||Prologo||

Regreso con un sabor horrible en la boca, queriéndose engañar que se trataba del sake que el viejo lo obligo a tomar, pero sabe que no es eso.

La preparatoria estaba a oscuras por el toque de queda, ni siquiera debería estar ahí, debería estar agasajando en la fiesta que hicieron en su nombre.

Pero ahí estaba, regresando casi a horas de la madrugada.

-- Con que al final lo hiciste...

A sus espaldas, escucha la voz de su profesor, aun así, no le contesta, tal vez temiendo hablar de más.

-- Así que no me contestaras, ¿Eh~?

-- ¿Hay algo que contestar en realidad?

Una risita sale del más alto, girando su mirada hacia la noche oscura.

-- Bueno, tienes razón en eso -- admite -- aun así, me siento triste porque no confíes en tu querido profesor.

El chico contiene el soltar un bufido.

-- ¿Realmente hará este tipo de bromas de mal gusto?

-- No era una broma -- piensa el albino -- No he dicho nada que fuera para una broma.

-- La verdad es que con usted es difícil saber cuándo atacara con una broma de mal gusto... y en estos momentos no creo poder controlar mis impulsos, si sabe a lo que me refiero.

Gojo tiene un mal sabor de boca cuando el chico gira para ver el mismo panorama que él, esa mirada cansada, esa aura que estaba llegando al límite... cuanta suerte tenia de que el chico tuviera el cabello corto.

No cree resistir ver una versión miniatura de su mejor amigo.

-- Si tanto quiere mi confianza se la daré -- murmura con un tono que daba a entender lo cansado que se sentía, al menos emocionalmente -- Confió en usted, profesor... pero no confiare en Gojo Satoru.

El chico se aleja de la figura de su profesor, no queriendo sentir esa mirada penetrante en su nuca, como si estuviera esperando una huida de su parte.

No iría a ninguna parte, antes no lo hubiera hecho y ahora mucho menos.

Una vida que el atesoraba dependía de él, aunque los demás le dijeran que no era así.

Se adentró a su habitación, envolviéndose en las sábanas y tarareando una canción para poder dormirse, aunque no quisiera en realidad, pues sabía que al despertar no le esperaban más que problemas y peleas con su compañera de curso.

-- Lo siento Maki... espero puedas entenderlo algún día.

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