𓅆ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟺
Narrador omnisciente.
Cómo era de costumbre a muy temprano Gaizka se levantó e inicio su rutina matutina como siempre lo hacía normalmente.
Al entrar a la galería de reuniones se encontro con la sorpresa de un hombre quien se encontraba de espaldas hablando muy animadamente con el Gran Tirano.
Gaizka no entendía absolutamente nada, tanto así que estuvo por preguntar por la noticia tan sorpresiva que se estaba llevando.
— ¿Qué está ocurriendo, señor?. — pregunto mirando mal a aquel hombre alto y delgado con porte de general.
— No te asustes, Gaizka. — dijo el Gran Tirano —. Este hombre, no viene aquí a morir a manos tuyas. Si no por el contrario, viene a apoyar a la causa.
— Mis tropas ya se encuentran descansando después del largo viaje por el mar oscuro. — dijo el general ignorando completamente al joven —. Puede contar con mis dos mil soldados a su disposición para la conquista de Ninjago.
— Bien, entonces deberías descansar. — dijo la esfera de energía pasando de lado dirigiéndose a las torres, dejándolos a los dos solo.
El general era un hombre mayor, tal vez tendría unos cincuenta años cuánto menos, alto y delgado de pequeños ojos verdes brillantes.
Gaizka no retrocedió cuando lo tuvo muy cerca de su rostro, aquel hombre le daba asco.
— ¿Así que, tu eres el ruiseñor, el guardian de este Eden de la oscuridad?. — sonrió de lado —. Te imagine más imponente, pero eres solo un muchacho.
— ¿Por qué no me pone a prueba, general?. — le ofreció —. Para que vea, de lo que soy capaz siendo tan solo un muchacho como dice usted. Le juro que su muerte no le dolerá.
— Se perfectamente de lo que eres capaz. — respondió haciendolo a un lado bruscamente —. ¿De casualidad aquí, hay mujeres?.
— No se, ¿Yo qué voy a saber?. — cuestionó.
— Lastima, me encantan las muchachas. — rio alejándose de la cámara —. Por si veo una, después te la mando, ruiseñor.
Gaizka le miro con un profundo asco, para el era mejor tenerlo vigilado en todo momento.
Durante todo el día, estuvo cuidandolo como si fuera un conejo blanco en medio del frío invierno siendo vigilado por un depredador. No solo eso, era testigo del mando de su propio ejército y de como habían echo mejoras en el ejército de piedra.
Gaizka se colocó por encima de los enormes pozos donde se fabricaba la materia oscura. Esta materia tenía un aspecto de plasma color negro con pequeños cristales ovalados violetas ligeramente brillantes, era gracias a la materia que el ejército podía tener vida, conciencia propia y el casco hacia que ellos obedecieran órdenes perpetuas de su amo, el gran tirano. No solo eso, también era un medio de tortura para la diversión del general Kozu, el mayor del ejército de piedra, pues este solía someter a la gente que quedaba viva de algunos rehenes que llevaba Gaizka para ser interrogados. Ni siquiera el propio Gaizka se atrevía a tocar aquella materia, pues ya estuvo muchos años sometido a ella, no estaba tan loco como para volverse un monstruo, más de lo que ya era. Sin embargo, su arma, su lanza estaba echa con pura materia oscura.
El ojigris no solamente cuidaba de la isla oscura, si no también del ejército, hora tras hora nacía un nuevo recluta en las profundidades de las minas y el al ser el más fuerte por debajo del gran tirano era su tarea ver qué aquellas estatuas inanimadas de piedra salieran bien.
Este observaba a todo el ejército de piedra, en grandes hileras hasta donde la vista alcanzaba, en tan solo pocos días estarían listos para que las cientas y cientas de figuras humanoides comenzarán su última marcha, la del juicio final para apoderarse de la otra mitad del reino, Ninjago.
— ¿Eres una pieza importantísima en el plan del gran tirano no? — le pregunto el general Andrew mientras miraba el mapa de la isla oscura y los puntos estrategicos —. El gran tirano me tiene un buen puesto pero aún así tu estás por encima mío.
— ¡Yo llevo aquí toda mi vida, imbécil!. — espeto. Estaba más que cansado de ese viejo —. De no ser por qué el gran tirano me lo ha prohibido, ya tendría entre mis manos tu asquerosa cabeza. No sabes las ganas que tengo, de asesinarte.
— Muchacho, se perfectamente que me odias. — rio alejándose de Gaizka, sabía que el monstruo alado era peligroso —. Yo vine a ayudar al gran tirano, a tu señor. Deberías estar agradecido conmigo. Pero, dime, ¿No deberías estar vigilando las costas? Intrusos podrían estar atacando la isla.
Gaizka chasqueo la lengua y salió de prisa saltando por la ventana de la torre en dirección a las costas del este. El general Andrew sudo frío, aquel monstruo no le quitaba los ojos de encima, y para colmo estaba seguro que desobedeseria las órdenes del gran tirano con tal de deleitarse con su muerte. Más valió mantenerse alejado del joven de ojos grises si quería mantenerse con vida.
Horas antes.
— Mañana antes del amanecer. — anuncio Misako desde la izquierda de la mesa donde todos estaban reunidos, todos menos el rubio quien se mantenía alejado por orden de su maestro junto a __________ quien solo miraba curiosa aquel mapa sobre la mesa lleno de símbolos y dibujos raros — . Llegaremos a la isla oscura, por lo que pido que no hagan contacto con absolutamente nadie y que sin importar que, debemos investigar lo más discretamente posible.
— Tal vez tardemos meses en investigar toda la zona posible, dudo mucho que nos mantengamos en secreto tanto tiempo. — dijo Zane —. Nos verán, tarde o temprano.
El equipo seguía hablando y hablando sin parar, pues sería en esa isla donde Lloyd terminaría de ser necesario con la vida de su propia padre y donde debería obtener el máximo de su poder, era ese el motivo de su largo viaje por todo el mar oscuro durante días y días.
Y entonces ___________ miro de reojo a aquel joven de ojos verdes molesto, con el ceño fruncido y brazos cruzados, a la vez que sus piernas se movían ligeramente, como si estuviera ansioso.
—¿Estás bien?. — pregunto la castaña —. Parece que estás muy molesto.
— Todos ellos me subestiman. — soltó mirando al equipo —. ¿Por qué me apartan?, se supone que yo seré quien pelee en esta guerra y siguen tratándome como un niño inexperto cuando puedo con tres de ellos a la vez.
— Pues, a mi también me tienen junto a ti. — y fue entonces cuando Lloyd la miro — .Me apartan porque tal vez aún no estoy lista, es decir, yo no sé pelar del todo y solamente iría a estorbar.
— Tu caso es diferente al mío. — le contradijo —. Ustedes están aquí para guiarme y soy yo quien debe acabar con esto, maldición.
— Cuida esa lengua. — le regaño Cole quien ya se encontraba frente a ellos de brazos cruzados, pero después sonrió —. Alcance a escuchar todo lo que estaban hablando y quiero que sepan que una vez lleguemos a la isla oscura ustedes también podrán ayudarnos.
La castaña le sonrió al más alto y Lloyd simplemente asintió retirándose a su habitación para poder descansar lo más que pudiera.
Tardaron unas horas más navegando hasta altas horas de la madrugada dónde el oscuro mar no les permitía ver más aya de unos dos metros al rededor del enorme barco.
A unos cuantos metros arribar, en una de las grandes columnas que daban entrada a la isla oscura. Columnas tan grandes como si en tiempos antiguos hubieran sostenido enormes puertas, ahí una criatura de enormes alas observaba atento el enorme barco que en tan solo treinta minutos llegaría a su territorio. Supuso que sería de nuevo otro ejército que molestaría a su señor, así que una vez entrarán a las playas, sin duda acabaría con sus vidas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top