Decimocuarto Capítulo.
Dedicado a:
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14.
Jungkook de inmediato se recompuso y con el entrecejo fruncido empujó a Jimin contra la columna, el más bajo trató de alejarse lo más rápido posible, sin embargo, cuando menos esperó Jungkook ya estaba apresando su cuerpo, lo suficiente para generar pánico en Jimin. La mirada del militar denotaba la ira, comenzando a apresar el cuello del joven con sus manos, de inmediato Jimin reaccionó y buscando a tientas en sus bolsillos encontró la navaja que le había dado el mismo militar en la bodega.
Sin titubear sacó esta y empuñándola, acercó el filo a la cara del militar, quien no estaba ejerciendo tanta fuerza en su cuello como la vez anterior. Jimin no descubrió ningún atisbe de sorpresa en los orbes obscuros del militar, pareciera como si no le importasen sus acciones.
—Le dije que la próxima vez que usted siquiera me golpeara, me encargaría de echarlo del grupo —respondió—. ¿Pero por qué mejor no partirle el cuello de una vez? —Jungkook tensó su mandíbula, y aunque no presionaba lo suficiente para hacer que Jimin dejara de respirar, Jimin se estaba ofuscando. Acercando ahora el filo de la navaja contra el cuello del militar.
—Antes de que eso pase, yo le cortaré la carótida y moriría en minutos, ¿ahora en serio quiere retarme? —respondió Jimin, manteniendo la mirada del militar. Jungkook ejerció mayor fuerza alrededor de su cuello y de misma forma, Jimin hincó la punta de la navaja contra el cuello de este, viendo cómo la piel ajena se abría superficialmente—. Además, si piensa echarme, ¿usted cree que dejarían ir al único médico y quien salvó la vida del jefe? ¿Realmente cree usted que preferirían a un simple militar cuando hay varios de ellos, en vez de al único médico? —preguntó de forma retórica y finalmente el teniente aflojó el agarre del joven—. No se meta conmigo, teniente. No soy el idiota que usted cree que soy —y diciendo esto, Jimin se alejó, dispuesto a respirar en un ambiente diferente al militar que había quedado bastante enojado por sus palabras.
(...)
La relación con Taehyung mejoraba gradualmente, todavía estaba bastante herido por el comportamiento que había tomado por sus celos. Jimin seguía practicando con Hoseok, y aunque, no estaba de acuerdo con que Taehyung llegase a sentir interés por el teniente Jung, trataba de no comportarse muy afectivo con Hoseok frente a su hermano menor. Se había dado cuenta de la mirada de tristeza que mostraba Taehyung siempre que Hoseok no le ponía atención y Jimin trataba de no darle más motivos para que la pelea siguiera. Su hermano menor estaba en plena adolescencia, aún recordaba lo imbécil que él mismo se había comportado en aquella época. Así que, Jimin estuvo dispuesto a poner de su parte.
Siguió hablando con Jisoo, aunque ahora trataba de no acercarse mucho para evitar gustar más de ella cuando era claro que la joven ya había elegido a una pareja potencial en aquel grupo, al mismo idiota que le estaba haciendo la vida imposible en las clases de armas. Le estaba sacando de quicio que siempre utilizaba a Jimin para los ejemplos y le hacía quedar en ridículo. Y bueno, Jimin no es que ayudará mucho para que no siguiera molestándolo porque él mismo se acomplejaba pensando que no podía disparar al objetivo de cada clase.
—Debes pararte bien, Jimin —le había dicho su hermano cuando este se levantó dispuesto a ser el siguiente en disparar al único objetivo que había puesto Jungkook a metros en el recinto de entrenamiento—. Y trata de enfocarte, piensa que el teniente Jeon no está allí.
Jimin asintió bastante nervioso, al inicio del entrenamiento de ese día Jungkook había dicho que quien no disparara al objetivo, necesitaría un incentivo semejante a la realidad para que pudiesen mejorar en puntería. Ni siquiera quería imaginar a qué se refería con algo más realista. Así que, tomando el arma en sus manos, se tensó frente a la línea de tiro y sin meditar muy bien decidió disparar, fallando como era costumbre.
Y al parecer fue el único que no pudo disparar a la almohada que se había puesto como foco de tiro. Solo al saber eso, fue como recibir un balde de agua fría. Volteó a observar de inmediato al militar que en vez de esperarle con el entrecejo fruncido y enojado como siempre, ahora suplantaba su emoción de mofa por una sonrisa. Una sonrisa que demostraba un secreto personal, de inmediato, Jimin se alertó.
—Veamos, niño, cómo reaccionará a una situación real. Necesita despertar el instinto de supervivencia —le dijo Jungkook cruzándose de brazos y comenzando a visualizar a los presentes—. La clase ha terminado —todos asintieron, recogiendo sus cosas y comenzando a salir a excepción de Taehyung que se quedó esperando a su hermano—. Su hermano mayor se quedará conmigo, así que largo —se refirió el militar a Taehyung, quien buscando la mirada de Jimin para su aprobación, finalmente salió del recinto.
Jimin en ese momento, trató de disimular el leve temblor de sus manos, guardándolas entre los bolsillos de su pantalón y tratando de demostrar indiferencia a lo que Jungkook le pondría a hacer. El militar a una distancia de un metro, con sus brazos cruzados y su entrecejo fruncido; malhumorado como siempre le indicó con sus dedos que le siguiera. El joven podría huir en cualquier momento, excusándose que debía encargarse del general Woo, sin embargo, no quería demostrar su debilidad y menos frente al teniente Jeon. Así que simplemente le siguió a una nueva parte del almacén, y al darse cuenta de que estaban yendo a la parte trasera para salir del recinto de inmediato se puso nervioso.
Los rayos del sol le golpearon sobre el rostro y entrecerrando sus ojos se dio cuenta que Jungkook caminaba despreocupadamente. Lo único que alejaba la parte trasera del almacén al exterior eran las rejas de seguridad del recinto. Siguiendo al militar que volteó en una esquina del lugar, comenzó a escuchar aquel sonido que solían emitir los caminantes y al ver después de doblar la esquina un caminante ajustado con una cadena a un cilindro hizo detener a Jimin a mitad del camino. Jungkook se quedó a unos cuantos metros del muerto, viendo cómo este reaccionaba a su presencia y trataba de zafarse de la cadena, extendiendo sus brazos para poder llegar a conseguir algo de alimento.
—A esto me refería con una experiencia realista —dijo Jungkook volteándose para ver a Jimin, quien estaba a punto de salir corriendo del pequeño pasadizo de la parte trasera del almacén. Sin embargo, el militar le acercó el arma de fuego—. Dispárele, demuestre que no es tan débil e inservible como parece —Jimin negó de inmediato.
—No puedo hacerlo —respondió Jimin temblando sobre el lugar y comenzando a frotar sus brazos sobre la tela del suéter, realmente no podía disparar. El militar bufó y observándolo de forma más grotesca, le siguió indicando.
—Juro que si no lo hace ahora, soltaré la cadena para que tenga que hacerlo por supervivencia —respondió Jungkook, y finalmente Jimin aceptó el arma en sus manos. Vio cómo Jungkook se alejaba de su cuerpo y se posicionaba contra el muro de la bodega, sacando un cigarro y comenzando a fumar a la espera de que el joven de cabello blondo decidiera afrontar sus miedos y hacerlo—. Si quiso degollarme, ¿por qué no dispararle a un muerto? —le preguntó retóricamente el militar, para luego dar una profunda calada al cigarro.
—Porque él no me ha hecho nada, de hecho, siento más simpatía por este caminante de la que tengo por usted —respondió Jimin, encogiéndose de hombros y preparándose para apuntar a la cabeza del muerto. Aunque el caminante estuviese a metros de su cuerpo, extendiendo sus brazos para poder alcanzarlo, Jimin sentía la ansiedad atormentándolo. Jungkook sonrió de soslayo por la respuesta del menor y se cruzó de brazos manteniendo el cigarro entre su boca, esperando a que el joven decidiera disparar.
De repente, la cadena comenzó a resonar con mucho más fuerza, Jimin abrió sus ojos conmocionado al ver que estaba cediendo por la fuerza ejercida del caminante y giró a ver a Jungkook que parecía desinteresado en que la cadena se rompiera.
—Si viene por mí, yo podré defenderme, pero si llega a llamarle más la atención un cuerpo más delgado y de cabello decolorado, no podré hacer mucho al respecto —Jimin comenzó a temblar y cuando se soltó la cadena, jaló del gatillo una vez, fallando en el tiro; el segundo le dio en el brazo sin poder derribarlo y cuando estaba a punto de alcanzarlo, el disparo de alguien más detuvo al caminante cuando le atravesó el cerebro. Jungkook seguía recargado contra la pared y desinteresadamente guardó el arma que había sacado de su bolsillo con una mueca de insatisfacción en sus labios después de haber derribado al caminante—. Prueba fallada, niño.
Y Jimin cayó sobre sus rodillas comenzando a sollozar por el temor que había sentido al ver que no había podido defenderse y que probablemente hubiera perdido la vida allí mismo. Pensó que el teniente Jeon se había retirado del lugar, hasta que vio como a su lado era tirada una colilla de cigarro y una mano se le extendió. Jimin se limpió las lágrimas traicioneras con el dorso de la mano y aceptó que le ayudase a reincorporarse. Jungkook lucía serio como siempre.
—El mundo que ahora nos rodea no es apto para alguien que se mentaliza a sí mismo que no puede protegerse —le dijo Jungkook—. Quédese con el arma y practique en la madrugada si es necesario, tiene silenciador y no acaparará la atención de los caminantes. Porque esto no es lo más difícil, lo más difícil sucederá cuando nos dirijamos a Seúl y lleguemos luego al paralelo 38. Espero que se prepare, porque nadie puede protegerlo a usted más que sí mismo —y dicho esto, dejó solo a Jimin con el arma en sus manos mientras observaba cómo la sangre salía de la cabeza del caminante derribado.
Esa noche estuvo hablando hasta altas horas con Jisoo sentados en unas escaleras mientras compartían los últimos chicles que le quedaban en la caja a la joven. Jimin había tratado de no seguirse ilusionando con la bella chica y tampoco quiso preguntarle si tenía alguna relación con alguien del grupo, él pensaba que no era su incumbencia y bueno, a veces prefería que Jungkook estuviese con ella porque sabría que podría cuidar de Jisoo más de lo que él podría hacerlo.
—Veo que Taehyung ya no está enojado contigo, espero que se haya disculpado por haberte golpeado —le dijo ella cuando Jimin dejó salir un largo suspiro—. Sé que es un adolescente y a esa edad suele uno comportarse de manera irracional pero eres su hermano, eres lo único que tiene en este mundo y debería saberlo —Jimin asintió, aún seguía enojado con Taehyung por obvias razones, no obstante, trataba de aparentar que todo estaba bien.
—Se ha disculpado pero quiero castigarlo de cierta manera —respondió Jimin, encogiéndose de hombros—. Gracias por hablar conmigo, me hace sentir mejor —le dijo cuando decidieron levantarse para poder ir cada uno a su lugar de descanso. La joven le sonrió y Jimin reaccionó de igual manera que un adolescente hormonal, se acercó y dejó un rápido beso sobre los labios de la chica antes de salir huyendo al otro lado del almacén para evitar algún rechazo por sus acciones.
Esa noche durmió con una pequeña sonrisa tímida sobre sus labios e ignoró los ronquidos de Lee, que le atormentaba sus sueños, pero no lo suficiente para que no pudiese pensar en la chica más preciosa e inteligente que había conocido en su vida.
(...)
Jimin se encargó de practicar durante días y sin descanso su puntería contra las latas que había dejado Jungkook, esperando poder mejorar y sí lo había hecho, no como uno de los mejores, sin embargo, sabría que si llegase a haber el momento en que un caminante se le lanzara y tuviese un arma de fuego, sería capaz de dispararle en la cabeza antes del tercer intento.
Su hermano le animaba, y aunque Jimin quisiera perdonarlo, aún su comportamiento de hacía unos días le seguía doliendo, por tal motivo, seguía siendo lo más cortante posible con Taehyung, ahora solo le daba media galleta cuando antes le daba una completa, por ejemplo.
En dos días, se había decidido que saldrían de la ciudad y emprenderían camino directamente a Seúl para luego tomar el camino al paralelo 38. El general Woo había mejorado considerablemente, alentando al equipo, decidiendo que ya era tiempo de encontrar un mejor lugar detrás de la frontera. Aunque Jimin mantenía las esperanzas de que sería su lugar de supervivencia, poco confiaba en que los norcoreanos se hubiesen lamentado y decidido ayudarles en una escapatoria.
Su madre siempre le había dicho que era una persona muy susceptible y vaya que lo era, sin embargo, mantendría sus esperanzas en que sería la mejor opción, solo esperaba que fuese un lugar en donde su hermano creciera a salvo.
Esa tarde, después del entrenamiento, Jackson les había avisado que debían acompañarlos junto con Jongsun para revisar unas cuantas propiedades a las salidas de la ciudad y poder encontrar las suficientes provisiones, puesto que decidieron no volver a la tienda de conveniencia del otro grupo para evitar altercados y el resto de los almacenes más pequeños, ya se habían requisado. De igual manera salieron otros dos grupos de expedición para buscar en diferentes zonas de la ciudad.
—Espero que saques tus instintos de supervivencia —le dijo Jongsun cuando subieron a la camioneta—. Quiero verte patear traseros, Park —Jimin le sonrió.
Taehyung por su parte, se quedó a su lado todo el tiempo hasta que la camioneta en donde solo iban el teniente Wang y el mayor Ji Chang se detuvo frente a un prestigioso vecindario del área metropolitana. Bajando de la camioneta, cada uno se dispuso a sacar su arma esperando no tener que usarla, a excepción de los militares que se encontraban haciendo apuestas de quién lograba derrotar a más caminantes. Jongsun volteó los ojos bastante agobiada por la actitud de los militares y Taehyung simplemente se aferró al brazo de Jimin antes de que decidieran entrar a un hogar al azar.
—¿Quién hace los honores? —preguntó el teniente Wang cuando estuvieron en el pórtico de la gran casa. Jongsun simplemente golpeó la puerta, abriéndola y adentrándose sin titubear. Jackson chifló bastante cautivado por la actitud de la mujer e inmediatamente fue detrás de ella. Por su parte, Jimin y Taehyung se quedaron fuera a la espera de cualquier señal, y al escuchar que se encontraba todo despejado, entraron directamente al fondo de la casa para buscar la cocina.
Taehyung y Jimin se encargaron de empacar en varias bolsas la comida que encontraron, al igual de cualquier bebida mientras que los otros estaban encargados en buscar mantas, abrigos, productos de aseo y lo necesario para lo que vendría. Por su parte, cuando los hermanos Park terminaron, se dirigieron a la sala y Taehyung se sentó sobre un gran sofá de cuero.
—Mamá siempre quiso que viviéramos en una casa así —dijo Taehyung con melancolía, Jimin asintió mientras inspeccionaba la sala, cuando algo colgado sobre la pared como adorno llamó su atención. Se acercó paulatinamente para cerciorarse de lo qué se trataba el objeto, y sonrió al darse cuenta de que era algo que siempre Taehyung quiso.
—Y yo he encontrado algo que siempre quisiste —respondió Jimin, tomando de la pared el estuche de una espada entre sus brazos y giró para mostrársela a Taehyung, quien al percatarse del objeto, abrió sus ojos con conmoción—. Siempre quisiste una catana, ¿no es así?
Jimin le extendió la espada a Taehyung, quien con apreció y emoción la aceptó. El hermano mayor pensaba que eso sería como una ofrenda de paz entre la pelea absurda entre ambos, al fin y al cabo el futuro era incierto y debía aprovechar el mayor tiempo que tuviese junto a Taehyung.
**
Al parecer jk y jm se van a matar antes de que lleguen a la frontera, ups.
He visto por ahí comentarios que creen que jk cogió con jisoo bc sabía que jm sentía algo por ella, ¿quién lo cree así? Porque a mi parecer a jk le vale vrgg todo y más jm. ¿Qué creen que la paz entre los hermanitos? ¿Habrá más drama? ¿Habrá acción? Todo en el próximo capítulo.
Muchas gracias por sus bellos comentarios y mensajitos, son un amor uwu.
Besos.
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