Big Big Booty🍑

El personal del estudio de grabación de Pricolo Videos and More había llegado temprano para preparar los sets que ocuparía la estrella que les iba a visitar ese día. Todos estaban emocionados por tener al único e inigualable Danny The Street en las instalaciones, ya que de alguna forma serían partícipes o cooperadores de su nuevo video musical.

Todos estaban emocionados.

O quizás no todos.

El director y dueño del estudio se veía un tanto incómodo, no por la presencia de Danny, sino por el tipo de video que grabarían.

Danny había decidido salir de su zona de confort al crear ésta nueva canción y realizar un video para la misma, siendo él quien lo interpretara personalmente en compañía de Regina, otra cantante y bailarina famosa.

La canción se titulaba "Big Big Booty", haciendo referencia al big booty del que el rubio era poseedor. La canción era muy buena y si verdaderamente trataría sobre eso abarcaría un ránking enorme. Sin embargo cuando la mánager de Danny se contactó con Frank Iero para hacerle saber sobre la temática del video, él no lo creyó del todo, aunque aceptó y firmaron el contrato.

Ahora, a minutos de comenzar la grabación, con toda esa gente a su alrededor Frank se sentía egoísta y envidioso, todos ellos verían a Danny y sus atributos. Cuando lo observó entrar al set, con su hermoso cabello rubio largo hasta debajo de los hombros, pulcramente alisado, su sonrisa cálida y aquellas perfectas caderas contoneándose de un lado hacia otro, en definitiva su mandíbula cayó hasta el suelo, sintiéndose estúpido por haber aceptado grabar ese maldito video.

Conocía a Danny de casi toda la vida, habían sido amigos con derecho antes que éste se volviera una figura pública. Pero bueno, gracias a la misma fama, sus vidas tuvieron que tomar caminos diferentes.

De vez en cuando se miraban por ahí y se saludaban, nada más allá, aunque eso no era impedimento para que Frank se tocase pensando en él y su divino cuerpo en aquellas noches en las que su cama estaba vacía.

La primer parte del rodaje comenzó sin atrasos, sacando a Frank de sus pensamientos. El fondo del set era totalmente negro, Danny vestía un leotardo mitad negro mitad blanco, con la espalda descubierta así como la mayor parte de sus glúteos redondos también lo estaban. La blanca piel de su cuerpo brillaba gracias al glitter que le habían aplicado.

De pie, espalda con espalda bailaba al mismo ritmo que Regina, golpeaba sus glúteos de vez en cuando y los sacudía con movimientos atacados, su trasero siendo enfocado con gran protagonismo.

Luego pasaron al segundo set, donde Danny estaba solo. Peinaron su cabello en un pequeño moño, un traje dorado de tela de satín con una amplia abertura en la parte de su pecho y unos stilettos de igual color lo acompañaban. Su cuerpo bien torneado y definido se podía apreciar a la perfección. Suspiros eran lo que menos faltaba por escuchar al ver como movía sus caderas mientras sus brazos estaban extendidos hacia los lados, sus movimientos eran sutiles pero con un toque de fuerza, simplemente perfecto.

El tercer set y Frank sentía que nunca había sudado tanto en su vida. Quería apoderarse como nunca de esa pequeña y jodida cintura que lo estaba volviendo loco desde que lo vio aparecer esa mañana. Ésta vez Danny usaba un leotardo negro con muchos tirantes cruzados en la espalda mientras volvía a compartir la escena con Regina, batían sus caderas y de vez en cuando se turnaban para tocar sus cuerpos, ella fue quien finalizó esa parte dando pequeños golpes en las caderas de Danny.

Frank sentía como su miembro comenzaba a doler dentro de esos pantalones de vestir. Ni siquiera le importaba disimular como su erección se marcaba, lo único que quería era acercarse a ese chico y follárselo como nunca en la vida.

Y para terminar de enloquecerlo, llegó el turno del cuarto y penúltimo set, Danny, ¡Dios mío! Su cabello suelto y mojado cubriendo parte de su rostro, usaba un leotardo dorado con delicada tela parecida al encaje, en la parte de la espalda había una abertura no tan larga pero si la pieza se encajaba casi por completo entre los glúteos de Danny, robando más que suspiros.

Su perfecto y hermoso cuerpo fue cubierto por completo con aceites haciendo lucir toda su piel muy brillante y mojada, una imagen demasiado explícita para la mente de Frank. Y para empeorarlo Danny se acomodó sobre las palmas de sus manos y sus rodillas mientras movía su espalda de arriba hacia abajo viendo directamente hacia donde Frank se encontraba.

Para ponerle la fresa al pastel Danny se impulsó hacia atrás para quedar sentado sobre sus piernas, marcando aún más la tela entre sus glúteos. Comenzó a aplicarse un bálsamo sobre sus labios, cantando el coro de la canción sin apartar su mirada del rostro del tatuado hombre paseandola con descaro por todo su cuerpo y soltando una pequeña risita cuando notó el gran problema que tenía.

Eso fue razón suficiente para que Frank saliera del set. Quizás un café y un cigarro le ayudaba a distraerse y evitaba que se corriera dentro de sus pantalones solo con seguir viendo a Danny.

—Maldito Gerard —susurró mientras sacaba su cigarro y se sentaba en una banca a tomar su café.

El verdadero nombre de Danny era Gerard Way. Actualmente solo su familia y amigos lo llamaban de esa manera, para el resto del mundo era simplemente Danny.

Una hora después cuando las maquillistas y las personas encargadas del vestuario junto al resto de los de producción salieron del set, Frank decidió regresar. Encontró a Danny de espaldas platicando con Regina, estaba vestido con otro leotardo negro de tirantes y unos jeans talle alto.

Frank tragó grueso al ver sus caderas, moría por apretarlas y tan solo con ese pensamiento su pene volvió a palpitar.

—Frankie —le saludó muy alegre el rubio cuando se giró hacia él.

—Hola.

Regina musitó un breve saludo antes de disculparse y retirarse mientras Gerard se acercaba a Frank.

—Lamento no haberte saludado antes —le dijo cerca del oído luego de haber dejado un suave beso en su mejilla. Frank sin saber bien qué hacer puso su mano en su cintura—. Estás mucho más sexy que la última vez que nos vimos Frankie. —Sin vergüenza alguna Gerard pasó su lengua por el lóbulo de la oreja de Frank.

Frank  soltó un gruñido y lo apegó más a él, haciendo que Gerard sintiera su dureza contra su muslo. El rubio simplemente soltó una risita e hizo más presión sobre el necesitado miembro de Frank.

—No me molestaría recordar viejos tiempos Frankie.

—En lo absoluto —le respondió sonriente con la lujuria a flor de piel.

Frank les indicó a las últimas personas que aún permanecían en el set que podían retirarse, después que ellos salieron cerró la puerta con seguro y se devolvió hacia Gerard, que había tomado asiento en un pequeño sillón que estaba ahí.

Frank se inclinó sobre él y sin permitirle hablar tomó sus labios entre los suyos. Sus lenguas fueron las primeras en reconocerse, luchando la una con la otra por querer tener el control, la de Gerard a pesar de moverse con mayor suavidad que la de Frank era más rápida e imponía el ritmo.

Se separaron un poco jadeantes con un pequeño hilo de saliva pendiente de sus bocas. Gerard le guiñó un ojo a Frank y llevó sus manos a trabajar en su pantalón, palpando un poco aquel pene sobre la tela, con un par de movimientos desabrochó el botón y bajó la cremallera, lamiéndose los labios mientras los deslizaba junto con la ropa interior de Frank. Su duro y enorme pene erecto saltó directo sobre su rostro, rosado y delicioso justo como lo recordaba, se curvaba un poco hacia arriba lo que resultaba beneficioso cuando lo tomaba, ya que tocaba su próstata en cuanto lo penetraba, le encantaba el pene de Frank.

Gimió alto en deleite cuando deslizó su lengua por todo el falo, mientras su mano hacia el trabajo yendo desde la base hasta la punta, ejerciendo en ella un poco de presión y volviendo a bajar, alzó la vista hacia a Frank y metió todo a su boca, succionando y lamiendo cuánto podía. Su boca se sentía tan llena, en especial cuando lo llevaba hasta el fondo de su garganta.

Frank gemía ronco disfrutando de aquella lengua atrevida, ávida de placer. Lo tomó del cabello y le ayudó a mover su cabeza con más rapidez.

Con un obsceno "pop" Gerard soltó la punta para escupir un poco sobre ella para seguir masturbando a Frank, mientras descendía con pequeñas lamidas hasta sus bolas y las tomaba con su boca, una por una. Frank se sentía en el cielo, cerrando sus ojos y apretandolos detrás de sus párpados.

Aún así, quería más, necesitaba más.

—Ven Gee. —Frank lo tomó del brazo y lo ayudó a ponerse de pie. Con desesperación se apoderó de sus labios y con sus manos tatuados comenzó a deslizar los tirantes del leotardo de Gerard por sus brazos hasta llevarlos a la altura de su cintura.

Se separó del beso para pasar a morder ahora su mentón, siguiendo un camino a base de lamidas por todo su cuello. Gerard gemía en deleite y acariciaba el cuello de Frank, quien se apoderó de sus pezones, mordiéndolos y succionandolos.

Frank continuó bajando y deshaciéndose de la ropa de Gerard, hasta tenerlo completamente desnudo frente a él. Con movimientos torpes se quitó su ropa, lanzando su camisa de vestir y su pantalón por algún lugar de aquella habitación. Volvió sus manos hacia el cuerpo de Gerard, apretando su pequeña cintura y friccionando sus miembros, ambos erectos. Gee tomó los dos en su mano y comenzó a bombearlos, juntos, dándoles un placer inimaginable. Sus gemidos morían en la boca del contrario mientras se comían entre sí.

—Quiero que me folles ya Frankie —susurró Gerard.

Frank gruñó y lo tomó de las caderas bruscamente, girándolo y empujándolo sobre el sillón. Gerard le sonrió y se acomodó en cuatro, sus caderas bien levantadas frente a Frank mientras se apoyaba con sus manos al respaldo del mueble.

—¿Así está bien?

—Estás perfecto —respondió Frank paseando sus manos por aquellos glúteos. Soltó un par de nalgadas, marcándole la blanca piel de inmediato, luego las masajeo un poco, le encantaba que el culo de Gerard fuese así, enorme, que rebotaría perfectamente contra él cuando empezara a penetrarlo.

Gerard sacudió sus caderas un poco, ganándose otro par de nalgadas antes de que Frank las separara para apreciarle mejor. Su deliciosa entrada era un manjar para su vista, tal como la recordaba apretada y rosada, perfecta. Se apegó a él, mientras mantenía las mejillas separadas, dejó que su lengua explorara aquel lugar, lamiendo todo, esparciendo su saliva para lubricarle, se separó hasta que le sintió lo suficiente húmedo para llevar a acomodar su erección.

Se sostuvo de sus caderas mientras paseaba su pene entre sus nalgas. Gerard echaba su cabeza hacia atrás sintiendo como Frank simulaba penetraciones pero ya se sentía necesitado de más atención.

—Frankie, por favor.

—¿Quieres que te coja?

—Si, Frankie quiero...

No terminó de hablar por que el pene de Frank se introdujo por completo en él. Grande, duro y caliente.

Frank lo penetró rápido, fuerte y sin pesar, haciéndolo gemir como un loco a la vez que le rogaba por más. Frank lo tenía lleno por completo.

—Tan delicioso —susurró Frank antes de tomarlo con su mano izquierda por el pelo y jalarlo hacia él. Gerard arqueó más su espalda, sintiendo como la grandeza de Frank ni siquiera salía por completo de él, con movimientos cortitos que impactaban con más fuerza en su punto dulce.

Gerard se sentía desfallecer, sin tocarse estaba apunto de correrse. El choque de sus pieles resonaba, así como los glúteos de Gee rebotaban y se movían con fuerza contra la pelvis de Frank.

—Ahhhhhh Frank —gritó tan alto Gerard mientras se corría contra aquel sillón y apretaba con fuerza el miembro de Frank, logrando que se corriera al mismo tiempo dentro suyo.

Giró su rostro para recibir de nuevo los labios de Frank. Sudados y jadeantes se fundieron en un beso mientras disfrutaban de su orgasmo exquisito.

—Me encantó —le dijo Frank.

—También a mí, tan grande y delicioso como te recuerdo —le respondió travieso Gerard.

—Esa boquita tuya es muy atrevida Danny.

Frank se incorporó para ver como deslizaba su miembro hacia afuera de Gerard, muy despacio. Cuando la punta estuvo afuera su líquido empezó a deslizarse también, se lamió los labios e impactó su mano sobre aquellos glúteos una vez más, estos estaban rojos pero lindos como siempre.

Gerard se limpió con unas toallas y comenzó a vestirse, una vez listo se acercó de nuevo a Frank y lo abrazó por el cuello, sus labios peligrosamente cerca.

—¿Te gustaría ir a mi departamento? —preguntó directo, con una sonrisa lasciva.

—Mmm... solo si... —Llevó sus manos hasta su trasero y lo apretó fuerte—. Este booty está sobre mí. —Mordió el labio inferior de Gerard.

—Sobre ti, contra ti, como lo quieras —respondió lamiendo sus labios.

—Vamos entonces, será una larga noche.

Mientras abrían el cerrojo de la puerta los muchachos del equipo de producción que habían estado escuchando el espectáculo detrás de la puerta, comenzaron a correr para fingir estar haciendo algo, todos se sonrojaron al verlos. Gerard y Frank tomados de la mano salieron hacia el estacionamiento a continuar recuperando el tiempo perdido.

Feliz cumple a la Queen, Pao.
Love u baby🌻💕🍑

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