Snow White⚘
Gee terminó de colocar rímel en sus largas pestañas rizadas por naturaleza y luego roció el fixing spray en todo su rostro para que su maquillaje espectacular durara toda la noche.
Se sentía tan bonito con el traje que había escogido, nunca había visto que nadie usara esa versión de Blancanieves, con su pequeña falda amarillo pollito de talle alto hasta la cintura con pliegues que se amoldaban a su cuerpo perfectamente, el corsé apretado en color azul marino con detalles rojos y blancos que marcaba su pequeña cintura. En sus hombros descansaba una delicada capa roja. Debajo de su falda una linda lencería resguardaba su intimidad y sus delgadas piernas estaban cubiertas por unas medias blancas a juego con sus plataformas negras.
Su largo cabello negro estaba completamente liso, había colocado una cinta roja alrededor de el formando un bonito lazo, su flequillo aún permanecía casi sobre su frente sin embargo no tanto para estropear la visión de su maquillaje.
Sabía que volvería loco a su cazador con su atuendo, por supuesto, además de que esa noche sería inolvidable.
Era el primer fin de semana de Octubre, un mes donde todos celebraban las festividades sin parar. Su hermano Mikey no había sido la excepción, había organizado una fiesta de disfraces en la fraternidad a la que pertenecía, todos conocían los niveles de intensidad de las fiestas del mayor de los Way así que nadie faltaría.
Gerard por supuesto que asistiría a dicha fiesta, ya que a esa fraternidad pertenecían su novio y su hermano, además de que muchas ideas cruzaron por su cabeza, con tan solo recordarlo volvía a sonreír.
Varios golpes sonaron en su puerta indicando que su acompañante había llegado por él. Recogió su bolsa en la que llevaba lo que necesitaría y tras dar un leve vistazo a su cuerpo completo en el espejo corrió hacia la puerta.
Ahí frente a él estaba el apuesto Frank Iero con su traje de cazador. Se miraba tan guapo y varonil en esa ropa, los músculos de sus brazos realzaban y sus ojos avellanas combinaban a la perfección con el color café que acompañaba a su vestimenta.
Habían escogido ir con sus trajes combinados bajo la temática de Blancanieves y el Cazador, con la pequeña diferencia que el vestuario de Blancanieves sería el de la princesa Disney, modificado con los gustos de Gerard.
—Tan guapo Frankie —casi gimió Gerard antes de lanzarse a sus brazos, abrazando el cuello de Frank, besando sus labios con ímpetu.
—Tu no te quedas atrás bebé, te ves fabuloso con esa faldita —le contestó Frank soltando una pequeña nalgada sobre su glúteo derecho.
—No adelantamos la noche aún Frankie —dijo lamiendo con suavidad el lóbulo de su oreja, luego se apartó de él y tomó su mano, cerró la puerta con un fuerte golpe y comenzó a caminar a través del pasillo arrastrando a Frank, quien se maravillaba con la vista que tenía mordiendo sus labios ansiosamente, sentía que su polla despertaba con cada paso que Gerard daba.
Frank moría de ganas por empujarlo contra la pared y colar sus manos debajo de esa falda, pero aún no, debía ser paciente, tenían que estar un rato en la fiesta y ya después podían desaparecer. Le alegraba que esa noche su novio se quedaría en su habitación en la fraternidad.
Miradas y suspiros robaron el par de enamorados cuando entraron tomados de la mano, todos alabaron la belleza de sus trajes y la perfecta combinación que hacían juntos. Gerard sonreía tímido pero Frank notaba en sus ojos aquella chispa de lujuria que esperaba impaciente.
Casi hora y media después de haber estado en el ambiente Gerard apretó la mano de Frank, quien estaba bebiendo su segunda cerveza, el castaño entendió el pedido de su novio y rápidamente ingirió lo que le restaba, colocó la botella en el suelo y se levantó de su lugar, arrastrando a Gerard consigo, se abrieron paso entre la multitud hasta llegar a las escaleras y subir a su habitación.
Cuando estuvieron frente a la puerta de Frank y éste buscaba su llave para abrir, Gerard se colocó detrás de él y comenzó a repartir besos húmedos en su cuello dejando que sus manos traviesas recorrieran todo el torso de Frank, llegando su mano derecha hasta el bulto duro en medio de sus piernas, lo acarició con la palma de su mano una y otra vez.
—Entremos ya bebé —le pidió Frank con voz ronca.
Sin más preámbulos entraron a la habitación, espaciosa y bien ordenada, Frank cerró con llave y Gerard dejó su bolsa sobre la cama luego se giró para encarar a Frank, sus labios hambrientos aprisionaron los suyos con avidez. Las manos de Frank inmediatamente se fueron a los glúteos de Gerard, apretándolos fuerte y apegándolo a su entrepierna. Gee gimió en el beso, luego succionó el labio inferior de Frank para después girarse y pegar su espalda al pecho de su novio, sintiendo ahora como Frank se frotaba contra su trasero.
Con dificultad se deshizo de los zapatos perdiendo un poco de altura, Frank aprovechó eso para quitarle la capa y pasar a besar y mordisquear la pálida piel de su cuello, dejando marcas rojizas en toda la zona, luego con delicadeza para no estropear el traje comenzó a retirarle el corsé.
Gerard se apoyó en Frank cuando sus tatuadas manos le acariciaron el pecho, entreabrió la boca y buscó los labios ajenos al sentir los suaves pellizcos sobre sus pezones. Jadeó fuerte cuando Frank dejó una mano en su pezón derecho y la otra bajó a sobar su polla debajo de la falda, cuando Frank quiso empezar a quitarle la falda Gerard sonrió y se alejó de él.
—Desvístete para mi Frankie —le pidió.
Gerard tomó asiento en la cama para ver como su novio se deshacía sin cuidado de la ropa que le cubría. Frank se bajó los pantalones junto a lo ropa interior, su miembro saltó completamente erecto y duro a la vista de Gerard, quién mordió su labio inferior.
El pelinegro se levantó con rapidez para empujar a Frank sobre una silla, luego se inclinó sobre él mientras tomaba aquel delicioso pene con su mano y lo masturbaba, arrastrando su mano desde la base hasta la punta, haciendo presión en ella con su dedo pulgar.
—Gee —murmuró Frank contra sus labios, moviendo sus caderas un poco en busca de más fricción.
—¿Quieres que me prepare para ti? ¿Quieres tener un espectáculo Frankie? —preguntó Gerard con una sonrisa, lamiendo los labios de Frank.
—Si, quiero verte todito —respondió Frank con la respiración agitada y los labios rojizos.
—Me verás. —Gerard retrocedió los pocos pasos que le separaban de la cama y se sentó. Buscó dentro de su bolsa y sacó una botella pequeña de lubricante, la dejó a su lado mientras se acostaba.
Se apoyó sobre su espalda y pies para sacar su ropa interior negra de encajes, dejó sus piernas estiradas durante todo el lento recorrido que hizo con la tela. Cuando al fin salió de sus pies la dejó caer al suelo, colocó cada pierna al borde del colchón, suficientemente separadas, su miembro rosado y palpitante estaba sobre su vientre.
La delicada tela de su falda amarilla estaba debajo de sus glúteos y sobre su vientre, sabía que un fetiche de Frank era cogérselo con una faldita puesta y él estaba para cumplir todas las fantasías de su novio.
Frank lamió sus labios mientras sostenía la base de su pene con firmeza observando los movimientos de Gerard.
Llenó sus dedos anular y medio con lubricante, le sonrió a Frank mientras deslizaba esos dedos sobre su pene y sus bolas, los siguió arrastrando hasta alcanzar su agujero. Con la yema de su dedo medio comenzó a masajear su entrada, lento, con movimientos circulares para después empujar ese dedo adentro, gimió un poco mientras se empezaba a follar a si mismo.
Un par de minutos después unió el otro dedo abriendo más sus piernas y moviendo sus caderas para encontrar su propio punto, cuando lo encontró cerró los ojos y mordió sus labios, sacaba casi todo el largo de sus dedos y volvía a meter hasta que sus otros dos dedos rozaban extendidos contra su piel.
Llevó la mano que tenía libre a acariciar su extensión, con movimientos suaves, su polla rosada palpitaba en su mano mientras Frank observaba cada uno de sus movimientos, la forma en la que sus dedos entraban y salían de él, su boca formando una perfecta O, su frente perlada por el sudor y aquella falda siendo la única prenda que le cubría.
—Ahhh Frankie ahí —gimió.
Fue suficiente para que Frank se levantara de su lugar, su grueso pene erguido se movía entre sus piernas con cada paso dado, se paró frente a Gerard y lo tomó por debajo de los muslos sorpresivamente, empujándolos hacia sus costados.
Gerard jadeo y sacó sus dedos sonriendo con picardía cuando Frank dobló su espalda sobre él, miraba fijamente su rosada entrada un poco abierta para él. Sin pensarlo mucho Frank pasó su cálida lengua una sola vez sobre el trasero de Gerard, después se acomodó en el borde del colchón sin soltar sus muslos.
—Te cogeré tan duro Gee —murmuró Frank, sus ojos expresaban lujuria.
Tomó su pene con su mano y antes de guiarla al agujero de Gerard lo golpeó con el sutilmente, Gerard gimió y movió sus caderas desesperado.
—Hazlo ya Frankie.
Frank posicionó la punta y empujó con un poco de fuerza hasta que la cabeza entró en él.
—Tan apretado y caliente —dijo Frank, inclinándose sobre Gerard besó sus labios con hambre mientras sus caderas empezaban a tomar ritmo.
Golpeaba sin piedad el interior de Gerard una y otra vez, saliendo y entrando con mayor rapidez. Gerard era tan estrecho que disfrutaba en demasía follarle siempre.
—Ahhh Frankie ya casi ahh un poco más, yo casi ahhh —finalizó con un fuerte gemido mientras se corría en su mano salpicando el vientre de Frank.
Frank gruñó cuando Gerard se contrajo alrededor de su polla, apretándole más, sentía las pulsaciones de su interior sobre su miembro y los besos que Gee comenzó a repartir a lo largo de su cuello fueron suficientes para hacerlo acabar.
Se corrió fuerte dentro de él pero no paró de penetrarle, disfrutaba de la estrechez que abrazaba su sensible polla. Frank se incorporó un poco para ver como sus movimientos hacían que su semen se escurriera del agujero de Gerard. Salió de él segundos después y se quedó contemplando un poco más como su esencia se terminaba de deslizar fuera de su novio.
La risita de Gerard llamó su atención, suavemente soltó sus piernas y le ayudó a acomodarse sobre las almohadas, luego se tumbó a un lado de él, regulando su respiración, la música aún seguía sonando fuerte.
—Frankie, ya pensé en nuestros trajes para la próxima fiesta —le dijo Gerard.
—¿Cuáles?
—Caperucita Roja y el Lobo Feroz.
Frank rió fuerte, asintiendo varias veces. Gerard aprovechó y se acomodó sobre su regazo, apoyando sus codos sobre el pecho desnudo de Frank, sintiendo directamente su pene en su entrada.
—Claro que seré el lobo y te comeré todito —bromeó Frank.
Gerard asintió y se mordió el labio inferior. Acomodó su rostro en el cuello de Frank y le siguió comentando sobre la próxima fiesta, dentro de dos semanas.
Esperarían con ansias.
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