Hot For You

Colaboración con: BitchBeach_005 

—𖧷—

—Amor, ¿si sacaste la basura? —preguntó Jamia mientras se miraba en el espejo de su cómoda y terminaba de colocar las cremas nocturnas en su rostro.

—Si amor y por si lo ibas a preguntar, los niños están en sus cuartos bañaditos y listos para dormir —dijo el tatuado con una sonrisa radiante y burlesca en el rostro.

—¡Ay amor, tú eres tan...! —Jamia suspiró aunque también tenía una sonrisa de lado a lado.

Frank se cambió la ropa para dormir y ella terminó su rutina de cuidado diario. Jamia le dio un suave beso en la mejilla y después de darse las buenas noches ambos se acomodaron en su lado correspondiente de la cama.

Después de apagar la luz de su mesa de noche, Frank colocó un brazo debajo de su cabeza mientras su mirada se perdía en la oscuridad y su otra mano apretaba levemente su polla medio dura. Todo el día se había estado sintiendo un poco excitado cada vez que veía algo relacionado con la línea de maquillaje que Hipdot había sacado, inspirada en  Danger Days. A su mente solo llegaba el recuerdo del rostro sudado y los ojos llorosos de Gerard Way.

En esa etapa de su vida donde a pesar que su relación amorosa con Gee colgaba de un hilo, la sexual fue de lo mejor que le había pasado. Le encantaba como Gee coqueteaba con él. ¡Mierda! Lo recordaba tan bien, como escapaban por las noches de sus habitaciones en esos estúpidos hoteles lujosos para escabullirse por ahí y pasarla bien.

Ellos cogían rico, Frank siempre acariciaba el cuerpo de Gerard mientras su polla lo azotaba con rudeza, le encantaba ver cómo se conectaban, como se corría en su interior y como Gee gemía fuerte, gritando desesperado el nombre del menor suplicando más de su polla. Joder, extrañaba coger y comer ese culo divino de Gerard pero ahora ambos estaban casados, eran felices así... ¿No?

—Buenas noches amor —susurró su esposa acurrucándose en su almohada, dándole la espalda.

—Buenas noches... —respondió ido. Frank solo podía pensar en Gerard, en sus facciones y en lo hermoso que era tanto en su personalidad como en su caliente cuerpo. Su cabeza daba vueltas recordando todo lo que había vivido y disfrutado con él.

Sus párpados comenzaron a pesar y los movía con lentitud, respiró profundo mientras su cuerpo lleno de manchas de tinta se relajó más, y él cayó en brazos de Morfeo.

Todo se volvió negro y al abrir sus ojos nuevamente, había una luz que iluminaba la habitación. Frank seguía en la cama, amplia y  suave pero que definitivamente no era la suya. Su vista se mantuvo en los pies de la cama un par de minutos hasta que se dio cuenta de que alguien más estaba ahí, ¡Mierda, era Gerard! ¿En qué momento?

—Ger... —quiso decir pero fue interrumpido ya que Gerard puso su dedo índice encima de sus labios.

—Shhh, hola bebe. No digas mi verdadero nombre, solo llámame Poison —susurró Gerard sobre su rostro y deslizó su otra mano sobre el abdomen de Frank, erizandole la piel—. Y tu, un delicioso hombre mayor que yo, lleno de tatuajes y atractivo. No sabes como me encantaría follar con un DILF como tu, joder.

Gerard tenía el cabello rojo pasión, su cuerpo pálido y delgado, su rostro cubierto con muchos lunares y pecas, tan hermoso como siempre. Sus ojos preciosos eran adornados por sombras de muchos colores vivos y sus labios pintados en color dorado.

—Ger- Posion, ¿no... me reconoces? Soy Frank. —Trató de hablar el de ojos avellanas cuando el dedo desapareció de sus labios y Posion se incorporó a su lado para deshacerse con rapidez de su camisola y sus shorts, quedando totalmente desnudo. Frank tenía un poco de miedo, ¿no lo reconocía acaso? Aunque sus manos ardían por acariciar la suave piel de sus piernas.

 —Tontito —dijo y sonrió mordiéndose un labio—. Claro que te reconozco mi Frankie. Estoy tan desesperado por que me folles, mira...

Frank se incorporó en la cama, dejando su espalda recostada contra el respaldar para ver el espectáculo que Posion estaba haciendo para él. Gee estaba de pie junto a la cama, moviendo sus caderas de un lado hacia otro mientras sus manos acariciaban sus pezones rosados. Bajó luego a su pequeña cintura y se dio media vuelta con suavidad, quedando de espaldas a Frank. Tomó cada mejilla de su gran culo y las abrió, mostrando su entrada tan mojada y apretada.

El mayor sintió un escalofrío recorrer su espalda y a su polla dura como piedra, dar un pequeño tirón. Tanto tiempo de no verlo y ahora lo tenía ahí, disponible para él. La forma deliciosa en que se movía era perfecta.  Frank apretó el bulto dentro de su pijama mientras mordía sus labios, quería coger a Poison, Gerard o como quisiera que lo llamara,  y dejarlo lleno de leche, que chorreara todo.

—¿Te gusta lo que ves? —preguntó  Gerard. Había ladeado su rostro y ahora uno de sus dedos rodeaba su entrada—. Por favor papi, estoy tan húmedo y listo para ti. Hazme lo que quieras papi.

Frank sentía su polla palpitar y las palabras atoradas en su garganta, pero cuando Gerard lo llamó papi fue todo. No pudo resistir más la tentación, comenzó a empujar sus pijamas a través de sus piernas quedando únicamente con su camisola puesta. Su polla saltó completamente dura contra su vientre, la tomó con su puño y se acarició un par de veces.

—Ven aquí Posion, móntame —ordenó mientras se masturbaba.

Gerard sonrió y asintió, soltó sus glúteos y corrió a acomodarse sobre el regazo de Frank, acomodó su agujero sobre la polla enorme que Frank mantenía firme para él y se presionó hacia abajo, recibiendo centimetro a centimetro en su interior.

—Tan caliente y apretado —murmuró Frank contra la mandíbula de Posion.

—Eres muy grande papi, me encanta.

El pelirrojo se empujó contra la polla de Frank hasta que sus glúteos rozaron la piel de sus muslos. Frank gruñó complacido y dejó caer las palmas firmes y fuertes de sus manos sobre el culo de Gerard. Dos veces, marcando la piel pálida. Gerard comenzó a dar pequeños saltos mientras se sostenía de los hombros anchos de Frank, echó su cabeza hacia atrás y le dio acceso a Frank para besar y morder su manzana de Adán.

—Sigue así, no pares bebe —murmuró Frank contra la piel del cuello de Gerard. Había mordido y succionado el lado derecho, dejando una marca roja ahí.

—Tocame papi, por favor. Necesito correrme y estoy muy cerca, por favor.

Frank estaba amando tanto escucharlo suplicar de esa forma, sus ojos se veían más bonitos así, llenos de lágrimas, y eso que aún no le había follado la boca. Ahogándolo hasta que su longitud tocara el fondo de su garganta.

Apretó con fuerza la mejilla derecha de Posion y la otra la llevó a bombear la polla rosada y dura mientras se permitió empujar sus caderas hacia arriba, con más fuerza y rapidez. Él también estaba muy cerca de derramarse.

Poison lo tomó del rostro con suavidad y alcanzó sus labios, los rozó con la punta de su lengua para después acortar la distancia y apegarse a él. Sus labios dulces y suaves, tal como Frank los recordaba desde la última vez que los había probado. Gee entreabrió sus labios y aprisionó con fuerza los de Frank, succionando un poco y esparciendo un poco de saliva para humedecerlos.

Frank cerró sus ojos empujando más profundo dentro de él, enterrando toda su polla en su interior y sintiendo como su semen tibio se esparcía. Cerró sus ojos disfrutando de su orgasmo y de la suavidad de los labios ajenos contra los suyos, viendo detrás de sus párpados una explosión de fuegos artificiales.

Abrió sus ojos al sentir su respiración agitada, su corazón latir desenfrenado y la soledad sobre sus labios. No vio más que oscuridad rodearle y a su lado la figura de su esposa durmiendo tranquila. Encendió su luz y refregó sus ojos con el dorso de su mano, regulando su respiración y serenando su cuerpo, notando así que su polla  ya no se sentía presionada sino que estaba húmeda y que la adrenalina que le recorría era porque estaba sintiendo los efectos del orgasmo.

Se rió de si mismo mientras se levantaba y caminaba hacia el baño, necesitaba limpiarse y cambiarse de ropa. No podía creer cómo había tenido un sueño húmedo con Gerard diez años más joven, sensual y de cabello rojo, aunque muy en el fondo sabía que era porque había fantaseado con él durante todo el día.

Había estado tan caliente solo por él. Además había sido tan bueno y se sintió tan real que Frank quería cerrar sus ojos y continuar con el hilo del sueño, quizás ponerlo en cuatro y follarlo hasta correrse de nuevo. Sin embargo, lo que más había amado era haber sido llamado "Papi" por él.

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