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Narra _________.

Algunos días después de esa noche, decidí que quería verlo de nuevo, al joven que me había salvado. Sería sumamente difícil buscarlo en toda la isla, probablemente jamás lo volvería a encontrar. Y es que el me trato como si jamás hubiera visto a otro humano como yo, cosa imposible pues todos nos vemos la cara a todas horas.
El me daba una inmensa curiosidad, estoy segura de que era tan humano como nosotros pero, ¿por qué tenía ese aspecto tan peculiar? Y estaba muy segura de que lo que ví esa noche era el mismo, cuando se presento ante mi tenía alas y unos enormes cuernos que sobresalían de su cabello. No lo había visto del todo bien, estoy solo dando la referencia de una silueta a unos pocos metros cerca de mi, ¿Y si el era un ángel, la verdad forma de un ángel? Por qué un demonio, jamás me habría salvado, tal vez era eso, mi ángel de la guardia y apareció cuando más lo necesite.
Así que por lógica, ¿debería estar en peligro para que el venga? No eso sería ridículo, además me advirtió que jamás me volvería a ayudar, si voy y me aviento de un barranco pues ahí quedaré.

— Te he notado muy pensativa en los días, muy extraño en ti. — dijo la calmada voz de Zane a mi espalda asustandome —. ¿Qué te ocurre?.

— Nada. — dije ocultando mis verdaderos pensamientos suicidas para verlo de nuevo a el —. Estoy nerviosa, sabes que debo también aprender a pelear cuántos antes para ayudarlos. Aunque también estoy ansiosa.

— Ya has aprendido algo de mi, tal y como tú abuelo me lo pidió. — respondió Zane —. Sin embargo aquí todos te van a ayudar, a ti y a Lloyd . De echo, está misma tarde comenzarán.

Estaba a punto de decir algo más cuando todos entraron a la sala de comandos. Misako llevaba entre sus manos muchos pergaminos antiguos, así que corrí a ayudarle. Tal parece que había reunión.

— Nuestra misión ahora es encontrar el templo de la luz. — dijo Misako —. Cómo dije antes ahí fueron forjadas las armas doradas que tenían anteriormente y no solamente eso.

—¿Qué más hay?. — pregunto Cole ansioso.

— En ese templo ustedes al ser los cuatro protectores del ninja verde encontraran sus verdades poderes elementales puros y para eso necesitan el instrumento de la paz. Ese instrumento solo debe ser tocado por Lloyd.— explico la mujer — . El templo esta en algún lugar de la isla, y lo único que tenemos de pista son "tres estrellas hermanas, unidad en uno solo". No tengo idea de que signifique eso y probablemente
tardaremos tal vez semanas en encontrarlo pero necesitamos hacerlo.

— Yo tengo una enorme duda Misako. — hablo en sensei Wu mirándonos a Zane y a mi —. Aquí tenemos dos portadores del elemento hielo. Que aunque naturalmente eso no debe ser posible jamás, _________ es nieta de mi viejo amigo. Ella lo lleva en la sangre, pero a Zane le fue transferido el poder del mismo cuerpo de mi amigo. ¿Quien irá entonces?.

— Zane debe ser. — dije —. Después de todo el poder de mi abuelo reside en el y Zane es más cercano a Lloyd, es un pilar que no se debe caer por mi presencia.

— Ya la han escuchado. — dijo Misako —. Sin embargo __________ por nada del mundo también tu, vallas a permitir que Lloyd pierda está batalla, un quinto pilar al poder de Lloyd no nos vendría mal.

Narrador omnisciente.

Durante las próximas dos horas estuvieron dialogando dónde podría estar aquel templo. No tenían más opción que salir del navío e ir a investigar por su misma cuenta, claro que sin ser visto jamás por el ejército indestructible de piedra que hasta hace dos días no dejaban de patrullar la isla durante el día y mientras tanto de noche lo hacía aquel joven.
Desgraciadamente entre más se acercaban a la fortaleza del Gran Tirano este más presentía sus inmortales vidas, no estaba del todo seguro. Pero debido a que los poderes elementales que llevaban en la sangre habían sido heredados por la progenitora (el dragón) el Gran Tirano no podía evitar sentirlos también en su sangre, débil pero aún quedaba un rostro.
Aquel día por la tarde, tras unos duros entrenamientos por parte de Cole y Kai, la castaña salió del navío despejarse un poco.
Dejando un rastro para no perderse, dejando pequeñas flores silvestres congeladas para así seguir el camino de regreso y si algo pasaba, Zane sabría rápidamente identificarlas.
Había encontrado una enorme cascada de tal vez doscientos metros de altura que bajaba de enormes montañas. Al caminar sobre el agua, debía congelarla sobre sus pasos para que ella pudiera pasar y no caer y ahogarse, después de todo no sabía nadar.
Al dejar las flores congeladas en el camino Gaizka rápidamente las encontraría, como el ya sabía que ella tenía poderes de hielo se apresuró a seguir el rastro con lentitud, cuidandose de que no fuera una trampa. Y ahí sobre el lago que se formó por la caída de la cascada estaba ella.

— Eres tú. — susurro _________ en cuanto lo vio salir de entre los arbustos, pero no sé acerco a el —. Pensé que tal vez uno de mis compañeros me habría encontrado, eso o alguno del ejército de piedra.

— Tu sabes del ejército de piedra. — dijo el a la orilla del lago con la cara muy seria —. No me extraña al ahora saber que ustedes son el enemigo. ¿Vienen a detener al Gran Tirano no?. Pierden el tiempo si creen que está guerra la van a ganar, no vale la pena intentarlo.

—¿Y por qué?. — le cuestionó —. Estás defendiendo lo tuyo, por ende yo lo haré con lo mío. Si de verdad querías detenernos, ¿Por qué me ayudaste esa noche y por qué no volviste a cumplir tu amenaza? Por esta vez, puedes ser sincero conmigo.

— Jamás en lo que llevo de existencia me había detenido a tener una conservación con los enemigos de mi amo. — dijo sentandose tranquilamente en el suelo —. Tal vez por eso te salve, porque no había visto antes a una criatura tan indefensa siendo sometida por un bastardo al que detestaba, listo, ya estoy siendo sincero contigo.

— Yo estaba manejando la situación. — le contra dijo algo molesta, para después sentir el dolor en su mejilla de aquel metal suavizando de nuevo su voz —. Pero el llevaba algo en las muñecas que borraba mi hielo.

— El Deistone se obtiene del fono del mar y es lo único que frena el poder elemental de un portador. — explico —. Con eso fue con lo que te golpeó. Ya había escuchado de ese mineral pero en mi vida lo había visto, como yo no soy portador de ningún elemento, a mi no me lastima eso.

La castaña se acercó un poco más a él para verlo mejor, ahora que lo tenía frente a ella por segunda vez podía terminar por comprobar que era. Y al mirar mejor pudo notar en su clavícula izquierda por debajo de sus ropas marcas, gracias a la palidez de su piel se notaban exageradamente. Ya las había visto antes en la piel de Lloyd cuando sin querer el mismo se llegaba a electrocutar en sus entrenamientos bajo las enseñanzas de Jay. Porque no eran iguales a las heridas del fuego o a las de las mismas quemaduras que el hielo. Pero no probablemente el no le diría que le pasó, capaz la toma por chismosa.

— El día en que me salvaste, yo te di mi nombre. — dijo la castaña —. ¿Puedo saber cuál es el tuyo?.

— Mi nombre. — extrañado Gaizka se puso de pie, no sabía si decírselo, era peligroso ante el enemigo. Pero ella no parecía peligrosa y había sido la primera en tratarlo como un igual cuando se conocieron por primera vez, así que después de pensarlo bien, decidió acceder a decírselo —. Mi nombre es Gaizka.

— ¿Gaizka?. — se pregunto ella —. Jamás había oído ese nombre, ¿Sabes qué significa?.

— No lo se, solamente me lo dieron y ya. — respondió.

La castaña decidió no preguntar más. De un pequeño salto llegó hasta la orilla para estar lo más cercano a el. Gaizka no tenía miedo, por lo que en ningún momento retrocedió cuando la tenía a centímetros de el. Era bastante bajita para el, pues ella casi le llegaba a la altura del pecho. Sentía en su piel herida, aunque tuviera ropa, el frío aire que emanaba ella. Y __________ pensó que probablemente había algo más detrás de ese chico, como si estuviera ocultando algo mucho más triste.

— Fue un gusto hablar contigo Gaizka. — sonrió rodeando el cuerpo del mayor para irse —. Ojalá y pueda verte de nuevo, eres alguien muy agradable.

Gaizka no dijo nada y solo se quedó mirando como ella desaparecía entre la oscuridad del bosque siendo guiada por sus pequeñas flores congeladas.
Contrastaba bastante con su personalidad, como alguien que tenía hielo, podía ser tan amable con el aún sin conocerse muy bien. En cambio el, era duro por dentro y por fuera sin importar a quien tuviera al frente. Se quedó ahí inmóvil unos minutos. Y antes de regresar a su recorrido se aseguro de que ella llegara con bien al navío.

— Nya, tenías razón. — dijo _________ algo preocupada —. El, si está con el gran tirano y al menos el ya sabe que estamos aquí.

—¿Y crees que se lo diga?. — pregunto más preocupada que la misma castaña.

— El se llama Gaizka. — sonrió recordando sus hermosos ojos grises —. Pero no creo que se lo diga, no por el momento.

— ¿Y como lo sabes, si apenas lo conoces?.

— Porque ya lo hubiera echo, ¿el me salvó hace unos días no? No se lo a dicho, si no el Gran Tirano o Garmadon ya habrían mandado a su ejército de piedra a este punto.

— Hasta apenas el ejército de piedra a echo recorridos durante el día, ¿No crees que ya lo saben, y por eso nos están buscando?. — le cuestionó con voz bajita.

— No se Nya ... No lo sé.

— Por el momento, solamente debemos concentrarnos en encontrar ese templo. — termino.

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