Just Call Out My Name
Después de la cena decidí que lo mejor era ir a mi estudio para tratar de dibujar o escribir algo. Sentía como en mi interior se arremolinaba una mezcla de nervios, emoción y ansiedad. Mi pulso se alteraba cada vez que pensaba en que faltaba menos para poder escuchar Heaven is a Place, This is a Place, el nuevo EP de Frank.
Él dijo que las dos canciones nuevas eran especiales pero una más que la otra. También dijo que superaba a Medicine Squad Garden, pero no me dio más detalles. Por tal razón me encuentro tan nervioso, justo como me pongo cuando su nueva música o cualquier proyecto suyo saldrá a la luz. Incluso si es algo de lo que él ya me ha explicado o mostrado, no puedo evitar sentirme así.
Conversar con Linds y B mientras cenabamos me ayudó un poco pero no lo suficiente como para despejar mi mente y dejar de pensar en todo.
Las chicas fueron a la habitación de Bandit a ver una película mientras yo me quedé con mi soledad.
Mis lápices no tienen ese brillo que me atrae a tomarlos y dibujar cualquier cosa. El papel tampoco me parece interesante así que decido que es mejor fumar un cigarrillo, después de todo la nicotina siempre me ha ayudado a serenarme.
La primer calada me hizo sentir mejor, así que me distraje en la pequeña estela de humo que salía del tubo blanco que mantenía entre mis dedos. Cuando lo acabé presione la colilla en el cenicero y saqué de su lugar en la repisa el libro que estoy leyendo. Abrí la página en la que me quedé el día anterior, me coloqué los lentes y comencé con mi lectura.
A pesar de que mis ojos se pasean entre las líneas llenas de palabras adornadas de metáforas bonitas, mi mente no consigue entender ninguna. O simplemente es que no quiero.
Si quizás es así, no quiero darle cabida a nada más que la emoción de escuchar la voz de Frank.
Y talvez es por mi propia ansiedad pero no sentí el tiempo transcurrir. El sonido de la vibración de mi teléfono sobre la madera me hizo despegar la vista del papel y abandonar mi intento de distracción. Ya no lo necesitaba más.
Desactive la alarma que había dejado para la medianoche y busqué con rapidez mis audífonos. Luego de conectarlos entré inmediatamente en Spotify. Mis dedos temblaban mientras escribía el nombre del EP.
Cuando lo encontré, lo reproduje.
Losing my religion y Sewerwolf las había escuchado antes y las había amado.
Pero cuando llegó el turno de la nueva canción mi pulso se terminó de disparar al. El volumen estaba al máximo y por tanto escuchaba a la perfección cada sonido de Violence. Cuando escuché la primera estrofa la sangre que corre dentro de mis venas se sintió helada y mi corazón bombeó con mucha más velocidad.
La voz tan sensual de Frank fue capaz de transportarme en el tiempo, como suele hacer siempre que escribe algo para mi. Me hace sentir orgulloso escucharlo cantar de ésta manera pues ya no solo son gritos y sonidos de guitarra, ahora es su voz transmitiendo con calma todo el sentimiento que quiere. Imprimiendo en ella la mezcla justa del recuerdo y de lo que quiere decir.
He de admitir que nunca imaginé que Frank haría una canción tan expresiva, gimiendo de esa forma. Incluso se rió mucho cuando grabamos Destroya, pues él jamás lo haría.
Sonreí recordando cuando estábamos en el inicio del Projekt Revolution.
Tan pronto terminamos el show de esa noche, nos escabullimos de los chicos. Ellos irían a cenar, nosotros estaríamos en el autobús, disfrutando de nuestra calidez.
Media hora después de haber llegado, la ropa estaba regada por doquier mientras Frank estaba sobre mi regazo, moviendo sus caderas de arriba hacia abajo al compás de las mías. Mis manos clavándose en sus muslos y mis labios destruyendo a besos su clavícula. Me tomó del cabello y me obligó a verlo.
Sus ojos avellana brillaban, me miraban con amor y ternura. No rompió el contacto tan solo arqueó su espalda y gimió con intensidad mi nombre.
Mi nombre nunca había sonado tan bien como lo hacía cuando salía de sus labios entre gemidos. Era el momento más vulnerable y sincero pues no solo nuestros cuerpos estaban desnudos, nuestras almas también.
Continué escuchando la canción con atención, sin querer siquiera suspirar y perderme nuevamente en mis recuerdos. La melodía, la voz de Frank junto a la de Kayleigh, todo era simplemente perfecto.
Cuando la canción finalizó, una frase quedó grabada como brasas calientes en mi piel. Your violence feel like kisses to me. Recordé aquella tarde en la que ha pesar de que mi corazón también se destrozaba en miles de pedazos, empujé a Frank lejos de mí. Lo golpeé frente a muchísimas personas, todo por tratar de destruir el amor prohibido que según mis pensamientos no debía existir. Violence está cargada de todo el sentimiento que vivimos en aquel momento.
In another place, in another life... Frankie ¿Será que el destino nos volverá a unir alguna vez?
Me tomé un par de minutos para recuperarme de la emoción de escuchar esa canción y prepararme para la última. "Record Ender".
El primer minuto de la intro y la voz pasiva de Frankie me indicaron que ésta es la canción. Con temor y con el corazón palpitando en mis oídos, me enfoqué en cada palabra salida de sus labios.
Or maybe we were fools to stop trying. No Frank, el único tonto aquí fui yo. Nunca debí haber permitido que te fueras de mi lado. Nunca debí permitir que te casaras aquel día de febrero. Debí haber puesto mi felicidad junto a ti sobre cualquier cosa en el mundo. El tonto fui yo por no haber aceptado tu mano para huir juntos.
If it makes you happy I'll wrestle the sun, the moon and the stars to the ground. Til you're proud. Mis mejillas se tornaron rojizas y mis ojos se humedecieron al recordar aquella noche en Ocean Grove, cuando nos escapamos de todo y de todos. Nunca lo olvidaría, fue la primera vez que nos hicimos uno, siendo el inmenso océano y el manto del cielo los testigos de nuestro amor. Esa noche me prometiste que siempre me harías feliz, que traerías el sol, la luna y las estrellas a la tierra por mi. Que estaría muy orgulloso de ti. Y créeme mi amor no hay día en el que mi pecho no se llene de orgullo al ver todo lo que has logrado ser aún cuando yo no pude estar ahí sosteniendo tu mano, luchando contra el mundo.
I wanna tell you what I never could. Estoy seguro que no existe nada en el mundo que tu no me hayas dicho, has expresado y me has demostrado tu amor de tantas maneras, que es imposible pasarlo por alto Frankie.
My sky's been falling I hope you never knew. Y es precisamente lo que más me duele de todo esto, que yo siempre he sabido el daño que te he causado. El dolor que tu corazón a sufrido por querer ocultar lo que sentías en aquellos momentos. Te juro que no existe momento en el que no me arrepienta.
I'll be right beside you. Lo has estado cada segundo de mi vida desde que te conocí.
I promise I will try to smile if it's the last thing I ever do. Esa es una promesa que no te voy a permitir romper porque amor mío, no existe en el mundo una sonrisa que resplandezca aún en los días más grises que la tuya. Tu sonrisa es la que siempre me ha mantenido firme. A pesar de no tenerte a mi lado, verte sonreír ha mejorado cada momento de mi vida. Y si, sé que soy egoísta por pensar así cuando ambos tenemos esposas, pero es algo que no puedo evitar.
Just call out my name, because I swear you mean the whole world to me. Quisiera poder tener las palabras correctas para hacerle justicia a las tuyas pero lo cierto es que nunca podré expresar todo esto que siento de la misma forma en la que tú lo haces. A pesar de todo no tienes miedo Frankie.
Aunque no lo creas tú también sigues significando el mundo entero para mi.
Chocamos entre nosotros en este mundo porque así debió suceder. Solo me arrepiento de haberme rendido pronto, de no haber tomado tu mano y huir lejos de todos.
Repetí Record Ender quizás unas cinco o seis veces más. Me giré hacia un costado en mi silla, cerré mis ojos y me permití perderme en la belleza de tu voz y de tus palabras una vez más.
Cada vez las escuchaba con más atención, cada palabra se grabada en lo más profundo de mi corazón con más fuerza. Sin quererlo pequeñas lágrimas comenzaron a descender por mis mejillas.
Soy un egoísta porque quiero tenerte a mi lado. Por siempre...
Unas suaves manos rodeando mi cuello me tomaron por sorpresa. Era inútil que limpiara mis lágrimas puesto que Linds ya las había notado, así que solamente me quité los audífonos y coloqué mis manos sobre las suyas.
—¿Las escuchaste? —me preguntó con suavidad. Yo asentí simplemente—. ¿Qué piensas hacer?
—Yo no lo sé... —respondí con sinceridad. ¿Qué más le podía decir? Aunque mi corazón me gritara que fuera corriendo a los brazos de Frank no podía hacerle eso a ella.
—Llamarlo no creo que sea una buena opción —dijo mientras deslizaba la yema de su dedo pulgar sobre mi mejilla para retirar una lágrima—. Ve por él Gee.
—¿Cómo? —le pregunté confundido.
Ella se tomó un par de minutos en responder. Colocó su cabeza sobre la mía, acariciando con cariño los mechones de mi largo cabello.
—Frank te ama tanto como tú a él Gee. No sigas queriendo ocultarlo. Yo lo he sabido siempre. Toma sus palabras como un impulso y ve a hablar con él, quizás aún tengan la oportunidad de ser felices... No hay manera que ese hombre pueda sacarte de su corazón incluso tantos años después y con todo lo que ha sucedido.
—Pero Linds... —traté de girar mi silla, ella no lo permitió siguió en su misma posición—. No es tan fácil, cada quien tiene su vida hecha.
—Pero no son completamente felices. Después de 13 años junto a ti aprendí a conocerte demasiado bien, eres el padre de mi hija, mi compañero y mi mejor amigo. Sin embargo sé que tu felicidad plena está al lado de ese enano insoportable.
Yo reí ante aquello. A pesar de no poder ver el rostro de mi esposa sé que su mirada es melancólica al igual que su tono de voz. Nunca imaginé que ella iba a venir a mi ha decirme todo esto. Quizás me dormí y mi mente quiere jugarme una mala pasada. Quizás cuando despierte todo seguirá como antes, lo único que yo tendré entre mis manos será el amor de Frank a través de sus canciones.
—No es un sueño Gee —dijo ella ante mi silencio. Depositó un beso en mi cabello y con sutileza se fue apartando hasta que solo sus manos apretaron mis hombros—. ¿Entonces vas a ir por él?
Sin saber que responder me levanté y me giré hacia ella. La tomé entre mis brazos y la abracé.
—Gracias... —dije antes de depositar un beso en su frente.
Quizás después de todo si podría correr a los brazos de Frank para decirle todo lo que sus palabras me hicieron sentir, todo lo que mi corazón siente cada que lo veo sonreír.
Todo el anhelo que siente mi alma por estar a su lado.
*
Al llegar al aeropuerto de Jersey, pedí un taxi y le di la dirección de la casa de Frank. Todo fue muy repentino pero Linds dijo que era mejor así, ya había tenido muchos años para sobre pensar las cosas.
Así que está mañana ella me ayudó a conseguir un cupo en el horario de la tarde mientras B me ayudaba a empacar un poco de ropa. Luego salimos de casa, almorzamos en un restaurante y me fueron a dejar al aeropuerto, nos despedimos un largo rato puesto que realmente yo no sabía cuando iba a volver. Frank me podía rechazar y yo volvería al día siguiente o bien él podía aceptarme y juntos veríamos que resolver.
Para mi todo fue demasiado pronto, cuando me asomé por la ventana del vehículo el cielo se estaba tiñendo de rosado y las calles de Jersey se estaban volviendo menos concurridas. Todo era muy similar a cuando vivíamos aquí, solía ir con Mikey a una librería cerca del parque a leer cómics por largas horas.
De pronto recordé que muy cerca de la casa de Frank había una floristería. Demasiado cliché regalarle una rosa pero me parecía un detalle perfecto.
Me bajé con prisa del auto y compré un arreglo de veinte rosas rojas. Cada una simbolizaba un año que había transcurrido entre nosotros. Las tomé con cuidado entre mis manos y volví al coche.
A medida que nos acercábamos mi pierna comenzaba a moverse más frenéticamente. Quería una cigarrillo pero me conformé con las gomas de mascar que me obsequió Bandit está mañana.
Le pedí al conductor que me dejase en la pequeña calle que conducía a la casa de Frank. Mientras caminaba hacía el jardín delantero extraje el celular del bolsillo de mi chaqueta y con dedos temblorosos marqué su número.
Dos, tres timbres y su voz sonó al otro lado de la línea. Yo me detuve a pocos metros de su porche.
De pie en medio del jardín con un ramo de veinte rosas en mis manos.
—¿Gee? —dijo sorprendido.
—Frankie... —guardé silencio un par de segundos sin saber que decir, únicamente su respiración lenta se escuchaba—. ¿Puedes salir al jardín? —pregunté con temor.
—¿De mi casa?
—Si...
—¿Qué...
—Solo sal por favor —le pedí. Demasiado nervioso por que me preguntara algo más, colgué.
Casi cinco minutos después la puerta principal se abrió. Los ojos de Frank se iluminaron al ver mi figura frente a él.
Sus ojos quizás brillaban más que los míos. Tenían aquel toque especial que me conquistó muchos años atrás.
Comenzó a bajar las escaleras del pequeño porche con lentitud, como si no creyese que mi presencia aquí era verdadera. Pasó un mechón de cabello rubio detrás de su oreja e intentó sonreír.
No conseguí esperar más y arroje mi maleta al suelo. Lo tenía a pocos pasos de mi, nada más importaba.
Corrí lo más rápido que pude y lo abracé contra mi pecho muy fuertemente, aspire el aroma de su cabello y me sentí en el cielo cuando sus manos me tomaron por la cintura, correspondiendo de la misma manera el abrazo que inicié.
—Escuché cada palabra de la canción —dije sin alejarme de él—. Estoy aquí por ti, porque ya no quiero ser más un tonto que finge para engañar a los demás. Quiero hacerte feliz, para no dejar que por nada del mundo tu cielo se vuelva a caer a pedazos, para ser yo quien ponga a tus pies el sol, la luna y las estrellas.
—Gee... —musitó despacio.
Un leve temblor en su cuerpo me obligó a separarlo un poco. Solo lo suficiente para ver su rostro. Él estaba llorando por mi una vez más, pero me aseguraría que fuese la última vez. A mi juicio volvió a ser aquel chico de 25 años con mirada triste, pues mis decisiones en aquel entonces lo habían destruido.
Besé con suavidad cada una de sus lágrimas y apegue mi frente a la suya. Frank no cerró sus ojos, se concentró en los míos, quería transmitirle todo lo que él revoluciona en mí.
—Estoy aquí porque tú también significas el mundo entero para mi.
Con delicadeza acorte la distancia y junte mis labios con los suyos, probando luego de tantos años la dulzura de sus pequeños labios. Un contacto que duró poco pero lo suficiente para hacerme sentir la misma magia y los fuegos artificiales en mi abdomen.
—Gee quiero decirte lo que nunca pude...
—Frankie...
Él sonrió y me besó una vez más.
—Te amo con mi vida entera.
Sentí calidez, paz, tranquilidad y felicidad al escucharlo, así que lo volvi a abrazar. Las rosas en medio de nuestros pechos desprendieron su aroma.
—Yo también te amo Frankie, para siempre.
—Para siempre —me respondió.
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