15| Invitados
Me desperté.
Me levanté de la cama y me dirigí hacia el armario de Bryce, que era en donde había dejado la ropa que había comprado con mis amigas.
Cogí un conjunto que me gustaba bastante y me metí en el baño.
Me vestí y me peiné un poco (hoy no se me olvida).
Bajé las escaleras y me encontré a los chicos haciendo tik toks.
—¡Por fin te despertaste pequeña!—gritó Josh desde la otra punta del salón.
—¿Cómo que por fin?—pregunté extrañada.
—Si, son como las...—dijo Anthony acercándose a mí mientras miraba su móvil—...12 de la mañana—añadió guardando su móvil.
—Pues si que dormí—dije soltando una pequeña risa.
—Si—añadió Griffin entrando al salón.
—¿Lucía está despierta?—preguntó Bryce entrando al salón mientras me buscaba con la mirada.
—Buenos días—dije con una gran sonrisa.
—Buenos días pequeña—dijo Bryce con una gran sonrisa—. ¿Sabes? Tu madre te llamó—añadió mirando hacia tu móvil.
—¿A mí?—le pregunté extrañada, que yo recuerda no me había llamado— A mí no me ha...—iba a seguir pero Bryce me interrumpió.
—Espera hasta que termine pequeña—dijo soltando una pequeña risa después—. A ver... estabas dormida y tu móvil sonó varias veces, por lo que lo cogí. Era tu madre, me dijo que después de comer te llevase a casa que hoy vendría a ella una antigua amiga con su hija, creo—añadió rascándose la nuca.
—Ahh vale...—dije, la verdad es que me quería quedar más tiempo ahí, con los chichos, aunque estén bastante locos.
Me dirigí a la cocina y me senté en la mesa, esperando a que los chicos se sentasen conmigo a comer.
(...)
—Vamos Lucía, tus madre nos está esperando—dijo Bryce subiéndose al coche.
—¡Ya voy!—grité desde la puerta de la casa— Adiós chicos, nos vemos—me despedí de los chicos con la mano y me dirigí al coche. Me senté en el asiento de adelante y me puse el cinturón.
—Tienes la ropa que compraste y todo, ¿no?—me preguntó Bryce encendiendo el coche.
—Si—dije y empezó a circular.
Cuando ya llevábamos cinco minutos de trayecto le pregunté:
—Puedo volver a la casa durante el verano, ¿verdad?—le pregunté un poco avergonzada.
—Claro, le caes genial a todos, puedes venir cuando quieras—dijo con una gran sonrisa mientras que me miraba de reojo—. Como si hoy o mañana mismo te vienes—añadió.
—Ya veré... gracias—dije y encendí la radio, todavía queda un largo viaje.
(...)
—Ya hemos llegado...—dijo Bryce saliendo del coche para acercarse a mi puerta y abrirla—. Ya puedes salir, pequeña—añadió.
—Gracias—dije saliendo del coche y abriendo el portabultos para coger las bolsas.
Bryce me ayudó a coger las bolsas y tocó el timbre, ya que no podía coger las llaves porque tenía ambas manos ocupadas con las bolsas.
—Hola Lucía—dijo mi madre abriendo la puerta de la casa—, ¡cuantas bolsas!—añadió cogiendo las que tenía Bryce para llevarlas al interior.
—Si, la verdad es que sí—añadió Bryce soltando una pequeña risa.
—Hola Bryce, muchas gracias por traer a Lucía—dijo mi madre mostrando una gran sonrisa.
—No hay de qué—contestó Bryce mirándome con una pequeña sonrisa.
—Si quieres puedes pasar—dijo mi madre haciendo paso entre la puerta.
—Muchas gracias, pero mis amigos me esperan—contestó Bryce mirando rápidamente la hora en el reloj del móvil—. Bueno, creo que ya es hora de irme—añadió despidiéndose de mi madre—. Adiós pequeña—dijo para dejar un pequeño y lento beso en mi mejilla derecha—. Nos vemos—añadió susurrándome en el oído.
Uff que calor hace de repente, ¿no?—pensé.
Me doy cuenta de que sigo en la puerta parada, delante de mi madre. Ella, me mira de forma pícara, subiendo un poco la ceja izquierda.
—¡Mamá!—grité soltando una pequeña risa. Después me dirigí al interior y dejé las bolsas que mantenía en las manos en el suelo.
—Hija, prepárate y sube las bolsas arriba—dijo mi madre para dejar un pequeño beso en mi frente y entrar a la cocina.
Subo las escaleras y me encuentro mi cuarto, mi hermoso y precioso cuarto. Empiezo a dejar la ropa en el armario, y, cuando termino, me empiezo a preparar para los supuestos invitados.
(...)
Termino de prepararme y cojo mi móvil, que se encuentra en la mesa de noche, y me miro en el espejo.
Me veo bastante bien—pienso.
A continuación bajo a la planta de abajo para encontrarme con mi madre sentada en el sillón del salón.
—Hola mamá—digo para aproximarme a ella y sentarme a su lado—. ¿Quiénes son los invitados que van a venir?—pregunto mientras cojo el mando de la tele para encenderla, pero el ruido del timbre me interrumpe.
—Ya están aquí—dice con una gran sonrisa—. Hija, compórtate, ¿si?—añadió para mirarme seria. Claro que me iba a comportar, ya no soy una niña pequeña.
—Si mamá, claro que lo haré—digo mientras le miro extrañada.
—Vale, pues eso, no hagas nada malo—dijo para concluir y acercarse a la puerta para abrirla.
¿Desde cuándo hago algo malo con visitas?—me pregunto a mi interior extrañada.
La verdad es que está muy rara, siempre está ilusionada y me suele decir cosas como: "Cuando entren invítales a beber algo" o "Juega con su hija/hijo para que no se quede sola/o". Pero no, hoy no me lo ha dicho.
No sé por qué, pero siento una mala sensación. Mi madre sabe algo que yo no sé o me está intentando ocultar algo.
Cuando va abrir la puerta se gira para mí y me mira con nervios.
Exacto, no estaba equivocada, me está ocultando algo.
Mi madre abre la puerta y saluda a una mujer, esta le vuelve a saludar. Se trata de una voz que me suena bastante.
Decido acercarme a la puerta para averiguar dicha voz, pero al fijarme rezo para que no sea quien creo que sea. Mis ojos enfocan a una chica que se encuentra a pocos metros de la mujer parada en la puerta. Y si, si es quien creía que era.
Mamá, ¿qué has hecho?—pensé.
¡Hola hermos@s!
Aquí el segundo capítulo de hoy.
Este capítulo tiene algo especial:
El/la primero/a que adivine quien es
la invitada que viene a la casa de lucía
le dedicaré el próximo capítulo.
Pista: Dicha persona se nombra en capítulos
anteriores, no es famosa y vive en Estados Unidos.
Ya no puedo decir nada más.
Ahora solo queda desearles una... ¡Feliz Navidad!
¡Y hasta el próximo capítulo!
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