┆O. 46

SUSPIRO


• • •

El jutsu se desvaneció dejando ver la barrera que Banri había hecho con sus cadenas de chakra. 

──No permitiré que lastimes a otro de mis pupilos, Suki. ─su mirada era hostil, jamás creí verlo así. ──. Le prometí a tu madre protegerte, pero las promesas son para romperse, ¿no?

──Oh, y yo que lo considero como un padre. ─sonrió observando la barrera deshacerse. ──. Si usted muere será un gran dolor para mí.

Por una extraña razón, parecía que ella quería que él muriera. 

──Suki-chan, Tobi se encargará de los demás, para que no interrumpan su pelea. ─ese chico parecía saber lo que la Hyuga quería. 

──Me parece perfecto, no soy tan fuerte para enfrentar a Banri-sensei y a los demás a la vez. ─frunció el ceño. ──. Solo espero que funcione. De lo contrario, solo perdí tiempo. ─murmuró llevando su mano a su ojo izquierdo.

──Va a funcionar. Suki-chan siempre gana. ─animó el enmascarado.

──Banri, yo no te–... ─me callé cuando vi como levantaba su mano.

──Yo me encargo. ─dijo sin mirarme.

──No, yo soy la que la va a matar. ─no pude evitar decirlo. ──. Por su culpa, Kenzo... ─apreté mi puño.

──Yumei, yo soy quien perdió a un hijo y yo soy quien debe encargarse del culpable. ─me miró de reojo, él también sufría por lo de hace tres años. ──. Te dejo al otro Akatsuki. 

Miré de reojo al de la máscara, mirarme, sin prestarle atención a Izumo y Kotetsu. 

──Bien. ─miré al tipo. ──. No mueras.

──Tú tampoco. 

Dicho eso, aparecí frente al Akatsuki un poco más retirados de Banri y Suki. 

──Es un gusto conocer a la compañera de mi Suki-chan. ─soltó con voz infantil. ──. Tobi dará su máximo en esta batalla. 

──Lo superamos en número, así que la ventaja es nuestra. ─comentó Kotetsu a mi lado izquierdo. 

──Eso me tranquiliza un poco. ─susurró su compañero a mi otro lado.

──Ah, ¿estoy siendo subestimado? ─preguntó al escuchar a mis compañeros. ──. En ese caso. ─nos miró. ──. Tendré que usar eso. 

Los tres nos pusimos en guardia. 

──¡Izumo! ─llamó el pelinegro tomando un pergamino invocando un tipo de mazo. 

──Ya lo sé. ─hizo sellos de manos preparándose para atacar.

──¡Oh, se ve divertido! ─expresó corriendo hacia ellos. 

Preferí quedarme atrás para observar las habilidades del Akatsuki y así poder crear una estrategia de pelea. 

A pesar de que ambos chunin se coordinaron para usar su ataque, el mazo lo traspasó y no se acercó al líquido boscoso.  

──Eh, ¿no le pasó nada? ─dijo tocando su cuerpo. ──. Creo que su ataque no funcionó.

──¿Eso crees? ─Kotetsu movió su mano haciendo que el mazo saliera del suelo creando otro agujero yendo a sus manos nuevamente. 

Cuando el enmascarado quiso correr hacía él, no pudo hacerlo, estaba pegado por aquel líquido. Rápidamente tomé mis cuchillas drenando chakra apareciendo en su espalda en un segundo sorprendiendo al tipo. 

Estampe mi manopla en su espalda, pero este la traspasó e incluso su cuerpo se iba sumergiendo a la tierra. Llevé chakra a las plantas de mis pies para no quedar pegada en el líquido. 

──Eso estuvo cerca. ─escuchamos su voz justo detrás de los chicos. ──. Un segundo más y sería historia. 

Antes de que Izumo y Kotetsu retrocedieran, él les tiró una serie de patadas lanzando a ambos lejos dejando el campo libre para nosotros dos.

Estaba enfocada en los chicos que él aprovechó mi distracción para intentar atacar por la espalda. Moví mi cuchilla para cortar su rostro, pero solo lo traspasé. A los segundos, cuando mi mano traspasó la suya, se materializó tomando mi muñeca con fuerza.

──Yo soy tu oponente, por lo tanto, no me subestimes. ─su voz era infantil, pero sus palabras eran pesadas.  

En un segundo, un agujero comenzó a absorberme. Antes de que eso sucediera, levanté mi pierna, tirando una patada a su pecho, como lo supuse, lo traspasó y eso me liberó de su agarré. Di una voltereta hacia atrás quedando a metros de distancia. 

Ese jutsu creo haberlo visto por algún lado. ─pensé al ver como ya no uso el agujero. 

──Qué manera rápida de reaccionar. ─habló sacando algo de su capa.

Gruñí mirando como se colocaba una cadena en sus muñecas. 

──Tal vez necesite esto contigo, Sarutobi Yumei. ─por un instante, creí escuchar una voz distinta. 

──Tú no me interesas en lo absoluto. ─dije sin dejar de verlo. ──. Pero, eres un Akatsuki. 

──Por ese motivo, deberías saber quién será el vencedor. ─dicho esto, corrió hacia mí.

Sin perder tiempo imité su acción con mi manopla en alto. Drene chakra para impactar mi arma con su pecho, pero lo atravesó. Estiró sus manos haciendo que la cadena se acercará a mi cuerpo, antes de que ejerciera más fuerza, me impulse con el viento saltando la cadena justo a tiempo.  

Por lo que sabía, era que mis ataques físicos no le hacían ningún efecto, pero se materializaba para atacarme con gran velocidad. Significa que tendré una oportunidad cuando sucedan ambas cosas.  

Posiblemente use el jutsu que he estado creando con Banri. ─pensé entrecerrando mis ojos mirando de reojo al enmascarado, quien solo me miraba. ──. Solo tengo una oportunidad y debe de ser rápida.

Corrí solamente con mi manopla, él imitó mi acción. Una fuerte ventisca fue directo a él, pero no le hizo efecto, pues lo traspasó. Cuando estaba por atravesar mi pecho con su manos, con mi mano izquierda hice un sello.

──Fūjin no jutsu. ─susurré y a los segundos aparecí en su espalda, donde la ventisca pasó. ──. Por las buenas, puedo ser gentil, escoria. 

Concentré el chakra en mi manopla y sin darle tiempo a reaccionar, golpeé su espalda dejando una grieta en el suelo combinado con el polvo de la tierra. 

Llegué a unos metros de él cayendo en cuclillas. El jutsu aún no lo he perfeccionado y me gasto la mitad de mi chakra por estar a media creación. 

──T-tú... ─murmuró sorprendido de haberlo atacado saltando a una roca, algo que llamó mi atención fue ver su brazo derecho desprenderse. ──. Eres la segunda persona que logra golpearme. ─dijo con dificultad. ──. Baje mi guardia por unos segundos.

Lo miré de reojo tratando de regularizar mi respiración. Sin perder tiempo hice mi sello y a velocidad del viento aparecí al frente suyo golpeando su máscara. Su máscara no pareció sufrir daño, pues no lo golpeé con fuerza. 

Mi chakra no fue tan fuerte por haber usado dos veces el jutsu, que me permite viajar a la velocidad del viento, el cual puede ser 371 km/hr. Tal vez no sea tan rápido como la luz, pero si era más rápido que cualquier otra cosa.

──Te doy mis halagos, princesa. ─se repuso y podía ver sangre caer por debajo de su máscara. ──. Te subestime. Conseguiste herirme y eso solo lo ha hecho una persona. 

Caí de rodillas, pero me mantuve en cuclillas sintiendo mi respiración entrecortada. Posiblemente pensaran que no aguante nada, pero cuando usas un jutsu que está en creación y aún no se perfecciona, sabrás que el chakra se gasta por lo menos casi la mitad. Al usarlo dos veces me he quedado casi al límite. 

Qué patético. ─pensé al verme en estas condiciones. 

──No la mataré, eso no me corresponde. ─dijo, su voz ya no era infantil, ahora era severa. ──. Pero, puedo terminar el trabajo que empezó, Suki. ─su voz se volvió hostil desapareciendo en un agujero. 

Abrí mis ojos al saber a qué se refería. 

──Banri. ─susurré levantándome, pero mis piernas no lo soportaron y cayeron al suelo nuevamente. 

──¡Yumei! ─sentí a Izumo acercarse. ──. ¿Hace cuanto pediste los refuerzos? ─preguntó a su amigo.

──Hace 10 minutos, deben de tardar media hora en llegar. 

Tosí por haber ejercido fuerza al intentar levantarme. 

──Estás exhausta. ─dijo Kotetsu con tono preocupado. ──. Ese jutsu te tomó mucho chakra. 

──Y lo hiciste dos veces, no debes esforzarte. ─sentí las suaves palmadas del castaño en mi espalda. 

──No. ─susurré. ──. Debo... ayudar a Banri. ─dije, con voz átona. 

Mi pecho subía y bajaba de manera rápida buscando el aire que mis pulmones exigían. Me apoyé en mi rodilla levantando mi peso. Izumo me ayudó a mantenerme en pie. 

──El capitán Banri es fuerte. ─dijo Kotetsu. ──. No te preocupes.  

──Lo sé, pero... ─entre cerré mis ojos. ──. Ese sujeto no me da buena espina. ─murmuré recordando nuestro encuentro. ──. Tengo que ayudar a Banri. 

Los escuché suspirar, pues sabían que no me iba a quedar de brazos cruzados.

Ahora no me importa la vida de Suki, solo quiero que Banri salga con vida de esta misión. Su vida me importa más que la de la castaña. Desde que Kenzo murió prometí que me volvería fuerte para no perder a nadie más, y no quiero perder a mi sensei... a quien miró como un padre. 

Él me educó, me cuido, alimento y entreno, tal vez no fue con métodos normales. Tal vez si sufría con aquel sello que me impuso, si hacía algo mal me daba una descarga eléctrica, pero si no fuera por eso... no sería lo que soy ahora. 

Y agradezco en la persona que me convirtió, sino no lo hubiera hecho, nunca había entrenado mi Fūton e incluso seguiría siendo aquella niña que no le importaba nada más que fastidiar al Hokage por atención. Nunca hubiera usado mi cabeza para pensar, solo hubiera actuado sin saber que pasaría. 

Siempre pensaba que lo odiaba, pero cuando crecí y entendí que lo hizo para un futuro mejor para mí.  

Con la ayuda de los chicos, llegamos al lugar donde Banri peleaba con Suki. Nos mantuvimos a una distancia prudente para no ser alcanzados por su pelea. 

Por lo que miraba, Suki parecía estar agotada, casi peor que yo, desesperada por no poder acercarse al pelirrojo. En cambio, Banri, parecía intacto, sin ningún rasguño con una mirada severa. 

La ventaja de él es que sus cadenas pueden crear una barrera para defenderse de los jutsus, aunque tiene un tiempo para que salgan. Si pelea con taijutsu no usa estas, pues él tiene un gran taijutsu. Solo en pocas ocasiones usa sus cadenas y es para absorber el chakra del contrario. Banri casi nunca usa jutsus elementales, pues él se va más por los jutsus de sellos. 

Busqué con mi mirada al enmascarado, pero no lo encontré por ningún lado. Seguramente estaba escondido observando la pelea, midiendo las habilidades de Banri y encontrar una manera para intervenir.

Sentí mis piernas flaquear y a los segundos me encontraba nuevamente de rodillas. 

──Yumei. ─Banrí me miró de reojo al escucharme. ──. Usaste eso, ¿no? 

──No tuve opción. ─dije, muy a penas mirando su espalda. ──. Y aún así... ─apreté mis puños al saber que no pude ganarle. 

──No te preocupes por eso. ─dijo, sin dejar de mirar a Suki. ──. Lo importante es que ustedes estén bien. 

──No te preocupes por nosotros. ─entrecerré mi ojo. ──. Tú eres quien está peleando. Preocúpate por ti.

──Yumei, le prometí a Kata regresar. ─guardó sus cadenas después de haberlas usado por un determinado tiempo, ahora tenía que esperar cinco segundos para volver a usarlas. 

──Pero, las promesas son para romperse, ¿no, Uzumaki Banri? ─habló el enmascarado llegando a la espalda de Banri en un parpadeo.

Mis ojos se abrieron al observar en cámara lenta aquella horrible escena. La mano del sujeto atravesando el pecho de Banri al mismo tiempo que hablaba. Mire las gotas de sangre caer de su pecho al suelo mientras tosía más líquido carmesí.

Fue en un parpadeo que nadie lo vio venir, ni siquiera Banri. 

──S-sensei... ─escuché el murmullo de sorpresa proveniente de Suki, ella tampoco lo vio venir. 

──¡Capitán Banri! ─los chicos parecían más que sorprendidos y dolidos por ver aquello.

Por mi parte, no podía hablar. Mis labios se quedaron sellados y mi cuerpo no me respondía. 

Quería gritar, pero mi voz no salía. 

Quería correr, pero mis piernas no me respondían.

Quería llorar, pero mis ojos todavía no procesaban la escena. 

El muy maldito lo había apuñalado por la espalda. Estuvo escondió, esperando la oportunidad perfecta. Pero, esté lo atacó por la espalda como un vil cobarde.

Banri sin pensarlo lo tomó con sus cadenas sorprendiendo al enmascarado. 

──M-mi chakra... ─susurró intentando traspasarlo, pero en vano. ──. Tú maldito. ─lo miré con desdén al saber que lo estaba absorbiendo.

──E-ese... chakra. ─susurró Banri sorprendido de sentirlo.

Fue tanta la sorpresa que descuidó sus cadenas dando la oportunidad perfecta al sujeto para salir de su agarre. 

──T-tú eres... ─dijo, mirando, con dificultad de respirar, al de la máscara llegar a un lado de Suki. ──. Ahora lo entiendo. Tú fuiste quien le dijo todo a Suki... ─se llevó su mano al pecho tosiendo sangre cayendo de rodillas.

──Banri. ─mi cuerpo reaccionó y corrí hacía él cayendo en el camino, más no me daba por vencida hasta llegar a su lado. 

──Ella merecía saberlo. ─dijo mirando a la Hyuga, quien no decía nada, estaba sin palabras. ──. Yo solo la apoye en su decisión. 

──M-maldito... ─lo miró con una mirada gélida que en vida he visto por parte suya. ──. E-ella no quería eso... s-sufrió por ti y así le pagas... 

──¡No la metas en esto cuando no hiciste nada para salvarla! ─me tensé al ver un Sharingan en el hueco de la máscara. ──. Pero ya no importa. Tú muerte me traerá un gran beneficio. ─miró de reojo a Suki quien ocultaba con su mano el ojo izquierdo cayendo de rodillas al suelo. ──. Fue bueno volverte a ver, Banri-san. 

Tomó a la castaña para desaparecer en aquel agujero. 

──Lo siento, Minari. ─lo escuche murmurar cayendo al suelo.

──¡Banri! ─miré su pecho, había un agujero que atravesaba su corazón. ──. Mierda. ─solté en mi inutil intento de aplicar ninjutsu médico, ni siquiera sabia lo básico y quería sanarlo. 

Ahora es cuando necesito a Sakura. 

──E-esta bien... no duele, pequeña. ─me tensé al escucharlo, lo miré, él sonreía mirando mi ojo. ──. Déjame ir. ─tomó mi mano sin importarle que estuviera llena de sangre. ──. Mi momento ha llegado. 

Mi labio tembló y mi garganta se entrecortó. Cerré mi ojo sabiendo que me abandonaría como Kenzo lo hizo.

──Y-yumei, por favor... cuida a Kata. ─me tomó de mi mejilla. ──. E-ella tiene tres m-meses de... embarazo. ─abrí mi ojo sorprendida de escucharlo. ──. No quiero separarme de mi esposa, pero no tengo opción. Cuida de ella y de mi hijo... hemos perdido dos, por favor, hazlo. 

Asentí con la cabeza sintiendo como acercaba mi cabeza a la suya.

──Lo haré. ─susurré mirando el brillo de sus ojos apagarse poco a poco. ──. Lo juró.

Él sonrió y sentí como mi banda caí al suelo.

──No te culpes por esto. ─pidió en susurró. ──. Y no importa lo que hagas, Yumei, estoy orgulloso de la mujer que te convertiste. ─cerré mis ojos cuando junto mi frente con la suya. ──. Gracias, por considerarme como un padre... ─abrí mis ojos al sentir un beso en mi frente. ──. Le contaré a Kenzo lo maravillosa que t-te... volviste...

Deje de sentir su mano en mi mejilla escuchando su último aliento viendo el brillo apagarse de sus ojos azules. 

Apreté mis puños cerrando mis ojos al sentir un vacío en mi pecho. Perdí a lo último que me quedaba de mi equipo.

Estaba enfurecida. 

──Suki... ─mi voz se volvió áspera sintiendo el viento moverse fuertemente. ──. ¡TE VOY A MATAR! ─grité sin poder contenerlo, era un gritó desgarrador que en mi vida he soltado.

A los segundos dos grandes tormentas se hicieron presentes destrozando todo a su paso. Mi mente estaba nublada y no era el viento quien lo había provocado, al contrario, sentía como intentaba detener aquellas tormentas.

Tormentas que creé sin saber cómo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top