Ustedes estaban juntos cuándo todo ocurrió? —le preguntó Jimin, girándose y enfrentando el cuerpo alto del militar, quien se volvía a colocar de manera correcta la camisa llena de sangre y suciedad. Jungkook asintió.

—Estábamos buscando la salida, cuando varios de esos hijos de puta nos encontraron... hubo una explosión y en ese momento fue cuando nos separamos. Quizás estén muertos, pero nunca encontré sus cuerpos, pueden seguir vivos —respondió Jungkook.

—¿Y a dónde cree que irían si estuviesen vivos? —le cuestionó Lee, dándose media vuelta mientras se cruzaba de brazos—. Es difícil saber en dónde podrían estar sí están vivos, incluso pudieron ser mordidos cuando el almacén se infestó de caminantes.

—No encontré sus cuerpos, pueden seguir allí —murmuró Jungkook, terminando de vestirse de la mejor manera posible que podía con su uniforme ya destruido y lleno de suciedad. Dudando también de su propia convicción en que su mejor amigo estuviese vivo.

—Debemos buscarlos —intervino Jimin, buscando desesperado la mirada de Lee, percibiendo la incertidumbre de parte del hombre mayor. Le suplicó con la mirada; sus ojos seguían hinchados al haber llorado por horas, y el solo pensar que podrían encontrar a su hermano, le hacía volver a tener fuerzas para seguir—. Por favor.

—Disculpen, pero ¿y si ya están muertos? Si en el caso hipotético de que los encontremos infectados, ¿cuál sería el plan? —respondió Lee dubitativo, frunciendo su entrecejo y posando su mirada en la adolescente que estaba a unos cuantos metros de ellos, observando a sus pies y sollozando aún por la pérdida de su hermana—. Yo también debo pensar en Haneul, debo cuidar de ella. Y si ese grupo que nos destruyó sigue allí en la ciudad, significa también un gran peligro para nosotros.

—Solo será un par de días, si no los encontramos debemos ir al paralelo 38 —respondió Jungkook—. Ese era el plan inicial, conozco lo suficiente a Jung como para saber qué haría aquello si estuviese vivo. Podemos buscarlos en el camino también—indicó—. El problema es que esos hijos de puta han tomado nuestras municiones y todos los vehículos, debemos entrar a la ciudad y buscar lo necesario para seguir el camino.

Por primera vez desde hacía semanas en que Jimin conocía al teniente Jeon, estuvo de acuerdo con sus palabras. Sabía que el hombre solo se preocupaba por los otros tenientes, sin embargo, si aseguraba que había visto a Taehyung con el teniente Jung, le daba una gran esperanza en que su hermano estuviese a salvo. Jimin ni siquiera dijo alguna palabra para demostrar su apoyo a la idea, simplemente asintió y volvió a ver a los ojos de Lee, este al ver su expresión de esperanza, soltó un suspiro y asistió.

—De acuerdo, nos quedaremos tres días para buscarlos en la ciudad, mientras encontramos lo necesario para volver a retomar el plan inicial, si no los encontramos en ese tiempo debemos irnos. Por el bien de todos —respondió Lee. Tanto Jimin como Jungkook asintieron en acuerdo a las palabras del hombre mayor—. Deberían descansar, yo prepararé algo de comer. Aún hay comida en este lugar —dijo Lee y ellos volvieron a asentir.

Por su lado, Jimin se acostó en uno de los sillones de la pequeña sala de estar porque Jungkook fue más rápido y había tomado la única cama de la pequeña casona rústica. Sin embargo, el estudiante de medicina estaba tan cansado que apenas cerró sus ojos, cayó en un profundo sueño.

Cuando despertó fue por los rayos de la luz de la plena mañana colarse entre los sucios ventanales del recinto. Un poco desorientado observó a sus costados, percatándose que Lee se encontraba en un mueble a su lado durmiendo y Haneul por su parte estaba sobre un montón de colchas en el suelo de la sala. Jimin observó el reloj que yacía alrededor de su muñeca, dándose cuenta de que eran pasadas las siete de la mañana y se reincorporó. Debía encontrar a Taehyung, y sin importar su orgullo, fue directamente a la pequeña recamara para buscar a Jungkook y poder comenzar la búsqueda.

Y lo menos que pensó al abrir la puerta era encontrar al teniente desnudo, cambiando su ropa destrozada por unos vaqueros simples y una camisa que debió tomar de la simple repisa que sostenía la ropa. Jimin se dio la vuelta de inmediato para respetar la intimidad del militar, escuchando cómo este mascullaba a sus espaldas.

—¿Nunca le enseñaron a tocar la puerta antes de entrar? —le preguntó y Jimin rodó los ojos, cruzándose de brazos para luego apoyarse contra el marco de la puerta.

—Necesitamos salir a empezar la búsqueda, por eso he venido —masculló Jimin, escuchando a sus espaldas los movimientos de Jungkook—. Y respecto el no haber llamado a la puerta... está no es su casa. Así que no debería tener respeto por usted —Jimin escuchó como Jungkook chasqueaba su lengua y el joven de cabello blondo dejó salir un largo suspiro. Al parecer no podían siquiera estar hablando por más de cinco segundos antes de despotricar uno del otro.

—Por eso me estaba vistiendo —respondió Jungkook ahora acercándose a Jimin y saliendo de la habitación sin pedir disculpas, empujando el cuerpo del más bajo—. Lleve su arma y una botella de agua. Volveremos por la noche.

Lo que menos quería Jimin, cuando se quejó al momento en que su cuerpo fue empujado de forma despectiva por parte del militar era salir solo con Jungkook a una expedición que duraría todo el día. Por eso, sin pensarlo, dejó caer la pistola de su bolsillo para hacer el estruendo necesario para despertar a Lee. Jimin se hizo el desentendido cuando este se despertó bastante desorientado observando el lugar a su paso.

—¿Qué sucedió? —preguntó Lee, observando al militar y al joven, los cuales se observaban de forma que se ahorcarían en cualquier momento—. ¿Saldrán ahora? —Jungkook asintió y Lee se levantó para recostarse en un sillón más grande. En ese momento Jimin perdió las esperanzas de no pasar tanto tiempo a solas con Jungkook—. Bien, nosotros más tarde con Haneul iremos a conseguir más comida y trataremos de encontrar un vehículo, estaremos aquí por la noche. Creo que este lugar es más seguro que en la ciudad.

—Nosotros volveremos por la noche —respondió Jungkook. Jimin decidió agacharse para tomar el arma que había dejado caer para hacer estruendo. Guardándola en uno de sus bolsillos, y volviendo a pasar a través por el marco de la puerta, empujando al militar lo más fuerte que pudo para tomar una chaqueta que colgaba del estante de la ropa.

Lee asintió antes de darles la espalda y seguir durmiendo. No sin antes dar una rápida plegaria a quien fuera para que Jungkook no llegase a matar a Jimin, y decidió acomodarse mejor, ignorando los pasos y el sonido de la madera bajo las pesadas botas militares. Había visto la mirada suplicante del joven de cabello blondo, sin embargo, su lado razonable le decía que debía dejar que ellos dos pudiesen convivir solos.

—Si me retrasa, no lo esperaré. Si lo muerden, no lo traeré de vuelta. Si llega a perderse, no lo buscaré —siseó Jungkook cuando salieron de la casona y comenzaron a caminar a lo largo del bosque. Por su parte, Jimin ni siquiera se inmutó por las palabras sin tacto del militar.

Al pasar el tiempo, Jimin maldijo entre dientes varias veces cuando perdía el equilibrio al tropezarse con las raíces de los árboles, tratando de seguir el rápido caminar del teniente que se mantenía frente a él a varios metros de diferencia. Por su propia dignidad no le suplicaría que bajara la velocidad de sus pasos. Así que, como pudo, siguió el camino detrás del teniente y finalmente arribaron a una carretera.

—¿Ha estado aquí antes? —le preguntó Jimin, corriendo para poder alcanzar al militar. El cual se veía menos intimidante sin su uniforme, de hecho, Jimin podría jurar que se veía mucho más joven de lo que aparentaba. Por su lado, el teniente no le respondió y Jimin frunció su entrecejo, decidiendo prestar atención a la carretera que suponía debía llevar a algún lado de la ciudad—. ¿Alguna vez va a dejar de ser tan grosero? —le reprochó Jimin minutos después y como era de esperarse tampoco recibió respuesta.

Quizás debieron caminar más de una hora hasta llegar a divisar las primeras pequeñas casas en una de las tantas entradas de la ciudad, realmente Jimin no se percató de la hora o tal vez fueron solo minutos, sin embargo, pasar el tiempo con el militar era como estar solo, lo que hacía que el tiempo se volviese más largo. Cuando en una de las primeras calles vieron un pequeño vehículo en un mejor estado que otros, Jungkook detuvo sus pasos y sacó una pequeña navaja de uno de sus tantos bolsillos para poder abrir la puerta para comenzar a encender el vehículo, encargándose de abrir el comportamiento debajo del volante para encontrar los cables del motor.

Jimin decidió rodear el vehículo y sentarse en el asiento del copiloto. No le llamaba mucho la atención quedarse afuera, al parecer no había señal de que algún caminante estuviese allí, sin embargo, prefería ser precavido. Volteó su rostro para ver a Jungkook, inclinado bajo el volante y frunció su entrecejo al darse cuenta de que las llaves del vehículo colgaban del manubrio. Bufó con mofa e inclinándose, giró estás para encender el vehículo, y de inmediato escuchó un gruñido de parte del militar.

—A veces hay que utilizar el cerebro, teniente Jeon —murmuró Jimin, observando cómo el militar se reincorporaba y se sentaba sobre el asiento antes de cerrar la puerta del vehículo. Jungkook de inmediato volteó a verlo y Jimin pasó saliva pensando que le iba a ahorcar de nuevo, sin embargo, la mirada de Jungkook se desvió de Jimin para centrarse en un punto fijo a uno de sus costados.

—No se mueva —murmuró Jungkook y el joven abrió sus ojos conmocionado, sintiéndose nervioso al instante—. Cuando le diga que se agache lo hace rápidamente, ¿de acuerdo? —le indicó y Jimin simplemente pasó saliva—. ¡Agáchese ahora! —exclamó y Jimin de inmediato lo hizo, viendo de soslayo como Jungkook sacaba su arma y disparaba a través del ventanal para luego presionar el acelerador—. Esos malditos hijos de puta del almacén siguen aquí —dijo cuando un asustado Jimin volvió a reincorporarse sobre el asiento—. Ellos mismos fueron los que destruyeron el almacén, deben estar rodeando la zona, ¡maldita sea! —golpeó el volante con fuerza, comenzando a adentrarse en unas estrechas calles.

Jimin se percató en el espejo retrovisor como varias camionetas los empezaron a perseguir y pasó salvia con fuerza, apretando sus manos en puño para poder calmar el nerviosismo que se apoderaba de sus sentidos. Jungkook giró hacia la derecha adentrándose a un nuevo pasadizo y cuando menos esperaron una camioneta apareció en frente de ellos y les embistió con fuerza.

Lo último que sintió Jimin fue cómo su cabeza golpeaba la guantera del vehículo con auge y el golpe fue tan fuerte que le hizo caer inconsciente.

**

Primera vez que el kookmin sale y los persiguen. Con un demonio lo que faltaba )):

¿Creen que Hoseok y Taehyung están vivos? ¿Qué creen que sucederá con jm y jk? Lo averiguaremos.

De paso quiero avisar que la próxima semana habrá maratón, solo les pido que me den su bello apoyo uwu.

Gracias por sus votos, comentarios y mensajitos que me dejan, son un amor.

Besos.

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