25
Lynn y Kat eran más cambiantes que el clima, solamente en una semana habían peleado y se habían reconciliado, nadie entendía el motivo de sus minis peleas, podían pelear por un cantante, una película, pero al rato se les pasaba y raramente hablaban con normalidad algo que agradecían porque antes solamente se ignoraban y las peleas jamás cesaban.
La pelirroja iba caminado hasta donde la esperaban sus amigos, el día caluroso y soleado; detestable.
Se arrepentía un poco de haber aceptado salir con sus amigos en vez de quedarse bajo el aire acondicionado disfrutando del fresco.
—¿Mal humor?—Lynn se acercó a ella poniendo un brazo sobre su cuello.
—No, pero detesto el calor.—se quejo la pelirroja asqueada del clima tan agobiante.—Lo odio completamente.
—Vamos por helado.—propusó la castaña, miro a sus amigos como si por un segundo se hubiera olvidado de que ellos también estaban ahí.—¿Vamos?
Sam y Jace se miraron cómplices mientras caminaban a la par, aún no llegaban ambas rubias.
Lynn arrastró a la pelirroja hasta la tienda de el viejo Flip. Al entrar en la tienda la oleada de aire fresco choco contra sus rostros aliviando la tensión que cargaba la pelirroja.
—Ahora si, muchísimo mejor.—le sonrió Kat a Lynn comenzando a caminar.
El viejo Flip les dio un corto saludo antes de mirar nuevamente al televisor, Kat y Lynn iban por un lado mirando por los estantes snacks mientras Jace y Sam iban a la máquina de batidos helados.
—¿Quieres este?—preguntó mirando unas papitas picantes.
—Odio lo picante.—dijo con una mueca.—Solo tomaré un batido.
Lynn asintió mientras seguía mirando en el camino, Kat caminaba a su lado; se sentía extraña mientras caminaba con ella, últimamente esa sensación la acechaba constantemente pero prefería ignorarlo.
—¿Lynn?—escucho una voz femenina a sus espaldas, la mencionada se dio vuelta.
—Zia.—la castaña sonrió caminando hacia ella y dándole un corto abrazo.
La pelirroja las observo sin emitir alguna palabra, las chicas se habían puesto a conversar sobre quién sabe qué, realmente no era de su interés saberlo.
Rascó su nuca dándose media vuelta, se obligo a mirar para otro lado como si un paquete de papitas fuera la cosa más importante del mundo pero fallo, varias veces sus ojos viajan donde la tal Zia y Lynn.
Frunció su ceño dándose cuenta de que al verlas volvía a sentir esa extrañes que sentía cuando veía a Emily y a Lynn juntas hace meses.
—¿Pasa algo?—Jace se acercó a ella con un batido de chocolate, el favorito de ella.
—No, no pasa nada.—contesto con indiferencia.
Jace la miro confundido; era obvio que algo pasaba.
Confundido por la ausencia de la deportista comenzó a buscarla con la mirada, después de unos segundos la vio charlando con una chica peli-negra.
Y en un segundo supo reconocer lo que ocurría.
—¿Estás celosa?
Kat hizo una mueca.
—Yo no soy celosa, además, ¿por qué estaría celosa?—casi rió.—Yo jamás estaría celosa por Lynn Loud.
—Ajá, ¿entonces?
—Solamente estoy fastidiada por el calor, nada más.
—Claro.—suspiro Jace.
—¿Y Sammy?
—Esta por allí con las golosinas, parece un niño pequeño.—rió el peli-negro algo sonrojado.
Kat sonrió tratando de ignorar a las chicas a su lado pero Jace no lo dejaría pasar.
—¡Lynn!—la llamo.—Presentanos a tu amiga.
—Oye, no-.
La pelirroja mordió su labio casi enojada con Jace, ¿por qué demonios la llamaba? nadie quería conocer a su amiga.
Lynn sonrió y se acercó a ellos con Zia a su lado.
—Hola.—sonrió la morena gustosa extendiendo su mano hacia ambos.—Soy Zia.
—Jace, un gusto.
Miro a la pelirroja sonriendo.
—Kat.—se forzó a sonreír, seguía siendo incómodo relacionarse con personas fuera de su círculo.
—Con que tu eres Kat.—Zia miro a la castaña a su lado. Kat frunció su ceño.
—Los dejo, iré con Sammy.—la pelirroja miro a la castaña con intensidad antes de marcharse.
—¿Sucede algo?¿Le caí mal?
—No, no te preocupes.—le dijo el peli-negro.—El calor la pone nerviosa.
Mientras ellos charlaban, Kat y Sam estaban en la sección de dulces un poco más alejados.
—¿Y que tal Jace?—pregunto la pelirroja interesada.
—Pues...—el castaño se tenso.—Se lo dije.
—¿Decir qué?
—Que me gusta, Kit-Kat.—soltó con obviedad, la pelirroja abrió su boca completamente sorprendida, no pensó que Sam se animaría a confesar lo que sentía.—Dijo que...necesitaba un tiempo o algo asi, lo único que me alivia es que no se alejará de mi.
Ella asintió; bueno, debía ser algo nuevo para él, sabía que Jace jamás había estado interesado en ningún chico. Había tenido una sola novia antes pero apenas fue algo de 1 mes, él termino cqon ella cuando se dio cuenta de que realmente no estaba interesado en ella y no quería lastimar más a la chica pero era evidente de que algo le ocurría cuando estaba con Sam y eso era algo nuevo para él.
—Mh, yo creo que le gustas también.—afirmo con seguridad, Sam bajo su mirada.—Solo dale un poco de tiempo, debe ser difícil su situación.
Sam asintió, claro que antes había estado en el lugar de Jace.
—¿Que hay de ti y Lynn?
—¿Que hay de qué?
—Kit-Kat me sorprende lo lenta que estás hoy.—se burló el chico, ella arrugó su frente.—¿Tendrá algo que ver Zia?
Ella rodo sus ojos, Zia esto, Zia lo otro, Zia no le provocaba tales celos inexistentes.
—Zia nada.—dijo.—Y entre Loud y yo nada.
Sam cruzó sus brazos mirándola con incredulidad. Él realmente era difícil de engañar.
—Hablo en serio.—repitió.—Lynn no me gusta.
—¿Entonces por qué ese humor de perros? Se te había calmado hasta que la viste con ella.
Kat suspiro fastidiada, llevo una mano a su frente. Era cierto que estaba algo...disgustada pero no era nada fuera de lo común, también había tenido la misma sensación cuando Emily llego pero solamente era porque era alguien nueva, ahora no le disgustaba su presencia pero Zia...¿Por qué le molestaba tanto que estuviera con esa loca de Lynn Loud?
—¿Que tan malo sería que te guste Lynn?
Terrible. Horrible. Nefasto. Desagradable.
—La odio y jamás podría gustarme, es algo así como mi ¿amienemiga?.—expreso, como si se intentará convencer de tal cosa.—Y no es porque sea una chica...es porque es Lynn, es ella y ella jamás podría...¿cómo es que podría gustarme? Es desesperante, inquieta, muy molesta, ruidosa e increíblemente energética.
Sam alzó sus cejas mientras una sonrisa se iba formando en sus labios.
—Bueno queridísima Kit-Kat, es muy cliché lo que voy a decir pero...
—Ni se te ocurra...
—Del odio al amor hay un paso.
La cara de Kat casi parecía un poema expresando odio, confusión, odio nuevamente...y quizás algo de verdad.
Bueno, bueno, Kat no era alguien que diera tantas vueltas en un asunto, pero realmente prefería darle mil vueltas en bicicleta al país entero antes que aceptar que podría gustarle su enemiga.
Sorpresaaa he vueltoo JAJSJA
Voy a andar subiendo cosas en el canal de difusión relacionadas al fanfic por eso de que tardo con las actualizaciones.
En fin, besitos y espero que les haya gustado 💘
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