┆OO.3

1RA MISIÓN

• • •

Mis pestañas se cerraron lentamente y antes de caer en un profundo sueño los abrí mirando al viejo Hokage leyendo un pergamino.

──Veamos, una misión para el equipo cinco. ─murmuraba soltando el humo de aquella pipa.

──¿Alguien me recuerda porqué estamos aquí? ─pregunté cruzando mis brazos.

──Es una costumbre que el Hokage les asigne su primera misión como equipo. ─contestó Iruka-sensei. ──. Ten un poco más de respeto y paciencia, Yumei.

──Tsk. ─miré a otro lado.

──He asignado a los demás de su generación a misiones de rango D. ─habló el Hokage. ──. Para su buena o mala suerte solo me quedan por el momento misiones de rango C.

──Hokage, es su decisión y la respetamos. ─le dijo Banri.

──En ese caso. ─miró el pergamino. ──. El equipo cinco tendrá que expulsar a unos bandidos que se han apoderado de un pequeño pueblo casi a las afueras del templo del fuego.

──¿A las afueras? ─preguntó Kenzo poniéndose nerviosos. ──. Será una misión fuera de Konoha.

──¿Qué pensabas, tarado? ─le preguntó Suki mirando de reojo a este.

──Creí que sería una misión patética. ─sus ojos parecían brillar. ──. Naruto me dijo que su misión era capturar a un gato. Creí que haríamos algo así.

──Ninguna misión es patética. ─el pelirrojo menor miró al hombre sentado frente a nosotros. ──. Tenemos desde atrapar gatos hasta asesinatos. Se analizan y dependiendo de lo peligrosa que es se les asigna a shinobis con buenas habilidades para llevarla a cabo.

──Kenzo, habíamos hablado de eso, ¿no? ─el pelirrojo mayor miró al chico. ──. Estas misiones les ayudarán a pulir sus habilidades. No comas ansias, casanova.

──Eres un idiota, Kenzo. ─le dijo Suki.

──Pero, ¿por qué?

Yo solo miraba de reojo a mis compañeros y sensei, no me apetecía decir palabra alguna.

──Entonces, al equipo cinco les asignó la misión. ─miramos al Hokage. ──. Les deseo buena suerte en el camino.

──Gracias, Hokage-sama. ─agradecío Banri haciendo una reverencia. ──. Esperamos regresar pronto.

Solté un suspiro saliendo de aquella habitación.

──Tomen lo necesario para tres días de camino. ─habló el tomate. ──. Los veré en la puerta principal en media hora.

Dicho eso desapareció en un instante.

──¡Es increíble! ─exclamó Kenzo. ──. Nuestra primera misión será fuera de la aldea. ¡Se lo presumiré a Naruto y así aprovecharé para ver a Sakura!

Solo vimos a Kenzo correo sin perder tiempo alguno.

──Ese idiota. ─murmuró la castaña. ──. ¿Quieres que te acompañe a tu casa? ─preguntó con una sonrisa.

──No. ─camine a la dirección a mi casa.

──¡Bueno, nos vemos! ─la escuche a lo lejos.

Sin hacer paradas en el camino llegue a mi casa. No había nadie, Konohamaru salió con sus amigos y mi hermano está en una misión con sus pupilos.

Hice mi maleta, empaque lo necesario o lo que nos dijo Iruka en la academia. Como tenía tiempo de sobra por el camino me fui comiendo unos dangos que mi hermano compró.

Llegué a la puerta unos minutos antes así que tuve que esperar a que llegaran mis compañeros.

──Vaya, Yumei, pero que puntual. ─escuche la fastidiosa voz de Banri.

──No soy el Hatake. ─me crucé de brazos mirando las puertas.

──Veo que lo conoces bien. ─soltó una risa.

──Siento la demora. ─ni siquiera tuve que girar para saber que era la castaña llegó. ──. ¿Y Kenzo?

──Aún no lle-... ─el pelirrojo se quedó en silencio cuando escuchamos un enorme grito.

──VÁMONOS YA... ¡¡YA!!

──Pero-... ─el sensei se quedó sin palabras al ver a Kenzo ser perseguido por un grupo de chicas enojadas.

──Creo que tenemos que irnos. ─soltó Suki con una gotita de sudor bajando por su cabeza. ──. Ahora, sensei.

──Me temía esto. ─susurró. ──. Bien, andando.

Eso fue más que suficiente para que los tres comenzaramos a saltar los árboles a los pocos segundos Kenzo se nos unió.

──¡¡KENZO ESTÁS MUERTO!! ─fue lo último que escuchamos.

──Ay, el amor. ─suspiro con una sonrisa.

Nosotros lo miramos sin creer aquello.

──Primera misión termina mal. ─dijo Banri soltando un suspiro. ──. Ya lo veo venir.

Solté un suspiro.

Por fin, después de tres días llegamos a las afueras de la aldea. Teníamos que ser precavidos y no llamar la atención por ello tendríamos que infiltrados como simples aldeanos y no ninjas.

──Tendremos que cambiarnos de ropa. ─dijo el pelirrojo. ──. Si vamos así, incluso sin banda, sabrán que somos shinobis.

──¿Y de donde vamos a sacar ropa? ─pregunté alzando una ceja.

──Para eso tendremos que usar un jutsu. ─los tres lo miramos atentos. ──. Usaremos el jutsu de transformación.

──¿Qué dijo? ─Kenzo parpadeó sin creerlo. ──. ¿Jutsu de transformación?

──Así. ─Banrí sonrió haciendo el jutsu cambiando su vestimenta y apariencia un poco.

Kenzo palideció

──¡TODOS MENOS ESE! ─gritó haciendo que Suki y yo nos quedáramos sordas.

──Bien, ¿estamos listos? ─Banri sonrió al vernos diferentes.

──¡Lo estoy! ─expresó Suki quien ahora era azabache igual que sus ojos, llevaba un vestido azul.

──Yo también lo estoy. ─en mi caso era rubia con ojos azules, llevaba puesto un short negro y una blusa verde.

──Yo... igual... ─se escuchó una voz de abuelo, era Kenzo quien terminó siendo un abuelo jorobado con una enorme nariz.

──Nos vamos a separar en dos equipos. ─anunció el mayor. ──. Yumei estará con Kenzo, Suki conmigo.

──Hai. ─dijeron ambos, yo solo asentí.

──Vamos a dispersarnos por la aldea, busquemos ropa, comida y algún lugar donde pasar la noche. ─nos tendió un poco de dinero. ──. Claramente en todo el transcurso estaremos reuniendo información de cualquier cosa. ¿Entendido?

──Hai.

──Por cierto, no hay que llamar la atención por nada del mundo. No hasta que sepamos cuantos bandidos son. ─nos miró por unos segundos. ──. Bien es todo, andando.

Dicho eso, los cuatro desaparecimos del lugar.

Nuestro objetivo era claro y fácil. Reunir información mientras conseguimos suministros y buscamos un lugar donde hospedarnos. Era algo sencillo de hacer para cualquier persona.

Menos para Kenzo. Quien se venía quejando de su espalda y que si caminaba más de la cuenta perdería su concentración sobre el jutsu y eso sería un gran problema.

──Yumei, por favor... más despacio. ─pidió caminado a paso de tortuga.

──Kenzo, más despacio no se puede ir. ─una vena pronto se marcaría en mi cuello. ──. Cada paso que das es casi de un minuto. Y no exagero.

──Tenme paciencia, por favor.

──Jodete, anciano. ─le mostré mi dedo del medio.

──Viste, que grosera es esa chica con el pobre anciano.

──Sí, es una jovencita vulgar.

──¿Se les perdió algo? ─miré asesinamente a las dos mujeres chismosas.

Cuando me vieron se fueron corriendo sin mirarme más.

Solté un suspiro.

──Sabes qué. ─miré a Kenzo dar un paso más llegando a sentarse en una banca.

──Estoy cansado. ─soltó un suspiro pesado.

──Quédate aquí mientras me encargo de lo que nos pidió Banri.

──Vete por la sombrita.

──Joder. ─sin decir nada más me largué de allí.

Unas dos horas pasaron, aún era temprano como las 3 de la tarde. Había logrado obtener información mientras compraba suministros y algo de ropa. También compré una silla de ruedas para poder ir al hospedaje que unas señoras me recomendaron.

Según ellas ese lugar es para los que vienen de otra parte a pasar la noche o simplemente por turismo. Me pareció un poco sospechoso la forma en la que me contaban sobre él, es como si estuvieran escondiendo algo.

──Aquí estás. ─miré al pelirrojo ahora canoso con palomas acostados sobre él. ──. Será mejor irnos cuanto antes.

──¿Encontraste hospedaje? ─preguntó pasando su trasero de la banca a la silla.

──Sí, y parece estar un poco lejos. ─una vez sentado comencé a caminar.

──Pues será mejor que te apresures. ─pidio. ──. Mi jutsu pronto se deshará, no podré mantenerlo por mucho más.

──Por tu bien y el mío será mejor que lo mantengas hasta tener una habitación. ─no podía acelerar mi paso, sino parecería sospechosa. ──. De lo contrario tenemos que pelear y por lo que se no solo son bandidos.

Al parecer por aquí con algunas cuantas monedas una persona habla más de lo que debería.

──No digas eso que me entra un miedo y así menos podré mantener el jutsu. ─lo sentí temblar y como su jutsu se iba deformando por segundos.

──Kenzo, por favor. ─pasé saliva al verlo sudar de los nervios.

──No puedo controlarlo. ─apretaba sus puños intentando mantener la forma.

──Kenzo, no. ─mi cara se volvió más blanca al ver como en la silla en lugar de estar un anciano, está un mocoso.

──Ups. ─fue lo único que dijo mirando mis ojos.

──Joder. ─del coraje corrí a las palomas que siguieron al pelirrojo. ──. Cubre tu ropa por unas que compre.

──Si, antes de que aparezca alguien. ─tomó un conjunto color azul. ──. No me gusta el azul.

──Kenzo. ─lo reñí, no estamos para que se queje.

──Yumei. ─habló, su voz se escuchó severa dejando de lado la ropa.

──Lo sé. ─sentí cuatro chakras rodearnos. ──. Eso sí que fue rápido.

Deshice mi jutsu dejando ver mi verdadera apariencia junto a mi ropa. Kenzo pegó su espalda con la mía, ambos adoptamos una posición de defensa.

──Pero si son ninjas de Konoha. ─escuchamos una profunda voz proveniente de un remolino de plumas de paloma. ──. Qué agradable sorpresa.

De este se dejó ver a un señor mayor, su cabello era castaño y sus ojos azules. De reojo pude ver a tres hombres rodearnos.

No parecían ser unos simples bandidos.

──Les propongo un trato. Les dejaré que elijan entre dos opciones. ─presté atención a quien parece ser el líder. ──. Ustedes dejan todas sus pertenencias y los dejó ir. O los dos hacen un patético intento por derrotarnos y acaban muertos.

──Elijo la tres. ─tomé un shuriken. ──. Acabamos con los cuatro justo ahora.

Lo lance a los dos frente a mí haciendo sellos para que estos se clonaran. Con mis cuchillas corrí a gran velocidad intentando golpear a ambos que estaban distraídos con los shuriken.

Logre darle un golpe en el brazo a uno mientras esquivaba la espada del otro. Retrocedí un poco, uno de ellos me lanzó kunais que esquive a duras penas terminado con mi espalda chocar contra un árbol.

De mi porta armas saque discretamente unos shuriken con hilos. Los lance cuando ambos se acercaron a darme un golpe. Salté antes de que el hilo me atrapara entre ellos y el árbol, con un kunai sujete los shuriken para que no se soltaran.

──¡Estás muerto, mocoso! ─giré en cuanto escuche el grito de un tipo.

Mis piernas se movieron cuando vi a Kenzo en el suelo con una herida en su costado y a unos metros el tipo que iba a darle el golpe de gracia.

Me coloqué al frente con mis cuchillas en alto esperando a que llegara, pero al tenerlo más cerca su chakra inmenso me paralizó por unos segundos.

Para cuando reaccione el tipo se encontraba en el suelo inconsciente. Abrí mis ojos levemente al ver al responsable de haberlo noqueado.

──¿Qué pasa, Yumei? ─miré las venas sobresaliendo de los ojos de Suki. ──. ¿Te dio miedo? ─sonrió, pero esta vez diferente, con burla hacía mí.

──¡Muy buen trabajo, Suki! ─miré a Banrí tener a el líder debajo de su pie igual de inconsciente. ──. Yumei, debes de estar más atenta y Kenzo debes de aprender de Suki.

──C-claro, sensei... ─levantó el pulgar terminado por caer inconsciente.

──Kenzo. ─preferí ignorar al sensei interrogando a los dos bandidos que dejé atrapados para ayudar al pelirrojo.

No era muy buena con la medicina a pesar de leer algunos libros que mi madre tenía. Solo pare la hemorragia, por suerte no es profunda con una venda queda bien. El muy tonto se desmayo al pensar que estaba por morir.

Mi vista se enfocaba en la ventana, más bien en las gotas que bajaban por ella.

Hace unas horas que comenzó a llover, por suerte llegamos al hospedaje el cual resultaba ser el lugar donde los bandidos se refugiaban y robaban a las personas que se hospedaba. Los aldeanos nos agradecieron en cuanto se enteraron que los cuatro sujetos fueron derrotados.

Una señora se hizo cargo de las heridas de Kenzo, las cuales no eran muy severas.

Miré al pelirrojo al escuchar un balbuceo salir de sus labios. Poco a poco fue abriendo sus ojos.

──¿Estoy en el cielo? ─me acerqué al verlo. ──. ¿O porque veo una hermosa diosa?

──Veo que estás en perfectas condiciones. ─me levanté. ──. Levanta tu trasero. Vamos a comer.

──No creo poder, me siento muy adolorido. ─soltó un quejido fingido.

──Este hospedaje tiene una función sobre unas mujeres bailando y cantando.

No necesite decir nada más para sentir un viento soplar a mi lado.

──¡Haberlo dicho antes! ─lo escuche gritar.

──No cambia.

Llegué al kotatsu que el hospedaje nos brindó donde se encontraban mis compañeros ya sentados. Una vez que tome asiento, comenzamos a comer no sin antes agradecer los alimentos.

Kenzo parecía estar en el paraíso al ver el espectáculo desde aquí.

──Como veo que todos se encuentran bien. ─habló Banri. ──. Les enseñaré una tenía muy indispensable en un ninja.

──¿Hum? ─Kenzo miró al sensei. ──. ¿De qué se trata?

──Ya lo verán. ─sonrió a lo grande.

──Voy a echarle ganas, sensei. ─la castaña sonrió.

──Lo sé, Suki.

Me dispuse únicamente a comer ignorando su plática.

Miramos a Banri frente a nosotros debajo de un árbol donde la lluvia casi no caía.

──Antes de el entrenamiento, ¿por qué no repasamos sobre qué es el chakra? ─dijo el pelirrojo.

──¿Por qué repasar algo que ya vimos en la academia? ─preguntó Suki.

──Por primera vez estoy con Suki. ─me crucé de brazos observando al hombre. ──. No le veo importancia.

──¡Yo sé la respuesta, sensei! ─al contrario de nosotras, Kenzo parecía entusiasmado por responder.

──Adelante, Kenzo.

──El chakra es la energía de vida elemental... ─Kenzo se alargó explicando con detalle todo sobre el chakra dejando a Banri sorprendido de su inteligencia.

──Vaya, no eres tan tonto como aparentas. ─soltó con orgullo. ──. Estas en lo correcto, Kenzo.

──¿Y a qué viene toda esa explicación? ─preguntó Suki. ──. Ya usamos jutsu.

──Si crees eso, significa que eres una ingenua. ─soltó Banri. ──. Tienen que aprender a controlar y combinar su chakra al realizar sus jutsus. No importa si tienes una gran cantidad de chakra, si no puedes hacer ambas cosas, no llegarán a nada.

──¿Y cómo podemos controlar el chakra? ─pregunté.

──Es muy sencillo. ─sonrió. ──. Escalando un árbol.

──¿Escalando un árbol? ─preguntaron mis dos compañeros.

──Pero sin usar las manos. ─alcé una ceja al ver a Banri juntar sus dedos. ──. Justo así.

Los tres miramos a Banri escalar el árbol sin necesidad de sus manos, simplemente caminaba sobre el tronco.

──Está caminando sobre el árbol... ─murmuró Kenzo sin creerlo.

──Increíble. ─soltó Suki.

──Bien, ahora es su turno. ─nos miró desde arriba. ──. Concentren su chakra en las plantas de sus pies y úselo para conectarlos con el árbol.

──No le veo lo indispensable a esto. ─dijo Suki. ──. ¿Qué beneficios tendremos solo trepando paredes?

──No busques los beneficios, sino lo que te da de conocimiento y experiencia al entrenar hasta dominarlo. ─aclaró. ──. Si ustedes pueden dominar esto, tendrán la capacidad de manejar cualquier jutsu. También deben aprender a mantener los niveles de sus chakras, eso sí es indispensable en la batalla de un shinobi de lo contrario serán un blanco fácil.

──Ahora lo entiendo. ─dije por lo bajo.

──Necesitan aplicar el poder del chakra a través del entrenamiento. ─nos lanzó un kunai a los tres. ──. Si quieren ver sus logros, usen el kunai para marcar un punto del árbol al que puedan escalar. Y cada que lo intente, tendrán que sobrepasar esa marca.

──Eso suena fácil. ─dijo Kenzo tomando el kunai.

──Les daré un consejo, al principio tendrán que correr para tomar impulso hasta que se acostumbren. ─lo escuche mientras tomaba el kunai. ──. Si ya están listos, adelante.

Cerré mis ojos haciendo el sello correspondiente para concentrarme enviando un poco de mi chakra a las plantas de mis pies. Al sentir la tierra levantarse abrí mis ojos tomando con fuerza mi kunai.

Corrí directo al árbol logrando dar tres pasos antes de caer, lo marqué dando una vuelta hacía atrás.

Esto era más difícil de lo que aparentaba. El equilibrio tendría que ser perfecto, de lo contrario el árbol se partirá si ejerces mucho chakra, como el caso de Suki o si es menor caería al dar los primeros pasos, como era el mío.

──Es justo como lo dije, fue fácil. ─ambas nos sorprendimos de ver al pelirrojo menor encima de una rama con la cabeza hacia abajo.

──¿Cómo logró llegar a la primera? ─preguntó Suki sorprendida.

──Pero qué curioso, el integrante masculimo y el "débil" es el que mejor control sobre el chakra tiene. ─comentó Banri con su sonrisa. ──. Buen trabajo, Kenzo.

──No se si sentirme halago o ofendido. ─dijo al escuchar a Banri.

──Ambas, mocoso. ─sonrio. ──.

──Hmp, que importa. ─Suki pareció enojarse por eso.

──Lo veía venir. ─suspiré para comenzar nuevamente a correr hacía el árbol, creyendo que lo dominaría en cuestión de minutos.

Qué equivocada estaba.

Ni siquiera en horas logré hacerlo. A mi tercer día seguía cayendo, pero nunca me di por vencida. Tenía que lograrlo tarde o temprano y no me importaba que fuera la única en todavía seguir entrenando.

Cerré mis ojos inhalando aire para después exhalar concentrando mi chakra en la planta de mis pies. Esta vez no correría, lo haría lentamente ya que en muchas ocasiones la manera rápida no es una opción.

Abrí mis ojos en cuanto pise aquel tronco con uno de mis pies. Sin temer a nada subí el otro, no espere a saber si me estaba sosteniendo, solo seguí avanzando mirando aquellas hojas las cuales cada vez estaban más cerca.

Para cuando me di cuenta estaba en lo más alto del árbol observando al sol meterse por las montañas.

──¡Lo lograste, Yumei! ─escuche el grito de Kenzo desde abajo.

──Parece que de los tres, Yumei fue la que más alto llegó. ─comentó Banri. ──. Y que no necesito correr para lograrlo.

──Hmp. ─la castaña miro a otro lado, creo que no le agrado mucho eso.

──Es hora de volver a casa, mocosos. ─anunció el pelirrojo.

━• • •━

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top