𓅆ℭ𝔞𝔭𝔦𝔱𝔲𝔩𝔬 𝟷

Narrador omnisciente.

Misako había la tomado la decisión de estar con Garmadon pese a el gran amor que el hermano menor de este le habia demostrado desde que eran apenas unos niños, la castaña simplemente ya lo había decidido.
Un año después de ese día de primavera, el hijo menor del primer maestro, Wu había conocido a una mujer de buena familia a las afueras de las aldeas de Ninjago. Hikari, era el nombre de la bella mujer de largo cabello negro y hermosos ojos grises que en los dieciséis reinos jamás se habían visto en un alma mortal.
No la amo tanto como a Misako, pero debía contraer matrimonio antes de lo previsto y no tuvo más elección. Sin embargo Hikari amaba a su esposo con todo su ser, jamás se sintió obligada a estar con el joven rubio en ningún momento y ese sería su peor error.
Aquella noche llovía con fuerza y había tormenta eléctrica. A lo alto donde se encontraba el monasterio del primer maestro, el hermoso canto de la mujer ayudaron a cesar el llanto abrumador del bebé en brazos que tenía la mujer paseando por toda la habitación en total oscuridad, solo tenía sobre el marco de la puerta colgada una lámpara con luz naranja con la que podía ver el delicado rostro de su bebé, aquel varón era su vivo reflejo.

Hermosos ojos grises que lloran en la perpetua noche, tal vez algún día nos despertemos y todo esto sea solo un sueño.
Estaré aquí para abrazarte toda la noche, aunque no me veas después del amanecer.
Un ruiseñor cantará a la orilla de la ventana para hacerte compañía, y hara cualquier cosa para verte sonreír.
Duerme hoy, mañana será otra día.

La mujer seguía con su bella melodía para hacer dormir a su bebé aunque sea unas horas, sin darse cuenta que alguien la observaba desde esa ventana en forma de círculo que daba al acantilado, un árbol lleno de hermosas flores de cerezo tenia sus ramas a centímetros del cristal de la ventana, ahí se posaba algo aterrador que observaba fijamente a la joven madre, era una criatura totalmente oscura y de brillantes ojos amarillos que no quitaba los ojos de encima de ambos, sus alas estaban pegados a su cuerpo y era como una gárgola que vigilaba desde la noche.
Aquella noche Wu había ido a una misión en la que tardaría dos días y por esa misma razón ambos estaban solos, era el momento perfecto para que aquella criatura atacará.
En un rapido movimiento salto atravesado la ventana y sin que siquiera ella se diera cuenta, había atravesado su corazón con una pequeña lanza de luz violeta, tan rápida como un parpadeo. Sin embargo cuando se acercó a ver el cuerpo sin vida de la mujer, esta aún tenía al bebé protegido entre sus brazos, pero este solo lloraba desconsolado al sentir el frío cuerpo de su madre.
Se agachó hasta el suelo en cuclillas y tomo al niño en brazos, sonrió al sentir el calor que le transmitía el pequeño cuerpo que aún lloraba.

— Que rápido, Gehenna. — dijo la siguiente criatura que entró a la habitación con voz distorsiona y grave —. ¿Y bien, qué esperas para matarlo?

— Sugiero llevarlo con nosostros a la isla oscura. — dijo levantándose del suelo. Y la criatura que era antes, se transformo en una bella mujer de cabello corto negro azulado y tez clara de ojos violetas, lucia como una joven de no más de veinte años —. ¿Qué dice?.

— Someterlo a torturas y sufrimiento es lo único que le esperara en la isla oscura. — respondido —. No estoy seguro si este ser tan indefenso me pueda ser de utilidad, es más frágil que la estúpida madre. Y tú más que nadie lo difícil y doloroso que es una vida entera y eterna.

— El va a crecer, no será toda su vida como lo ve ahora.  — dijo mirando a su amo — . Ya cumplimos con asesinar a la esposa del hijo menor del maestro.

El gran tirano dejo de mirar a su compañera para poder mirar mejor el cuerpo de la mujer en el suelo, sonrió satisfecho.
Pues sabía que Wu en un futuro le causaría problemas, ahora que le habían arrebato a su esposa e hijo no tendría el valor de levantarse a pelear de nuevo. Ni aunque naciera en esa profecía el salvador, nadie ya podría hacerle ningún daño.

— Tienes toda la razón Gehenna. — dijo a punto de salir de la habitación —. El niño, nos podría ser de mucha utilidad en el futuro.

Sin más, salió por la ventana que Gehenna había destruido anteriormente para así poder regresar a la isla oscura donde muchas atrocidades le esperaban al niño. La chica de cabello negro arropó al niño con ayuda de su gabardina y se dispuso a seguir a su amo, ya no tenían absolutamente nada que hacer ahí, pues ya habían terminado.

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