2 | 𝗢𝗡𝗘

La vida de Sia Windsor había sido una rutina, en su casa sólo vivían su madre y ella. Realmente parecía que vivía sola, ya que la señora Windsor siempre estaba en viajes a otras cuidades por el trabajo.

Por otro lado, Max Mayfield se encontraba llegando a la casa de su amiga, al notar que dentro de la residencia se escuchaba música, decidió tocar un poco más fuerte para que fuera escuchada.

— ¡Sia! — gritó la pelirroja, cada vez golpeaba más la puerta.

Al no abrirle nadie, llevó su mano a la manija de la puerta, para su nada sorpresa, estaba abierta.

Al abrirla sólo vió la sala principal algo desastrosa mientras se escuchaban algunas canciones de fondo, al buscar a la ojiverde con la mirada, finalmente la vió sentada en la alfombra algo ida.

— Sia — la llamó mientras la movía levemente. Max bajo su vista a la mano de la chica, llevándose la sorpresa que tenía una botella en su mano, suspiró al darse cuenta de la situación — Carajo.

— ¿Por qué haces esto? Sólo tienes 16 años — cuestionó mientras intentaba pararla, para después sentarla en el sofá — Me prometiste que ya no lo harías.

La primera vez que Max la había encontrado de la misma forma, había sido almenos dos meses atrás. Por la misma situación, lo había hecho exactamente por lo de ahora, sabía que su amiga se sentía sola en tal casa algo grande, le faltaba el cariño de su madre.

— Es difícil — habló la rubia arrastrando las palabras — Me la pasó sola en esta casa, parece que no tengo mamá — explicó con una risa.

— Estás borracha — recalcó Maxine — ¿Qué tal si Nancy te ve así? — la cuestionó.

— ¿Está Nancy aquí? — preguntó a lo que había entendido.

Mayfield rodó los ojos negando — Vayamos a tu habitación, es mejor que te duermas.

Max intentó mover a la chica, Sia negaba mientras se recostaba en el sofá.

— ¿De verdad Sia? — cuestionó algo cansada — Sólo ve a dormir, mañana estarás mejor, o creó que no, el chiste es que tienes que descansar — explicaba mientras se sentaba a un lado de ella — Es raro hablarte cuando estás así, parece que habló con la pared, si vuelvo a encontrarte en ese modo créeme que...

Al voltear a ver la rubia, se dió cuenta que la chica ya estaba dormida, hechando a la basura todas aquellas palabras que había dado.

— Es inútil — dijo mientras tomaba el teléfono de la residencia — Tendré que tomar otra opción.

La ojiazul marcó exactamente al teléfono de Nancy, esperaba que ella logrará hablar con su amiga.

¿Hola? — se escuchó la voz de Nancy.

Max se giro rápidamente al escuchar un leve golpe, suspiró al darse cuenta que Sia había caído del sofá. Sin embargo ésto no la despertó, siguió durmiendo.

Hola Nancy, soy Max respondió — Necesito urgentemente que vengas a casa de tu ¿Bella durmiente? —  mencionó al ver a Sia tan dormida

— ¿Por qué? ¿Le pasó algo? ¿Está enferma? — preguntó preocupada, ignorando el apodo.

— Es mejor que lo veas tu misma — mencionó la pelirroja al ver que su amiga reía de la nada.

Finalmente termino la llamada, esperando que la castaña llegará pronto.

Nancy Wheeler se encontraba llegando a la casa de su novia algo muy apurada.

Al estar enfrente de la residencia alguien tocó su hombro, al voltear rápidamente para defenderse, se dió cuenta que se trataba de su hermano, Mike Wheeler.

— ¿Mike? ¿Qué haces aquí? ¿Me estás siguiendo? — cuestionó mientras seguía caminando hasta la puerta.

— Escuché que a Sia le pasa algo — respondió en defensa.

La castaña ignoró su comentario, frunció el ceño al darse cuenta que la puerta estaba abierta, ambos pasaron rápidamente.

— ¿Dónde está Sia? Max — preguntó al verla sentada en el sofá algo preocupada.

La chica sólo apunto atrás de la pequeña mesa que estaba en el centro. Los hermanos Wheeler rodearon la mesa, dándose cuenta que la rubia se encontraba dormida en la alfombra, y justamente la botella a un lado de ella.

— Carajo — mencionó la castaña — ¿Bebió? — Maxine asintió — Pero tiene 16 años — mencionó mientras veía fijamente a su novia.

— Es lo mismo que digo — concordó la pelirroja.

— Yo la llevo a su habitación — Mike intentó cargarla. Esto fue interrumpido por su hermana — Claro que no, yo la llevaré — de inmediato cargó a la chica, haciendo un poco hacía atrás al pelinegro.

Los dos adolescentes iban detrás de Nancy, quién cargaba a Sia, para después dejarla en su cama delicadamente. Al hacerlo, la castaña se sentó a un lado de ella, acariciando su cabello rubio.

Max sin decir alguna palabra salió de la habitación, seguido también de la casa, ya que tenía que ir a la suya, ahora estaba más tranquila al dejarla con Nancy.

Por otro lado, Mike había salido de la habitación para sentarse en un sofá de la sala principal dejando a las chicas solas, aunque realmente su hermana le había pedido que saliera.

Mientras tanto, en la habitación, Sia se removía en la cama, hasta que finalmente abrió los ojos, o el intentó, ya que los abrió levemente.

— Dormida pareces que no rompes ni un plato — mencionó la castaña al verla con los ojos abiertos, aunque todavía la rubia estaba en los efectos del alcohol.

— ¿Tú quien eres? — preguntó la rubia arrastrando las palabras — ¿Por qué estás en mi casa?.

Nancy río ante tales comentarios — Soy Nancy Wheeler — contestó con una sonrisa.

Sia sonrió levemente viendo hacía el techo — Mi novia también se llama así — la ojiverde puso atención en el rostro de la chica — Eres igual de linda que ella.

Nancy evitó está vez una carcajada — Entonces, deberíamos salir — cuestionó siguiendo de algún modo la conversación.

Windsor negó rápidamente, mientras jalaba una cobija para taparse.

Nancy la ayudó a taparse por completo — Es una lastima.

Sia no tardó en volver a caer en el sueño, está vez para no despertar hasta el día siguiente. Nancy estaba algo confundida.

¿Por qué Sia bebió? ¿Por qué lo hizo? ¿Lo hacía desde antes?

Esperaría respuestas hasta el día siguiente, cuando su novia estuviera sobria, dispuesta a escucharla y apoyarla, cómo la rubia lo hacía con ella.

La castaña se acostó en el sofá de la habitación, había planeado dormir con Sia. Esto no fue posible porque la mencionada estaba ocupando toda la cama.

Se quedaría con ella esa noche, mientras que Mike seguro estaría durmiendo en el sofá de la sala principal, sólo quedaba esperar.











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El pelinegro vió salir a Max de la casa, después de unos minutos, escuchó voces en la habitación de la rubia, por lo cuál se paró para dirigirse a está.

Antes de abrir la puerta de la habitación, escuchó la voz de la ojiverde, por lo cuál quería entrar para ver como se encontraba. Se detuvo al escuchar el comentario de ambas chicas.

— ¿Nancy Wheeler? Mi novia también se llama así — escuchó la voz de Sia, mientras arrastraba las palabras — Eres igual de linda que ella — escuchó por último.

Mike abrió los ojos algo sorprendido, había pensado en dos cosas posibles. Tal vez Sia al estar en los efectos del alcohol dijo tal cosa. O la otra, es que lo que decía su amiga, era verdad.

Su primera opción se descartó al escuchar a su hermana seguirle la conversación, confirmando que las chicas tenían una relación.

Mike terminó saliendo de la casa, está vez sólo para dirigirse a su casa.

↻ Capitulo más extenso.

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