Cuadragésimo Capítulo.

40.




Jimin se despertó cuando los leves rayos del sol se colaron entre las tablas ajustadas sobre los ventanales, de inmediato, se reincorporó de la colcha, y fue a ponerse su chaqueta antes de salir de la vivienda. Caminó directamente hacia la casa en donde se hospedaba el otro grupo y al ver que la puerta no estaba asegurada, comenzó a sentirse nervioso. Decidió entrar a lo largo de la estancia, sacando una pequeña navaja del bolsillo de la chaqueta por si algo llegase a ocurrir.

Al ver que no había muchas cosas cómo recordaba de la primera y última vez que había entrado al lugar, se dio cuenta que el grupo ya se había ido de la propiedad. Jimin dejó salir un suspiro decepcionado, aunque sabía muy bien que él no hubiese sido capaz de abandonar al militar. Se acercó a una pequeña mesilla al visualizar una caja sobre esta y, curioso tomó entre sus dedos una hoja de papel que yacía al lado del objeto. Era una nota.

"Si lee esta nota probablemente nosotros ya nos fuimos. Sé que usted es una buena persona, por eso, le he dejado escrito en este papel las coordenadas que tenemos nosotros para llegar a la comunidad. También en la caja le he dejado unas cuantas latas de comida.

Realmente espero que su bebé y usted lleguen a salvo. -Haein".

Jimin divisó las coordenadas escritas al final de la hoja y con una pequeña sonrisa dobló el pedazo de papel rasgado para guardarlo en su bolsillo. De inmediato, se dispuso a abrir la caja de cartón, inspeccionando las provisiones que les había dejado. Aunque él sabía que no debía confiar en nadie, algo en lo más profundo de su ser le decía que aquel hombre era de fiar.

Tomó la caja entre sus manos y finalmente decidió salir de la vivienda directamente hacia donde se estaba hospedando. Al entrar, ignoró el hecho de que Jungkook se encontrara tratando de alimentar a Jade, simplemente siguió su camino hasta la cocina para dejar la caja y comenzar a organizar la comida.

—¿Qué es eso? —escuchó que le preguntaba el militar mientras entraba a la cocina con Jade en brazos. La bebé estaba llena de papilla por todo el rostro y jalaba las orejas de Jungkook.

—Nos lo ha dejado el otro grupo. También nos ha dejado esto —respondió Jimin, sacando de su bolsillo el trozo de papel para extendérselo a Jungkook, quien tratando de alejar las pequeñas manos de su cabello le fue imposible leer lo que estaba escrito, así que Jimin decidió volverlo a guardar—. Nos han dejado las coordenadas de una comunidad. Se supone que solo la invitación es para Jade y para mí porque usted ha golpeado a varios de ellos, pero tampoco soy un insensible cómo para dejarlo a usted a la deriva.

Jungkook bufó y rodó los ojos, finalmente logrando alejar las manos de la niña. Jade comenzó a carcajearse en su cara y el hombre frunció su entrecejo en forma de advertencia, pero solo logró que la bebé siguiera reaccionando cómicamente: —No voy a dejar que se lleve a la bebé allá. Es imposible que haya una comunidad segura y menos una que esté admitiendo integrantes con facilidad. Y respecto a mí, yo puedo cuidarme solo.

—¿Por qué es tan negativo? —le preguntó Jimin, agotado del comportamiento del militar. Se apoyó contra el mesón y decidió ver hacia sus manos, lo menos que quería era volver a hacer contacto visual con Jungkook después de lo que había ocurrido el día anterior—. Es una excelente oportunidad. Jade estará segura y nosotros también. Además, ¿por qué ha golpeado a esas personas? —le preguntó con curiosidad, siguiendo con sus acciones de ordenar las latas de alimento perecedero.

Jungkook se sentó en una silla frente al mesón, dejando a la bebé sobre el borde para comenzar a jugar con ella. Jimin rodó los ojos, nunca había visto al militar jugar con la bebé, eso solo le confirmaba que también el hombre trataba de evitar cualquier contacto visual por obvias razones que ambos querían olvidar. O trataban de tener la convicción de ello.

—Estaba bebiendo tranquilo, y ellos llegaron a llevarse varias botellas del bar. No iba a dejar que se llevaran todo precisamente —respondió tranquilamente y se encogió de hombros. Jimin negó con la cabeza, al volver a reafirmar que el militar realmente era la persona más impulsiva que había conocido en toda su vida—. Luego cuando estaba enfrentándome a unos cuantos caminantes, empezaron a combatir con ellos. Yo no necesito que nadie me defienda —sentenció.

—Bueno, gracias a su comportamiento impulsivo y violento hemos perdido la oportunidad de ir a un lugar seguro. Es un milagro que este joven Haein haya sido lo suficiente generoso para dejarme las coordenadas —dijo Jimin bastante molesto al confirmar el relato que le había sido otorgado por los del otro grupo.

Jungkook frunció su entrecejo, dejando de agitar el juguete frente a la bebé para luego ver a Jimin directamente. Apretó la mandíbula, demostrando lo descontento que se encontraba por la situación: —No vamos a ir allá. No sabemos quiénes son, ¿acaso ha perdido la astucia que tanto presume? —le preguntó retórico. Jimin se giró del estante en donde guardaba las cosas para observar directamente a los ojos obscuros del militar. Se sentía aún bastante incómodo, pero debía actuar como si lo que sucedió horas antes no le había afectado en nada.

—¿Entonces qué haremos? ¿Seguiremos en carretera quedándonos en lugares por un corto periodo de tiempo? Realmente ya estoy agotado. Llevamos meses en lo mismo, necesito un lugar en dónde sepa que Jade estará completamente segura y pueda crecer en un lugar relativamente normal —Jimin contestó decisivo, posando su mirada en la bebé que trataba de mover por su cuenta el juguete que seguía colgando de la mano derecha del militar frente a su rostro—. Usted ayer dijo que se preocupaba por ella, entonces, supongo que ahora debe admitir que no es una mala idea ir a aquella comunidad.

—Que me preocupe por ella es porque le digo que no iremos allí. No conocemos a esas personas, podrían hacer cualquier cosa —concluyó Jungkook, levantándose de la banca para tomar de nuevo a Jade en brazos—. Está decidido. No iremos.

Jimin se quedó callado al ver cómo el militar se llevaba a la bebé. Realmente no podía comprender cómo una persona podía cambiar de actitud de forma tan drástica y hacer cómo si nada estuviese ocurriendo. Dejó salir otro suspiro y comenzó a pensar en las posibilidades de que aquella comunidad fuese lo que acusaba el militar de ser; una completa farsa. Sin embargo, algo dentro de sí mismo le decía que debían ir allí, aunque no podía hacerlo si el militar no pensaba hacerlo.

Por el simple hecho de saber que Jungkook lo defendería si algo imprevisto dentro de la comunidad llegase a ocurrir. Aunque ambos se llevasen lo suficiente mal para quererse ahorcar, Jimin sabía que si alguien llegase a querer atacarlo, Jungkook lo defendería y Jimin también lo haría si alguien lo hiciera contra el militar.

Estaba prácticamente contra la espada y la pared. Quizás debía convencer a Jungkook de ir a verificar primero la comunidad, estar seguros de que las personas que estaban allí dentro eran de fiar, tenían que hacer algo para encontrar el lugar que tanto necesitaban. No podían seguir deambulando sin un destino, Jimin necesitaba estabilidad y más que todo para Jade.

En ese momento, escuchó de nuevo los pasos del militar entrando a la cocina para acercarse a él rápidamente y entregarle a la bebé. Jimin frunció su entrecejo por el cambio repentino en el comportamiento de Jungkook al querer pasar tiempo con Jade, hasta que el aroma le confirmó el porqué.

—Se ha hecho popo. Debería cambiarla —dijo el militar antes de retirarse y dejar a Jimin con la bebé en brazos. El más joven viró los ojos por el comportamiento evasivo del militar para luego sonreírle a su bebé, la cual se removía y estiraba sus manos hacia adelante en búsqueda de Jungkook, quien ya se había ido para evitar a toda costa tener que cambiar el pañal.

—Oh, no te desgastes, cariño. Mejor voy a darte un rápido baño —murmuró Jimin, un poco reacio a la idea de que Jade estuviese buscando a Jungkook, en vez de querer quedarse en sus brazos.


(...)


Hacía días que tomaron la interestatal para volver al sur. Habían tomado la decisión de irse de aquella casa cuando el vecindario poco a poco después del invierno se había llenado de caminantes. No era como antes, si había uno o dos eran muchos, pero unas semanas después ya sobrepasaban las docenas de infectados y, ellos no podían quedarse allí esperando que una horda se diera cuenta de su estadía en aquella pequeña vivienda.

Durante varios días se quedaron en una pequeña casa a las afueras de Masan, un pueblo pesquero en dónde pudieron encontrar varias latas de comida perecedera, sin embargo, el clima y el viento era demasiado inestable, y ya que el país no tenía energía ni gas para aportarles la función de los calentadores, decidieron probar suerte a la entrada de su ciudad natal; Busan.

Cuando llegaron a Busan, a Jimin le empezó a doler el pecho por todos los recuerdos que tenía. Realmente no podía ver las pocas calles destruidas a la entrada de la ciudad porque podría derrumbarse en cualquier momento. El recuerdo de su madre, su hermano y sus amigos, era cómo una llaga que se abría en su corazón al recordar que alguna vez fue feliz junto a ellos.

—Park —dijo Jungkook unos instantes después cuando detuvo el camión frente a una pequeña casa. Jimin dejó de ver hacia la ventana para enfocarse en el militar, quien lo veía sin ninguna expresión sobre su rostro—. Nos quedaremos aquí, luego buscaremos un mejor lugar —Jimin asintió, antes de ajustar el cargador de la bebé, quien estaba durmiendo contra su torso.

Bajaron únicamente lo esencial antes de entrar a la pequeña casa antigua. Jungkook fue el primero en ingresar junto con un arma para verificar el interior del lugar, percatándose que no hubiese ningún infectado. Cuando se dio cuenta que no había ninguna amenaza, volvió a la entrada para llamar a Jimin. El joven entró rápidamente y cerró la puerta a sus espaldas con pestillo, comenzando a visualizar lo acogedora que estaba la pequeña vivienda de solo una planta. Al parecer, nadie se había quedado allí, y ningún caminante había entrado a hacer estragos.

Se encargó de entrar las colchas para dejarlas en el suelo de la sala, y de llevar la caja de las latas de comida a la pequeña cocina que solo estaba al otro lado del mural. Luego, acomodó lo mejor que pudo la colcha más gruesa sobre el suelo para dejar a Jade durmiendo mientras se encargaba de abrir unas cuantas latas para que Jungkook y él pudieran alimentarse.

En el momento en que el militar se acercó lo suficiente para que lo escuchara y no tuviese que gritar, habló: —Creo que es hora de buscar la comunidad. Habíamos quedado hace semanas en que si no encontrábamos un lugar seguro, iríamos allí. Es lo mejor que podemos hacer.

—¿Acaso ha perdido la cabeza, Park? —le preguntó Jungkook, observando a Jimin como si estuviese perdiendo la cordura—. No vamos a ir allá. No podemos poner en riesgo a Jade.

—¿Más de lo que estamos haciendo ahora? —le preguntó devuelta Jimin, cruzándose de brazos—. Podríamos buscar las coordenadas y vigilarlos por un tiempo, si vemos que no son de fiar nos iremos de inmediato. Pero... debemos intentarlo, ¿acaso no se ha cansado ya de mi presencia? Podemos estar con más personas —concluyó el más joven. El militar frunció el entrecejo mientras tomaba una de las latas de comida para comenzar a comer, y luego de un momento sonrió con humor.

—Me he cansado de su presencia desde que llegó al almacén. Podría soportar otro tiempo con usted —concluyó Jungkook, encogiéndose de hombros y retirándose de la cocina. Dando por terminada la conversación y la posible renegociación de la búsqueda de un nuevo lugar.






Habían pasado varios días en la misma vivienda. Jimin no había tenido la oportunidad de hablar respecto a la comunidad porque Jungkook evitaba a toda costa hablar respecto al tema y más cuando había encontrado un aparato eléctrico de videojuegos con la carga completa. Por lo tanto, se la pasaba jugando el videojuego, hasta que la batería se acabó y decidió comenzar a juzgar con Jade porque era al parecer lo más entretenido que se podía hacer en la pequeña vivienda. Luego, decidió buscar lo necesario para volver el lugar más seguro, puesto que el vecindario en donde quedaba localizada la pequeña estancia lucía bastante tranquilo y, por tal motivo el militar decidió por cuenta propia que se establecerían allí por un tiempo.

Jimin después de unos días se cansó de insistir, estaba claro que Jungkook evitaría el tener que conseguir una comunidad. No le sorprendería que después de todo lo que habían pasado; primero la traición de Lim en el almacén, luego lo que ocurrió en la propiedad de la familia de Lee, y después quedar a la deriva, era más que suficiente para perder la esperanza en confiar en alguien.

Una noche, cuando Jimin se encargaba de encender las veladoras fue cuando escuchó a Jungkook gritarle desde la sala y el más joven salió corriendo despavorido sin comprender lo que ocurría.

—¡Park, venga rápido! —le llamó desesperado. Jimin al llegar a la sala, se emocionó de inmediato al ver que Jungkook estaba arrodillado sosteniendo las manitas de Jade para que ella pudiese levantarse finalmente y dar sus primeros pasos.

Jimin ahogó un grito de emoción, viendo que Jade al verlo decidió caminar hacia él tambaleándose con el apoyo de las manos de Jungkook.

—¡Aaha! —pronunció la bebé de forma errática y con bastante esfuerzo. Desenlazando una mano de la de Jungkook para señalarla hacia Jimin.

Jimin se puso tan emocional que sus ojos se llenaron de lágrimas y se acercó agachándose cuando la bebé insistía en llegar caminando hacia él. Cuando lo hizo, Jimin la alzó en sus brazos para llenarle de besos los cachetes regordetes y abrazarla con cariño.

—Era hora que aprendiera a caminar, ya pesaba mucho —opinó el militar irónico a la situación. Pasó saliva al ver la escena de Jimin cargando a Jade y decidió mirar hacia otro lado al sentir empatía por lo que había observado—. Iré a buscar provisiones. No demoraré —avisó, aunque Jimin seguía concentrado en felicitar a Jade por sus primeros pasos.

Finalmente se marchó, sacando de su bolsillo un cuchillo dispuesto a derribar todos los caminantes que estuviesen cerca al perímetro de la vivienda.

Al parecer habían encontrado un nuevo lugar estable y debía mantener su palabra de que cuidaría a Jade. Y de paso, tendría que hacerlo también con el joven que le sacaba de quicio. Que aunque Jungkook no quisiera admitir, no soportaría que algo malo le llegase a suceder.

Cada vez más veremos a un jk sentimental uwu.

Preguntas; ¿pa' cuándo el kookmin? ¿Qué creen que habrán hecho todo este tiempo? 🌚 ¿Creen que es bueno que vayan a la comunidad? Todo esto y más en los próximos caps.

Muchas gracias por el apoyo. He visto que han recomendado mi historia en varios grupos y redes, ¡son un amor!

Besitos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top