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—¿Estás mejor?—me preguntó Bryce sentándose en el borde de la cama.
—Si, mucho mejor, gracias—le contesté y le di un abrazo.
Nos separamos y nuestros rostros se quedaron muy cerca, él, poco a poco se iba acercando... hasta que tocaron la puerta.
¿Enserio?—pensé.
Nos separamos rápidamente, como si nuestra vida dependiese de eso. ¿Qué hubiera pasado si no hubieran tocado la puerta? ¿Nos habríamos besado?
Sin haber preguntado antes de entrar se asomó por la puerta la cabeza de Anthony, y después entró.
—Sabes que se toca y se pregunta si se puede entrar, ¿verdad?—le preguntó Bryce a Anthony algo molesto.
—Esto... yo toqué—contestó Anthony levantando los hombros ligeramente. Como si se tratase de un niño pequeño buscando una excusa para que no le echasen la bronca.
—Si...—le dijo Bryce con tranquilidad—. Pero te faltó preguntar. Y si lucía no hubiese querido que entrases, ¿eh?—le preguntó más molesto que antes.
—Bueno ya...—dije para calmar un poco el ambiente.
—¿Por qué Lucía no hubiese querido que entrase?—preguntó Anthony curioso.
—Déjalo, acuérdate de preguntar antes de entrar y ya—dijo Bryce cansado de la conversación saliendo por la puerta.
—Dios, ¿qué le pasó a ese?—me preguntó Anthony mirando hacia la puerta—Bueno, venía a decirte que Avani quiere que la llames. Se ha enterado de todo y está preocupadísima—añadió acercándose a mí—Pero antes quiero un abrazo—dijo esperando a que me acercase a él.
—Claro—le dije acercándome a él, sentí como sus manos me rodeaban el cuerpo.
—¿Sabes? Bryce me ha tratado un poco mal...—dijo alejándose con una cara un poco triste.
—Estará nervioso o algo, ya te pedirá perdón—le dije con una gran sonrisa.
—Pues... te dejo, para que hables con Avani—se despidió mientras se dirigía a la puerta.
—Vale, gracias, ¡nos vemos!—dije y este salió de la habitación.
Al momento, empecé a oír unos ligeros murmullos provenientes de fuera de la habitación.
Mi curiosidad me decía a gritos que me acercase a la puerta, que me enterase de el qué estaba pasando.
Y eso hice. Coloqué mi oído izquierdo en la puerta y me esforcé en enfocar la conversación que tenían afuera.
—Ah, hola Bryce—dijo Anthony.
—Hola... yo... perdón—dijo Bryce. Se le notaba que estaba arrepentido, su voz transmitía tristeza y arrepentimiento.
—No pasa nada amigo—le dijo Anthony.
—No, enserio, lo siento mucho. No sé qué me ha pasado... No debería haberte hablado así—le contestó Bryce a Anthony.
—Ya te he dicho que no pasa nada, vamos abajo y nos tomamos algo. Igualmente, yo no debería haber entrado sin preguntar—le dijo Anthony a Bryce.
—Anthony, por lo menos tocaste—le dijo Bryce y empecé a oír pasos alejándose poco a poco de la habitación.
Me acosté en la cama.
Me moría de ternura por lo que había escuchado: Bryce disculpándose.
Cuando antes vivía aquí Bryce solía decir que él nunca se disculpaba porque perdería su orgullo y parecería débil. Ahora, es todo lo contrario. ¿Quién lo diría?
Solté una pequeña risa gracias a lo que estaba pensando, y al momento recordé que tenía que llamar a Avani.
Cogí el móvil que se encontraba encima de la mesilla de noche y llamé a Avani.
—¡LUCÍA!—gritó Avani desde el otro lado de la línea.
—Si, soy yo—dije y solté una pequeña risa—. ¿Qué pasó?
—¿CÓMO QUE QUÉ PASÓ?—gritó desde la otra línea—TE FUISTE DE TU CASA Y BRYCE TE ENCONTRÓ EN LA LLUVIA, MOJADA —añadió todavía gritando.
Las noticias vuelan—pensé.
—Antes que nada no grites—le dije.
—Vale, ahora cuenta qué pasó—dijo de una forma más tranquila que antes.
—Es que... no quiero hablar de ello—le dije un poco avergonzada. Prefería no recordar lo que me había pasado.
—Bueno, en algún momento me contarás, ¿no?—me preguntó.
—Claro, en otro—le dije mostrando una pequeña sonrisa, aunque no me viera.
—¿Por qué tardaste tanto en llamarme?—me preguntó— Le dije a Anthony que te dijera que me llamases hace un rato...
—Esto... si, es que Bryce se molestó con él un poco—le dije mientras recordaba lo que había pasado.
—¿Por qué?—me preguntó curiosa.
—Pues porque tocó la puerta, pero no preguntó si podía entrar—le dije, pero no dijo nada más. Se quedó en silencio—. Aunque al final se perdonaron el uno al otro—dije contenta.
—¿Y estaba molesto porque no había preguntado al entrar a la habitación?—me preguntó Avani, como si no se lo creyese.
—Exacto—le dije.
—¿Y qué estaban haciendo ustedes dos en la habitación para que se molestase Bryce?—me preguntó con una voz pícara.
—¡AVANI!—le grité.
—¿Qué?—preguntó, pero no le contesté—Dime, algo tenían que estar haciendo para que se molestase, ¿cierto?—añadió segura.
—¿Cómo sabes...?—iba a seguir preguntando, pero me interrumpió.
—Avani sabe mucho Lucía—dijo hablando de ella en tercera persona, y soltó una pequeña risa—. Ahora cuenta.
—Pues estábamos muy cerca —dije e hice una pausa—... como si nos fuéramos a besar.
—¡AHHHHHHHH!—gritó Avani.
—¿QUÉ PASÓ? ¿POR QUÉ GRITAS?— le pregunté gritando ahora yo.
—Le gustas Lucía—me dijo Avani.
—Que dices—dije y me quedé pensando—. Igualmente, ¿qué más da eso?—le pregunté.
—Que a ti te gusta él, y él gusta de ti—dijo emocionada.
—Estás fatal—dije y solté una pequeña risa— A mi no me gusta.
¿O... si?—pensé.
¿De verdad me gustaba Bryce? Si era así, ¿desde cuándo? ¿Y cómo sabía Avani mejor que yo que me gustaba Bryce?
Me quedé pensativa, recordando los momentos vividos con él.
De pequeña, cuando vivía aquí, si me gustaba. Siempre iba detrás de él cuando mis padres quedaban con los suyos, que eran muchas veces. Pero, ¿ahora me volvía a gustar?
Recordé aquella tarde en el centro comercial, las sensaciones que sentí cuando me acercó a él. Las mariposas que revoloteaban en mi estómago como si se tratase de un prado lleno de ellas. Los nervios que sentí, la aceleración de mi corazón, los cosquilleos en mi interior, la felicidad que me causó, ...
Recordé cuando me susurró en el oído. Recordé el escalofrío que recorrió mi cuerpo, la respiración entre cortada, su voz grave que causaba cosas inexplicables en mi interior.
Recordé lo sucedido esta tarde. Cuanto se preocupó por mí: fue a buscarme, me ofreció su ropa, me llevó a casa, en resumen, estuvo conmigo cuando peor me sentía.
Bryce era una persona increíble, y me hacía sentir cosas que nunca hubiera pensado que fuese así.
Dios mío, me gusta Bryce Hall—pensé.
Sonreí.
No me lo podía creer.
Me gustaba Bryce Hall.
El mismo Bryce Hall que me gustaba cuando era pequeña.
Una voz me sacó de mis pensamientos.
—¿Lucía?—dijo Avani—¿Sigues ahí?
—Si, sigo aquí—dije y solté una pequeña risa nerviosa.
—¿Me estabas escuchando?—me preguntó.
—Si te soy sincera... no—dije un poco avergonzada.
—¿Y qué hacías?—preguntó de repente.
Qué curiosa, ¿no?—pensé.
Bueno, es como tú—contestó otra parte de mí, que no se equivocaba.
—Estaba pensando—le contesté.
—¿Y en quién pensabas?—me preguntó, pero como vio que me quedé callada empezó a intentar adivinarlo— ¿En Bryce?—añadió.
—Si—dije sin más, igualmente ella ya sabía que me gustaba.
—Te gusta...—dijo emocionada.
—Si—le contesté.
—¡OH DIOS MIO!—gritó Avani, en ese momento sentí que mis tímpanos explotarían—¡POR FIN LO ADMITISTE!—gritó de nuevo Avani.
—¿Qué te he dicho de gritar Avani?—le pregunté y solté un suspiro.
—Perdón—dijo y nos empezamos a reír—. Me alegra que hayas aceptado que te gusta. ¡Ahora vete a por él!—dijo con la voz elevada, pero no llegó a gritar.
—Estas loca—dije y me reí.
—Bueno, te tengo que dejar Lucía, en otro momento hablamos—dijo un poco triste—. Vete a por él—añadió.
—Adiós...—dije y colgué.
Me tiré a la cama, suspiré y me quedé mirando el techo.
Me gusta Bryce Hall—pensé y sonreí, todavía mirando al techo.
AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH
Por fin Lucía confesó que le gustaba Bryce
¡Hola hermos@s! (mi saludo de siempre, tenía que ponerlo :p)
¿Qué tal el capítulo?
Si... sé que no he actualizado durante un tiempo... ¡pero aquí estoy de nuevo!
Creo que el capítulo quedó bastante bien, ¿no creen?
Si os gustó les invito a votar y dejar sus hermosos comentarios que serán aceptados con mucho amor *u*
¡Hasta el próximo capítulo!
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