Good Morning🌻
Un suave toque sobre su mano la cual descansaba en la cintura de su esposo le hizo abrir sus ojos con pesadez. Se apretó un poco más a su cuerpo aspirando el dulce aroma de su cuello y una traviesa sonrisa se pintó en sus labios al sentir el pequeño respingo que Gerard dio cuando su pene semi erecto rozó con sus glúteos.
—Buenos días bebé —saludó Frank, comenzando a repartir húmedos besos en su nuca.
—Buen día Frankie.
Frank no respondió, una mejor idea se había cruzado por su mente, extrañaba tanto el calor del cuerpo de Gee, no habían tenido tiempo para intimar desde aquella fabulosa mamada que le había dado durante el partido de The Giants vs. Steelers. Eran un poco más de dos semanas sin contacto puesto que habían salido de la ciudad unos días. Luego había tenido que llevar a Miles a sus prácticas de futbol, también habían viajado a visitar a su padre en Florida y recientemente había tenido que cuidar a Soup, su nueva perrita, así que su tiempo había estado muy limitado y ya no podía reprimir el deseo de hacer a Gerard, suyo.
—Frank.
—¿Mmm?
—Los niños pedirán desayuno bebé.
—Hagámoslo rapidito —sugirió.
—Y si mejor... —Gerard giró la mitad de su torso para que sus rostros quedaran de frente y poder tomar con sus labios los ajenos. Un beso hambriento, entre abriendo sus bocas y alternando la dominancia de sus lenguas—. Si vas rápido a darles de comer y los dejas viendo tele o algo, luego vuelves y nos divertimos un poco.
—Suena bien.
Gerard agradeció internamente que no tuvo que esforzarse mucho para convencerlo, unos cuantos besos después Frank se separó y le sonrió a Gee. Se levantó y se colocó una camisa blanca con la imagen de un señor y las letras "College" en ella, a su juicio hacia una buena combinación con sus boxers de Mickey Mouse, buscó unas sandalias negras y respiró un par de veces para despejar su mente y cuerpo, cuando sintió estar listo para salir tomó el pomo de la puerta siendo interrumpido por la voz de Gee.
—Bebé saca la basura por favor.
Asintió con una pequeña sonrisa y se dispuso a realizar todo con rapidez.
Preparó tres bowls de cereal y leche para el desayuno de sus hijos, les dijo que podían ver lo que quisieran en la tele sin pelear y se dirigió a sacar la basura. Sin embargo no contaba con que Cherry lo acompañaría y menos con que ella le tomaría una foto y mucho menos con que a él le darían ganas de postearla en su Instagram.
Se regañó mentalmente al darse cuenta de cuánto tiempo había pasado y él aún no había vuelto con Gee. Dejó su teléfono sobre la isla en la cocina y chequeó que los niños estuviesen en calma.
Tras verificar que todo estaba en orden les dijo que bajaría dentro de poco con papi Gee. Los niños asintieron y sin más subió las escaleras hacia la habitación.
Se sorprendió al no ver a Gee en la cama esperando por él pero su sonrisa se ensanchó al escuchar el agua de la ducha caer a través de la puerta semiabierta. Comenzó a sacar su ropa mientras se dirigía hacia el baño de su habitación.
Empujó la puerta con suavidad y su pene erecto palpitó de alegría al ver la imagen frente a él, Gee tallaba su piel con la esponja y el jabón de frutos rojos que tanto amaba. El cristal del cubículo estaba un poco empañado por el vapor del agua tibia pero aún así podía apreciar su amplia espalda perfectamente.
Con alegría Gerard abrió la llave de la ducha moviendo sus caderas al ritmo de una melodía cualquiera haciendo suspirar a Frank, quien aprovechando el sonido que hacía el agua al caer, sacó la botella de lubricante de un cajón, colocó una buena cantidad en su mano derecha y comenzó a esparcirla a lo largo de su falo, bombeando un poco de arriba hacia abajo, acariciando la punta y humedeciendo toda su longitud.
Con mucho cuidado abrió la puerta de la ducha y entró junto a Gee, apegándose a su espalda y salpicandose un poco, su mano directamente fue a cerrar la llave para que el agua no limpiara el lubricante. Gerard se sobresaltó cuando lo sintió entrar pero tan pronto sus tibias pieles entraron en contacto se relajó y se apoyó en Frank, recostando en su hombro su cabeza. Iero lo abrazó por la cintura, enlazando sus dedos sobre la pancita que tenía por estar un poco gordito.
—Tardaste mucho en volver bebé.
—Lo siento, me entretuve...
Comenzó a morder y besar el lóbulo de la oreja de Gee para después lamer sobre su mejilla hasta alcanzar sus labios y devorarlos, succionando de vez en cuando su labio inferior.
Sus caderas se movían por si solas ansiando estar en la estrechez de su esposo. Gerard lo entendió y se empezó a empujar hacia atrás llevando una de sus manos a tomar el castaño cabello de Frank, el cual ahora estaba un poco largo.
Frank deslizó su mano derecha en medio de los glúteos de Gee, aún tenía restos de lubricante así que sería suficiente para prepararlo rápidamente. Paseó dos de sus dedos por la entrada de Gerard, ejerciendo un poco de presión con las yemas. Gee ya había abierto un poco más sus piernas para que fuese más fácil, sonrió malévolo al sentir como sus dedos entraron juntos sin ninguna dificultad.
—¿Hicistes travesuras sin mi amor?
—Quería ahorrarte el trabajo bebé, me preparé un poquito.
—¿Solo un poquito? Te siento muy abierto.
La voz de Frank sumado con su rasposa barba impactando en la oreja de Gee, lo estaban calentando demasiado. Quería que le follara ya.
—Yo también muero de ganas por sentirte Frankie, así que me preparé bien para que me folles duro —dijo con un poco de desesperación.
—¿Quieres sentir mi enorme polla en tu interior? —Gerard asintió dejando escapar un gemido cuando Frank añadió su tercer dedo y tocó ese lugar—. Te voy a follar aquí de pie ¿Quieres?
—Ahhh si Frankie.
—Bien, abre más tus piernas y apoya las manos en la pared.
Se relamió los labios al ver su entrada totalmente disponible para él pero solo por molestar a Gee volvió a meter dos de sus dedos ganándose un gruñido desesperado. Lo ignoró y se inclinó a besar el camino desde su columna hasta su nuca, donde el cabello húmedo de Gee se pegaba.
Sacó sus dedos y tomó la base de su miembro, la posicionó en su entrada, ejerciendo una leve presión y dejándola ahí para tentar más a Gerard. Lo tomó por la cintura y con su mano libre lo agarró fuertemente de la parte posterior de su cabello, logrando que Gerard gimiera fuerte y alto.
—Frankie...
—Estoy listo Gee, cuando tu quieras.
Lo jaló más del cabello haciendo que su espalda se arqueara un poco y sus manos se deslizaran unos centímetros de la pared.
Gerard se sentía asfixiado quería gemir alto y tener a Frank follándole duro desde atrás, sin embargo sabía que con esa quietud Frank quería que hiciera los primeros movimientos.
Así pues relajó sus caderas y cerró sus ojos para disfrutar como el pene de su esposo se deslizaba dentro de él. Apenas la cabeza de su miembro entró sus piernas temblaron, era grueso, a pesar de todos los años que llevaban viviendo juntos esa sensación nunca cambiaría.
Una palmada fuerte en su glúteo derecho le hizo sobresaltarse y seguir con su trabajo, hasta que pegó su pálida piel con el vientre tatuado de Frank.
—Tan delicioso Gee —gimió Frank soltando brusco su cabello e inclinándose sobre él, apoyó la mano libre sobre la pared y la que descansaba en las caderas de Gerard le apretó con más fuerza.
Le embestía duro y certero, golpeando sus glúteos con fuerza. Su pene se deslizaba de afuera hacia adentro con rapidez y sus bolas chocaban con las de Gerard. Gee se sentía en la gloria recibiendo las fuertes embestidas de Frank, cada golpe directo en su próstata le hacía alucinar y enviaba corrientes eléctricas a todo su cuerpo, en especial a su propia polla que colgaba olvidada entre sus piernas sin embargo no necesitaba tocarse ya que gracias al constante ritmo de Frank se sentía al borde.
—Frankie para —pidió entrecortado pues sus manos ya no daban más para sostenerle—. Me resbalo.
—Voltea amor.
Frank salió de él y lo ayudó a incorporarse y girarse, lo apegó a la pared y lo hizo levantar una pierna a la altura de su cadera. Gerard colocó sus brazos alrededor del cuello de Frank y lo abrazó con esa pierna, gracias a que Frank era un poco más bajo que él, alcanzó su entrada a la perfección.
—Mejor así, te puedo besar —jadeó Frank.
Gerard sonrió con sus mejillas completamente rosaditas, su cabello castaño y un poco canoso cubriendo parte de su frente, se apegó a los labios de Frank, colando su lengua en su interior disfrutando de su dulce sabor mientras Frank le volvía a penetrar, embistiendo con fuerza.
Gee se separó para gemir con total libertad, todo su cuerpo se movía al ritmo de las penetraciones, sentía como Frank se deslizaba mejor y le daba más placer de esa manera. Su pene ahora recibía las fricciones de sus vientres al rozarse, sentía como su punta goteaba pre seminal, estaba muy cerca.
—Ahhh Frankie casi, un poquito más.
—Yo también ahhh.
El gemido de Frank fue más grave así como sus últimos tres embistes más fuertes. El sonido de sus pieles al chocar resonó con mayor audición y finalmente Frank estalló su cálida esencia en su interior.
Gerard dejó ir su cabeza hacia atrás, tensando su cuerpo mientras su orgasmo terminaba de crecer para explotar en el abdomen de Frank, quien respiraba erráticamente y sonreía sin parar.
—Fue maravilloso.
—Lo fue Frankie.
Con cuidado Frank se deslizó fuera de Gerard dejando una sensación de vacío en su interior. Abrió luego la llave de la ducha y el agua se encargó de enjuagar sus líquidos mientras ellos se repartían caricias y besos.
—Iré a prepararnos desayuno y a ver a los niños, bebé.
—Está bien mi amor, te amo mucho.
—Te amo más.
Gerard besó la frente de Frank y lo dejó terminando de duchars mientras él se vestía y se disponía a comenzar su día con una muy amplia sonrisa en el rostro.
Amaba tener buenos días como esos.
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