❝ O2. - 𝙋𝙡𝙖𝙩𝙞𝙘𝙖 ❞

𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Plática
╰───⌲Cap. 𝐎𝟐 . ༣. . ·

Narra ___:

Otro día...

Otro día sin ver a mis padres, mi pareja, mi hermano, mis amigos, mis tíos...

Otro día de sufrimiento...

Otro día donde simplemente no quiero existir...

Otro día desde que me fui de ese maravilloso lugar...

Otro día desde que mi vida se ha vuelto a convertir en un infierno...

La clase de activación física terminó y con ello, todos los alumnos de mi grupo se dirigieron a los baños para cambiarse el uniforme deportivo y a limpiarse el cuerpo. Como en la U.A. todas acostumbrábamos a cambiarnos frente a la otra, no me importó quitarme la ropa frente a las demás.

La mirada de todas las chicas se dirigieron rápidamente hacia mí. Inspeccionaron detalladamente mi cuerpo de arriba hacia abajo. Algunas se sonrojaron y otras simplemente rodaron los ojos.

Sin embargo, los susurros de las demás que decían algo sobre mis marcas no se hicieron esperar. Decían que cómo me las había hecho y todo eso, pero no les tomé importancia. Izuku se aseguró de decirme que le encantaban mis marcas, por lo que no me importa lo que digan sobre ella. Gracias a Izu y de mis padres, soy más segura de mí misma.

—Emm... ___... -Nahomi habló.

—¿Qué sucede? -pregunto mientras con una toalla me quito el sudor del rostro.

—¿Dónde te hiciste esas marcas? -señaló mi cuerpo.

—Entrenamiento -fue lo único que contesté.

—¿Entrenamiento?

—Sí, entrenamiento -me coloqué mi uniforme y salí del baño.

Narrador Omnisciente:

—Esas marcas no son de entrenamiento -Frida dijo.

—Ella nos está ocultando algo, y lo vamos a averiguar -Valeria, la mejor amiga de Frida, contestó.

—Si ella no nos quiere decir nada, no la pueden obligar -Nahomi las detuvo de todo lo que estuvieran planeando.

—¿Pero si la podemos obligar a que nos dé su lunch, verdad? -Frida volvió a hablar.

Nahomi se tensó en su lugar. Desde que ___ había desaparecido, Nahomi, Pablo y Carlos fueron acusados de la desaparición, que por culpa de ellos, ___ se había ido; otros pensaban que ___ se había suicidado, y siempre los culpaban por ello.

Ellos siempre se preguntaron la razón de por qué hacían eso, si cuando ella estaba todavía con ellos, nadie se había preocupado por ___. Siempre la habían visto como la mala del cuento, pero como luego dicen por ahí, "no sabes lo que tienes, hasta que lo pierdes".

Ahora que ___ ha aparecido, las burlas y golpes desaparecieron considerablemente. Pero seguían presentes.

Todas salieron del baño ya cambiadas y limpias, y afuera se encontraron a los chicos, quienes se encontraban platicando acerca de algo que ellas no alcanzaban a escuchar. Se acercaron a ellos y ellos, al notar la presencia de las chicas, no dudaron en acercarse.

—¿Ustedes saben por qué ___ tiene tantas marcas?

—___ dijo que era por entrenamiento

—¿Qué clase de entrenamiento sería para dejarla así de lastimada? -otro chico preguntó.

—Ayer, en la hora de descanso, Pablo, Nahomi y yo salimos a buscarla a donde ella normalmente solía comer. Cuando llegamos, ella estaba golpeando el árbol con sus puños, por lo que Pablo la detuvo y vimos que sus nudillos estaban rojos y sangrientos. Después de platicar un poco, ella comenzó a entrenar patadas, golpes y demás -voltea a ver a todos- Creemos que ella entrena así, pero de todos modos, se veía demasiado molesta a la hora de entrenar

—¿Y cómo no iba a estar molesta? Si sus antiguos bullies estaban cerca de ella -otro chico habló mientras rodaba los ojos.

—Mira, dijimos que lo sentimos, ¿está bien? -Pablo habló.

—A nosotros no es a quien le deberían de pedir perdón, deberían de pedirle perdón a ___, que ya ha sufrido demasiado por su culpa

—¡Tampoco es nuestra culpa! ¡Ustedes también la hicieron de lado! ¡La ignoraban y también le hacían bullying! ¡No nos pueden culpar nada más a nosotros por algo que toda la escuela hizo! -Frida explotó.

—¡A nosotros no nos grites estúpida! -otro chico se acercó amenazantemente a Frida.

—¡Ándale, pégame! ¡No es como si no lo hubieras hecho antes, cabrón!

Le iba a dar una cachetada. Su mano ya estaba arriba, lista para estrellarla en el rostro de Frida, pero el golpe no llegó. Todos dirigieron su mirada hacia la persona que estaba sosteniendo la mano del chico, y se sorprendieron al ver a ___ sostener fuertemente la mano.

—___, me lastimas... -hizo una mueca de dolor.

—La próxima vez que hagas algo de eso, te romperé el brazo, que quede claro que no serás al primero al que se lo hago -lo sueltas bruscamente y comienzas a caminar en dirección al salón- Y rápido que Paty sen... La profesora Paty los está esperando -te alejas de ellos.

—¿Te duele? -varios no tardaron en preguntarle al chico al que le sostuviste la mano.

—S-Sí -asintió- Me dejó la mano marcada -les muestra.

—¿C-Cómo es posible que te la deje así de marcada?

—N-No lo sé... -negó.

—Vamos, antes de que la profesora nos regañe

Todos asintieron y salieron caminando hacia el salón. Al entrar, fueron regañados por la maestra y se sentaron en sus lugares.


• • •


Las clases por fin habían finalizado. Los alumnos de todos los grados iban saliendo de sus salones con sus amigos o solos. ___ había salido antes que todos sus compañeros, por lo que nadie tuvo la oportunidad de hablar con ella.

___ comenzó a caminar sin rumbo alguno, hasta que se detuvo en un parque. Un parque que se parecía demasiado a donde se reencontró con Izuku... Con solo pensar en eso, su pecho comenzó a doler. Sus ojos comenzaron a ponerse rojos y lágrimas no tardaron en aparecer.

Se dirigió a una banca que estaba cerca de ahí y se sentó. Ocultó su rostro entre sus manos y comenzó a sollozar.

¿Por qué el mundo era cruel? ¿Por qué no podía ser feliz por una vez en su vida? ¿Por qué siempre que vuelve a ser feliz, el mundo le arrebata todo? No lo entendía. Ella no había hecho nada malo.

Unos pasos se escucharon a la lejanía, por lo que levantaste la mirada y notaste a Pablo frente a ti con una pequeña sonrisa. Te levantaste rápidamente.

—___ -sonríe.

—¿Qué necesitas, Pablo?

—Te vi sola y llorando -se sienta a tu lado- ¿Quieres hablar?

Te quedaste callada unos segundos y rompiste en llanto. Él rápidamente se levantó de su lugar y te abrazó. Le correspondiste el abrazo con duda, pero en realidad necesitabas ese abrazo. Comenzó a acariciar tu espalda y tu cabello en un intento de calmarte. Te aferraste a su camisa sin dejar de llorar.

—¿Qué sucede? -preguntó sin romper el abrazo.

—Los extraño -murmuras.

—¿A quiénes?

—A mis padres, mis amigos, mis tíos y a mi pareja -sollozas más fuerte.

Pablo se desconcertó. Se supone tu único padre era Julio, quien desafortunadamente seguía vivo. También sabía que no tenías otros familiares. Tampoco eras muy sociable... ¿Pero, pareja? ¿Por qué le dolía el pecho al mencionarlo? ¿Acaso estaba celoso? No, no podía estarlo.

—¿A quiénes te refieres? -preguntó, tratando de no sonar grosero.

—A papá Hizashi, a papá Shota, a Eri, a Yuuto, a los chicos, la tía Nemuri, el tío Toshinori, el tío Nezu, a Katsuki... A Izuku -notó que cuando dijiste "Izu" tu voz comenzó a quebrarse.

—¿Y por qué los extrañas? ¿No los puedes ver? -dejó de lado que no te referías a Julio como tu padre, lo que le alivió un poco.

—Ellos no están aquí -dices- Ellos están en Japón -te separas un poco.

¿En Japón? ¿Cómo era posible? ¿Acaso viajaste a Japón y nadie lo supo? ¿Por qué tu padre dijo que habías desaparecido? ¿Era para que nadie se preocupara?

—¿Japón?

—Sí, en Japón -asientes.

—¿Cómo es posible?

—El cómo no te lo puedo decir, pero de lo que si estoy segura, es de que Julio no quiere que los vuelva a ver -sollozas- No sé que hacer -escondes tu rostro entre tus manos, a lo que Pablo las quitó para comenzar a retirar todas tus lágrimas.

—___ -sonríe- Sé que hallarás la forma de volver a verlos, y si no, yo te ayudaré -se señala a sí mismo.

—Muchas gracias, Pablo -sonríes- Lamento haberte tratado de esa manera el día de ayer -cabizbaja.

—De eso no te preocupes, enana -usó el apodo que solía usar contigo, por lo que sonreíste- Vamos, de seguro Julio no querrá que llegues tarde -comenzó a caminar.

—¡Sí! -lo sigues.


• • •


Al llegar a casa, Pablo se aseguró de que entraras a la casa, y una vez vio que entraste, se fue en dirección a su casa. No le gustó el hecho de que lloraras por la culpa de alguien quien no valía la pena.

Le dolía el tener que dejarte ir, ya que él tenía un crush en ti desde hace mucho, pero no te lo dijo por miedo a lo que dirían. Tampoco quería que el acoso que tenías se volviera más constante.

Alejándose de tu casa, él se comprometió a ayudarte a encontrar a tu familia, amigos y al amor de tu vida... Aunque no fuera él a quien te referías.

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