Cuadragésimo noveno Capítulo.
49.
Jungkook se removió con fuerza cuando Kan, el hombre a su lado cayó muerto sobre el asfalto. Trataba de zafarse con todas sus fuerzas sin importar que su cuerpo le doliese por los fuertes golpes y heridas de cuchillo que había recibido por parte del grupo adverso para poder amarrarlo y amordazarlo. Luego, sintió un arma contra su sien, y en vez de temblar como una persona normal lo haría, Jungkook comenzó a bramar insultos retenidos por la mordaza en su boca.
El hombre no dejó pasar la reacción que tuvo el supuesto líder de Iaksok cuando acercó el arma de fuego a la cabeza del hombre de cabello azabache que trataba de romper la cabuya con la cual le apresaron y sonrió. Bajó de nuevo el pestillo del arma, dando una clara advertencia. Jungkook dejó de observarle para mirar a Jimin, quien claramente se puso bastante nervioso; podía darse cuenta por la forma en la que sus ojos parpadeaban tratando de asimilar la situación. El militar negó sutilmente con la cabeza, diciéndole a Jimin que no hiciera nada, sin embargo, pudo notar que aquellos ojos pequeños tan conocidos para él se tornaban brillantes por las posibles lágrimas.
—¡Espere! —exclamó Jimin y Jungkook dejó salir un suspiro derrotado—. Le conseguiré el médico pero no le haga daño a nadie más —concluyó Jimin retirándose de la barandilla para ir hacia Taehyung, quien seguía forcejeando para ir a hacer alguna locura—. Taehyung, necesito que te calmes. Toca darle a ese hombre lo que pide, acaba de asesinar a un hombre de los nuestros... no dudo que pueda matar a otro. Necesito que vayas con los encargados de los suministros y reúnan bastante comida, sin afectar mucho las raciones de nosotros.
—¿Y.... qué haremos con el médico que solicitan? —preguntó Taehyung, finalmente alejándose del agarre de los hombres de seguridad. Al ver la respuesta en los ojos de Jimin, se acercó con el entrecejo fruncido—. No. Tú no vas a ir, Jimin.
—No puedo obligar a alguien más a hacerlo, Tae —respondió Jimin, sintiendo su garganta seca por tomar una decisión que si no tomaba en ese momento, sería la condena para los hombres allí afuera de su comunidad, sin mencionar que Jungkook estaba ahí—. Solo somos tres médicos; Joohyun, que no pienso pedírselo, podrían violarla y no podría soportar eso. Está el doctor Bang y yo.
—Podemos combatir con ellos, tenemos las armas. Tenemos todo lo necesario —respondió Taehyung agitado, tratando de hacer cambiar de opinión a Jimin.
—Si hacemos eso, asesinarán al líder —intervino uno de los hombres de seguridad. Jimin asintió en respuesta a aquellas palabras, antes de posicionar sus manos sobre los hombros de Taehyung para hacerlo razonar. En ese momento, más hombres subieron a la torre, incluido Seokjin con varias armas en sus manos.
—No creo que me hagan daño. Ellos necesitan un médico, significa que alguno de su grupo necesita ayuda con urgencia. Estaré bien, Tae —dijo Jimin, tratando de convencer no solo a su hermano sino a sí mismo de que no le harían daño. Aunque no podía asegurarlo.
—Pero... nunca volverías, Jimin. Ellos no te dejarán volver, ¿qué le diré a Jade si eso ocurre? ¿Cómo le explicaré que su padre nunca regresará? —Preguntó Taehyung en un hilo de voz. Dejando que sus ojos comenzaran a brillar por las lágrimas que amenazaban con salir. Jimin trató de calmarlo, pero el menor de los Park siguió negándose a que eso llegase a ocurrir y antes de que Jimin pudiese decir alguna otra palabra, su hermano bajó las escaleras de la torre de seguridad en búsqueda de algo que ninguno comprendía.
—Son veinte hombres en total —intervino Seokjin cuando Taehyung se fue del lugar, comenzando a explicarle a Jimin —. Solo quedamos cinco personas aquí que saben manejar armas, con un poco de suerte y con un francotirador podríamos eliminarlos uno por uno —opinó este, pero Jimin sabía que las probabilidades de que asesinaran a los hombres de su comunidad retenidos eran bastante altas.
—Voy a intentar renegociar, pero lo mejor es darle lo que piden. Ese hombre es capaz de hacer cualquier cosa —respondió Jimin, tomando una respiración profunda antes de volver a caminar hacia el barandal de la torre y observar de nuevo al hombre, quien seguía manteniendo una sonrisa tan sarcástica que hacía temblar a Jimin sobre su lugar—. Un médico irá con ustedes por un tiempo limitado. Todos tienen aquí sus familias, nadie piensa abandonarlas —informó el joven de cabello blondo, esperando que aquel hombre de mirada feroz no hiciera nada precipitado.
—Creo que no he sido claro, niño —bramó el hombre, drásticamente dejando de sonreír y ahora volviendo su semblante en uno bastante enojado. Jimin pasó saliva al ver que la mano ajena bajó de nuevo el pestillo del arma y esta vez apuntaba directamente a la cabeza de Jungkook—. Al parecer otra persona deberá pagar...
—¡Por favor, no lo haga! —imploró Jimin. Jungkook negó, indicándole que no debía hacerlo, sin embargo, el joven de cabello blondo no podría soportar que asesinaran al teniente y menos por abstenerse de darle a aquel hombre lo que pedía—. Ya le daremos lo que necesita, pero no asesine a nuestros hombres.
Jimin se alejó, ignorando las palabras que le decían los hombres de seguridad. Bajó las escaleras rápidamente dispuesto a supervisar que las provisiones que darían estuviesen listas, antes de ir a buscar a Jade para despedirse. El palpitar de su corazón era demasiado veloz, sus manos sudaban y no podía concentrarse muy bien en los pasos que daba. Cuando llegó al frente de la puerta y vio una buena cantidad de suministros, asintió, más para convencerse a sí mismo de que debía hacerlo, hasta que escuchó los pasos rápidos de parte de otras personas acercándose y al ver a Taehyung corriendo junto con el otro médico de la enfermería, el doctor Bang, Jimin frunció su entrecejo de inmediato.
—¡Jimin! —exclamó Taehyung cuando su hermano ya estaba llegando a la puerta—. Espera... —balbuceó bastante agitado, deteniendo a Jimin antes de que saliera—. El doctor Bang irá, se ha ofrecido a ir.
Jimin en ese momento buscó la mirada del señor que ya rondaba los cuarenta años, era robusto y alto. Había hablado con él un par de veces durante las reuniones de la comunidad, o a veces cuando intercambiaban turno en la enfermería. De inmediato el mayor de los Park se negó, no podía dejar que aquel hombre se sacrificara por los demás.
—Joven Jimin, no se preocupe por mí. Mi familia falleció hace mucho tiempo, y agradezco mucho lo que esta comunidad ha hecho por mí, por eso iré yo. Joohyun no puede ir, todos sabemos que le harían cosas inimaginables. Y usted no puede abandonar a su hija —el doctor Bang intervino con una pequeña sonrisa—. Estuve mucho tiempo afuera yo solo, sabré cómo sobrellevarlo.
—Espere... no tiene que hacerlo —murmuró Jimin, sintiendo una opresión en su pecho. El hombre negó repetidas veces—. Intentaré hablar con ellos, podríamos intentar llegar a un acuerdo.
—La mayoría de las personas en la comunidad escucharon ese disparo, y no creo que la víctima de ese sonido haya sido uno de ellos. Si tienen de rehén a los nuestros, les harán cualquier cosa para conseguir lo que desean —respondió rápidamente—. Cuiden de la comunidad —concluyó. Finalmente tomó el pequeño carro de provisiones en sus manos y caminó hacia una pequeña abertura de la puerta para que él solo pudiese salir del lugar.
Taehyung tomó de la mano a Jimin, quien se quedó viendo la silueta del médico perderse entre la puerta para llevarlo hacia las escaleras de la torre de seguridad y observar qué harían los del otro grupo. Jimin se asomó en la barandilla, inspeccionando cómo los desconocidos se acercaban al médico para tomar las provisiones rápidamente y otros se encargaron de apresarlo. Jimin trató de pensar que todo estaría bien, que aquel hombre que se sacrificó para que los demás volvieran a la comunidad no le llegaría a ocurrir nada, sin embargo, él no conocía los límites de aquel hombre que seguía observándolo con una sonrisa demasiado sarcástica.
—Soy un hombre de palabra —dijo el hombre de barba mientras levantaba la pistola que estaba en dirección hacia Jungkook—. Si este hombre no llega a ser médico, juro que lo torturaré y les dejaré un regalo en esta puerta —extendió aún más su sonrisa, antes de tomar del cuello de la camiseta a Hoseok para jalarlo—. Pero tengo que llevarme a otro invitado para que no nos disparen al irnos.
Jimin apretó sus labios al ver cómo el hombre hacía una señal a sus hombres para que se llevaran al teniente Jung a uno de los camiones mientras este trataba de zafarse al igual que Jungkook desesperado mientras observaba que se llevaban a su mejor amigo: —Espero que la próxima vez que venga, me den el doble de suministros o estos dos hombres de aquí sufrirán las consecuencias, ¿entendido?
En ese momento Jimin escuchó los gritos de parte de Taehyung a sus espaldas, y no alcanzó a interponerse cuando el más joven se acercó con una pistola y apuntó directamente a la cabeza del líder del grupo contrario.
—Taehyung, baja el arma ahora —le dijo Jimin con voz firme, llevando su mano hacia el brazo de su hermano—. Si le disparas, todos allí abajo morirán... —Taehyung negó, sin dejar de apuntar al jefe del grupo adverso, quien sonreía de forma bastante burlesca hacia la torre de seguridad de Iaksok. Su mano temblaba y sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas, al ver que encerraban de nuevo a Hoseok dentro de uno de los camiones y le habían golpeado para doblegarlo una vez más—. Tae, por favor...
Jimin al ver que Taehyung estaba dispuesto a jalar el gatillo, hizo un movimiento rápido para arrebatarle el arma antes de que llegara a hacer alguna acción que perjudicara de peor manera a la comunidad. Por supuesto que también se sentía bastante ansioso sin poder comprender qué debía hacer para que no se llevaran al teniente Jung, sin embargo, sabía que aquel líder del otro grupo no tenía escrúpulos en asesinar a quién quisiese.
Varios hombres tuvieron que mantener represo a Taehyung cuando los camiones se encendieron y se alejaron a lo largo del estrecho camino que llevaba a la comunidad, dejando arrodillados a Jungkook y al hombre que Jimin reconocía como "El pirata". Sintió un nudo en su garganta al ver la desesperación de Taehyung cuando los camiones se alejaron por completo, y no se sorprendió que cuando su hermano pudo zafarse del agarre de los hombres de seguridad, le empujara.
—¡¿Pero qué has hecho, Jimin?! ¡Debiste dejar que lo asesinara! ¡Se ha llevado a Hoseok! —exclamó colérico, mientras las lágrimas caían sobre sus mejillas—. ¡Debimos haberlos atacado!
Jimin trató de guardar la compostura, llevando sus manos hacia los hombros de Taehyung, quien de inmediato se alejó negando con la cabeza sin querer aceptar la realidad de todo lo que había ocurrido: —Era lo más razonable que podíamos hacer, Taehyung. Tenían a cuatro de nuestros hombres, asesinaron a uno y si los atacábamos todos allí morirían, incluyendo al teniente Jung.
—Tu hermano tiene razón, Taehyung —intervino Seokjin, tratando de calmar a la mano derecha del líder—. Tenían una gran ventaja sobre nosotros. Lo que debemos hacer ahora es crear una estrategia para poder rescatar al líder Jung.
—Lo van a torturar... quizás lo matarán —murmuró Taehyung en un hilo de voz mientras llevaba las manos hacia su rostro y refregaba estas sobre su piel—. No... no puedo siquiera pensar lo que le harán.
Jimin dejó salir un profundo suspiro, antes de abrazar a su hermano. Aunque no tuviese la suficiente confianza con el teniente Jung, él también se sentía bastante temeroso a qué podría ocurrirle en aquel lugar. Así que, tratando de calmar los sollozos de desesperación de su hermano, bajaron juntos de la torre, dejando que Seokjin se encargara de planear la estrategia para poder rescatar al teniente Jung. En el momento en que bajaron, fue cuando algunos hombres se habían encargado de entrar a Jungkook y al hombre que tenía un parche en el ojo.
—O-ocúpate de ellos. Deben estar heridos —balbuceó Taehyung, tratando de no trastabillar con sus palabras—. Tengo que estar allí con Seokjin para planear cómo rescataremos a H-Hoseok —Jimin asintió, dejando que su hermano fuera detrás de los hombres hacia el salón del concejo.
Jimin fue quien se encargó de cortar las cabuyas que retenían las extremidades de ambos hombres, antes de quitar la cinta que los mantenía amordazados. En ese momento se arrodilló frente a Jungkook, observando y analizando las heridas que este tenía sobre su rostro y lo pálido que se encontraba, mientras trataba de ignorar el semblante de clara agonía que tenía el militar.
—Perdón —murmuró Jimin, sintiéndose culpable por no haber puesto resistencia para que no se llevaran al teniente Jung—. No sabía qué hacer... —Jungkook no dijo nada, simplemente se quedó en silencio mientras Jimin se encargaba de retirar toda la cuerda alrededor de sus extremidades.
—Era lo que tenía que hacer, Park —respondió Jungkook con bastante aflicción en sus palabras. Jimin asintió, inspeccionando los costados del militar y al percatarse de varias manchas de sangre, se alertó de inmediato—. No es nada. No siento dolor, realmente.
El mayor de los Park levantó la tela rasgada y manchada del militar y, al ver varias heridas con cuchillo, le hizo erizar la piel al instante. Poco le importó el otro hombre que también estaba herido, simplemente Jimin se levantó mientras posicionaba el antebrazo de Jungkook sobre sus hombros para poderlo incorporar del asfalto.
—Lleven al hombre a la enfermería y desinfecten sus heridas, luego iré a revisarlo —dijo Jimin a los hombres que ayudaban al otro hombre. Ellos asintieron antes de reincorporarlo del suelo y llevarlo a donde el joven les indicó—. No vaya a desmayarse, Jeon... no podría cargarlo.
Jungkook negó con poca energía, tratando de no posar todo su peso corporal sobre el cuerpo delgado bajo suyo que trataba de llevarlo a su hogar asignado. Jimin tenía muchos instrumentos necesarios allí, no quería llevar a Jungkook hasta la enfermería porque debían caminar hasta el otro lado de la comunidad y el militar definitivamente no podía aguantar hasta ese lugar. Al llegar a la vivienda, lo dejó sobre el sofá antes de buscar unas tijeras y cortar la camiseta ya rasgada de Jungkook para poder tener una mejor vista de las heridas.
Luego de inspeccionar rápidamente el torso tonificado, sintió un remolino en su estómago al ver todas las heridas que le habían hecho a Jungkook. Trató de no demostrar el tormento en sus expresiones, sin embargo, fue en vano al percatarse que el militar cada vez estaba mucho más pálido y comenzó a sudar: —Jeon... no vaya a dormirse, voy a curarlo. Estará bien —Jimin trataba de convencerse que así sería, sin embargo, no podía estar seguro de que sus palabras fueran completamente acertadas.
—J-jade, ¿dónde está Jade? —preguntó Jungkook con un tono de voz bastante bajo, antes de pasar saliva y trató de abrir sus ojos para buscar la mirada de Jimin.
—Está con Joohyun. Está a salvo —respondió Jimin rápidamente, antes de levantarse e ir hacia los estantes en donde tenía un kit de primeros auxilios y otros materiales para poder saturar las heridas. Jungkook asintió volviendo a cerrar los ojos—. Esto va a arder —murmuró antes de aplicar bastante alcohol sobre las heridas del militar, quien apenas pudo quejarse en siseos bajos.
—T-tengo que ir a buscar a Hoseok —balbuceó Jungkook, tratando de mantenerse consciente por petición de Jimin—. Voy a matar a.... a esos hijos de puta.
Jimin asintió mientras terminaba de limpiar las heridas de cuchillo y, preparaba la aguja y el hilo para comenzar a suturar. Al parecer ninguna herida había afectado ningún órgano, sin embargo, Jungkook debía guardar claramente reposo por días o podría empeorar. Ignorando los quejidos del teniente, comenzó a suturar, pensando en que aquellas heridas habían sido hechas claramente para torturarlos lentamente y sin poder manejar las emociones por todo lo que estaba sucediendo, se desbordó en llanto.
—No llore, Park —murmuró Jungkook observando hacia abajo para ver a Jimin suturar las heridas de su costado derecho. El joven limpió sus lágrimas con el dorso de su mano antes de terminar de curar la última herida profunda y poder observar directamente aquellos orbes obscuros, los cuales lucían cansados en demasía.
—Es solo que... —murmuró Jimin acercándose al rostro de Jungkook—. Pensé por un momento que lo iba a perder, Jeon —Jungkook sonrió levemente por aquellas palabras.
—Es bueno saber que si llego a morir, alguien llorará por mí —respondió Jungkook, llevando su mano hacia la mejilla de Jimin, y tocó levemente con las yemas de sus dedos el camino ajeno de lágrimas secas—. Prometo protegerlo a usted y a Jade con mi vida si es necesario, Park. No dejaré que esos hijos de puta les hagan daño.
Nuestra reacción al capítulo:
Preguntas;; ¿lograrán rescatar a Hoseok? ¿jm le dará cariñito a jk después de esas palabras tan románticas? Lo averiguaremos.
Las personas que se han visto The Walking Dead han relacionado al jefe del otro grupo con Negan, y bueno, es que me inspiré en ese personaje aunque sé que no podré crear a alguien como él )):
Nos vemos mañana con el último capítulo del especial de navidad y año nuevo.
Besos.
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