Gender Reveal
Su cuñada Kristin había insistido desde el inicio del embarazo en que la dejara organizarle una fiesta de revelación de sexo para saber si el bebé que venía en camino era niña o niño.
Al principio aceptó feliz, es más, estuvo muy emocionado ayudándola a escoger cosas para la decoración que pondrían en la sala de su casa. Hablamos de estuvo, si, en pasado porque ahora Gee estaba de todos los ánimos menos feliz y emocionado.
Desde que salieron de la ecografía estaba histérico, enojándose por todo y por último lleno de tristeza, lloraba sin consuelo en brazos de Frank hasta que luego de unos segundos salía corriendo a comer todo lo que hayara en la cocina.
Habían sido dos días en los que todos habían sufrido la crisis existencial de Gerard. Verlo aproximarse con ese bonito vientre de cinco meses suyo hace huir de su lado a todos los que habían llegado a ayudar a arreglar para el evento de ese mismo día. Sería algo íntimo solo para la familia y amigos.
Gerard estaba bastante ilusionado con la idea de tener un pequeño niño al que sin duda llamaría Miles, amaba mucho ese nombre. Pero si estaba esperando una niña también le daría mucha alegría, cuando fuese grande ambos podrían ir a comprar mucho maquillaje juntos.
Sin embargo el verdadero motivo de su molestia y su mal humor era porque el día que Frank y volvieron de la ecografía y Kris estaba en casa mientras él se fue al baño, se suponía que Frank le entregaría el sobre sellado en el que estaban los resultados a su cuñada, lo que no se suponía era que al volver los vería abrazados y que Frankie le dijera "eres la mejor".
Talvez era solo paranoia de embarazado lo que lo hacía imaginarse que su pareja lo dejaría por la sexy rubia novia de su hermano. Conocía a Kristin de hace muchos años y a Frank, ni que hablar, fueron novios desde la secundaria, pero igual se sentía traicionado y no tenía el valor suficiente para encararlos.
Suspiró profundamente mientras se veía frente el espejo en su habitación. Estaba espectacular a su propio juicio, una camisa a rayas celeste con blanco, unos jeans, converse y chaqueta negra. Su pancita redondita se hacía de notar bastante. Gerard terminó de darle los últimos retoques a su cabello negro, se colocó perfume y salió a la sala donde estaban la mayor parte de los invitados.
Todo había salido de maravilla, la pequeña fiesta le ayudó a despejarse de las teorías locas que invadían su mente.
Se la había pasado comiendo de cada postre que su madre y su suegra habían preparado, luego encontró algo de un pollo en salsa de quien sabe que, que había llevado Christa la esposa de su mejor amigo Ray, eso también lo ingirió así como unos cupcakes de chocolate que le había llevado Lindsey. Sino hubiese sido porque la organizadora lo interrumpió habría acabado con unas galletas de arroz que estaban en la mesa de dulces.
—Hola a todos, gracias por haber venido, esperamos que estén disfrutando pero el momento más importante ha llegado. —Kristin hizo una seña a Mikey para que acercara un enorme globo negro hacia el centro donde ella estaba—. Gee y Frankie vengan, ya es hora.
Con una pequeña sonrisa y manos temblorosas Frank tomó de la cintura a Gerard dándole un beso en la mejilla y llevándolo hasta donde estaba el globo.
—Toma Gee bonito. —Kris le pasó un pequeño alfiler para que explotara el globo, así saldrían los papelillos celestes o rosas y por fin sabrían el sexo de su bebé.
Ambos padres sonrieron nerviosos, uno más que el otro.
—Uno.
Sus amigos habían hecho un círculo alrededor de ellos, la mayoría tenían sus teléfonos en manos para grabar el momento.
—Dos.
Gerard sostuvo el globo con una mano, mientras Frank disimuladamente caminaba hacia atrás.
—¡Tres! —Lo pinchó, pero nada, el alfiler rebotaba.
—Ten Gee, prueba con este —Mikey le pasó uno un poco más largo.
—¡Un! ¡Dos! ¡Tres! —volvió a gritar el público.
Por fin el globo cedió, Gerard gritó y se emocionó pero lo único que saltó sobre él fue un montón de papel dorado, junto a un papel doblado que cayó en su cabeza y terminó su trayectoria cerca de sus pies.
Lo levantó del suelo y empezó a leer confundido, todas las personas estaban en un silencio sepulcral y las manos de Frank sudaban sin control.
"Eres lo más hermoso, preciado y delicado que la vida me ha regalado.
Saber que dentro de poco una pequeña personita tuya y mía estará en el mundo me llena de la dicha más grande.
Por eso y las miles razones más que tengo para amarte, quiero pedirte que aceptes vivir conmigo toda la vida, compartiendo alegrías, tristezas, felicidad y dolor, enfermedades y riquezas.
Te amo Gerard, a ti y a nuestro tesorito".
Cuando finalizó de leer estaba confundido, que quería decir Frank con eso, tenían casi seis años de vivir juntos, esperaban su primer bebé, ¿porque de la nada, en medio de una fiesta se le ocurriría decirle todo eso? Su mente no encontraba nada lógico a aquello, se desconectó de la realidad unos segundos.
Lindsey lo llamó con disimulo y le hizo señas para que volteara a ver hacia atrás. Cuando volteó a ver, la tierra detuvo su curso para el pelinegro.
—Sabes que no soy bueno con las palabras Gee. —Frank estaba arrodillado frente a él, con una pequeña y tímida sonrisa en el rostro—. ¿Quieres casarte conmigo?
De su pantalón sacó una pequeña cajita rosa con un anillo precioso. Tenía un diamante cuadrado y alrededor varios diamantitos pequeños, era de Rose Gold, perfecto para Gerard.
Todos los invitados gritaban y reían contentos, mientras que Gerard se tapaba la boca tratando de contener las lágrimas.
—Oh Frankie, eres tan lindo ¡Por Dios! —rió—. Claro que quiero, quiero ser tuyo para toda la vida.
Le dio su mano izquierda, Frank con cuidado colocó el anillo en su dedo anular y lo besó.
—¡Beso! ¡Beso! ¡Beso! —gritaban todos a coro.
Sin hacerlos esperar mucho Frank se puso en pie, tomó a Gerard de la cintura y lo acercó a él. Gee colocó sus brazos en la nuca de su ahora prometido, unieron sus labios en un roce cálido y tierno.
—Bueno bueno dejen las celebraciones para más noche —bromeó Kristin—. Ahora si, Mikey.
Mikey volvió a colocar un segundo globo al medio del salón, al igual que el anterior éste era negro pero tenía una letras plateadas las centro que decían Oh Baby!
Ambos padres primerizos sostuvieron el alfiler y sin esperar el molesto conteo de sus amigos, hicieron explotar el globo.
Gritos y más gritos se oían por todo el lugar, la abuela Linda estaba en un mar de llantos y Gerard había saltado sobre Frank enrollando sus piernas en su cintura.
¡El papelillo era celeste!
¡Tendrían un hermoso niño!
Gerard en su interior no cabía de la felicidad, pronto el pequeño Miles Anthony Iero Way estaría en sus brazos. Quería que tuviese los ojitos de Frankie, además se casaría con Frank, el amor de su vida, aún no sabía cuándo, pero era lo de menos ya estaban comprometidos
Vaya sorpresas había tenido en el día y él pensando lo peor de Kristin.
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