❤️03: manzanitas dulces.
"Dicen que somos de quien imaginamos justo antes de dormir.
De quien provoca una sonrisa en nuestros labios con tan solo su recuerdo.
De quien alarga nuestra respiración hasta convertirla en un suspiro...
Nunca supe cuando fue que comencé a pertenecerte".
Yoongi estaba en problemas, de hecho, estaba en serios problemas.
Él era el presidente del comité que se encargaba de realizar las diversas actividades de la comunidad abejitas, y era un orgullo saber que cada vez se sumaban más personas interesadas en mantener la armonía entre los vecinos.
Claro que, siempre terminó entrando en pánico cuando sus padres le informaron que los nuevos vecinos habían decidido formar parte de la comunidad, y que además de eso, confirmaron asistencia para la próxima actividad.
Sin embargo, el alfa menor de los Min tomó la noticia como algo bueno y maravilloso. Se esforzó muchísimo con la planeación de la actividad, compró globos extras, supervisó el banquete y se encargó de escoger las actividades que se llevarían a cabo ese día.
Quería dejar una buena impresión con los nuevos miembros, sobre todo con el bonito omega de cabellos rojos y tatuajes.
Y al final, todo le salió mal.
Para empezar, Yoongi no debía estar usando el traje de abeja gigante. Sucedió un contratiempo (o eso quería pensar) y debido a ello, Taehyung no pudo estar presente para usar el traje, misma razón por la que el alfa Min tuvo que hacerse responsable y ocultarse bajo el pesado conjunto colorido.
Lo único bueno era que Yoongi se sentía con más confianza estando oculto de todos los ojos curiosos, quizá por ello fue que se volvió atrevido y se animó a perseguir al bonito omega que removía sensaciones extrañas en su pecho.
Y es que, cuando lo miró llegar dio saltitos animados con su traje de abeja, ¡lucía tan lindo! El omega estaba usando el uniforme que Yoongi había diseñado, y se miraba precioso de pies a cabeza.
Yoongi estaba feliz... hasta que sucedió lo impensable.
De un momento a otro, los ojos penetrantes del chico se clavaron en su presencia, el alfa sintió como se congelaba bajo el poder de esa mirada durante escasos segundos que pasaron con rapidez.
Para que al final terminara huyendo.
Yoongi corrió con todo lo que tenía, el pesado traje le dificultaba la tarea, pero el alfa no se rendía. Continuó huyendo, negándose a tener un enfrentamiento directo con el omega que le aceleraba el corazón.
De todas formas, la suerte del pequeño de los Min estaba perdida, fácilmente lo descubrió cuando el omega logró alcanzarlo y lo derribó con vergonzosa facilidad.
Ambos cayeron ruidosamente entre tantas personas, rodaron y rodaron hasta que la cerca del jardín los mandó a estar quietos. Para ese momento, la mente del alfa estaba revuelta, los latidos en su pecho eran una avalancha que lo consumía, y el calor en su rostro nada tenía que ver con el pesado traje que lo cubría.
Todo empeoró cuando el omega se le subió encima y le quitó la cabeza del traje.
Oh... en serio, Yoongi estaba en problemas.
No podía apartarle los ojos de encima, sabía que su comportamiento estaba irritando más al chico, pero no podía evitarlo. Era tan hermoso, y ahora que lo tenía así de cerquita pudo comprobarlo.
Recibió la mirada intensa proveniente de unos ojos marrones que a su parecer eran hechos de chocolate, chocolate puro, capaz de vencer tristezas y endulzar la soledad.
Fue en ese momento, que a su nariz llegó la esencia pura del omega. Yoongi se sonrojó aun más cuando su lobo interior aulló gustoso, mirándose envuelto por el embriagante aroma de frutos rojos y chicle.
Quería abrazarlo, y ese anhelo que se formó en sus pensamientos logró asustarlo y volverlo tímido en cuestión de segundos.
—¿Quién diablos eres tú y por qué me miras tanto?
El alfa parpadeó muchas veces, tratando de concentrarse en el omega que continuaba encerrándolo con su cuerpo. Miró a su alrededor, dejando escapar un pequeño suspiro aliviado cuando descubrió que la mayoría de los presentes estaban concentrados en sus propios asuntos.
—Te hice una pregunta.
Yoongi saltó del susto cuando escuchó la voz demasiado cerca de su oído, se concentró en el omega, sin saber qué hacer, o qué decir.
«¡Rápido, di algo!» se exigió mentalmente. En cambio, apretó los labios para no soltar una verdadera estupidez.
Jimin frunció el ceño al notar el comportamiento esquivo del otro, ¿qué le pasaba? Primero lo espiaba abiertamente, luego decidía huir al verse descubierto, y al final se negó a darle una explicación.
Jungkook, quien estuvo al margen de la situación, pero bastante entretenido con el pequeño espectáculo, decidió intervenir. Lo hizo porque desde su lugar podía ver el desespero del chico castaño, y cómo este parecía querer llorar o desaparecer, lo que pudiera lograr primero.
—Ya, déjalo en paz —habló, ganándose una mirada del omega.
—¿Lo conoces? —inquirió Jimin con una ceja alzada, para luego levantarse y dejar tranquilo al extraño ser.
El alfa de cabellos negros no respondió la pregunta, mas bien, se concentró en ayudar a Yoongi a ponerse de pie.
—¿Estás bien? Respirar es clave —comentó Jeon, concentrado en el alfa mayor.
—S-sí, gracias Kook —musitó bajo, evitando mirar al omega para no salir huyendo nuevamente.
Diosa... no era posible que se estuviera comportando así, y Yoongi en serio quería llorar de frustración y enojo consigo mismo.
—¿En serio se conocen? —insistió Jimin, notando la leve familiaridad con la que ambos alfas se trataban.
—Aquí todos nos conocemos —respondió Jungkook—. No te enojes con hyung, él no dañaría a nadie.
—Me estaba siguiendo —recordó Jimin, mientras se cruzaba de brazos.
Jungkook rió por lo bajo, él mismo había advertido al omega acerca de la abeja espía, pero en su defensa no sabía que se trataba de Yoongi. Conocía al alfa desde que eran niños, y aunque no eran amigos cercanos, sentía respeto por la familia Min, y Yoongi le agradaba porque era amable, sin prejuicios, servicial y honesto.
También tímido, pero no era algo que se pudiera juzgar.
—Déjalo pasar, te digo que hyung no te causará problemas —insistió Jungkook.
Jimin soltó todo el aire y comenzó a contar para calmarse. La verdad absoluta era que su humor estaba alterado desde que había llegado a ese lugar, y tal vez exageró un par de acontecimientos para drenar su ira con el primer tonto que se cruzara en su camino.
Sin embargo, cuando miraba al alfa silencioso y que levemente temblaba, con mejillas completamente rojas y mirada nerviosa, Jimin no podía evitar sentirse como un completo tirano.
El alfa castaño era como un cervatillo indefenso que estaba estático en su lugar, como si estuviera a la espera de un ataque inesperado. Dicha observación hizo que el omega sintiera un mínimo cambio, con la espinita de la culpa sembrándose en su pecho.
Y un par de segundos después comenzó a irritarse de nuevo. ¿por qué debería sentirse culpable cuando era otro el que lo seguía a todos lados?
—Lo único que logré fue perder el tiempo —despotricó, alejándose del par de alfas.
Ya no tenía ánimos para seguir en ese lugar plagado de extraños, no quería seguir con el uniforme ridículo y mucho menos deseaba continuar complaciendo a sus padres al ofrecer una imagen que no lo representaba para nada.
Fue por ello que se largó, importándole poco los llamados de su madre.
Jimin estaba acostado en medio de la sala de estar, escuchando música y comiendo golosinas cuando sus padres llegaron a casa.
—¿Es mucho pedir que te comportes adecuadamente por un par de horas? —preguntó MoonYoung a su hijo.
—Sí —respondió Jimin, llevándose mas doritos a la boca.
—Nos hiciste pasar vergüenza al atacar de esa manera al pobre muchacho del traje de abeja, ¿por qué eres así, Jimin? —cuestionó GangTae a su hijo.
El menor de los Park se encogió de hombros, ya estaba acostumbrado a ese tipo de situaciones y había aprendido a no darle importancia.
—Ten la decencia de responder nuestras preguntas, Jimin —pidió su padre.
—¿Para qué si ya saben la respuesta que daré? —inquirió el pelirrojo—. No quería estar en ese lugar, no me interesa conocer a esas personas, tampoco hacer amistades con ellos, no vivimos en un mundo rosita donde por ley todos nos tenemos que llevar bien —siguió diciendo—. Además, todos son unos ridículos, y me incluyo porque nunca debí aceptar formar parte de esa payasada.
Las reacciones fueron diferentes: MoonYoung llevó ambas manos a la boca, como si hubiese escuchado la peor de las infamias, mientras que GangTae negaba constantemente, como si las palabras de su hijo fuesen acto de traición.
—Es triste que pienses así y que no te interese pasar momentos especiales en familia —comentó su madre con la voz quebradiza.
—Lo intenté, y no me gustó —respondió Jimin—. Para la próxima piensen en algo que no involucre a desconocidos ni trajes espantosos.
—¿Cómo qué? —interrogó su padre con irritación—. ¿Algún concierto de rock o una fiesta descontrolada llena de drogas, sexo y alcohol?
—No, algo que sea nuevo para mí —respondió el omega, lanzándole una mirada llena de malicia a su padre alfa.
—¡Eres un antipático! —chilló la omega, para luego internarse en la cocina y preparar la cena.
GangTae suspiró rendido, sabía que su hijo era un caso difícil y que lo mejor era tratarlo de a poco para no hostigarlo. Decidió irse a su despacho para adelantar trabajo, dejando al menor de la familia completamente solo en la sala de estar.
Jimin siguió escuchando música y llenándose la barriga de más golosinas, mientras lo hacía aprovechó para investigar por su cuenta todo lo que pudiera acerca de la universidad de artes de Seúl. Sabía que podía obtener mejor información de parte de su padre, pero el omega quería hacerlo por su cuenta, y si se quedaba con alguna duda, siempre podía visitar el recinto para mejor información.
Alzó las cejas completamente sorprendido, la universidad tenía un excelente programa de becas que facilitaban todo el proceso a la población estudiantil; los requisitos eran pocos, y si el estudiante formaba parte de algún comité interno o algún grupo de deporte, la universidad podía otorgar una beca completa que incluyera transporte, comida y materiales.
Investigó más y se encontró con una página que mostraba a los estudiantes destacados, cada uno representando la carrera que estudiaban, con la información detallada, incluyendo vivencias internas, así como proyectos creativos que fueron fundados por ellos.
—Kim SeokJin, veinticuatro años —leyó Jimin, mirando la fotografía del omega de cabello negro y ojos azules—. Estudiante de último año de diseño de modas, un prodigio de nuestra institución por promover el reciclaje de telas, la combinación de texturas, bla, bla, bla.
Siguió curioseando.
—Jung Hoseok veintitrés años, estudiante de comunicación social, y lo que sea. —A Jimin le dio pereza leer todo el apartado, simplemente se fijó en la fotografía del omega sonriente de cabello rubio y ojos miel.
Continuó, deteniéndose de inmediato cuando se encontró con la fotografía de un alfa que reconoció con escalofriante facilidad.
Sí, esos ojos gatunos que eran opacados por los lentes de marco negro, con la cabellera castaña y pulcramente peinada no le era del todo desconocida.
—Min Yoongi, veintitrés años, estudiante de penúltimo año en la carrera de educación musical —leyó con detenimiento—. Sus obras sociales y clubes de enseñanza le han galardonado como el estudiante mas destacado de nuestra institución, llegando a convertirse en el presidente del club estudiantil mixto, donde la inclusión es la cualidad distintiva que hace honor a los logros obtenidos de nuestro estudiante.
Jimin descubrió más fotografías que contaban a detalle el desenvolvimiento del alfa. En ellas aparecía con diversos grupos estudiantiles, también con grupos conformados por niños, artistas callejeros, bandas recién formadas y...
El omega se atragantó cuando miró una fotografía de ese mismo alfa en compañía de su banda de rock favorita de la vida, estaban en el museo nacional de arte, y para ese momento, la cabeza de Jimin era un caos con tanta información inesperada que poco a poco estaba siendo procesada por su cabeza dura.
Así que, el chico torpe y acosador era el mejor estudiante de la universidad a la que pensaba ingresar. Difícil de creer, pero no imposible.
Jimin sabía que la creatividad atacaba de maneras diferentes en las personas, en unas era una bomba violenta, mientras que en otras se podía mostrar como una llovizna suave que podía durar horas y horas. Lo importante era la forma en la que era demostrada, y quizás ese alfa tenía una buena técnica para demostrar su talento, de lo contrario, no tendría todos los logros que el omega se molestó en leer.
El omega tenía sus propias ambiciones, entre ellas estaba poder obtener una beca completa para que sus padres no lidiaran con la responsabilidad de darle sus estudios. Muy dentro de él, Jimin quería disfrutar de lo que amaba, tenía talento para ello, sólo le faltaba un poco de motivación.
Y también necesitaba controlar mejor su carácter y bajarle al orgullo, pero una cosa a la vez.
El timbre en la entrada sonó un par de veces, el omega salió de sus pensamientos y se puso de pie para abrir la puerta.
Del otro lado se encontró al alfa que era la estrella de la universidad, lo miró en silencio, notando como se sonrojaba, pero al menos no huyó.
—H-hola —saludó Yoongi, voz baja, nerviosa y ronca.
—Hola —respondió Jimin, apoyándose en el marco de la puerta—. ¿Se te ofrece algo?
—Y-yo... no, digo, sí...
—¿Vienes a verme otra vez porque no te bastó hacerlo durante toda la tarde?
El rubor en las mejillas del mayor de ambos se multiplicó con la velocidad de los segundos, y para ese momento, Jimin comenzaba a dudar de toda la información que leyó en la página de la universidad.
—Perdón, no quería incomodar —murmuró el alfa, felicitándose internamente por decirlo sin tartamudear, aunque, terminó haciéndolo momentos después—. S-soy Min Yoongi, t-tu vecino.
Jimin asintió.
—Sí, el chico de la cerca.
—¿L-lo, lo recuerdas? —preguntó Yoongi con los ojos asustados.
—¿Que me espiabas desde el primer día que llegué? —cuestionó el menor con una mueca entretenida—. Sí, te reconocí por las huidas, puedo asegurar que es un hábito tuyo bastante frecuente.
Yoongi no tenía como defenderse, sabía que cuando se sentía acorralado o demasiado tímido lo único que su cuerpo y mente lograban coordinar era una sola cosa: huir.
Carraspeó, esforzándose por darle fuerza a su tono de voz y volver a hablar fluidamente.
—Yo... vine a disculparme —inició dubitativo, evitando mirar los ojos del omega para no flaquear—. Mi comportamiento fue irrespetuoso, lamento mucho que tu primera vivencia con los vecinos en la comunidad abejitas fuese arruinado por mi culpa.
—¿Por qué estás mirando a la pared? —preguntó Jimin, con la nariz arrugada.
—E-es una bonita pared —afirmó Yoongi, parándose firme en el suelo.
—Tienes una casa exactamente igual a esta.
—Por eso digo que es una bonita pared.
Jimin rodó los ojos, ciertamente no tenía ánimos para tener una conversación con un extraño, que, además era demasiado raro. Sin embargo, reconoció el esfuerzo del alfa por llegar hasta su casa y disculparse.
—Está bien, acepto tus disculpas —cedió, notando como los labios del alfa castaño se alzaron levemente.
Yoongi casi chilló, dejando de lado su comportamiento tímido, la torpeza tomó el mando principal. Se inclinó y tomó la canasta de mimbre que había dejado en el suelo y no tardó en entregársela al omega, todo mientras sus orejas ardían en tono carmín.
—¿Qué es esto? —preguntó el pelirrojo, mirando con sorpresa las florecitas que sobresalían de la canasta y la servilleta tejida a mano.
Yoongi lo miró a los ojos, regalándole una amplia sonrisa de gomita que incluía ojos brillantes y mejillas rojas.
—Manzanitas dulces —respondió, para luego irse casi corriendo.
Jimin se quedó quieto por un minuto aproximadamente, y cuando reaccionó, lo primero que hizo fue revisar el interior de la canasta.
Se encontró con dos manzanas cubiertas de dulce casero y que lucían apetitosas, estaban rodeadas por margaritas y lavanda, rajas de canela y una pequeña nota extra que tenía escrito la palabra "bienvenido" con letra pulcra.
Ingresó a su casa, y luego de la cena, Jimin comió las manzanas dulces que inevitablemente mejoraron su humor.
Me propuse actualizar y lo conseguí. 😳
Espero que el capítulo les haya gustado aunque sea un poquito. 💗
Infinitas gracias por leer, votar y comentar.
¡Hasta el próximo capítulo!
❤️Yoon~
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