🐯 Cap 06
El fin de semana llegó a su fin y ahora iniciaba la semana de trabajo. JungKook no se acercó a TaeHyung en la empresa. Respetaría el deseo del omega de que no lo vincularan con él. Aunque moría por comunicarles a todos que ese hermoso chico era su destinado, el padre de su hijo y la razón de que estuviera feliz.
El omega es fotógrafo en la empresa de Jeon, se encarga de capturar los mejores momentos para crear una campaña publicitaria que atraiga clientes para las marcas que los contratan.
TaeHyung trabajó tranquilo, trató de evitar en todo el día a BoGum, gracias al cielo ese día no tuvieron que revisar fotografías de proyectos. El omega no deseaba tener contacto con su compañero, y no era porque no pudiera manejarlo, lo hacía porque presentía que JungKook al ver a BoGum cerca de él, el alfa interferiría.
Cuando su tigrecito le contó al alfa lo que había pasado, el omega pudo ver el mismo destello que se presentó años atrás cuando se encontraron. Eso le indico que ese alfa se metería en medio de él y cualquier persona que se atreviera pensar en sobrepasarse con su persona.
El omega no quería problemas en el trabajo, no deseaba ser vinculado con JungKook, y si el alfa interfería en algún momento por algún acercamiento que BoGum hiciera hacia él, los demás empezarían a hablar. Tenía miedo de los rumores.
Además no quería que JungKook estuviera envuelto en algún escándalo por culpa suya.
Estaba muy equivocado, no se imaginaba que su alfa ante todo lo protegerá a él y a su imagen. No iba a interferir en el trabajo o relación laboral de su omega. Aunque si tenía muy vigilado a BoGum, esperaba que Jackson averiguara hasta el más íntimo secreto de ese hombre y ya miraría como proceder.
Si ese hombre se atrevía a volver a tocar o acosar a su omega, no actuaría como el alfa de Tae. Dentro de la empresa actuaría como el jefe que no permite ese tipo de comportamientos.
JungKook salió de su oficina a dar una vuelta por los pisos de la empresa, su excusa era que a partir de ese día quería tener más contacto con sus empleados, conocer mejor como eran sus estaciones de trabajo y la relación con sus compañeros. Bueno no era tan mala excusa, si le interesaba el bienestar de sus empleado, siempre ha sido así.
Pero ahora quería ver a su rayadito, necesitaba aunque sea verlo un segundo. No se le acercaría y tampoco dejaría que el omega se diera cuenta que andaba rondándolo.
Llámenlo acosador, pero no lo veía así. Necesitaba ver al omega para sonreír como estúpido, para que su mente se despejara y tener un día lleno de luz. Sabía que en la empresa no lo podía acorralar contra la pared y hacerlo sonrojar, mucho menos acariciarlo, o besarle de nuevo ese lunar en su mejilla.
Sí, en su primer encuentro hizo que el omega caminara hacia atrás hasta que chocó con la pared, pero cuando lo hizo todos sus empleados estaban en la fiesta, los guardias estaban concentrados vigilando la entrada de la empresa, y la recepcionista pues ¿Quién sabe dónde estaba? Y a él en ese momento no le importo. No se pasó de contacto físico con el omega, así que nadie se fijó en ellos.
Ahora tenía que respetar los deseos de su omega. Esperaría paciente el día en que sin importar qué, pueda hacer todo lo anterior mencionado y su omega no sienta que lo trataran como sanguijuela.
Por ahora se conformaba con verlo de lejos y tratar de disimular la sonrisa de enamorado que solo sale cuando lo ve. Llegó hasta donde se encontraba TaeHyung, observó cómo le tomaba fotografías a una chica que estaba modelando para promocionar una marca de pintalabios. Metió sus manos en los bolsillos de su pantalón y siguió con su recorrido hasta volver a su oficina.
El día pasó rápido y llegó la hora de la salida, TaeHyung salió apresurado, se le había hecho un poco tarde, y al parecer perdería el autobús que lo acercaría a su apartamento. Iba corriendo por la acera, tratando de no empujar a los transeúntes, y rogando por alcanzar a su transporte.
— Al menos entre semana no tendré que lidiar con el alfa del demonio. — Se dijo mientras apresuraba aún más sus pasos.
Una voz familiar lo hizo detenerse, miró hacia todos lados buscando al dueño de aquella voz. Cuando vio hacia la carretera, allí estaba aquel hombre, asomando su cabeza por la ventana con una enorme sonrisa de conejo y sus ojos puestos sobre su cuerpo.
— Hablé demasiado pronto. — Pensó.
— Te llevaré a tu apartamento. — Le dijo JungKook cuando su chofer estacionó el automóvil.
— Señor Jeon, usted suele salir una hora después que todos nosotros. — Le dijo acercándose un poco al auto. — ¿Qué hace aquí?
— Eso es cierto. — Se bajó del auto. — ¿Cómo sabes eso?
— E-esto, pues...
— No te pongas nervioso. — Se acercó. — ¿Y por qué me dices señor Jeon?
— Es que ahora si va a creer que soy un acosador. — JungKook negó con su cabeza. — Bueno, lo sé porque cuando llegaba el día en que tenía que tomar las fotos para el álbum, yo me quedaba hasta que usted salía.
— Rayadito, no me trates de usted.
— Estamos cerca de la oficina y su chofer... — Miró al hombre que se encontraba dentro del auto.
— Mira, rayadito fugitivo. — El omega retrocedió un paso. — En la empresa si nos encontramos, te acepto lo del señor Jeon. Pero estando fuera de horario laboral y a varias cuadras lejos del edificio, ¿Me podrías llamar JungKook? — Avanzó para recuperar cercanía con el omega.
— Se-señor Jeon, su chofer.
— Soy JungKook. — Le recordó cómo debía llamarlo. — No te preocupes por Kai. — El hombre subió la ventana del copiloto y miró hacia otro lado. — Él es de confianza, y no dirá nada sobre esto.
— Señor Jeon. — El mencionado enarcó una ceja. — Digo, JungKook. — El alfa sonrió satisfecho. — Es que no quiero que se creen rumores.
— Y es por eso que de ahora en adelante te veré aquí, te recogeré en el auto y antes de salir de la empresa me cambiaré de ropa.
— ¿Qué? No, JungKook, eso no.
— Claro que sí, mira hasta no tengo ropa de oficina.
— ¿Cuándo te cambiaste de ropa?
— Pues salí cinco minutos antes que mis empleados. — TaeHyung lo miró entrecerrando los ojos. — Es solo por hoy, ya mañana salgo a la misma hora que ustedes.
— JungKook...
— Rayadito, déjame continuar. — TaeHyung asintió con su cabeza. — Le dije a Kai que saliera del auto, y me cambie dentro de este.
— No es necesario que hagas todo esto, yo puedo irme al apartamento solo, como siempre.
— Pues de ahora en delante te vas conmigo.
— ¡JungKook!
— ¡Rayadito! No grites que llamas la atención de los curiosos.
— Ay, Dios...
— Continuo, me cambie de ropa y me puse sexy para ti. — Sonrió y TaeHyung imitó la sonrisa. — Le dije a Kai que se apresurara a salir del parqueadero, esperamos hasta que tú saliste y te seguimos. Gracias a la luna se te hizo tarde para salir. Aunque me cambie re rápido y quedé bien guapo.
— Deja de decir que estás guapo.
— ¿No lo estoy?
— Si lo estás, pero deja de decirlo.
JungKook le extendió su mano. — Más guapo es mi omega. — TaeHyung negó con su cabeza. — Vamos, entra al auto, te llevaré, y ya sabes que nos veremos aquí todos los días.
— JungKook, no podemos.
— Si podemos, confía en mí. — El omega tomó la mano del alfa. — Kai no dirá nada y si seguimos el plan nadie nos verá. Además estamos bastante lejos de la empresa.
— No puedo contigo.
— Claro que puedes. — Sonrió ladino.
— JungKook calenturiento. — Lo golpeó en el hombro cuando ingresaron al auto.
— Me gusta que me golpees. — Le ajustó el cinturón de seguridad. — Y lo que te dije de que puedes conmigo, no lo decía en ese sentido. — TaeHyung se cubrió el rostro por la vergüenza. Él y sus pensamientos calientes. — Aunque si recordamos esa noche, pues...
— Ya, no digas nada y llévame al apartamento. — Lo interrumpió. — Me imagino que vas a saludar al cachorro.
— Kai, llévanos a la dirección que te dije hace rato. — El hombre arrancó el auto. — Voy a saludar a mi pequeño tigre y a nuestro hijo peludo.
Después de soportar un poco de tráfico, llegaron al apartamento de TaeHyung. JungKook ayudó a bajar al omega y le dio la indicación a Kai de que volviera por el en una hora.
Llegaron a la puerta del apartamento, TaeHyung introdujo la llave y la puerta se abrió. Un pequeño peludo saltó hacia ellos, el omega lo alzó y le dio un besito en su cabeza. El can satisfecho por el saludo de su humano, saltó a los brazos del alfa, este último lo acarició.
Entraron, cerraron la puerta y JungKook bajó al can, el cual salió corriendo.
— ¡Tigrecito! Ya llegué.
— ¡Voy papi!
— ¡Y vengo con tu papá Kook!
— ¡Papá Kook está aquí! — Gritó emocionado llegando hacia sus padres.
— ¡No corras Kookie! — Expresó Lisa saliendo de la cocina. — Buenas noches, Tae y...
— Buenas noches, Lisa. — Correspondió al saludo. — Te presento al señor Jeon...
— Rayadito...
— Ya sé, ya sé.
— Papá Kook, ¿Hoy también me bañalás? — Inquirió el infante después de haberle dado un beso y abrazo a su padre omega, y lanzarse a los brazos del alfa.
— Claro mi tigrecito. — Lo abrazó y besó sus mejillas. — Señorita Lisa, mucho gusto.
— Mucho gusto señor Jeon.
— Soy Jeon JungKook, el padre del pequeño Kookie, que según veo, tú cuidas. — La chica asintió con su cabeza. — Y soy el alfa de Tae.
— JungKook.
— ¿Qué?
— No tenías que presentarte así.
— Pues tú me presentaste como el señor Jeon, y resulta que soy tu alfa, el padre de tu cachorro e hijo peludo.
— ¿Nunca te cansaras de decirlo?
— No.
— Lisa, voy a bañarme, ya puedes irte y nos vemos mañana.
— Con permiso. — La chica se despidió de los presentes.
— Voy a bañarte tigrecito.
— ¡No!
— No te estaba diciendo a ti. — Dijo el alfa con una mueca burlona.
— Papi, mi papá Kook me bañalá a mí.
— Aunque si quieres...
— No, no quiero. — Salió corriendo. — ¡Ve y baña al cachorro, y nos vemos para cenar! — Alfa y cachorro sonrieron al ver al omega correr.
— Sigue huyendo.
— No pol mucho tiempo. — Chocaron sus palmas de las manos.
Después del baño, cenaron, Lisa había dejado lista toda la cena, así que solo tuvieron que servirla.
JungKook le decía palabras bonitas a TaeHyung, le recordaba que no lo dejaría escapar y el omega ocultaba su rostro cuando sentía su rostro arder. El pequeño JungKook, aplaudía y sonreía al ver como sus padres se sonreían de vez en cuando.
El pequeño corazón del cachorro se sentía muy feliz por estar viviendo esos momentos en familia.
El alfa lavó los platos de la cena, y TaeHyung los secó y acomodó en los respectivos muebles. El pequeño Kim simplemente los observaba.
Llegó el momento en que JungKook decidió despedirse para partir a su casa.
El cachorro se aferró a su cuello. — Papá Kook, quédate. — Suplicó. — Si es pol Bam, puedes llamal a alguien pala que lo tlaiga, y te quedas a dolmil en la cama con papi Tae.
TaeHyung abrió sus ojos en grande. — Tigrecito, papá Kook tiene que irse.
— Quielo que se quede.
— Cachorro, yo también quiero quedarme, pero es muy pronto para quedarme a dormir en la cama de tu papi.
— Entonces duelme conmigo. — Puchereo.
— Cachorro, te prometo que seguiré viniendo todas las noches y los fines de semana la pasaremos juntos.
— Tigrecito, tu papá Kook, incluso traerá a Bam y saldremos los cinco a pasear.
— ¿No me están mintiendo?
— No bebé. — Dijeron al unísono.
— Que sea una plomesa pol el meñique. — El infante levantó su dedito y los adultos se miraron. — Plométanlo pol el meñique.
— Está bien, lo prometemos por el meñique. — Dijeron al unísono y en un movimiento sincronizado entrelazaron sus dedos con el del pequeñín.
— Los amo mucho. — Dijo deshaciendo la unión de sus dedos. — Nos vemos mañana papá Kook. — Lo besó en la mejilla. — Papi, te espero para que me cepilles mis dientitos.
— Nosotros te amamos aún más. — Dijo TaeHyung, y JungKook le dio un besito en la frente a su cachorro.
— No pensé que el cachorro se fuera poner de esa manera. — Dijo cuándo el infante se fue dejándolos solos.
— Es que en su cabecita ya tiene la idea de que estaremos juntos para siempre.
— ¿Y no es así? — Inquirió JungKook.
— JungKook, no te puedo decir que pasará más adelante. — Desvió la mirada. — Eso sería mentirte y pues aparte de abandonarte, no quiero mentirte. — Pensó.
— Te recuerdo que si te llegas a escapar, te buscaré hasta debajo de las piedras. — Lo tomó de la cintura. — Y que tarde o temprano te conquistaré, te pediré matrimonio y completaremos las vidas que me faltan para parecer gato.
— Todo el tiempo me recuerdas lo de la huida.
— No te voy a perder de nuevo. — Con su dedo pulgar acarició el lunar en la nariz del omega y este cerró sus ojos, le gustaba sentir las caricias del alfa en su rostro. — ¿Me dejarás darte un beso aquí? — Pellizcó con delicadeza la nariz del omega y este asintió. — Nos vemos mañana cuando salgas del trabajo. — Besó aquel lunar. — Descansa mi pequeño rayadito. — Se separó del chico y se dirigió a la puerta.
— Espera...
— Dime.
— ¿Podrías avisarme cuando llegues a tu casa?
— Te haré videollamada.
— Por favor cúbrete el cuerpo esta vez.
— Así que gracia. — Bromeó. — Y yo que te iba a mostrar que hoy dormiré en bóxer.
— ¡JungKook!
— No te alteres. — Le guiñó un ojo. — Voy a mostrarte algo mejor...
— ¡Pervertido!
JungKook se carcajeo. — Omega malpensado. — Tomó la perilla de la puerta y la abrió. — Te voy a mostrar a Bam y así lo saludas. — El rostro de TaeHyung se tornó más rojo que un tomate. — Pero si quieres te muestro otra cosa.
— ¡No!
— Nos vemos en la videollamada, omega malpensado. — Salió del apartamento con una gran sonrisa y cerró la puerta.
— ¿Cómo no voy a malpensar las cosas si primero me hablaste de tus bóxer?— Susurró.
— Te escuché rayadito.
TaeHyung se tensó al escuchar la voz del alfa. — ¡Vete ya, JungKook! — Salió corriendo hacia la habitación de su hijo. — Carajo, tenía que escucharme.
JungKook en todo el camino a su casa acariciaba sus labios recordando la sensación de besar la piel del omega. Estaba ansioso por volver a probar esos labios, pero iba poco a poco, así que se conformaba con haberlo besado en dos de sus lunares.
Llegó a su casa, le sirvió la comida a Bam y se fue a bañar. Cuando salió del baño, se vistió por completo. Sí, iba a cubrirse, haría lo que su omega le pidiera. Así que con su pantalón de dormir y una camiseta color blanco cubriendo su desnudez, llamó al omega.
Bam apareció en la videollamada cuando el alfa lo llamó en un silbido y el can en menos de nada ya se encontraba en la habitación, lamió la pantalla del celular cuando escuchó la voz de TaeHyung, al parecer el can ya le había tomado cariño a aquel omega.
Después de hablar por treinta minutos, se desearon dulces sueños y como si estuvieran creando una rutina, alfa y omega se sonrieron antes de colgar.
El día sábado llegó, TaeHyung se encontraba abrazando a su hijo, y JungKook esperaba su turno para abrazarlo y despedirse.
— Lisa, cualquier cosa me llamas.
— Todo estará bien, Tae.
— Y discúlpame por haberte hecho venir hoy.
— No hay problema, además adoro pasar tiempo con el pequeño Kookie.
— Pero era tu día libre.
— Tae, el tigrecito me dijo que tendrías una cita con tu alfa, así que no podía negarme. Tienes que salir con tu pareja.
— ¡Lisa! — Gritó el infante. — Te dije que no le digielas lo que te dije.
— Oops, perdón Kookie.
— No es una cita.
— Claro que lo es. — Dijo JungKook. — Es una cita para conocer los miedos y muros que me impiden estar junto a ti como yo quiero.
— Viste papi, si es una cita. — Aplaudió chiquito.
— ¡Ya verás cuando regrese!
— ¡Papá Kook! No dejes que me bañe con agua flía. — El alfa miró a TaeHyung. — Eso es maltlato a un inocente sel, como lo soy yo.
— Larga historia. — Le dijo TaeHyung al alfa. — No te voy a bañar con agua fría, tigre dramático y gritón.
— Eso no fue lo que me dijiste cuando estabas celoso de Jisoo.
— ¡Kim JungKook!
— ¡Vámonos Lisa! — Tomó la mano de la chica y salió a correr. — ¡Nos vemos papá Kook! — Desapareció de la vista del alfa y omega.
— JungKook yo jamás lo bañaría con agua fría.
— Pero si estabas celoso de Jisoo.
— ¡No me molestes! — Salió del apartamento.
— No huyas, tenemos una cita. — Cerró el apartamento y corrió hasta el omega.
Bajaron al estacionamiento, JungKook abrió la puerta del copiloto, ayudó a subir a TaeHyung, le ajustó el cinturón de seguridad, cerró la puerta y rodeó el auto para luego ingresar.
— TaeHyung ¿Quieres comer algo antes de hablar?
— No. La verdad si como algo, creo que te vomitaré encima por los nervios.
— Guácala, que sexy.
— ¡JungKook! Eso no es sexy, es asqueroso y quedarías oliendo a vomito todo el día. — Sonrió.
— Te hice sonreír, esa era mi idea.
— ¿A dónde me vas a llevar para hablar?
— ¿Qué te parece si hablamos en la habitación del Hotel donde nos entregamos esa única vez?
— ¿El Hotel?
— Es que estuve pensando que en una cafetería, parque, restaurante o lugar público, no estarías cómodo.
— ¿Y te parece que estaré cómodo en el Hotel en donde te abandone? — Bajó su mirada.
— Rayadito, no te pongas triste. — Lo tomó de la mano. — Entonces ¿Vamos a mi casa?
— No, en tu casa no.
— Rayadito, entonces ayúdame.
— JungKook, no estoy triste.
— ¿Qué?
— Baje mi mirada porque pensé que quizás podríamos revivir lo que pasó esa noche en esa habitación.
— ¿Me estás seduciendo?
— ¿Tú que crees?
— Creo que cierto rayadito quiere desviar mi atención con pensamientos calientes.
— ¡Atrapado!
— Ya sabes que tú y yo, nada de nada hasta que aclaremos las cosas.
— Lo sé, solo estaba jugando, es que tengo muchos nervios y sales con que me llevaras a esa habitación de Hotel.
— Yo te escucharé y comprenderé. — Besó la mano ajena. — ¿Vamos a esa habitación?
— Vamos, pero no me embaraces de nuevo. — Se carcajeó.
— Esta vez no caeré ante los encantos de mi rayadito mandón. — Arrancó el auto. — Pero si tengo que abrazarte y besarte en los bellos lunares de tu rostro, eso si no lo voy a controlar.
— Esa idea me gusta. — Dijo. — ¿Qué haces TaeHyung? — Se regañó. — Esto no nos ayudara cuando llegue el momento.
JungKook había reservado la misma habitación en donde despertó hace años, ese lugar que fue testigo de sus lágrimas al no tener a su rayadito en esa mañana.
Desde que el omega había aceptado esa salida, pensó en que quizás sería una buena idea hablar en el lugar donde sucumbieron a sus deseos. Si el omega no aceptaba, lo llevaría a una de sus propiedades fuera de la ciudad, pero no fue necesario.
Llegaron al Hotel, el Valet Parking recibió las llaves del auto. JungKook ayudó a bajar del auto al omega, le pidió permiso para entrelazar sus manos, TaeHyung aceptó. Entraron, pidieron la llave de la habitación y subieron al ascensor.
— Tranquilo, rayadito. — Le dijo cuándo observó que el omega sudaba y respiraba pesado. — Solo cuéntame lo que tú quieras, no tienes que contarme todo, yo lo entiendo.
— Gracias JungKook. — Fue lo único que pudo decir y apretó la mano del alfa.
— Verás que sea lo que me digas, no me iré de tu lado.
Las puertas del ascensor se abrieron, salieron de la caja metálica y caminaron hasta llegar a la habitación. Entraron y TaeHyung corrió hacia la cama, se quitó los zapatos, se sentó en el centro, y cruzó sus piernas en posición de flor de loto.
— Jun-JungKook, ven, siéntate frente a mí. — Palmeó el colchón. — Te voy a contar rápido antes de que me arrepienta. — El alfa imitó la acción del omega y en un abrir y cerrar de ojos, ya se encontraba sentado frente a su destino.
— Soy todo oídos. — Entrelazaron sus manos. — Tú hablas, yo escucho. — TaeHyung asintió con su cabeza.
— JungKook, todo empezó con mi primera y única relación. — El alfa rugió bajito. — No hagas eso, tigre.
— Perdón, salió de la nada.
— Rayitas...
— Me gusta que me digas rayitas.
— No te acostumbres.
— No me gusta que me digas que no me acostumbre.
— JungKook, prosigamos. — El alfa asintió y besó las manos del omega. — Espero que después de esto entiendas que no podemos estar juntos...
— No me conoces... — TaeHyung negó repetidas veces con su cabeza, y tomó varias bocanadas de aire. — Tranquilo...
— Este es mi pasado, lo que me pasó y la razón por la cual te abandoné...
Cuando Kim TaeHyung se presentó como omega, empezó a atraer muchos más pretendientes que antes. ¿Quién en su sano juicio no se sentiría atraído por ese bello hombre? Nadie, absolutamente nadie.
El chico, no deseaba tener relaciones amorosas, su sueño era convertirse en un fotógrafo en el cual transmitiera lo hermoso que era el mundo. Estudiaba y trabaja para costear su carrera. Su padre no era de gran ayuda, el solo se dedicaba a perder el poco dinero que ganaba en el único trabajo donde lo aguantaban.
Un año después de que el lindo chico se graduara de su carrera, tuvo un encuentro con el hijo del dueño de la empresa en donde inicio a trabajar como fotógrafo de campañas publicitarias de restaurantes.
El amor a primera vista los flechó, eso pensó el omega. Inició una relación con aquel alfa, lo llevó a su casa y se lo presentó a su padre. El señor Kim, en esa época ya había perdido hasta las escrituras de la casa por sus absurdas apuestas. Cuando se dio cuenta que el novio de su hijo era el heredero de una pequeña fortuna, esperó un tiempo prudente y después decidió decirle a TaeHyung que se embarazara y amarrara a aquel millonario.
El omega se negó, su padre lo abofeteó hasta cansarse, y cuando lo dejó inconsciente, el señor Kim decidió buscar a aquel alfa. Le dijo que su hijo estaba embarazado y que debía darle una buena cantidad de dinero para que no hiciera un escándalo.
El alfa accedió y le dijo al señor Kim que se encargara del engendro que crecía en el vientre del omega. Allí el padre de TaeHyung decidió pedirle más dinero para deshacerse del supuesto bebé.
TaeHyung no pudo ir a trabajar en un par de días, tuvo que esperar a que los moretones de su cara bajaran un poco. No se contactó con su novio y este jamás lo llamó para saber de su ausencia. Cuando volvió a la empresa, como ya era su rutina, subió hasta la oficina de su novio. Le iba a contar lo que le había pedido su padre, pero grande fue su sorpresa, cuando encontró a su novio devorando la boca de su secretaria.
Ese alfa le sonrió cuando lo vio, después de apuntarle la blusa a la secretaria, se dirigió hacia TaeHyung. Lo tomó del rostro, le dio una mirada de asco y lo sacudió bruscamente, le dijo que por lo visto su padre no pagó el aborto del bebé y decidió sacarlo a golpes.
TaeHyung inició a llorar, entre lágrimas le decía que él no estaba embarazado, y que su padre quería sacarle dinero, pero que él no había aceptado y por eso lo golpeo. Que lo amaba y no creyera en lo que le dijo su padre.
El alfa no le creyó nada, le dijo que solo lo tenía para un buen polvo, que si pensaba estar con el como sanguijuela y sacarle dinero, se equivocaba. Le gritó que tenía que conformarse con el dinero que le había entregado a su padre.
El omega se esforzaba para que el alfa lo escuchara, pero solo recibió insultos.
El alfa lo sacó a empujones de la oficina, todos sus compañeros al escuchar los gritos e insultos, lo miraron con desprecio. TaeHyung, escuchaba como le decían que era un oportunista, que era una zorra busca billetes y sanguijuela aprovechada.
El alfa lo señaló con su dedo índice y les dijo a sus empleados que les presentaba a Kim TaeHyung, un omega que buscaba dinero y posición, una sanguijuela chupa sangre.
El omega se levantó del piso, se limpió sus lágrimas, y con notable rabia, jaló la única cosa que le había aceptado durante su noviazgo al alfa. Arrancó aquella cadena de oro con un diamante incrustado en el dije y se la arrojó en el rostro.
Salió de esa empresa, se dirigió a su hogar, allí lo esperaba su padre. Cuando el señor Kim se enteró que su hijo había dejado al millonario, lo abofeteó de nuevo. TaeHyung, solo aguantó los golpes, espero a que su padre se fuera a apostar de nuevo y mandó un correo con su carta de renuncia, les aclaró que no iría por la liquidación o su sueldo. Empacó sus pocas pertenencias y sacó de su escondite sus ahorros.
Salió de aquella casa con su corazón roto, su rostro golpeado y con todas aquellas palabras hirientes en su mente. Se convenció a si mismo que el amor no era para él, y que no volvería a tener una relación con alguien de dinero. No quería sufrir de nuevo esa humillación.
— Por eso tengo esas ideas en mi mente. — Dijo el omega entre lágrimas. — Ellos se encargaron de dejarme claro que no soy valioso, que si me quieren es para un polvo. Que no merezco ser amado y solo soy útil para que mi padre obtenga dinero. — Empuñó una de sus manos contra su pecho. — Uno me utilizó para sacar dinero, y el otro me rompió el corazón, me humilló y le gritó a toda una empresa que yo solo estaba con él por el dinero.
JungKook estaba controlando sus enormes ganas de salir y encontrar al pedazo de imbécil que se atrevió a decirle eso a su bello rayadito.
— JungKook, tarde o temprano tú también creerás que soy una zorra que busca dinero, y que te quiero amarrar con nuestro hijo.
— No digas eso. — Limpió las lágrimas del omega.
— Tú eres mi jefe, yo solo soy un empleado sin dinero, un chico que quedó embarazado, y puede utilizar a su cachorro para sacarte dinero.
— TaeHyung, yo no soy como ese imbécil.
— Ese imbécil como le dices. — Sorbió su nariz. — Tampoco era así, y mi padre le dijo un mundo de mierdas. Me humillaron, me lastimaron y me trataron de la perra más barata. — Lloró con más fuerza y gritó.
— Yo no haré eso.
— JungKook, no puedo quedarme contigo. Por eso hace años escapé al enterarme de quién eras. Me estoy protegiendo. — Se separó del alfa y se sentó al borde de la cama. — No renuncie porque necesitaba el trabajo, acababa de renunciar al trabajo en donde casi abusan de mí y tú me ayudaste a escapar.
— Omega, ese maldito viejo está muerto. — Dijo llorando en silencio. Le dolía ver a su destino tan destrozado. — Lo mandé a investigar, y era un maldito abusador de omegas, después de que se aprovechaba de sus empleados que renunciaban, los vendía a un burdel. Envié a mi gente a buscar a las víctimas, y luego los acompañaron a denunciarlo. Lo arrestaron, y en la cárcel un mafioso lo mató cuando intento meterse con su pareja.
— Nunca me imaginé que ese podría haber sido mi destino.
— La luna se encargó de que yo te salvará esa noche.
— Y a la mañana siguiente te abandoné.
— Pero estás conmigo de nuevo.
— JungKook, no te aferres a estar conmigo. — Apretó sus manos contra sus rodillas. — Escucha, yo hice hasta lo imposible para que no te enteraras que estaba en tu empresa. Decidí trabajar por unos meses, y luego renunciar para irme lejos. Pero me enteré que estaba embarazado, y eso me impidió irme. — JungKook lo abrazó por la espalda y apegó su nariz al cuello del omega. — No podía renunciar, nadie me contrataría estando embarazado y por las políticas de tu empresa tampoco me dejarían ir. Si renunciaba, me llevarían contigo para hablar de la razón de la posible renuncia, y tú podrías descubrirme.
— Solo quédate conmigo.
— JungKook van a hacer un escándalo, no quiero que dañen tu imagen.
— El que se atreva a hacer algo que te dañe física, mental o sentimentalmente, descubrirá mi lado oscuro.
— JungKook, soy una sanguijuela que busca dinero.
— ¿Cuándo me has sacado dinero? — TaeHyung se quedó callado, solo sollozaba. — Contéstame, omega.
— No te he sacado dinero.
— Exactamente.
— Pero estás gastando tu dinero cuando sales conmigo y nuestro hijo. Las personas dirán que te estoy...
— Me vale una mierda lo que digan. — Se aferró un poco más al cuerpo del omega. — Yo te saco de tu apartamento y te invito a salir. — Le recordó. — Además cuando compramos lo del almuerzo el día en que conocí a Tanie, ese día tú pagaste esas compras. — TaeHyung asintió con su cabeza. — La gente no puede hablar de lo que no sabe, y yo no soy como el imbécil de tu pasado.
— ¿Y si alguien viene y te dice algo parecido a lo que le dijo mi padre en el pasado a mi expareja?
— Lo mandaré a la mierda.
— JungKook...
— Es enserio TaeHyung, lo mandaré a la mierda, y si me quieren sacar dinero me encargaré de refundirlos en la cárcel por extorsión. — Besó el cuello del omega. — Antes de creer cualquier cosa, hablaré contigo, mirándote a los ojos y escuchando todo lo que tengas por decirme.
— Perdóname por abandonarte, por huir, y ocultarte a nuestro cachorro. — Se separó del alfa, se giró hasta quedar cara a cara, lo tomó del rostro y observó que aquel hombre lloraba junto con él.
JungKook le sonrió, lentamente posó sus manos en las mejillas del omega y acarició tan dulce y tierno que podría decirse que tenía miedo de que en algún momento su omega se desvaneciera.
— No estoy listo para aceptar una relación y mucho menos para mostrarme como tu omega.
— Te entiendo. — Delineó los carnosos labios del omega con sus pulgares. — Yo te esperaré...
— Te vas a cansar de esperarme. — Lo interrumpió.
— Si te espero sentado, no me canso.
— Alfa tonto. — Sonrió.
— Mi pequeño rayadito. — El omega se acercó a los labios del alfa con la intención de besarlo, pero este lo detuvo.
— ¿Por qué no me dejas besarte? — Inquirió con la palma de la mano del alfa en sus labios.
— Porque no es el momento.
— ¿Piensas que huiré después del beso?
— Sí. — Retiró su mano de los labios impropios. — Pero también pienso que quiero ese beso cuando tú me aceptes como tu alfa, y dejes esa idea de que se repetirá tu historia del pasado.
— ¡Rayitas! — Gritó cuando el alfa lo tomó de la cintura y lo tumbó sobre la cama. — Entonces ¿Qué vamos a hacer?
— Voy a besar esos lunares de tu rostro, ¿Puedo? — TaeHyung asintió. — Y dormiremos un rato, no podemos volver con el cachorro con los ojos hinchados. — Besó repetidas veces los lunares del omega, y este sonreía. — ¿Puedo dormir contigo? No me pasaré de mano larga.
— Ven acá. — Dijo cuándo jaló el brazo del alfa e hizo que se acostara a su lado. — Por favor abrázame. — Le dio la espalda al alfa y este tomó posición de cucharita. — Solo abrázame y dame mimos.
— Lo que mi pequeño rayadito desee. — Lo abrazó con uno de sus brazos y con la mano tintada inició a acariciar la cabellera del omega. — Duerme mi rayadito fugitivo. — Besó la coronilla del chico. — Te voy a cuidar y amar hasta en sueños.
— Tú también duerme, rayitas. — Acarició la mano del alfa que tenía en su vientre.
— Si tu padre aún está vivo, va a pagar por haberte tocado, y ese imbécil con título de alfa va a saber quién es Jeon JungKook. — Pensó. — Rayadito, solo te pido que me dejes amarte. — Sus ojos se cristalizaron.
— Por ahora sigamos como vamos. — Dijo cerrando sus ojos. — Dejaré que me beses, y me abraces...
— Ya te dormiste mi vida. — Besó la mejilla del omega. — Mi plan de conquistarte sigue en pie. Voy a hacerte sonreír todos los días, te demostrare que eres un ser valioso y me esforzare para eliminar todo lo que te lastima. — JungKook cerró sus ojos y se durmió abrazado a su omega.
Holis de nuevo, kokoros darks. 🖤💜🤟
Me dolió escribir lo de Tae, 🥺 chale eso no debí hacerlo, pero pasó. 😬 Lo bueno es que el JK es un amor y lo trata bien bonis. 🤧✨
Ahora vamos a ver qué pasa. Nos leemos en la próxima actualización y pues no sé si será esta historia, o alguna de las otras cuatro historias que tengo en emisión. 😅 Pero lxs leo.
Chawis, 🤟 besitos purpuras, 💋💜 lxs quiero muchote.
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