𝟎𝟖
𝟎𝟖 │I trust(ed) you
El metro de Nueva York estaba a rebosar de gente con disfraces que iban y volvían de fiestas de Halloween aquella espeluznante noche. Willow sabía que aquella multitud era la razón por la cual Bailey había sugerido usar el transporte público, pero no podía evitar sentirse abrumada con la masa de gente que la rodeaba y que la obligaba a abrirse paso a base de empujones.
—¿Estáis seguros de que es un buen plan? —preguntó Ethan mientras todos bajaban las escaleras con rapidez.
—No estás obligado a venir si no quieres —le dijo Tara sin mirar atrás.
—¿Y separarnos para que el asesino nos mate uno a uno? No, gracias.
—Hay que llegar al cine —dijo Sam—. Cojamos este —La latina señaló el metro del cuál bajaban muchas personas disfrazadas.
Willow tuvo que reprimir un quejido al ver la marea contra la que tendría que luchar y siguió a sus amigos.
—Ah, sí, pasaremos mucho menos miedo en el cine de los asesinos en serie —Ironizó Chad mientras se hacía hueco para pasar entre la gente.
—¡Joder! —Se quejó Mindy al ver que sus amigos estaban más cerca del metro que ella—. ¡Esperad! ¡Mierda! ¡Chad! ¡Tara! ¡Chad! ¡Sam! ¡Eh, Sam!
Chad se giró al darse cuenta de la ausencia de su melliza, pero ya era demasiado tarde.
—¡Mindy! Ven. ¡Mierda! —Exclamó el moreno cuando las puertas del metro se cerraron delante de su hermana.
—¡Coño!
Mindy observó a su hermano y amigos alejándose en el metro, asustada por lo que podría pasarle ahora que creía que estaba sola.
—Joder —Murmuró sin saber qué hacer.
Una mano se posó en su hombro, intentando llamar su atención pero asustándola en el acto.
La morena se giró y se encontró de lleno con Ethan y el cabello rojizo de Willow detrás de aquel chico.
—Aleja tus garras de Ghostface de mí, Ghostface —Le dijo Mindy con brusquedad antes de alejarse caminando de aquella pareja.
—¿Estás bien? —preguntó Willow al ver la mandíbula tensa de Ethan con toda la suavidad que pudo reunir e intentando calmar su respiración agitada.
—¿Por qué no te alejas de mí tú también? Podría ser el asesino —Dijo el castaño con lo que Willow distinguió como frustración, así que la pelirroja frunció el ceño, confusa.
—Porque te conozco Ethan, sé que no le harías daño a nadie. Además estamos juntos en esto, Mindy también cree que yo soy la asesina, así que... —Willow sacudió la cabeza, intentando deshacerse de la presión que oprimía su pecho—. Confío en ti —Dijo volviendo al hilo de lo que estaba diciendo—, no me voy a alejar de ti por las locas teorías de Mindy.
Ethan sonrió levemente, lo que tranquilizó por alguna razón a Willow.
—Está claro que Mindy no recuerda cuando nos echaste la bronca mientras llorabas a Tara y a mí por matar una araña en vez de echarla hacia fuera con un papel —Dijo el castaño con un tono burlón y Willow puso los ojos en blanco.
—En mi defensa diré que acababa de ver 'Bambi' y solo estaba pensando en cómo se sentiría el hijo de esa araña al ver que su madre estaba muerta.
Los dos soltaron una risita.
Ethan miró hacia Mindy, la cuál alzó los brazos escandalizada y le hizo un gesto con la mano para que se alejara de ella.
El siguiente metro no tardó mucho en llegar y cuando los tres chicos se subieron, Willow tuve que reprimir un jadeo de sorpresa al encontrarse con cuatro disfraces de Ghostface en aquel mismo vagón.
Notó una mano colocarse en la parte baja de su espalda y sus ojos se clavaron en Ethan mientras él la guiaba, apartándola de aquellos disfrazados lo máximo posible.
La pelirroja, a pesar de que apreció aquel gesto, comenzó a ponerse de puntillas y a buscar algo entre las cabezas de la gente.
—¿Qué haces? —preguntó Ethan.
—Intento ver a Mindy —Explicó ella—. No quiero que le pase nada.
—¿Qué le podría pasar? —preguntó el chico con el ceño fruncido.
—No sé, estamos siendo perseguidos por un asesino, así que dime tú qué le puede pasar.
—Buen punto.
—¿Puedes vigilarla tú por mí? —pidió Willow.
Ethan abrió la boca para responder pero la chica lo cortó, sintiendo los nervios burbujear en su estómago.
—Por favor, Ethan. No puedo dejar que le hagan daño. Se lo debo a Anika —Le suplicó con una fina capa de lágrimas cubriendo los ojos al pronunciar el nombre de su mejor amiga en voz alta.
El chico asintió y se movió, agarrándose a otra barra para poder ver mejor a la morena.
Mindy entrecerró los ojos y él la saludó mientras Willow se acercaba a él.
La melliza se movió de sitio cuando un idiota la asustó y los otros dos chicos hicieron lo mismo para no perderla de vista, lo que hizo que Mindy frunciera el ceño.
En la siguiente parada, entró una multitud de gente que bloqueó la vista de Ethan, lo que desesperó a Willow ya que ella era más baja y veía aún menos que aquel chico.
El metro volvió a parar y la mitad de las personas que estaban en él se bajaron.
—¿La ves? —preguntó Willow.
Ethan abrió mucho los ojos al localizar a la morena. Estaba tirada en el suelo. Y sangrando.
—¡Mierda! ¡Mindy! ¡Joder!
El chico se acercó a ella con rapidez y la pelirroja lo siguió mientras esquivaba a la gente que se subía a aquel vagón.
Los dos se arrodillaron al lado de la chica para intentar ayudarla.
—Joder, sangras un montón —Observó Ethan.
—¡Ayuda! ¡Que alguien nos ayude! —Gritó Willow sintiendo cómo el pánico la inundaba mientras intentaba ayudar a Mindy a ejercer presión en la herida.
—Hay que sacarla de aquí —Dijo el chico—. Escúchame —Ethan puso su mano en la mejilla de Willow, llamando su atención—, tú vete al cine, avisa a los otros de lo que acaba de pasar y diles que voy a llevarla al hospital, ¿vale?
—¿Qué? —preguntó la pelirroja un poco abrumada y asustada por el hecho de separarse.
—¿Confías en mí? —cuestionó el chico con desesperación.
—Claro que sí, ya lo sabes —Dijo la chica con los ojos muy abiertos.
—Entonces ve —Ethan ayudó a Mindy a levantarse y la sacó del vagón mientras Willow se quedaba allí de pie, observando cómo las puertas del metro se cerraban.
Sus ojos se encontraron con los de Ethan durante unos segundos hasta que el metro comenzó a avanzar.
Willow observó sus manos temblorosas cubiertas de sangre y tuvo que reprimir un sollozo mientras todos los integrantes del vagón la observaban con extrañeza.
Metió las manos en sus bolsillos y se sentó en el primer asiento libre que vio, contando las cinco paradas que le quedaban para llegar a su destino e intentando no pensar en el hecho de que le había vuelto a fallar a Anika.
Willow salió corriendo del metro mientras tocaba sus bolsillos en busca de su teléfono para poder ponerse en contacto con Sam, pero todos estaban vacíos.
Maldijo en voz baja mientras recordaba como hace unas horas le decía a Ethan que le guardara su móvil mientras ella investigaba aquel santuario.
Frenó en seco al encontrarse con la entrada de aquel edificio abandonado. Si entraba por ahí tal vez pensarían que ella era la asesina y no le creerían cuando dijese lo contrario.
Tenía que buscar otra forma de entrar, después buscar a Tara —esperaba que ella la escuchase sin juzgarla— y explicarle todo lo que había sucedido con Ethan, Mindy y su teléfono móvil.
Rodeó el edificio en busca de una ventana por la que pudiera entrar y casi hace un bailecito de la victoria al encontrarse con la escalera de incendios.
Buscó algo para poder romper cualquier tipo de cristal que se interpusiera en su camino y una sonrisa se dibujó en sus labios cuando se encontró con un trozo de un ladrillo tirado en el suelo.
Lo metió como pudo en el bolsillo de su sudadera y se subió a un contenedor para estar más cerca de aquellas escaleras viejas y oxidadas. Saltó con todas sus fuerzas y soltó un jadeo cuando sus pies quedaron colgando en el aire y sus manos se aferraban como podían a aquella barandilla.
Un crujido la hizo estremecerse y comenzó a subir con cuidado.
Se impulsó para subir sus pies y cuando los tuvo apoyados hizo fuerza para pasar al otro lado de aquella vaya. Después comenzó a subir las escaleras con rapidez.
Frenó en seco cuando se encontró con una ventana y sacó el ladrillo de su bolsillo.
—Allá va—Murmuró antes de impactar aquel ladrillo contra el cristal con fuerza.
Soltó un quejido cuando su mano sufrió algunos cortes y se maldijo por no haber tirado el ladrillo en vez de aguantarlo mientras el cristal se rompía alrededor de su mano.
Se deshizo de los restos del cristal con el ladrillo y se metió como pudo a través de aquella ventana.
Nada más entrar, Willow fue sacudida por un escalofrío al ver que estaba rodeada de oscuridad. Tragó saliva mientras avanzaba por el pasillo que alumbraba la tenue luz del exterior.
Su corazón bombeaba con rapidez, asustado ante la idea de encontrarse con el asesino antes de toparse con sus amigos.
Unas lejanas voces llegaron a sus oídos y Willow decidió seguir de donde venían.
—¿Tara? —preguntó—. ¿Sam?
Frunció el ceño al ver una pequeña rendija de luz que provenía del fondo del pasillo una vez giró hacia la derecha.
Caminó hacia ella y empujó la puerta con lentitud.
Se topó con una sala de proyecciones antigua llena de telarañas y polvo. En ella, destacaba un proyector de última generación que proyectaba una película mal hecha pero que, en ese momento, le provocaba escalofríos a Willow. De ahí venían las voces que había escuchado.
Se acercó hacia el proyector y se dio cuenta de que ella estaba al otro lado de la máscara de Ghostface pintada en la pared.
Dio un respingo al escuchar un grito y bajó la vista hacia el santuario.
Pudo divisar las figuras de Tara, Sam y Chad que peleaban contra alguien con una capa negra y una máscara de Ghostface.
Salió corriendo sin pensarlo dos veces, tal vez si los encontraba podría ayudarlos a salir de allí a través del agujero que acababa de hacer en aquella ventana.
Recorrió los pasillos alumbrados por bombillas viejas que parpadeaban con prisa mientras sentía el ritmo de su corazón desbocado por el miedo de la situación que estaban viviendo sus amigos.
Giró hacia la izquierda y su corazón se paró durante dos segundos cuando sus ojos se cruzaron con una máscara que la observaba desde la otra punta del pasillo.
Sin dudarlo, echó a correr en sentido contrario, ahora más asustada que antes.
Cruzó unas cortinas extrañas, encontrándose en el palco del teatro. Se giró para ver si tenía escapatoria y soltó un grito cuando dos manos se aferraron con fuerza a sus hombros.
—Willow, soy yo —dijo Ethan, calmando a la pelirroja.
Ella soltó un suspiro y se abalanzó sobre él, apretándolo con fuerza entre sus brazos y sintiendo las lágrimas que se habían acumulado en sus ojos por el miedo resbalar por sus mejillas.
—¿Estás bien? —preguntó el castaño mientras sus manos acariciaban la espalda de la chica con dulzura.
—Está aquí—dijo la pelirroja mientras se separaba del abrazo—. El asesino está aquí. Está persiguiendo a Sam, Tara y Chad.
—Lo sé, por eso tienes que irte de aquí —Ethan arrastró a Willow unos pasos hacia la salida de aquel palco hasta que ella opuso resistencia.
—¿Qué? No, no pienso irme. Son nuestros amigos, tenemos que ayudarlos —Le reprochó ella.
—Y eso haré, pero primero voy a sacarte de aquí.
—¡No pienso irme! —exclamó Willow.
—¡Y yo no pienso perderte! —gritó él de vuelta, alterado por la simple idea de que aquella chica ya no estuviera más a su lado.
La pelirroja lo observó con dolor en los ojos, entendiendo su situación pero sin saber cómo hacer que él entendiera la suya.
—No puedo, n-no no me pidas que te deje descubierta ante el peligro porque no pienso hacerlo —Añadió con la voz rota.
—Ethan... —Murmuró ella mientras ponía su mano sana en la mejilla del chico.
—Voy a encontrar al resto. Te lo prometo —Dijo el chico tomándole de la mano—. Pero primero tienes que ir a un lugar seguro, por favor.
Willow tragó saliva. La idea de abandonarlos no le gustaba nada pero podría ir a la calle, pedir ayuda y llamar a la policía para que vinieran a ayudarles. Aquella idea la tranquilizaba un poco más, pero no mucho.
—Ve con cuidado —Le pidió al chico, el cuál asintió.
Willow unió sus labios a los del chico con fuerza en un beso lleno de cariño que Ethan no dudó en devolverle mientras acariciaba la mano de la chica con su pulgar.
La pelirroja se separó de él con lágrimas en los ojos.
—Ve —Pidió él en un susurro.
Willow le acarició la mejilla una última vez antes de darse la vuelta, dispuesta a alejarse.
Sin embargo, se quedó estática en el sitio con el ceño fruncido y dándole la espalda a aquel chico que le había asegurado que se quedaría con Mindy hasta que estuviera bien.
—¿Willow? —preguntó él con confusión.
—¿Dónde está Mindy? —preguntó antes de darse la vuelta con el pulso acelerado y el miedo esparciéndose por sus venas.
Al girarse, se encontró con una expresión seria en el rostro de aquel chico que normalmente la miraba con cariño y amor.
Ahora en su rostro no había nada.
Willow tragó saliva, sabiendo que las sospechas de Mindy eran ciertas, pero aún así hizo otra pregunta.
—Ethan, ¿cómo has llegado aquí tan rápido? —preguntó con un hilo de voz.
El castaño tensó su mandíbula antes de dibujar una sonrisa amarga en sus labios.
—¿Sabes? Esperaba que no me hicieras esas preguntas —Respondió él, su voz cargada con monotonía.
El corazón de Willow se rompió en mil pedazos mientras se daba cuenta de que había sido él.
Ethan era el asesino.
Ethan era Ghostface.
Él había matado a su mejor amiga y a su compañera de piso, y le había importado tan poco hacerlo que después dejó que ella le confesara su amor. Hasta le había besado después de todo eso, Dios.
Un nudo se creó en su garganta que casi no la dejaba respirar y su pecho comenzó a pesar con fuerza mientras el amargo sabor de la traición se esparcía por todo su cuerpo como un fuerte y doloroso veneno que corroía cada célula de su ser.
Antes de que pudiera seguir procesando aquella confesión, algo golpeó su cabeza por detrás con fuerza y su cuerpo cayó al suelo mientras su vista se volvía borrosa.
—Te lo dije —Dijo una voz femenina que Willow no pudo distinguir debido al dolor de cabeza que tenía.
—Acabemos con esto —Masculló Ethan mientras pasaba por encima de Willow como si nada antes de que ella perdiera el conocimiento y todo se volviera negro.
Bueno... ha pasado. Ethan destrozó la confianza de Willow y la dejó inconsciente en el suelo. Pero bueno, cosas que pasan, ¿verdad? :)
Todos sabíamos que este momento iba a llegar, la verdadera pregunta (a la cuál solo yo tengo la respuesta) es, ¿qué pasará a continuación?
Also, me olvidé por completo de agradeceros llegar a las 10k+ leídas, os quiero muchísimo muchas gracias de verdad <3
Dato random: este domingo es mi cumple jeje, tendré 18 añitos por fin :) (Jack Champion ahí te voy jsjsj)
Anyways, espero que estéis disfrutando de la historia (jaja)
Nos vemos el siguiente miércoles!!
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