𝟎𝟓
𝟎𝟓 │ love crime
Willow caminaba de un lado a otro en el apartamento sin parar, en busca de las cosas que necesitaba para salir de casa mientras el resto se preparaban para empezar a hacer la cena. La pelirroja se contuvo para no hacer un pequeño baile de la victoria cuando encontró las llaves debajo del mueble de la entrada.
Después soltó un suspiro de cansancio cuando se dio cuenta de que no le apetecía tener que buscar su móvil.
—Hey, ¿alguno de vosotros ha visto mi...?
Anika alzó la mano desde el sofá con el aparato tecnológico perteneciente a su amiga en esta y Willow sonrió antes de acercarse.
—Gracias —Dijo antes de coger su teléfono, meterlo en su bolsillo y acercarse a la mesa donde había dejado su libro y cuaderno de economía.
—¿Te vas ya? —preguntó Anika mientras observaba a su amiga—. Aún es pronto.
Willow suspiró mientras se acercaba a la asiática después de guardar las cosas en su mochila.
—Sí, es que necesito un poco de aire —Explicó—. Así que voy a ir andando a ver si me despejo un poco.
—¿Tú sola? —preguntó Anika con desconfianza.
Willow asintió.
—¿Por qué no le dices a Ethan que se acerque y os váis juntos?
—Porque él vive a dos minutos andando de la universidad y yo a, más o menos, veinticinco si atajo por callejones. No voy a hacerle venir hasta aquí —Explicó la pelirroja.
Anika esbozó una sonrisa pícara que hizo que Willow frunciera el ceño.
—¿Qué?
—Nada, es solo que, por lo que ven mis ojos, él estaría más que dispuesto a caminar media hora solo para acompañarte —Dijo la asiática mientras se ponía a hojear el libro que tenía en el regazo.
—¿Y por qué haría eso? —preguntó la pelirroja.
—Porque está coladito por tí. Y tú por él. Y parece que lo sabemos todos menos vosotros dos —Explicó Anika con una sonrisa mientras señalaba al grupo que discutía en la cocina para organizarse al hacer la comida.
Willow lo intentó con todas sus fuerzas, pero fue incapaz de no sonrojarse.
Viendo que su amiga se había puesto del color de su cabello, Anika decidió cambiar de tema.
No obstante, Willow habló antes de que su amiga pudiera hacerlo.
—¿Por eso cree Mindy que somos los asesinos? —preguntó con un hilo de voz.
La sonrisa de Anika se esfumó y, sin dudarlo, apartó el libro y se estiró para coger las manos de su amiga.
—Ella no cree eso —Le aseguró—. Solo están todos un poco nerviosos por estar reviviendo el trauma por el que pasaron el año pasado.
Willow se mordió el labio —Ya, no los culpo por eso. Todo esto es una locura.
Anika asintió, dándole la razón.
—Ayer Mindy estaba bastante preocupada por ti cuando Ethan nos llamó desde la comisaría, pero nunca va a admitirlo en voz alta —confesó la asiática con una pequeña sonrisa—. Créeme, a pesar de todo lo que dijo ayer, sé que una parte de ella quiere estar equivocada, porque no estarlo significaría haber confiado en las personas equivocadas de nuevo.
—Eso apestaría —Admitió la pelirroja.
—Y tanto.
Willow clavó sus ojos en el suelo y sintió una punzada en el estómago al pensar en lo que podría pasarle a todos en los siguientes días. ¿Cuál era la probabilidad de que sobrevivieran todos? ¿Y por qué sentía que era muy baja?
Al ver la mirada perdida de su amiga, Anika apretó sus manos con fuerza.
—Ven aquí.
La asiática tiró de los brazos de su amiga y esta se dejó llevar, acabando envuelta entre sus brazos.
Le encantaban los abrazos de Anika porque siempre eran reconfortantes y se notaba que estaban llenos de cariño. Solo esperaba que los suyos tuvieran el mismo efecto sobre ella.
—Te quiero mucho —Murmuró Willow sobre el pecho de Anika.
Este vibró con la risa de la chica, quien apretó a Willow con más fuerza entre sus brazos.
—Yo también te quiero mucho, Willow.
La pelirroja esbozó una sonrisa genuina cuando Anika dejó un beso en su cabeza.
—Se está haciendo tarde —dijo la asiática mientras observaba la hora en el canal de las noticias—. Deberías ir yendo si quieres llegar a tiempo a clase.
Willow asintió mientras se separaba de su amiga y se colgaba la mochila de un hombro.
—Nos vemos luego —Dijo despidiéndose de Anika y acercándose a la cocina en la que Mindy y Chad seguían discutiendo por quién debería remover la salsa—. Me voy, chicos.
Los mellizos pararon de discutir para girarse hacia Willow.
—¿Ya? —preguntó Tara—. ¿No es muy pronto?
—Sí pero voy a ir andando así que... —La pelirroja sonrió.
—Ten cuidado —Le recordó Chad.
—Lo tendré —Afirmó Willow antes de comenzar a alejarse—. Ah, por cierto, no me esperéis para cenar. Me compraré un cacho de pizza y me pasaré por el hospital —Informó.
—Cuéntanos cómo va tu hermana cuando vuelvas —Pidió Mindy, haciendo que Willow esbozara una pequeña sonrisa.
—Lo haré. Nos vemos —Se despidió de aquel grupo con la mano.
Antes de irse por la puerta se acercó al sofá y dejó un beso en la cabeza de Anika, quien rió y le sonrió.
—¡Sam! ¡Me voy! —Gritó al llegar a la puerta.
—¡Adiós Willow! ¡Ten cuidado! —Gritó la mayor desde la otra habitación.
Satisfecha con aquella despedida, abrió la puerta y abandonó el apartamento mientras desenredaba los cables de sus audífonos.
Cuando lo consiguió, sacó el móvil de su bolsillo para conectarlos, pero este empezó a vibrar con una llamada entrante de un número desconocido.
Sintió cómo se le congelaba la sangre y miró a ambos lados de la calle, en busca de alguna figura desconocida o a alguien con aquella máscara blanca puesta.
Volvió a mirar el teléfono que seguía vibrando en su mano y respiró hondo, preparándose para descolgar.
—¿Sí? —preguntó con la voz temblorosa.
—¿Willow Dawson? —preguntó una mujer al otro lado de la línea.
La pelirroja soltó un suspiro de alivio al no escuchar la distorsionada voz que usaba Ghostface y empezó a caminar.
—Sí, soy yo —Dijo la pelirroja—. ¿Quién es?
—Llamo desde el hospital 'Lenox Hill' —Explicó la mujer.
El corazón de Willow dejó de latir y sus pies dejaron de andar.
—¿E-está todo bien? —preguntó con miedo.
—Sí, es que tú eres el contacto de emergencia de Jake Wheeler, y queríamos avisarte de que se ha despertado hace un rato y la cirugía ha ido perfectamente. Puedes visitarlo cuando quieras.
Willow soltó el aire que inconscientemente estaba reteniendo en sus pulmones y dibujó una gigante sonrisa en su rostro.
—Genial. Voy para allá —Dijo antes de colgar.
Dio un giro de ciento ochenta grados sobre sus talones y comenzó a andar con rapidez hacia el hospital mientras sentía una pizca de esperanza.
Tal vez sí saldrían todos de esta.
Después de caminar durante una hora debido a que se había olvidado la cartera en su casa, Willow empujó la puerta de la habitación del hospital con cuidado y su cuerpo se quedó parado cuando sus ojos se conectaron con los de Jake, quien esbozó una cansada pero genuina sonrisa.
—Hola, enana.
Willow no dudó antes de abalanzarse sobre él y darle un fuerte abrazo. Jake soltó un pequeño gruñido en medio de su risa mientras la envolvía con sus brazos.
—Cuidado —Le aconsejó con dulzura una enfermera que acababa de entrar a la habitación.
—Perdón —Se disculpó la pelirroja mientras se le cristalizaban los ojos.
—No pasa nada —Le dijo Jake mientras una de sus manos envolvía la de Willow.
—Me alegro tanto de que estés bien —confesó la menor con una sonrisa.
—¿Cómo estás tú? ¿Te fuiste a tiempo del apartamento? —preguntó el chico.
La pelirroja suspiró.
—La verdad es que estaría mucho peor que vosotros si no fuese por Ethan —Confesó Willow y luego sacudió la cabeza—. ¿Sabes algo de Emma? —preguntó, esperanzada.
—Me han dicho que aún está luchando. Tenía unos cortes muy profundos y varios órganos dañados además de una hemorragia interna —Jake tragó saliva—. Aún no saben si saldrá adelante.
La pelirroja agachó la cabeza, sintiendo el nudo formándose en su garganta.
—Pero yo sí lo sé. Ella es una luchadora, como tú —El hombre acarició el dorso de Willow con su pulgar y dibujó una pequeña sonrisa en su rostro mientras la chica clavaba sus cristalizados ojos en los de él—. Va a estar bien.
Willow asintió mientras tragaba saliva, intentando creer lo que le estaba diciendo Jake.
—¿Por qué vosotros? —preguntó la menor—. ¿Por qué no atacó a otras personas?
Jake tragó saliva y se encogió de hombros mientras apartaba la mirada.
—No lo sé.
—Deberías descansar —Dijo la enfermera mientras se acercaba a ambos y miraba a Jake—. Tu amiga puede pasarse mañana a verte y os ponéis al día —La mujer le sonrió a Willow, quién asintió.
—Nos vemos mañana —Jake le dio un corto abrazo a Willow.
—Hasta mañana.
La enfermera la acompañó hasta fuera de la habitación y ambas caminaron juntas por el pasillo hacia el ascensor.
—¿Tienes algún plan para esta noche? —cuestionó la mujer para romper el silencio que se había formado mientras entraban en el ascensor.
—Tenía que ir a clase pero no sé si ya llego demasiado tarde.
—¿Clase? —repitió ella con incredulidad—. ¿Hay alguien matando a gente por esta ciudad y decides ir a clase? ¡Sal con tus amigos! ¡O con tu pareja! Una chica tan guapa como tú debe de tener a alguien especial esperándola en casa.
—Bueno, la verdad es que no —admitió Willow mientras ambas abandonaban el elevador.
Sus mejillas se tiñeron de rubor cuando su mente fue invadida por Ethan.
—¡Entonces ve a buscar a una! Eres joven, aprovecha —Aconsejó la mujer—. La vida es corta, y ahora que hay un loco con un cuchillo por Nueva York lo es aún más, así que haz lo que tengas que hacer antes de que sea demasiado tarde —Dijo la enfermera mientras le daba unas palmaditas en el hombro a la pelirroja.
Willow sonrió, un poco incómoda pero también un poco agradecida por el consejo. La enfermera se alejó una vez ambas llegaron al vestíbulo del hospital y Willow se quedó allí plantada, pensando en lo que aquella mujer le acababa de decir.
Con la incertidumbre de saber cuántos días le quedaban junto a sus amigos y seres queridos, Willow respiró hondo, llenándose de valor y comenzó a caminar hacia la universidad con un objetivo en mente.
No sabía cuántos minutos llevaba parada delante de aquella puerta de madera.
De hecho, estaba segura de que algunos en el pasillo pensaban que estaba loca, pero no era capaz de pensar en otra persona que no fuera la que se encontraba al otro lado de la puerta.
Al salir del hospital, tenía muy claro que quería decirle a Ethan cómo se sentía. Ahora, lo seguía teniendo claro pero estaba paralizada por el miedo.
Le dolían los labios de estar mordiéndolos con fuerza debido al nerviosismo, pero no era capaz de no sentirse ansiosa.
Si de verdad le decía a Ethan lo que sentía toda su vida cambiaría de una forma u otra pero, si era sincera consigo misma, no sabía cuántos días le quedaban, así que, respiró hondo y alzó su mano para llamar a la puerta.
No obstante, una voz a su derecha la frenó.
—¿Willow?
La pelirroja se encontró con el chico de rizos, que la observaba con el ceño fruncido.
—Ethan... —Susurró.
—¿Qué haces aquí? —preguntó, ahora un poco nervioso.
—Yo, em... Fui al hospital y... eh... una enfermera me dió una lección de vida, más o menos, así que, em... Yo quería... eh, quiero —Corrigió—, em, hablar contigo. ¿Tú qué haces aquí? —preguntó, presa de los nervios.
—Esta es mi habitación —Le recordó el chico.
Willow abrió mucho los ojos y observó la puerta unos segundos antes de volver a mirar al chico.
—Oh, ya, cierto. Ya lo sabía —Dijo con nerviosismo.
Ethan sonrió con nerviosismo y se acercó a ella, lo que hizo que Willow se pusiera roja como un tomate.
—¿Dijiste que fuiste al hospital? —preguntó él mientras buscaba sus llaves en su bolsillo.
Willow asintió enérgicamente y carraspeó, intentando dejar de sentirse tan nerviosa.
—Me llamaron porque Jake despertó, así que no fui a clase por eso. ¿Me perdí muchas cosas? —cuestionó.
Ethan le dio la espalda para abrir la puerta.
—La verdad es que no —Respondió con neutralidad.
Willow observó su espalda y tragó saliva. ¿Siempre había sido tan alto?
La cerradura hizo 'clic' cuando se abrió y Ethan se hizo a un lado para dejar pasar a Willow.
La pelirroja vaciló durante un segundo y después pasó al interior de la habitación casi corriendo. Dejó su mochila en el suelo con rapidez y se giró hacia Ethan, que hacía lo mismo pero con más lentitud y con el ceño fruncido.
—¿Estás bien? —preguntó al ver lo nerviosa que estaba.
—Sí, sí. Es que... ¿puedes sentarte por favor? —preguntó señalando el pequeño sofá que, de alguna manera, Chad y Ethan habían sido capaces de poner en su habitación junto a una pequeña mesa con una tele para ver desde este.
El castaño asintió y se sentó, observando a Willow con atención.
—Willow... —Empezó el chico al ver que la pelirroja caminaba de un lado a otro, nerviosa—, me estás empezando a asustar.
La chica paró de caminar y lo observó con las cejas alzadas.
—Lo siento.
Respiró hondo y cerró los ojos.
—Es que no sé cómo decir esto. Lo ensayé mil veces mientras venía hacia aquí pero ahora tú estás ahí, mirándome, y no soy capaz de hablar por los puñeteros nervios —Confesó.
La mirada de Ethan se suavizó y cambió a una completamente distinta. Willow tragó saliva de nuevo, preparándose.
—Cuando me mudé aquí, tenía un objetivo: conseguir mi título y graduarme junto a Anika. Pero cuando ella empezó a salir con Mindy, me di cuenta de que, tal vez, yo también quería eso. Quería a alguien que me hiciera sentir mariposas y todas esas ñoñerías a las cuales pretendía odiar en el instituto por el simple hecho de que eran ñoñerías. Y lo peor de todo es que las cosas se complicaron cuando me di cuenta de que yo ya sentía todo eso por alguien, así que empecé a ponerme nerviosa y a decir tonterías delante de él y a dejarme completamente en ridículo. Justo como estoy haciendo ahora mismo.
Ethan observó con un brillo extraño en la mirada a Willow, quien lo miraba de vuelta con su labio inferior entre sus dientes y el nerviosismo bailando en sus ojos.
—Espera, ¿estás diciendo que...? —El chico dejó la pregunta en el aire con el ceño levemente fruncido.
—Si te soy sincera, no sé lo que estoy diciendo —Confesó la pelirroja mientras alzaba los hombros—. Solo sé que... Me has hecho algo. Y aún no sé qué mierda es porque estoy coladita por ti. Y darme cuenta de eso fue aterrador. De hecho, sentir esto es aterrador. Y al principio pensaba guardármelo para mí misma y esperar a que todas estas emociones desaparecieran porque sería lo más fácil para todos pero cada vez van a peor y siento que ya no puedo controlarlo. ¡Y es tan frustrante! Así que, ahora que nuestras vidas están literalmente el peligro, decidí venir aquí a decirte lo que siento por el simple hecho de que me da más miedo morir y que tú no sepas lo mucho que me gustas y lo asqueroso que es expulsar todas estas ñoñerías por mi boca ahora mismo.
Willow observó a Ethan con la respiración agitada y tragó saliva, sintiendo el rechazo esparcirse por su sistema nervioso.
—Creo que es mejor que me vaya —Murmuró antes de caminar hacia la puerta.
—Espera —Dijo Ethan mientras la agarraba del codo y la obligaba a que se diese la vuelta.
Willow se giró y se vio obligada a levantar la cabeza para clavar sus ojos sobre los del chico. Aunque no tuvo mucho tiempo para ello ya que Ethan le puso la mano en la mejilla y unió sus labios con necesidad.
Si no fuera por la mano que la sujetaba por la cintura, Willow estaba segura de que se hubiera caído al suelo.
La chica no dudó en seguirle el beso mientras rodeaba el cuello del chico con sus brazos y lo atraía hacia ella a la vez que las manos de Ethan se adherían a su espalda con delicadeza. Era un beso suave, pero notablemente esperado por ambos.
La pelirroja no era capaz de creerse que aquello estaba pasando ya que mil mariposas revoloteaban en su estómago y todo su sistema nervioso ardía como si acabase de recibir una fuerte descarga eléctrica.
Ambos se separaron en busca de aire y Ethan apoyó su frente en la de Willow mientras los dos respiraban agitadamente.
La pelirroja soltó una pequeña risa nerviosa.
—¿Por qué has hecho eso? —preguntó mientras separaba su frente de la del chico y lo miraba a los ojos a la vez que sus manos se posaban en su pecho.
—Porque... —Ethan movió una mano hacia la mejilla de Willow y la acarició con el pulgar— no sabes cuánto tiempo llevo esperando que dijeras todas esas ñoñerías.
Los dos rieron antes de fundirse en un beso mucho más subido de tono que el anterior.
Ethan levantó a Willow en el aire y ella, por puro instinto, envolvió sus piernas alrededor de la cintura del chico. Las lenguas de ambos bailaban mientras los pies de Ethan se movían inconscientemente hacia el sofá. El chico dejó a Willow con cuidado sobre este y se colocó encima de ella con cuidado y sin perder el tiempo.
Willow enterró sus dedos entre los rizos del chico mientras las manos de este viajaban a su cintura y acariciaban la piel que su top dejaba al descubierto bajo su sudadera.
La temperatura de la habitación había aumentado considerablemente mientras aquella pareja de adolescentes se perdían el uno en el otro y, justo cuando Ethan había abandonado los labios de Willow para dejar besos por su mandíbula, una voz desconocida hizo que el calor acumulado en el cuerpo de ambos bajara de golpe.
—Alerta de virgen. Viene tu favorita.
Los dos giraron sus rostros hacia el televisor, encontrándose con que este estaba encendido y reproduciendo '10 cosas que odio de ti' en el canal 8.
Ambos volvieron a mirarse y Willow pudo ver que Ethan tenía las pupilas super dilatadas y los labios hinchados al igual que el pelo revuelto. A pesar de parecer ser una persona completamente distinta a la que estaba acostumbrada a ver, una pequeña sonrisa se coló en sus labios.
—Lo siento —Murmuró el chico mientras se separaba de la pelirroja y se sentaba en el otro extremo del sofá con la cabeza entre las manos.
—No, está todo bien, no te preocupes —Aseguró la chica mientras se sentaba en su lado del sofá con el torso mirando hacia el chico.
Él levantó la cabeza y observó a Willow, quien tenía las mejillas sonrojadas y el cabello levemente despeinado. Tuvo que contener una sonrisa al verla lucir tan adorable.
La pelirroja frunció el ceño al distinguir un brillo extraño en la mirada del chico.
—¿Qué pasa? —preguntó, extrañada.
—Eres demasiado guapa —Murmuró el chico en una voz ronca que hizo que Willow se estremeciera.
Una risa nerviosa escapó de sus labios y agachó la cabeza mientras se sonrojaba aún más. Tragó saliva intentando calmar el cosquilleo de su estómago pero fue inutil ya que cuando levantó la mirada y sus ojos se chocaron con los de él, el cosquilleo se intensificó.
Willow estiró su mano hasta entrelazar sus dedos con los de Ethan y esbozó una tímida sonrisa cariñosa que hizo que el chico se derritiera.
—Mira cómo sonríe. Mira esos ojos... Es totalmente pura.
Willow miró hacia la tele de nuevo mientras que Ethan se limitaba a observar su perfil en silencio y con admiración.
—Me encanta esta película —Confirmó la pelirroja en un susurro.
—Podemos verla si quieres —Sugirió el chico mientras acariciaba el dorso de la mano de ella con el pulgar.
Willow asintió con una sonrisa.
—Me encantaría.
Ethan rebuscó entre los cojines y alzó el mando a distancia victorioso cuando lo encontró. Probablemente alguno de los dos le había dado al botón de encender accidentalmente mientras se enrollaban.
El chico de rizos puso su brazo alrededor de los hombros de la pelirroja y ella dejó descansar su cabeza en el hombro de Ethan mientras disfrutaba de la película y se olvidaba de lo que estaba pasando en el exterior de aquellas cuatro paredes.
La pelirroja suspiró cuando el chico dejó un suave beso en su frente y se acurrucó más hacia él, siendo completamente ajena al crimen que se acababa de cometer en su propio apartamento y en el hecho de que el que lo había cometido estaba más cerca de lo que creía.
Si, si, todo muy bonito hasta que te acuerdas después de qué ocurre ese beso... En fin, hola :)
Ethaaaaaaan, te quiero pegaaaaaaaaar khdadla perdón es que </3
Anyways, MAÑANA ME GRADÚO!!! POR FIN!!!!
Estoy muy emocionada por lo que se viene en el fic así que...
Nos leemos el siguiente miércoles!!
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