23
—Oye.—la castaña caminaba a su lado de camino a casa.—Realmente jugaste bien hoy.
La pelirroja sonrió volteando a verla.
—¿En serio?—se ilusiono, casi no era buena en ningún deporte.
—Si, zanahoria.
Le sonrió la castaña, Kat bajo su mirada hacia el suelo sintiéndose rara, claro, solo porque era extraño que estuviera de camino a casa acompañada de Lynn mientras hablaban (sin pelear).
Y Lynn le había elogiado, era demasiado extraño pero no iba mentir, le agradaba.
—¿Debo acostumbrarme a los cumplidos?
—Mh, no.—nego la chica.—Solo dije la verdad, nada más, no te creas mucho, yo soy mejor.
Kat abrió su boca indignada, bien, Lynn si era mejor que ella en deportes pero ni para tanto.
Y en ese momento recordó que esa era una de las cosas que odiaba de ella; presumida y egocéntrico.
—Era broma.—se apresuró a aclarar la castaña cuando vio su rostro.—Si soy mejor que tu, pero no es para tanto.
Kat soltó una carcajada olvidando el enojo solo por un pequeño segundo y le dio un pequeño golpe en su hombro aunque cuando vio el rostro de Lynn se arrepintió, Lynn le devolvería el golpe (mucho más fuerte)
—Oye, no, no.—Kat salió corriendo siendo seguida por Lynn mientras intentaba pegarle.
Sus piernas corrían más rápido de lo que podían pero en cierto punto la chica termino por alcanzarla tomándola de la cintura para frenarla, le dio un pequeño golpe sin fuerza (al menos para ella).
—¡Loud, vas a sacarme el hombro de lugar!—le grito la pelirroja frustrada mientras sobaba su hombro.
—Exagerada...
Ambas rieron un poco hasta que notaron la cercanía que aún tenían y se separaron con rapidez tomando distancia entre ambas.
Kat suspiro mientras seguía sobando su hombro, un pequeño hormigueo recorrió su cuerpo de los nervios, ¿nervios de que exactamente? seguro de alguna tontería, era común que se pusiera de pelos por cualquier cosa.
Caminaron una cuadras sin decir nada hasta llegar a la casa de Kat, el transcurso había sido un poco tenso desde eso.
—Nos vemos mañana, zanahoria.—se despidió la deportista guiñando un ojo.
Kat asintió dándole una sonrisa, se apresuró a entrar a su casa una vez que vio la silueta de Loud desaparecer.
Al cruzar la puerta, su hermano Mattheo le sonrió mientras cocinaba, ella dejo sus cosas sobre el sillón y se acercó a él.
—Estoy haciendo spaghetti y albondigas para el almuerzo.—le contó su hermano.—Tu favorito.
—Y es por eso que te amo.
—¿Viniste con Lynn?—pregunto en un tono divertido.
—¿Estuviste espiando por la ventana devuelta? Matt, ya pareces la anciana Rosaline de enfrente.
—Yo no estaba espiando, da la casualidad que justo pase por la ventana y te vi llegar con ella, pero eso no importa, ¿por qué viniste con ella hasta casa si tanto la odias?¿acaso te golpeaste la cabeza o algo así?
—Mi cabeza está bien, desde hoy a la mañana con Loud decidimos frenar las peleas y ya.
Matt soltó una carcajada creyendo que bromeaba, pero al rato se dio cuenta de que no era así.
—¿Hablas en serio?—su hermanita asintió, él alzó sus cejas incrédulo.—No creo que puedan estar más de una semana sin pelear.
—¿Que?¿Por qué no?
Claro que podría estar sin pelear más de una semana, si Lynn no comenzaba una pelea, ella no lo haría.
—Porque es a lo que están acostumbradas.—respondió con simpleza.—Se han llevado así desde hace dos años, ¿y de un día a otro llevarse bien? eso es...no creíble.
Si que lo era, porque estaba pasando. En cierta parte tenía razón, hace dos años se llevaban mal debido a una pelea estúpida por un juego y de ahí solo habían empeorado las peleas por cualquier cosa, y si, era extraño llevarse bien con Lynn, aún había cosas que detestaba de ella.
Pero claro que podrían estar sin pelear, ¿verdad?
La clase de historia había terminado al sonar el timbre, camino hasta el patio de la escuela para el pequeño receso de 20 minutos que tenían.
—¿Entonces Sammy y tu son buenos amigos, verdad?—sonrió Kat con picardía.
Jace rasco su nariz, signo evidente para Kat de que ya estaba nervioso.
—Si, ¿por qué?—pregunto carraspeando su garganta.
Otro signo: celoso.
Jace era celoso, no al nivel psicótico pero era un poco demasiado celoso, incluso con sus amigas.
—Curiosidad, es mi mejor amigo...
—¿Tu mejor amigo?—abrió su boca indignado mientras llevaba una mano a el pecho del lado de su corazón.—¿Y yo?
—Por eso, él es mi mejor amigo y tu eres mi mejor amigo.—dijo.—Es distinto.
—Pues suena igual.
—Pero no lo es, solo quiero saber que tal se llevan mis dos mejores amigos.—sonrio Kat.
—Genial, él es increíble, sabe sobre ciencias y le gusta la misma música que yo, casi todo el tiempo jugamos videojuegos y hablamos sobre películas de ciencia ficción, realmente me agrada.
La pelirroja sonrió contenta de oír eso, esperaba que a Jace le gustará mágicamente Sam, Sam dijera lo que sintiera y, ¡Bam!
Sam, Jace, anillos y papeles de boda...bueno, quizás eso era demasiado para sus 16 años pero se conformaba con que fueran novios.
—¿Por qué sonríes así?—pregunto.
—¿Así como?
—Como loca.—rió Jace ganándose un golpe.—Y además andas violenta, creo que todo eso se debe a Lynn Loud.
Kat negó, Lynn Loud no tenía que ver en nada.
—¡Cuidado!
El grito de Lynn llamo su atención, aunque fue demasiado tarde porque el balón ya se había estrellado contra sus pechos.
La pelirroja soltó un quejido al sentir el dolor punzante en el pecho, Lynn corrió hasta ella mientras Jace preguntaba si estaba bien.
—¡Mierda, Loud!—se quejo la pelirroja, ya estaba enojada.—¿¡Por qué siempre tienes que pegarme con un balón, acaso es a propósito!?
Lynn rasco su nuca viendo el rostro enojado de la chica, si bien siempre amaba verla así de enojada pero está vez viendo que realmente estaba enojada con ella.
—Oye, te juro que fue un accidente, no quise pegarte.
Kat le dio una mirada de enfado antes de irse hacia el baño.
—¿Por qué se enojo tanto?
—Lynn, le pegaste en las bubis, tu deberías entender su enfado.
—Si, cierto.—intento avanzar pero Jace la detuvo.
—Antes de pedirle disculpas tienes que darle esto.—saco de sus bolsillos una barrita de chocolate.—Si no, va a arrancarte el cabello y usará tu cabeza como balón.
Lynn abrió sus ojos sintiendo temor, pues claro conocía el temperamento de la versión sticht pelirroja.
La pelirroja se sentó en un banco alejada de los demás, quizás había pasado la línea pero bueno, las mujeres entenderían el dolor de un balonazo en las bubis. Respiro profundo.
—Hey.—el chico de la clase de quemados apareció frente suyo.
No sabía su nombre, pero intentaría no ser grosera con él apesar de dolerle aún el pecho.
—Hola...—forzo una sonrisa.
—Perdón que te moleste pero...es que realmente me pareciste cool y quería saber al menos tu nombre.
¿Cool, ella? Ja, que gracioso.
—Soy Kat.—el chico de lentes sonrió.—¿Tu eres...?
—Jack.
—Por cierto, ¿que tal tu nariz?
—Pues sigue en su lugar pero no fue nada grave ese golpe, no te preocupes.—le sonrió el chico, la pelirroja asintió.—Y...quería saber si tu...
El carraspeo de otra persona hizo que voltearan, Lynn estaba frente de ellos. La pelirroja no pudo evitar hacer una mueca.
—¿Interrumpo algo?
—No, adiós.—corrio el chico, Kat frunció el ceño confundida por la actitud del chico.
—¿Es tu amigo?
—Que te importa.—contesto la pelirroja grosera.
Realmente no fue su intención contestar así pero era algo automático, siempre respondía así a cualquier pregunta de Lynn, hasta se le olvidó que habían dejado las peleas atrás.
—Bajale tres rayas a tu humor, el golpe fue sin querer.—repitió la castaña, saco de su bolsillo la barrita de chocolate.—Ten, realmente fue un accidente lo del balón, no quise pegarte.
Se sentó a su lado esperando a que la pelirroja tomara la barrita y se le pasara el enojo.
Kat suspiro y tomo la barrita, solo porque tenía hambre.
—Intenta que el accidente no vuelva a ocurrir o romperé tus piernas.—Lynn sonrió ante la amenaza y asintió.
Algunas cosas no cambiarían jamás.
JAJAJA PERDÓN PERO YO AMO QUE PELEEN.
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