Don't you remember, you told me you loved me baby?

Cuatro años aproximadamente habían transcurrido desde que Frank había dejado de ser el mismo. Ya no era el chico dulce que solía darle demostraciones de afecto a su vocalista predilecto en la privacidad de sus habitaciones e incluso en el escenario.

Todo cambió desde aquella horrible pelea en la que Gerard lo había golpeado durante The Sharpest Lives en el Projekt Revolution. No había razón alguna para que lo hubiese tratado así, él simplemente lo había abrazado por el cuello e intentaba darle un beso, pero Gerard reaccionó mal y Frank nunca supo el porqué.

Semanas después el odioso pelinegro se casó a escondidas de Frank, quien se dio cuenta meses más tarde por la boca de Ray. Antes de ese día nunca había habido una interpretación de Cancer más triste y dolorosa que aquella en Hoboken.

Luego de eso el mundo de Frank siguió viniendose a pique, con Leathermouth las cosas fueron peor. Sus conciertos eran puros gritos que más que lastimar su garganta,  desgarraban su alma. Las letras demostraban sus sentimientos y sus actuaciones eran la viva expresión de aquello que lo atormentaba por dentro, pero él era fuerte y saldría de eso.

Y por supuesto que lo logró, años después cuando My Chemical Romance se volvió a juntar para empezar a grabar su nuevo disco ya había un nuevo Frank Iero también. Su cabello estaba largo y de color negro para tomar la forma de su personaje que Gerard había creado para él en este nuevo universo, "Fun Ghoul".

Las cosas iban bastante bien, se mantuvo fuerte cuando Gee le comentó de que iba a ir la historia de los Killjoys, no iba a negar que su corazón se alegró cuando sintió que Bulletproof Heart y Destroya eran canciones para ellos pero no se iba a permitir volver a sufrir.

Gerard lo buscó varias veces para hablar sobre eso, a las cansadas aceptó una charla en la que terminó, en el ahora pelirrojo robándole un beso, con eso Frank decidió que iba a tomar un poco más de distancia. Aún lo seguía considerando su amigo pero debía establecer sus límites, él no era juguete de nadie menos de Gerard, quién ya había roto su corazón más de una vez, y él con mucho trabajo y con ayuda de Jamia había intentado unir los trozos dispersos.

Afortunadamente durante las grabaciones no hubo más percances excepto porque Lindsey estuvo el día de la producción del video de Nanana, con la niña, adoraba a Bandit, pero a ella no. En fin, Frank tuvo que tragarse el enojo y continuar adelante.

Sus hijas también fueron un gran soporte para él durante ese proceso. Cuando empezó la gira se sintió triste de dejarlas tan pequeñas pero por otro lado su desobediente corazón estaba entusiasmado por compartir de nuevo el escenario con Gerard.

Sin embargo cada concierto que daban era más difícil que el anterior.

¿Porqué?

Gerard.

Gerard se la pasaba dedicándole miradas sexies mientras cantaba, gemía como nunca en Destroya, se acercaba a una distancia prudente a arrodillarse y cantar frente a él; y como la carne humana es débil Frank iba cediendo a esas sonrisas, a los acercamientos, a los semis abrazos y en nada se descubrió a si mismo rozando aquellos labios que tanto lo volvían loco. Por supuesto que los fans no lograron ver porque las luces se apagaron, pero él si sabía lo que ocurrió, estaba consciente que estaba a nada de volver a lanzar todo e irse con el ¿amor de su vida?

Discutió por eso con Gerard esa noche, y la noche siguiente se lo advirtió nuevamente con los ojos inyectados en furia. Le dolía hacer eso, pero era la única manera de parar a Gee, no quería volver a caer, a ser el sumiso y enamoradizo Frank, no quería volver a arriesgarlo todo por nada. Luego de su discurso colérico Gerard asintió y bajó la mirada para retirarse al escenario y comenzar a calentar.

Durante las primeras canciones Frank estuvo distraído observando a Gerard, se notaba tan apagado, sin brillo en su mirar, ni siquiera esa camisa negro con amarillo que usaba lo hacía lucir mejor, ¿qué pasaba con él? ¿Será posible que...?

Las luces del escenario se apagaron dejando solo una tenue luz azul que hacía ver un poco sus siluetas, James comenzó a tocar una melodía que no estaba en el setlist que tocarían esa noche.

Long ago and oh so far away...

No podía ser cierto, no.

Frank volteó a ver hacia el centro, Mikey caminó un poco hacia el frente del escenario dándole mejor vista de dónde yacía el dueño de esa voz, arrodillado frente a la batería dándole la espalda al público y con la cabeza gacha.

I felt in love with you before... the second show...

¿Cómo no iba a recordar eso? Su canción de toda la vida estaba siendo entonada por esa triste y melancólica voz, algo que creía ya guardado dentro de un cofre secreto y controlado en su interior, despertó.

Your guitar it sounds sounds sounds sad...

Y ese algo que parecía estar muerto revivió con la fuerza y el brillo de un ave fénix, tan fuerte que Frank podía sentir que de ahora en adelante nada ni nadie lo iba a destruir.

You are not really here, it's just the radio...

No soportó más y con pasos apresurados se acercó a su Gerard. No podía permitir que su hermosa voz siguiera cantando de esa manera aquella canción que tanto significaba para ambos. Mikey se alertó al ver el movimiento, no pudo disimular el voltear su rostro tan rápido para ver las acciones de Iero, Ray también se tensó pero estaba más consciente que iba a pasar lo que tenía que pasar, no soportaba verlos aún sufriendo por culpa de la lejanía entre ellos mismos, no precisamente por el contacto físico, sino más allá, emocional.

Don't you remember you told me you love me baby...

Frank no pudo hacer más que abrazar su guitarra y acercarse a observar a Gerard tan solo a dos pasos de distancia, quería decirle que claro que él aún lo amaba con el alma entera pero prefirió escuchar como ese verso se repetía un par de veces más.

Cuando terminó esa parte Gerard se incorporó y Frank le sonrió como no lo había hecho a lo largo de todos esos años, quería demostrarle que con ese simple gesto le había comprobado tantas cosas, pero Way siguió con su interpretación triste en lo que restó del show.

Siempre después de tocar solían ir a cenar todos juntos y a pasear por ahí pero ésta vez apenas todo acabó Gerard se escabulló a su habitación en el hotel que se estaban quedando. Frank observaba todos sus movimientos, quizás lo tacharían de bipolar porque hacía unas tres horas le había gritado que no se volviera a acercar a él y ahora planeaba como ir a decirle que no había pasado un solo día en que no lo amara. Le avisó a Ray con una mirada con quien iba a estar y también se retiró.

Se sentía nervioso, le sudaban las palmas de las manos. Hacia tanto tiempo que no se metía a la habitación de Gerard pero tenía la firme intención de que a partir de ésta vez todo sería distinto, no como antes, sería muchísimo mejor.

"Que manía la de Gerard dejar la puerta sin seguro" pensó una vez que giró el pomo y este cedió sin esfuerzos.

La habitación estaba bastante ordenada. No era tan grande, había una cama, una mesa, un pequeño sillón, el baño y el balcón, era casi igual a la suya.

Su hermoso tormento yacía en el balcón mirando a la nada, con sus brazos apoyados en la baranda y ese perfil tan perfecto dejándose ver en todo su esplendor. Caminó en silencio y se posicionó detrás de Gerard colocando sus manos a cada lado de los brazos del vocalista, su cuerpo pegado lo más posible al suyo dejando su rostro en la curvatura de la nuca del otro.

—Claro que recuerdo que te dije que te amo, y lo sigo haciendo más de lo que te imaginas —susurró contra su oreja.

—Frankie —mencionó tan bajito, recostando su cabeza en el hombro del mencionado.

—No digas nada Gee, déjame amarte.

Sin mediar más palabras Frank se apoderó de los labios de Gerard, a como había ansiado hacer desde hace mucho. Era un beso necesitado en el que sus lenguas no se hicieron de esperar masajeándose entre ellas, mezclando sus salivas, intercambiando mordidas y lamidas en los labios.

Se separaron para respirar un poco y Gerard se giró para quedar frente a Frank tomándolo por las mejillas volviendo a unir esos labios tan perfectos. Se concentró en succionar su labio inferior y jugar con su lengua acariciando el pequeño agujerito donde había habido un piercing. Frank por su parte lo tomó de la cintura y comenzó a tocar su cuerpo por debajo de la ropa, lo apegó más a él juntando sus caderas para friccionar sus miembros.

Pronto los gemidos comenzaron a escucharse, los chasquidos de sus labios húmedos eran más reiterados y el calor estaba siendo asfixiante. La ropa comenzó a estorbar y en menos de lo que esperaban estaban casi desnudos, solo en ropa interior.

—Volteate Gee.

—Frankie estamos afuera, alguien puede vernos.

—No me importa mi amor, pueden ver lo que quieran.

Él mismo lo volteó y comenzó a besar su espalda que estaba cubierta por una suave capa de sudor, descendió hasta rozar con el elástico de los bóxers y observó sobre la tela ese redondo trasero y no se abstuvo de morderlo. Gerard gimió tan alto que enseguida tuvo que morder sus labios para contenerse.

Frank se colocó de rodillas y después de bajar la ropa interior del pelirrojo le indicó que abriera más las piernas y se inclinara un poco hacia adelante regalándole la vista perfecta. Su boca comenzó a salivar de más al tiempo que sus manos recorrían todo lo que podía, acarició un par de veces el pene erecto de Gee mientras dejaba besos en la parte baja de los glúteos marcando un camino hasta alcanzar a sus bolas y llevarlas a su boca, lamiendo y succionando.

Frank siguió con su trabajo unos minutos más hasta que sintió que Gerard empujaba su trasero contra su cara, totalmente perdido en el placer. Se incorporó levemente y fue a posicionar sus manos en sus nalgas no sin antes darle un par de nalgadas dejándolas rojas al instante, las separó y comenzó a besar aquel lugar que pronto iba a ser suyo. Los gemidos de Gerard se tornaron incontrolables disfrutando del placer que la hábil lengua le estaba dando.

Frank se sentía gustoso realizando su trabajo, mordiendo suavemente de vez en cuando y haciendo pequeños círculos con su lengua. Cuando sintió que Gerard estaba lo suficientemente lubricado y su propio miembro empezó a doler por la falta de atención se puso en pie jalando a Gerard hacia él y volviendo a besarlo en la boca. Sentía desesperación por no dejar de besar nada de ese cuerpo, nunca había sido tan dominante como ahora, se sentía demasiado caliente a su vez.

Entre empujones y pequeños choques con alguna que otra cosa llegaron hasta la cama donde se dejaron caer mientras Gerard masturbaba a Frank debajo de la estorbosa tela, sentía que la textura de esa dura y enorme erección que tenía en su mano le enviaba descargas eléctricas a todo su cuerpo.

Frank se irguió en la cama y arrancó con desespero su ropa interior dejándole ver a Gerard todo su esplendor, Gee no pudo evitar acariciar ese par de golondrinas que Frank tenía tatuadas en el vientre, porque eran la representación de ellos cuando eran más jóvenes en la Era Revenge.

—Te amo Frankie bebé.

Ronroneo Gerard con ese aire tan sexy que había adoptado recién logrando calentar a Frank aún más.

—Yo también te amo nene.

Frank tomó las piernas de Gerard y las colocó sobre sus hombros mientras deslizaba la cabeza de su pene en la entrada de Gee, tentándolo. La mirada de Gerard se estaba perdiendo por culpa del placer, su boca entre abierta respirando con dificultad era la imagen más sexual que Frank podía tener frente a él.

No soportó más y terminó hundiéndose en él en una sola estocada, sin dejarle tiempo para respirar comenzó a penetrarlo fuerte y rápido, encontrando sin demoras el punto dulce de Gerard, atacando sin piedad provocando que el pene de Gee comenzara a dejar fluir el líquido pre seminal aún sin estar siendo tocado.

Frank no podía evitar besar esos labios que estaban tan rojos por las mordidas y succiones que recién se habían dado mientras sus embestidas continuaban. Varios minutos después recostó su frente en el hombro de Gerard disfrutando del delicioso orgasmo que estaba teniendo derramándose en su interior. Gerard le apretaba la espalda con sus pequeñas uñas dejando unas bonitas y visibles marcas rojizas.

Sin recuperarse de su orgasmo y sin abandonar su posición dentro de Gerard, Frank comenzó a masturbarlo tan rápido que en pocos minutos sintió como los músculos alrededor de su hombría sensible apretaban y se sentía en la gloria.

Gee terminó por correrse en su mano y entre risas y pequeños besos se acomodaron abrazados en la cama, Gerard reposando su cabeza sobre el pecho de Frank y éste último acariciando sus cabellos. No les importaba no limpiarse en ese momento, valía más estar así, juntos.

—¿Frankie?

—¿Mmm?

—Significa entonces ¿qué me das una segunda oportunidad? —preguntó con timidez.

No obtuvo respuesta inmediata y con temor de escuchar algo negativo levantó su rostro para encontrarse con esos deslumbrantes ojos avellana y esa preciosa sonrisa pícara que tanto adoraba.

—Si mi amor, pero si la desperdicias no habrá otra más.

—Te amo.

Ambos amantes se dejaron abrazar por un sueño profundo, felices de por fin haberse entregando nuevamente y con la seguridad que de ahora en adelante estarían juntos. Quizás sería difícil el hablarlo con sus esposas pero ellos también merecían ser felices.

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