Cuadragésimo tercer Capítulo.
Advertencia: capítulo con 🍋. No es romántico pero es consensuado. Simplemente disfruten.
43.
Jimin abrió sus ojos de tope al escuchar aquellas palabras, aún desorientado por el fuerte orgasmo que había acabado de tener y con la poca fuerza que le quedaba alejó al militar, recomponiéndose sobre sus pies mientras a tientas se subía el pantalón correctamente. Haciendo enfurecer al teniente de inmediato, quien lo tomó de los brazos y le observó colérico.
—Le hice la mejor mamada de su vida, ahora es su turno de devolverme el favor, Park —le acusó. Jimin pasó saliva, sintiéndose bastante nervioso al sentir el rostro de Jungkook acercándose a él de forma amenazadora, sin mencionar que el cuerpo del militar era mucho más grande comparado al suyo, aun cuando el teniente había adelgazado por la falta de comida.
—Pues se equivoca, Jeon. He tenido mejores mamadas, el trato era recibir la mejor y bueno... No fue la gran cosa. Ahí tiene su comida, me iré a dormir —respondió evasivamente Jimin, tratando de buscar un espacio entre la mesa de la cocina y el cuerpo del militar.
De repente, Jungkook hizo girar el cuerpo de Jimin para presionarlo contra el mesón, y el joven por inercia jadeó, tratando de zafarse de las manos del militar sobre sus caderas. Sentía cómo el militar se acercaba a su espalda y se inclinaba hacia su oído, Jimin apretó sus labios tratando de no demostrar todos los sentimientos que se apoderaban de él.
—Yo he cumplido con mi palabra, Park. Ahora usted debe cumplir la suya, ¿en serio es tan cobarde de no cumplir con su parte del trato? —le preguntó con voz autoritaria. Aquella que hacía sentir a Jimin inferior.
—Ni crea que seré yo quien recibirá —murmuró Jimin, tratando de zafarse, aun cuando sentía que su cuerpo era controlado por la musculatura del militar, el cual utilizaba su anatomía para mantenerlo sobre aquel lugar, sin poder zafarse—. Suélteme, Jeon.
—Sé que quiere esto, Park —musitó Jungkook contra su oído—. Tanto usted como yo necesitamos desahogarnos.
—No voy a dejar que me la meta, Jeon —sentenció Jimin—. He cambiado de opinión.
Eso hizo enfurecer aún más a Jungkook, quién golpeó con fuerza sus manos en puños contra el mesón. No podía creer en serio que le había hecho sexo oral a un hombre, para que al final no pudiera conseguir nada a cambio. Inhaló profundamente tratando de apaciguar el cólera que se apoderaba de su cuerpo y exhaló contra la moña de Jimin, la cual ya estaba bastante despeinada por lo que había ocurrido momentos antes.
—Yo he mantenido mi palabra en todos los acuerdos que hemos tenido. No puedo creer que sea un mentiroso, Park —contraatacó el militar. Jimin tembló ligeramente, tratando de aguardar la compostura—. ¿Cómo usted se hubiera sentido si después de que me hiciera la mamada le hubiese dicho que no iríamos a buscar la comunidad? Se sentiría usado, ¿verdad? —le preguntó y Jimin simplemente se quedó callado. Jungkook rió amargamente, alejándose del cuerpo ajeno—. No cuente conmigo para nada, Park.
Jimin tenía una pelea interna en ese preciso momento, sabía que estaba faltando a su palabra. Inhaló profundamente, luego negó con la cabeza y maldijo entre dientes antes de girarse, observando al militar yéndose a la sala dispuesto a tomar una siesta.
—De acuerdo, trato es trato, Jeon —respondió Jimin. El militar detuvo sus pasos de inmediato, mientras que el cuerpo del más joven temblaba por los nervios. Realmente no podía creer que estaba aceptando tener sexo con un hombre, y no solo eso sino ser el que iba a recibir, sin embargo, no podía perder la confianza que Jungkook tenía en él—. Pero con varias condiciones, claro está.
El militar de inmediato se dio media vuelta, observando atentamente a Jimin mientras cruzaba los brazos y golpeaba el interior de su mejilla con su propia lengua, demostrando un poco el descontento al darse cuenta de que Jimin seguía poniendo condiciones.
—Escucho, Park —concluyó Jungkook.
Jimin pasó saliva y llevó su mano hacia la nuca para rascarse, tratando de mantener sus emociones a raya—: No vaya a ser un bruto, ¿si? No vaya a lastimarme —murmuró la última parte, manteniendo el contacto visual con el militar—. No tenemos nada para una preparación adecuada, así que le pido... no, le suplico que si le digo que me está doliendo, usted se detendrá —el teniente asintió a cada palabra de la petición del joven de cabello rubio.
—¿Está de acuerdo entonces, Park? —le preguntó por última vez y Jimin dejando salir un profundo suspiro, asintió. Jungkook elevó una ceja bastante sorprendido por la convicción del menor, realmente pensaba que no iba a acceder.
Así que, caminó directamente a su mochila para buscar en el bolsillo los objetos que había conseguido hacía un largo tiempo dentro de una farmacia y no los había utilizado. Sacó una pequeña botella de lubricante y un condón, quizás estaban ya caducados pero era lo mejor que tenía en ese momento y tampoco pensaba lastimar a Jimin.
Tomó los objetos y caminó directamente hacia Jimin quien al identificar de qué se trataba, abrió sus ojos bastante sorprendido. Ahora comprendía porqué a veces el militar se perdía entre los estándares de la farmacia. Y un poco de alivio se apoderó de su cuerpo, sin embargo, no lo suficiente para no sentir sus labios secos.
—Jeon, una última condición —musitó Jimin en un hilo de voz cuando el militar ya estaba frente a él. Jungkook asintió comprensivamente y se detuvo—. Nada de besos, ¿de acuerdo? —sentenció y el militar sonrió con gracia.
—Créame Park que eso es lo último que haría con usted —concluyó. Jimin asintió y se giró para observar a través del sucio ventanal de la cocina las ramas de los árboles moverse por el viento. Él estaba temblando cómo si estuviese allí afuera recibiendo la ventisca directamente, y luego sintió la mano del militar sobre su cintura—. Tranquilícese, no voy a hacerle daño.
Jimin asintió, tratando de no seguir temblando. Sabía en lo que se había metido desde que aceptó el trato, y quizás lo había hecho por desesperación porque él también quería liberar su tensión sexual, hacía mucho tiempo que no tenía relaciones sexuales, necesitaba liberarse pero con una chica, no él precisamente siendo la chica.
Dejó que Jungkook bajara su pantalón lo suficiente, para luego sentir cómo el hombre realizaba cada acción con duda. Jimin no dijo nada cuando el militar acarició y apretujó sus nalgas, simplemente se sobresaltó sobre el lugar, manteniendo sus manos sobre la madera del mesón. No sabía a qué rayos estaba jugando Jungkook, pero la ansiedad lo estaba carcomiendo.
—Jeon, no necesito preámbulos —le indicó Jimin, frunciendo su entrecejo al sentir que el militar seguía acariciando sus nalgas y apretujándolas cómo si fuese un juguete. De repente, este se detuvo al escuchar las palabras del menor.
—Es que... vaya, no pensé que usted tuviera tan buen trasero, Park —respondió Jungkook. Jimin rodó los ojos, y se aguantó las ganas de bufar por la ironía. Él sabía lo que tenía, simplemente no necesitaba que se alargara más aquello que catalogaría cómo el peor error que cometería en su vida.
Cuando Jungkook embadurnó sus dedos con lubricante y acercó estos a la entrada de Jimin, este volvió a sobresaltarse al sentir la fría sustancia contra la parte más recóndita de su cuerpo. El militar se acercó hacia su oído y trató de calmarlo, también llevando su mano libre hacia el miembro de Jimin para tratar de excitarlo lo suficiente: —Necesito que se relaje, si lo hace no le dolerá.
Jimin lo sabía, tuvo que hacer muchos exámenes de próstata durante los meses que estuvo en el hospital, sabía que debía dejar de temblar como un perrito despavorido y comenzar a dejarse llevar por la sensación de que Jungkook también estaba masturbando su miembro. Algo que realmente le agradecía mentalmente. Entonces, de repente lo sintió adentrando uno de sus dígitos y Jimin apretó sus labios al sentir aquella incomodidad.
Exhaló profundamente, un poco menos asustado por lo que iba a suceder, no le ardía cómo creía que lo hacía. Por tal motivo se relajó lo suficiente para que el militar siguiera preparándolo con la paciencia que nunca le caracterizaba, y aquello sorprendió bastante a Jimin. Entonces, al momento en que sintió que el militar presionó con la punta de sus dos dígitos en cierta zona predilecta, fue cuando el más bajo dejó salir un sonoro gemido.
Jungkook al darse cuenta de que había encontrado el punto de placer de Jimin, no escatimó en presionar aquella pared con mayor precisión logrando que el cuerpo del más bajo se removiera del placer, y siguió haciéndolo varias veces sin dejar de mover la mano alrededor del pene del más joven, consiguiendo el segundo orgasmo de este sobre la mesa.
Aprovechando que Jimin seguía en la cúspide de su placer, Jungkook bajó la bragueta de su pantalón y se preparó rápidamente para luego ponerse el preservativo. Después aplicó una cantidad necesaria de lubricante alrededor de su pene, llevando directamente este a la entrada dilatada del menor. Y finalmente lo penetró, lentamente pero con toda su longitud. En ese momento Jungkook dejó salir un gruñido de satisfacción al sentirse acogido por completo, y Jimin apenas pudo jadear sobre el mesón de la cocina, en dónde seguía recostado.
Jimin trató de recomponerse con sus manos sobre la madera, sin embargo, se sentía bastante abrumado todavía por el fuerte orgasmo que había tenido minutos antes que no pudo hacerlo. Dejó su mejilla apoyada sobre el mesón, sintiendo cómo era penetrado y su cuerpo ser removido por el vaivén de las embestidas del militar contra su cuerpo. Cerró los ojos, dejándose llevar, y aunque le estuviera doliendo un poco, no podía afirmar completamente que no lo estaba disfrutando.
Porque lo estaba haciendo, realmente le gustaba la sensación en su cuerpo, tanto que su miembro volvió a ponerse erecto en cuestión de poco tiempo. Decidió morder sus labios, no quería gemir, no quería darle la satisfacción a Jungkook de que estaba disfrutando que lo estuviese profanando.
Y eso al parecer molestó a Jungkook, quien al no escuchar sonoramente los jadeos y gemidos de Jimin cómo antes los había escuchado mientras lo preparaba, le hizo tomarlo fuertemente de las caderas para comenzar un vaivén mucho más fuerte, conciso y profundo. Jimin llevó una mano a su boca para acallar sus gemidos. No, no le daría esa satisfacción a Jeon Jungkook.
Hincó sus uñas entre la madera, y llevó la mano que cubría su boca directamente a su miembro desatendido. Mordió sus labios acallando cualquier gemido, entonces sintió cómo su cabello era tomado con fuerza por la mano del militar, logrando reincorporarlo, sintiendo la respiración de Jungkook contra su oído.
—Vamos, Park. Gima mi nombre —le dijo con voz autoritaria, gruñendo mientras mantenía las embestidas. Jimin negó, sin dejar de masturbar su miembro.
—N-nunca —respondió Jimin trastabillando con sus palabras por las fuertes sensaciones que sentía su cuerpo. Realmente sentía tanto placer, que sus ojos se estaban llenando de lágrimas, pero no iba a perder la poca dignidad que le quedaba. En ese momento, Jungkook liberó las hebras de su cabello y, Jimin se sorprendió al sentir la mano ajena adentrándose en su camisa hacia su pecho—. N-no va a encontrar nada allí, Jeon —sentenció con mofa.
Al parecer a Jungkook poco le importó, y fue directamente hacia los pezones de Jimin, acariciando estos y pellizcándolos. En ese momento, el más joven no lo soportó y gimió sonoramente. Se sentía tan bien que se dejó hacer, sin embargo, llevó de nuevo una mano hacia su boca para acallar los sonidos de placer que querían salir.
Minutos después ambos llegaron a su éxtasis de forma abrumadora. Jimin entre su mano, y Jungkook dentro del preservativo. La respiración agitada del militar golpeaba el cabello desordenado y sudoroso de Jimin, ambos trataron de recuperar el aliento antes de separarse, acomodarse su ropa e ir directamente a direcciones opuestas de la vivienda.
Cómo si nada hubiese ocurrido.
(...)
Jimin terminó de asearse antes de encargarse de bañar a Jade, quien muy obediente le hacía caso, en cambio, a Jungkook siempre le desobedecía. Cuando ambos estuvieron listos, él decidió que saldrían a buscar más agua potable y si estaban de suerte algún animal para poder alimentarse ese día. Jimin tomó de la mano a la niña, caminando entre la maleza en búsqueda de algo que les pudiese servir.
Ese día Jungkook había salido desde temprano para buscar el modo de poder observar de forma correcta el interior de la comunidad. Mientras que Jimin estaba encargado de conseguir algo de alimento aquel día, aunque dudaba encontrar algún cervatillo. Así que se rehusó a buscar semillas o al menos algún roedor.
Unas horas después, volvía con dos ardillas que había encontrado y un botellón de agua potable, mientras que Jade jugaba sin separarse de su lado hasta llegar a la pequeña casa de madera. Sin embargo, al llegar a la vivienda, Jimin presentía que algo no andaba bien del todo.
Detuvo sus pasos de inmediato frente a la puerta de la propiedad y le hizo una seña a Jade para que le diera la mano e hiciera silencio antes de dejar las ardillas a un lado sobre el asfalto. Pasó saliva con nerviosismo, decidiendo abrir la puerta lentamente, y cuando se percató de la escena que le esperaba dentro de la estancia, ya era demasiado tarde para desenfundar su catana cuando varias armas de fuego apuntaban en su dirección.
Jimin se quedó estático por un momento antes de llevar a Jade tras de él y enfrentar a los hombres que tenían retenido a Jungkook contra el suelo. Pasó saliva observando los rostros de cada uno de los hombres, quienes al verlo sin una arma en mano, decidieron bajar las suyas.
—¡Si les hacen algo, juro que los mato! —exclamó Jungkook tratando de reincorporarse, sin embargo, tres hombres lo retuvieron. Jimin mientras tanto pensó en las posibilidades de desenfundar la catana y acabar con los cinco hombres presentes dentro de la vivienda, lo cual era algo imposible y no podía poner en riesgo a Jade.
—¿Quiénes son ustedes? —preguntó Jimin, manteniendo la serenidad y un rostro pacífico, esperando cualquier movimiento erróneo de aquellos hombres para tomar ventaja de la situación.
—No vamos a hacerles daño —respondió uno de los hombres. Uno bastante alto, de hombros anchos y rostro ameno—. Los hemos estado observando desde hace días, nosotros somos parte de una comunidad cerca de este lugar. Vinimos a ofrecerles que se unan a nosotros, pero este hombre de aquí al vernos comenzó a atacarnos —concluyó, observando a Jungkook quien seguía retenido por varios hombres, los cuales no le apuntaban con algún arma.
En ese momento el joven detalló cada uno de los rostros de los presentes y efectivamente, tenían heridas recientes sobre sus rostros. Jimin asintió levemente, aun no confiando completamente en aquel hombre. Decidiendo mantener su mano derecha hacia atrás para que Jade no saliera detrás de su cuerpo.
—No hemos tenido muy buena experiencia con los sobrevivientes que encontramos en el camino —respondió Jimin, justificando el comportamiento defensivo por parte de Jungkook—. ¿Pueden soltarlo? No les hará nada —trató de persuadirlos.
Los presentes se observaron entre ellos, y el hombre que le había hablado a Jimin les hizo una seña afirmativa para que soltaran a Jungkook, quien les seguía observando de mala forma, no obstante, no les golpeó. Simplemente se acercó directamente hacia el hombre de cabello blondo, posicionándose frente a él cómo si fuese una barrera entre los desconocidos y Jimin.
—Mi nombre es Seokjin —volvió a hablar al parecer el líder del grupo que les había encontrado—. ¿Estarían dispuestos a unirse a nuestra comunidad? —les preguntó. Jimin observó la espalda del militar tensarse por aquellas palabras e instintivamente llevó su mano hacia los amplios hombros para tratar de calmarlo—. Tenemos comida, lugares cómodos para dormir y sobre todo protección. La niña necesita eso. Nos hemos dado cuenta de que apenas tienen para comer, necesitan nuestra ayuda.
En ese momento Jungkook se puso aún más tenso, al igual que Jimin. Estaba claro que sí los habían estado vigilando cómo para saber de la existencia de la pequeña criatura que seguía parada detrás del cuerpo de Jimin, en silencio para poder esconderse. El más joven, observó de nuevo el aspecto de aquellos hombres; estaban completamente limpios, su ropa no estaba descuidada, y tampoco lucían con signos de hambruna. Lo único desalineado eran los cardenales de los golpes propinados por su propio compañero.
—Necesitamos meditarlo —respondió Jimin dubitativo. Por él estaría dispuesto a aceptar en ese preciso momento, sin embargo, debía considerar la respuesta con Jungkook. Debían tomar una decisión bilateral, se supone que ya eran un equipo.
No obstante, al ver que Jungkook giró lo suficiente para verlo a sus espaldas y negó con la cabeza, le hizo fruncir el entrecejo: —Esto es lo que usted ha querido por mucho tiempo, Park. Si esa comunidad es todo lo que ellos dicen... estaremos bien —Jimin asintió, parpadeando rápidamente, disipando todas las emociones que surcaban en su cuerpo. El teniente volvió a girarse para enfrentar a los miembros de la comunidad, mientras Jimin pasaba a su lado para quedarse al frente y asentir cómo respuesta a la propuesta dada por Seokjin.
—Bienvenidos a Iaksok —contestó el líder con una sonrisa amable. En ese momento, Jimin sintió una gran carga de su cuerpo liberarse y se sorprendió al sentir la mano de Jungkook buscar la suya para apretarla. Dándole un gesto de apoyo que Jimin nunca pensó recibir de su parte.
Habían encontrado por fin un lugar en dónde iban a estar a salvo. No preocupándose por si sobrevivirían al siguiente día, poder descansar de forma propicia e interactuar con nuevas personas. Parecía que finalmente iban a subsistir en paz.
Jm: no voy a gemir, Jeon.
Also Jm:
Preguntas;; ¿qué tal les pareció la primera vez no homo del km? ¿Creen que sí deberían aceptar ir a la comunidad? ¿Estarán bien? Lo averiguaremos😏.
Besos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top