𝟎𝟕
𝟎𝟕 │stab, stab, stab, no more Randy
—¿En serio vamos a hacer lo de rastrear la llamada? —preguntó Mindy mientras ella, Etha, Chad y Willow observaban a Kirby en silencio dentro de una furgoneta blanca aparcada en Central Park.
Bueno, en un silencio interrumpido por el sonido de Ethan comiendo Cheetos cada diez segundos.
—Nunca funciona en las pelis—Aseguró la chica—. Dirás: "que siga hablando, Sam. Dos minutos más, casi lo tengo" —Chad empezó a hacer que sus manos estaban hablando la una con la otra mientras masticaba un cacho de la pizza que se estaba comiendo—. Y luego colgará justo antes de poder ubicarlo.
—Puedo rastrear una llamada en menos de 15 segundos —dijo Kirby.
Willow alzó las cejas, sorprendida, mientras el resto miraban a la rubia impresionados.
—O sea, que las estás usando de cebo —Supuso Mindy.
—Normalmente el asesino llama desde algún lugar cercano —explicó la rubia.
—¿Y están a salvo porque es de día y están en un lugar público?
—Mira, yo estoy aquí, ¿vale? Y también Bailey —dijo Kirby en un intento de tranquilizar a Mindy, pero la chica seguía a lo suyo.
—Así es como murió nuestro tío Randy. A plena luz del día, en un lugar público. En una furgoneta. ¡Cuchillada, cuchillada, cuchillada! Adiós a Randy —Describió la morena.
Kirby soltó un pequeño sonido de entendimiento mientras Ethan le ofrecía Cheetos a Chad y Willow como si aquello fuera una película digna de ver con un aperitivo.
—Oye, Sam. Los ojos bien abiertos, ¿vale?
—Descuida —Respondió Sam al otro lado de la línea.
Segundos después, Willow no pudo evitar dar un respingo al oír el teléfono sonar con una llamada entrante, llamando la atención de los otros tres chicos que estaban en la furgoneta junto a ella. Kirby se puso manos a la obra con el rastreo.
La pelirroja carraspeó y se revolvió en su asiento, intentando librarse así de los nervios o la preocupación.
—Vas a morir, ¿sabes? —preguntó Sam.
—No, tú vas a morir, Samantha —Respondió una siniestra voz que le puso a Willow los pelos de punta—. Ahogándote con tu propia sangre mientras yo descuartizo a tu hermana.
Ethan puso su mano sobre la pierna de Willow que subía y bajaba inconscientemente con el intento te tranquilizarla. No obstante, los nervios estaban tan impregnados en su piel que, inconscientemente, la pelirroja agarró la mano del chico con fuerza.
—A no ser que te encontremos antes.
—Para ser una mente maestra, no eres muy lista. Esperando a que te llame mientras deseas que esté cerca para que me coja la poli. Pero no estoy cerca. Voy un paso por delante. Ya nos veremos, Samantha.
Y colgó.
Willow soltó el aire que estaba reprimiendo en sus pulmones y aflojó su agarre en la mano de Ethan, quien la miraba preocupado.
—¿Lo tienes? —preguntó Sam.
—Sí. Me va a llegar la geolocalización enseguida —Dijo Kirby—. Está en el Upper West Side. Dentro de un edificio residencial en la otra punta de la ciudad.
—¿En West 96? —preguntó Tara.
—¿Cómo lo sabes? —preguntó la rubia.
Sam miró a su hermana y tomó aire, dándose cuenta de quién vivía en ese edificio.
—Gale.
Llegaron a la casa de la reportera que había sido atacada lo antes posible, pero aún así habían llegado tarde.
En el momento en el que la puerta corredera se abrió sola al percibirlos por el sensor, Mindy, Chad, Ethan y Willow vieron que Sam y Tara ya estaban allí, sentadas en el vestíbulo y con la mirada perdida.
La pelirroja sintió un sabor amargo apropiarse de su paladar al pensar en que aquel asesino había acabado con la vida de otra persona.
Los gemelos Meeks se acercaron a sus amigas y se sentaron junto a ellas en silencio, pasando por aquella especie de luto que conocían tan bien.
Willow y Ethan, por el otro lado, se quedaron de pie, pensando en todo lo que había pasado esos últimos días.
La puerta del vestíbulo que volvió a abrir y Danny entró corriendo hacia Sam, quien parecía estar encerrada en su propia cabeza y, a juzgar por lo que veía en sus ojos, Willow supuso que estaba teniendo una batalla interna.
—Hey. Hey. He venido lo más rápido que he podido—Dijo Danny con la respiración agitada.
Sam lo observó con la desconfianza brillando en sus ojos cristalizados y con un nudo en la garganta. No obstante, Tara fue la encargada de verbalizar lo que todos estaban pensando.
—¿Ah, sí?
Mindy negó con la cabeza.
—Tengo miedo, chicos —Confesó—. No quiero que me vuelvan a hacer daño.
—Yo tampoco quiero —Admitió Chad.
—Tampoco quiero que te hagan daño a ti.
—Lo sé. Lo sé —Dijo el moreno mientras apoyaba la cabeza en el hombro de su hermana y esta le agarraba la mano.
Tara no dudó en apoyar su cabeza en el otro hombro de Mindy.
Willow observó la escena con impotencia y las ganas de llorar acompañadas de un nudo en la garganta no tardaron en sacudirla. Intentó disimular, pero Ethan ya había oído el pequeño y casi inaudible sollozo que ella había emitido.
Aún así, Chad llamó la atención de todos al hablar.
—¿Y ahora qué hacemos?
Ethan suspiró.
—A lo mejor esta vez gana él.
Todos se giraron hacia Sam con el ceño fruncido y cara de sorpresa ante las palabras que acababa de decir.
—Quiere castigarme —Dijo la mayor de las Carpenter mientras se levantaba de su asiento—. A mí. Puede que se lo permita. Voy a rendirme. Si esto es lo que tengo que hacer para que estéis a salvo, vale la pena.
—¿Qué? —preguntó Willow con la voz temblorosa y el ceño fruncido mientras intentaba asimilar lo que aquella chica estaba diciendo.
¿Rendirse ante Ghostface después de todo? No, ni de coña.
—No, de eso nada, Sam —dijo Tara mientras también se levantaba—. ¿Vale? Tú volviste a Woodsboro para protegerme. Cada día tomas la decisión de protegerme. Ninguno de nosotros seguiría vivo de no ser por ti. Tienes que dejar que te protejamos esta vez.
Sam negó con la cabeza.
—No.
—Sí —insistió Tara, pero su hermana seguía negando con la cabeza—. Somos un equipo, ¿recuerdas?
—En realidad... —dijo Mindy mientras se ponía de pie—, somos una familia.
Chad aplaudió mientras imitaba a su hermana.
—¡Vámonos! ¡"Los cuatro protas"! —Puso su mano en el centro para que el resto la pusiera encima— Venga.
—"Los cuatro protas" —Repitió Mindy mientras ella y Tara ponían sus manos sobre las de Chad.
—¿Los cuatro qué? —preguntó Dany mientras acercaba su mano.
—Es un rollo nuestro —Dijo Chad, echando a aquel hombre sin disimulo mientras Mindy lo miraba mal.
—Va a seguir viniendo a por nosotros —Les recordó Sam.
—¿No hay algún lugar seguro donde podamos refugiarnos? —preguntó Ethan.
—Algo me dice que va a encontrarnos hagamos lo que hagamos —murmuró Willow, haciendo que el rostro de Tara se iluminara con sus palabras.
—Qué bien —Suspiró el ruloso con ironía.
—Podemos aprovecharnos de eso —Dijo la menor de las hermanas antes de sacar el móvil de su bolsillo a toda velocidad.
—Me están dando por culo por no dejar el caso, ¿y ahora queréis que haga qué? —preguntó el detective Bailey después de que Tara le explicara su idea.
—Queremos atraerlo hasta un lugar seguro y atraparlo dentro.
—¿Y luego qué? —preguntó el hombre.
—Lo ejecutamos —dijo la chica con obviedad—. ¿Nos ayudas o no? —preguntó ella después de un pequeño silencio.
Willow tragó saliva, sintiéndose un poco mejor al ser bañada por ese pequeño rayo de esperanza de poder acabar con todo eso de una vez y volver a la normalidad.
Bailey pareció pensárselo durante unos segundos al otro lado de la línea antes de responder.
—Matemos a ese hijo de puta.
Vale, sé que os debo muchas disculpas por no actualizar antes este fic. Estos últimos días no me encontraba nada bien emocionalmente porque llevo fatal lo de los cambios o cierres de etapas y ahora mismo toda mi vida está cambiando así que necesitaba un poco de tiempo para procesarlo, pero ya estoy de vuelta con este fic (que tampoco quiero acabar pero bueno) <3
Calculo que le quedan 3 caps más (las más dolorosos, eso seguro) y ya se acabará esta historia </3 peero estuve pensando en subir un extra de cómo fue la llegada de Willow a NYC, ¿qué opinan? ¿les gustaría?
Also lo siento por este capítulo que es más de relleno que otra cosa pero es que si no el siguiente me quedaba super largo, así que tuve que subir este cortito :)
¡Nos vemos el miércoels que viene!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top