❝ O1. - 𝙌𝙪𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙟𝙪𝙚𝙜𝙤𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙞𝙚𝙣𝙘𝙚𝙣 ❞

𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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Que los juegos comiencen
╰───⌲Cap. 𝐎𝟏. ༣. . ·

Narra ___:

Hoy era el primer día de clases en la U.A. Me he quedado en casa de Izuku durante estos días, ya que mis padres no han estado en casa durante esta semana, y Yuuto no había podido cuidarme debido a que estas semanas ha tenido mucho más trabajo de lo normal.

Anoche Izuku y yo nos habíamos quedado viendo películas, pero ni siquiera nos habíamos dado cuenta de cuando nos habíamos quedado dormidos, y cuando desperté, sentí que algo pesado me sujetaba en el piso de la habitación de él.

Me desperté sobresaltada, agarrándome ansiosamente de lo que fuera que me estaba presionando, pero me detuve cuando me di cuenta de que Izuku se había acurrucado hacia mí mientras dormíamos.

Su brazo estaba colgado sobre mi estómago y agarrando mi costado y su rostro estaba hundido en el hueco entre mi cuello y mi hombro. Su aliento me hizo cosquillas en el hombro desnudo y pude sentir que comenzaba a babear.

En silencio, me relajé antes de que pudiera despertarlo accidentalmente, suponiendo que pudiera usar los treinta minutos adicionales de descanso antes de que tuviéramos que levantarnos.

Tan suavemente como pude, rodé sobre mi costado, pasé una de mis manos por su cabello y apoyé mi barbilla en la parte superior de su cabeza.

Idealmente, esto fue agradable hasta que gruñó y me agarró, rodando sobre su espalda y tirando de mí encima de él, cerrando sus brazos alrededor de mí. No me da salida.

—¿Izuku? ¡Izuku! -mi cuerpo estaba ardiendo y estaba sudando por los sofocos una vez que me di cuenta de lo que había hecho.

¿Estaba tratando de acurrucarme con él? ¿Por qué no lo empujé para empezar?

—¿Qué? -gruñó, sacudiendo la cabeza antes de abrir los ojos.

—Um... -al sonido de mi voz, sus ojos se abrieron de golpe.

—¡___! -estaba gritando mientras salía volando de debajo de mí y saltaba sobre el suelo para pararse cerca de la puerta, lejos de mí.

—¡T-Tú lo hiciste! -grité de vuelta.

—¡¿Hice qué? L-Lo siento, yo... -estaba saltando, cubriendo su rostro en llamas cuando One For All comenzó a ir a toda marcha.

—¡Cállate antes de que tu mamá nos escuche! -susurré con dureza.

Se quedó en silencio, inmóvil, como un maniquí, mientras escuchábamos para ver si la habíamos despertado.

—¿Acabamos... d-acaso? Acabo de tocar -sus ojos se pusieron en blanco cuando comenzó a casi desmayarse.

—¡¿Me abrazaste ayer y no te asustaste?! -estaba hablando con mis manos, tirándolas por el lugar mientras me sentía más avergonzada.

—Eso fue diferente, eso fue-

—Solo ve a la ducha antes de que esto se ponga tan incómodo que ni siquiera pueda mirarte durante la escuela -gemí.

Él chilló de vergüenza antes de girar sobre sus talones y caminar a toda velocidad hacia el baño, dejándome de pie en su habitación mientras todo mi cuerpo ardía en mi propia vergüenza.


• • •


Después de ducharme y vestirme, me quedé junto a la puerta de la entrada de la casa mientras Izuku agregaba algunas cosas más a su mochila. Estaba jugando con el alfiler en las correas de mis hombros, haciéndolo girar en círculos mientras lo esperaba ansiosamente.

—Izuku. ¿Estás listo? ¿___? -preguntó Inko, mirando entre los dos.

—Sí -dijimos al mismo tiempo.

—¿Estás seguro? No solo empacaste figuras de acción, ¿verdad? -ella se burló de él y me reí, ganándome una mirada de Izuku. Pero una sonrisa de su madre.

—Tengo todo -espetó Izuku- Ahora me tengo que ir. No quiero llegar tarde -se colgó la mochila sobre los hombros, se puso de pie y agarró el picaporte de la puerta principal antes de despedirse de su madre.

—¡Izuku! -su madre jadeó.

—¿Qué? -él gimió en respuesta.

—Estoy muy orgulloso de ti, hijo -sus ojos se llenaron de lágrimas de orgullo por los logros de su hijo.

Él sonrió.

—Te veré pronto

—Oh, yo también estoy orgullosa de ti -me pellizcó la mejilla y le sonreí, asintiendo con gratitud- Ahora cuídalo tú ___, sé que te mete en problemas

—Por supuesto. Como siempre, mantendré mis ojos en él -le pellizqué las mejillas y él puso los ojos en blanco, apartando mis manos de su rostro.

—Vamos -agarró la manga de mi chaqueta mientras me arrastraba hacia la puerta.

A medida que redujimos la velocidad a un ritmo de caminata por las aceras, seguimos chocando los hombros.

—¿Por qué le gritaste a tu madre? -yo pregunté.

—No lo sé -miró al otro lado de la calle hacia la heladería.

—Ella solo está tratando de ser amable -le pellizqué el antebrazo y él siseó- No deberías gritarle

—¿Por qué te preocupas tanto? -él chasqueó.

Fui sorprendida, incapaz de responder por unos segundos debido a la conmoción y me di cuenta por la forma en que su rostro se suavizó, inmediatamente se arrepintió.

—Lo siento -suspiró- Solo nervios

Nos quedamos en silencio por unos momentos.

—Nunca conocí a tu mamá. ¿Por qué es eso? -preguntó, metiendo las manos en los bolsillos.

—Yo no tengo madre, ella falleció hace cinco años -dije.

—Lo siento. Siempre me pregunté cuándo la conocería, pero no sabía...

Solo parecía arrepentido, suspirando antes de instarme a salir a correr para llegar a la escuela antes de que llegáramos tarde.


• • •


Corriendo por las escaleras y por los pasillos, Izuku había estado murmurando para sí mismo sobre lo tarde que íbamos a llegar y cómo no tenía idea de a dónde iba.

—Izuku -dije para llamar su atención, la cual no obtuve- ¡Izuku! -grité.

—¿Qué sucede? -preguntó, por fin haciéndome caso.

—Yo sé donde queda la clase -sonreí- ¿Te olvidas que he estado en la U.A? -comencé a caminar.

—Oh, lo siento, solamente estoy nervioso -murmuró.

—No te preocupes, yo estoy peor que tú, aunque no se me note -reí.

—Tal vez debería haberte traído otro café esta mañana -él replicó.

—Será un día frío en el infierno antes de que tome otro café tuyo -detuve mi paso- Mira, ya llegamos

—Hombre, esta cosa es enorme. ¿Hay gigantes aquí? -preguntó.

—Bueno, ¿has visto Mount Lady? -me reí. No se rio, sino que tragó saliva con fuerza, mirando la puerta con miedo- Relájate, Izuku, no puede ser tan malo, ¿verdad? -me miró de soslayo, dándome una pequeña media sonrisa para mostrar que me encontraba gracioso, pero que sus nervios no permitían una reacción mayor.

—Tal vez todos aquí son agradables -se mordió el labio, agarrando la puerta mientras la abría.

—¡Quita tus pies de ese escritorio ahora! -alguien gritó desde adentro.

—¿Eh?

—¿Qué dem-? -Izuku me tapó la boca con una mano.

—¡Ya te lo dije, no puedes poner tus pies ahí! ¡¿No crees que es una falta de respeto hacia tus demás compañeros?!

—Estás bromeando, ¿verdad? -Bakugo sonrió- ¿De cualquier forma, de que secundaria vienes tu "extra barato"?

—Solo mi suerte -murmuró Izuku.

—¡Oye, justo estaba pensando lo mismo! -sonreí, quitando su mano de mi boca.

—De la escuela privada... ehem... vengo de la escuela preparatoria Sumei Junior. Mi nombre es Iida Tenya -extiende su mano a Bakugo esperando que lo salude.

—¡¿Soumei?! ¿Acaso no eres un elite? ¡Bueno, parece que ahora tengo una razón para destrozarte después de todo! -así que Bakugo realmente era tan malo para hacer amigos.

—¡Qué descaro! ¿Tú, acaso no buscas convertirte en héroe?

—¡Ya cállate! -Bakugo se dio la vuelta, indicando que había terminado de discutir.

Eso es hasta que nos vieron parados en la puerta.

—Son ellos -Iida se golpeó los costados con las manos antes de mirarnos directamente.

De repente, toda la clase se volvió hacia nosotros, susurrando entre ellos.

—¡UH Hola! -Izuku gritó, incapaz de hacer contacto visual.

—¡Buenos dias! -Iida comenzó a pisar fuerte hacia nosotros- Mi nombre es Iida Tenya de-

—Sí, lo sé -Izuku trató de evitar que se acercara más a nosotros. La forma en que se movía era como el hombre de hojalata de esa película americana. Me reí, imaginándolo, pidiéndonos aceite para sus articulaciones- Soy Midoriya Izuku

___ Martínez. Perdón por tus lentes del otro día... -me reí.

—No te preocupes. Creo que me lo merezco por llamar a tu amigo -él asintió, indicando que ningún resentimiento era aparente.

—Es un placer conocerte -terminó Izuku.

—Ustedes dos... debo preguntarles algo... se dieron cuenta de que había algo más en el examen práctico, ¿no? -preguntó- Ustedes deben ser muy perspicaces. Y los juzgué completamente mal, lo admito. Como estudiante, son muy superiores a mí

—¡Oh,  cabello rizado! ¡Eres a quien buscaba! -me giré para ver a esa chica de antes, Uraraka. A mi lado, podía sentir a Izuku saltando y sudando como si nunca antes hubiera estado cerca de un par de senos- ¡Pasaste, justo como dijo el presentador! ¡Por supuesto que lo hiciste! ¡Ese golpe fue superincreíble! -siguió despotricando mientras la veía imitar nuestros golpes.

—Oh, bueno, eso fue gracias a que fuiste a hablar -la chica no dejaba de imitar sus golpes mientras pretendía golpear el suelo.

—¿Eh? ¿Cómo supiste eso? -ella preguntó.

—Oh, yo- Um- ¿Qué?

—¡Amiga! -una chica me jaló de la mano hacia ella, dándome cuenta de que era Ashido.

—Oh hola -sonreí.

—¿Cómo has estado? -preguntó, caminando conmigo hacia los demás.

—Bastante bien -sonreí- ¿Y tú?

—Muy bien -sonríe- Mira, te quiero presentar a los dos chicos que nos ayudaron ese día en el examen. Él es Kirishima Eijiro -lo señala.

—Hola bonita, soy el chico que tenía el cabello negro la otra vez -saluda.

—Hola, mucho gusto en conocerte -sonreí algo sonrojada.

—Y él es Sero Hanta -lo señaló también.

—Hola guapa -sonríe coqueto.

—Ay, qué coqueto~ -sonreí- Mucho gusto en conocerte también -reí.

Ambos reímos.

—Vayan a otro lado si quieren jugar a los amiguitos -me incliné para encontrar a un hombre en un saco de dormir amarillo tirado en el pasillo. Traté de contener mi risa al darme cuenta de que era papá Shota- Este es el curso de héroes -lentamente abrió la cremallera de su saco de dormir, llevándose la bolsa de frutas de un niño a su boca antes de inhalarla- Bien, tomó ocho segundos antes de que se quedaran quietos -sale de su bolsa de dormir- Es tiempo es limitado. Ustedes los niños no son racionales

Después de algunos segundos, volvió a hablar.

—Soy su profesor de aula, Aizawa Shota. Es un placer -finalmente se presentó.

—¡¿Profesor de aula?! -todos jadearon.

—Es repentino, pero pónganse esto y vamos al campo -sacó de su saco un uniforme azul con marcas rojas y blancas en él.


• • •


Al estar por fin completamente cambiados, Kirishima se me acercó para preguntarme acerca de su nuevo look.

Me reí ligeramente, dándole dos pulgares hacia arriba y él se rio y sonrió satisfecho.

—Gracias -articuló en voz baja, todavía sonriendo. Asentí, y antes de darme la vuelta, atrapé al chico relámpago de antes, Kaminari Denki, dándole a Kiri una mirada de suficiencia y hacer ojos entre nosotros dos, susurrando en voz baja. Ahora, dándome la vuelta, encontré a Izuku mirándome con atención. Me frunció el ceño antes de dirigir su mirada al frente y le di un codazo, exigiendo en silencio que me dijera qué estaba mal.

Se encogió de hombros y miró a papá Shota aún más para mostrarme que no estaba para hablar.

—Alguien está celoso -murmuré.

—¿Qué? -preguntó.

—¿Asustado de que haga otros amigos? -sonreí.

—Déjalo, ___ -puso los ojos en blanco y resopló de la misma manera que lo hizo con su madre esta mañana. Sin otra palabra, me deslicé silenciosamente lejos de él y fui a pararme al lado de Ashido. Podía sentir sus ojos en mí todo el tiempo, pero tampoco estaba preparado para los raros estados de ánimo desfavorables de Izuku.

Sabía que no siempre podía ser sol, arcoíris y positivismo, nadie podía. Sus estados de ánimo eran raros, pero el hecho de que fueran tan lejanos y pocos los hacía mucho más aterradores. Incluso Bakugo sabía evitarlo o dejarlo más de lo habitual. Claro, tuvo cuidado de ocultarme este lado y una o dos veces que lo vi, siempre opté por darle espacio porque sabía que se avergonzaría cuando lo viera.

Pero ahora, de pie junto a Ashido, no estaba seguro de si darle espacio lo enojaría más o menos.

Me estaba mirando. Fue suficiente para hacer que mi piel se erizara, la forma en que me miró. Habiendo pasado tanto tiempo juntos en los últimos meses, tuvimos una buena cantidad de peleas antes, pero nunca me había mirado así.

Lo miré, arrugando las cejas y entrecerrando los ojos para mostrarle que estaba confundido y él solo se relajó, dándose cuenta de la forma en que me miraba.

¿No había tenido la intención de mirarme? ¿A quién estaba mirando?

—¡¿Una prueba de evaluación de quirks?! -mis compañeros de clase deliraban en sincronía a mi lado.

—¿Qué hay de la ceremonia de ingreso? ¿De la orientación? - Uraraka levantó ligeramente la mano, captando la atención de papá.

—Si van a volverse héroes, no tienen tiempo para ese tipo de eventos inútiles -todos jadearon- U.A. es una escuela irrestricta en cuanto a sus tradiciones -voltea a vernos- Así como los profesores lleven a cabo sus clases. Ustedes han estado haciendo eso desde la escuela, ¿no? -saca su celular- Pruebas físicas donde no les permiten usar sus quirks. El país usa datos tomados de los estudiantes sin utilizar sus quirks. Eso no es racional. Bueno, el Ministerio de Educación es una molestia -dijo- Bakugo, terminaste primero en el examen práctico, ¿no? En la escuela, ¿cuál fue tu mejor resultado en lanzamiento de softball?

—Sesenta y siete metros, creo -Bakugo bajó la cabeza, casi como si estuviera avergonzado de que no fuera más alto.

—Entonces, intenta hacerlo con tu quirk -papá Shota lo convenció de que se acercara a un círculo blanco en el polvo frente a nosotros, obviamente insinuando que estaría lanzando una pelota de béisbol. Bakugo se quedó allí, sin signos de agresión en absoluto. Casi parecía tranquilo, exactamente en su elemento.

—Puedes hacer lo que quieras mientras permanezcas en el círculo. Rápido, da todo lo que tienes

—Entonces... -comenzó a estirarse, casi como si estuviera tratando de mostrar sus músculos y su cuerpo desgarrado al resto de la clase, tratando de afirmar alguna forma de dominio físico.

Antes de que pudiera pensar, Bakugo estaba gritando y lanzando la pelota al aire, usando las explosiones a las que me había acostumbrado.

—¿Muere? -escuché a Izuku murmurar.

—Conoce tu máximo primero. Es la forma más racional de la base de un héroe -papá nos mostró un número, leyendo setecientos cinco punto dos metros.

—¿Setecientos cincuenta metros? ¿En serio?

—¿Qué es eso? ¡Parece divertido!

—¡Podemos usar nuestros quirks tanto como queramos! ¡Lo que se esperaba del curso de héroes!

Todos a mi alrededor comenzaron a dar palabras de elogio, exclamando lo bien que lo había hecho Bakugo y cómo querían participar. Casi acepto, excepto que, viendo las expresiones faciales de papá y recordar lo que sucedía en el anime, opté por permanecer en silencio.

—"Parece divertido", ¿eh? Tienen tres años para convertirte en héroes. ¿Tendrán esa actitud todo el tiempo? Bien. Quien quede en el último ligar en todas las pruebas, será juzgado por no tener potencial, y será castigado con expulsión 

—¡¿Eh?! -todos a mi alrededor comenzaron a susurrar frenéticamente entre ellos ante nuestra repentina amenaza de ser expulsados.

Por mucho que odiara la idea de tener One For All, sabía que no tenía que preocuparme tanto como probablemente lo estaban la mayoría de los estudiantes, sabía que él estaba mintiendo. El único problema al que me enfrentaba ahora era distinguir mi quirk de la de Izuku.

Miré a Izuku, encontrándolo temblando y realizando un concurso de miradas con nuestro maestro. Quería reírme, si hubiera sido alguien más, habría encontrado esto cómico, pero aparte de mí, sabía que papá lo estaba señalando.

—Nosotros somos libres de sobre las circunstancias de nuestros estudiantes -nos dio la sonrisa más espeluznante que jamás había visto, pero que en estos momentos, se me hacía demasiado gracioso- ¡Bienvenidos al curso de héroes de la U.A.!

—¿El último lugar será expulsado? ¡Pero apenas es el primer día! ¡No, aunque no fuese el primer día, eso no es justo! -Uraraka gritó.

—Desastres naturales, grandes accidentes y villanos molestos. Calamidades que no pueden ser predecidas. Japón está lleno de injusticias. Los héroes son quienes voltean esas situaciones. Si quieres hablar con amigos, qué mal. Por los próximos tres años, U.A les hará difíciles pruebas una tras otra. Ve adelante. Plus Ultra. Vengan con todo lo que tienen -nos sonrió de nuevo, desafiándonos a cualquiera de nosotros a cometer un error y discutir más- Bien, la demostración terminó. Desde aquí empieza lo real

—No es exactamente el discurso de orientación que esperábamos, ¿eh? -miré a mi derecha para encontrar a Kirishima y al rubio de antes parados a mi lado ahora.

—Por cierto, mi nombre es Kaminari Denki, pero puedes llamarme en cualquier momento -el chico rubio guiñó un ojo.

—¿Cuánto tiempo te llevó pensar en eso? -rodé los ojos.

—¡El tiempo suficiente para escribir líneas de recogida en Google antes de venir aquí! -él sonrió.

Tarareé, mirando a Kirishima, quien parecía estar más que incómodo mientras miraba el suelo debajo de nosotros.

—Kirishima, ¿alguna frase de mierda tuya también? -yo pregunté.

—Uh -se rio entre dientes- No es exactamente mi estilo -suspiró, frotándose la nuca.


• • •


—¡___ Martínez! -papá gritó, llamándome al área de lanzamiento.

—Espero que tu quirk funcione mejor que tu cerebro -le di un codazo a Kaminari, dejándolo atónito mientras me dirigía a la plataforma.

Papá me miró por un momento, mirándome como si estuviera reflexionando sobre una pregunta en su mente. Él asintió, pareciendo llegar a una aparente respuesta mientras colocaba la pelota en mis manos. Lo miré fijamente, frunciendo el ceño con confusión. Una vez que captó mi mirada, me sacudió, evitando el aire incómodo ahora entre nosotros.

Me sacudió, enfurruñado en silencio a una distancia respetable antes de sacar su celular, asintiendo con la cabeza para que lanzara la pelota.

Miré a Izuku y lo encontré mordiéndose las uñas mientras me observaba de cerca. Estaba murmurando, algo me dijo que estaba tratando de estudiar cómo usé el quirk sin desgarrar mi cuerpo. Algo que necesitaba aprender. Pronto.

Agarré la pelota con fuerza en mis manos, sintiendo las costuras mientras las colocaba en consecuencia. En un movimiento rápido, recuperé la pelota y apunté con mi otro brazo hacia el cielo. Sintiendo que todo mi cuerpo se iluminaba como Tokio por la noche, me preparé mientras mi brazo me seguía y mi cuerpo explotaba como fuegos artificiales. La pelota voló de mis manos, volando por el cielo.

—Ochocientos sesenta y nueve con nueve metros -habló papá, monótono como siempre.

Los estudiantes jadearon, aplaudiendo mientras me felicitaban de arriba hacia abajo.

Bakugo, por otro lado, me miró con incredulidad.

Haciendo mi camino hacia los demás, me encontré con el elogio de Izuku.

—___, lo hiciste muy bien -sonrió, poniendo una mano en mi hombro.

—¿Ahora te gusto? -bromeé.

—Sí, lo siento. Solo tengo muchos nervios -él suspiró.

—La próxima vez, solo dime. Mejor que darme esas famosas miradas que tanto le gustan a tu madre

—Correcto. Lo siento -estaba obviamente avergonzado más allá de lo creíble, así que residí de atormentarlo más sobre su mini berrinche de antes.

—¡Midoriya Izuku!

—Ya te levantaste. No lo olvides, te vuelas ese brazo y empacamos nuestras maletas -sonreí

Hizo una mueca, sacudiendo la cabeza hacia mí.

—Tenemos que trabajar en tus habilidades de empatía -Tsu sonrió, captando mi atención.

—¿Qué?

—Lo pusiste más nervioso. Mira, ahora está temblando -mirando por encima, Izuku ahora estaba temblando y murmurando desde la plataforma.

—Sí. Sí, supongo que sí, ¿eh? -me reí.

—¡Más como tus habilidades de coqueteo! -dijo Ashido.

—¿Coqueteo? -yo pregunté.

—Oh, totalmente. Ustedes definitivamente son como una cosa. ¿Verdad? -emocionada.

—¿Pensé que ustedes eran hermanos? -preguntó Tsu.

—Yo también pensé eso -Ochako se rio, dándose la vuelta hacia nosotros- Sus quirks son similares, ¿verdad?

Mierda.

—Bueno, eh, no exactamente. No estamos relacionados, pero en cierto modo, sí. Nuestros quirks son similares -sonreí, tratando de ocultar la mentira manipuladora que salía de mi boca. Odiaba mentir.

—Espero que esto no sea grosero, es solo que me he estado preguntando -una chica alta también había aparecido con nosotros, enroscando un mechón de rico cabello negro alrededor de su dedo. Yaoyorozu Momo- ¿Puedo preguntar cuál es exactamente tu quirk? Esto debe parecer estúpido, vi que usaste fuerza, pero también plantas

—Algo así -suspiré, apartando la mirada.

Mis oraciones por una distracción fueron respondidas cuando me giré para encontrar a Izuku lanzando la pelota de softbol por el aire, usando su peculiaridad.

No parecía tener ningún dolor...

—Setecientos cinco con tres metros -habló papá, sin emociones como siempre.

Izuku me miró por encima del hombro. Parecía un animal trastornado. Fue entonces cuando noté que su dedo temblaba y mientras le decía algo a papá, puso su mano a la vista. Se había roto el dedo de la misma manera que se había roto el brazo antes. Verlo así duele más que verlo en anime.

Al ver movimiento por el rabillo del ojo, me volví para encontrar a All Might parado detrás de la esquina del edificio mientras miraba a Izuku como un fanático psicótico.

¿Había estado allí todo el tiempo? Cierto, qué idiota, eso lo mostraban en el anime

—¿Qué significa esto? -explosiones algo fuerte comenzaban a aparecer en las palmas de sus manos- ¡Oye! ¡Dime qué sucede, Deku bastardo! -comienza a correr hacia Izuku.

Mierda, se me olvidó esto, mis cintas las dejé en el salón para evitar esto. Qué idiota que soy.

Las cintas de papá lo atraparon antes de que Bakugo lograra golpear a Izuku.

—¿Qué dem-? ¡Esta cosa es dura...!

—Son armas para captura hechas con fibra de carbono, combinada con un cable de metal de aleación especial. Cielos... No me hagan seguir utilizando mi quirk una y otra vez. Tengo los ojos resecos -suelta a Bakugo- Estamos desperdiciando tiempo. Quien sea que siga, prepárese

Izuku rodeó a Bakugo y salir corriendo hacia mí para abrazarme, escondiendo su rostro en el hueco de mi cuello.

—¿Está bien tu dedo? -sobo su espalda. Solamente sentí como este asentía mientras seguía temblando un poco de miedo.


• • •


Habiendo pasado por el resto de nuestras pruebas, todos nos encontramos en el campo una vez más mientras esperábamos la expulsión de los peores concursantes.

—¿Puedo arreglármelas con ese único puntaje? -Izuku murmuró preso del pánico a mi lado.

—Bien, diré rápidamente los resultados. El total es la marca que obtuvieron en cada prueba. Es una pérdida de tiempo decirlas, así que les mostraré todos los resultados de una vez -papá mostró una pantalla frente a nosotros que mostraba nuestros nombres en orden según nuestra puntuación.

—Quinto -murmuró Izuku mientras continuaba escaneando la pantalla. Mis ojos se abrieron, encontrando mi nombre escrito en el quinto lugar, pero su nombre no estaba ni cerca del mío. Mis ojos comenzaron a rebotar a través de la pantalla, encontrándolo en el último lugar- Estoy en el último lugar. Fallé -susurró.

—No entiendo. ¿Mantienen a una chica con un quirk de invisibilidad sobre la tuya? ¡Por Dios, hay un tipo aquí cuya peculiaridad son las bolas moradas! -susurré con dureza, apretando mis manos en puños apretados.

—Por cierto, estaba mintiendo sobre la expulsión -anunció papá- Era una decepción racional, que haría que utilizaran sus quirks al límite

—¡¿Qué?!

—Puede que esté aquí abajo, no es que me queje, pero todavía puedo escucharte -me giré para ver al chico de las bolas moradas de antes parado detrás de mí, Mineta Minoru, mirando directamente a mi trasero.

—Deberíamos haber tenido una prueba de altura en el examen de ingreso -gruñí.

—La altura no significa nada cuando mi -es interrumpido por Izuku.

—¡Está bien! Avanzando -Izuku debe haber superado el impacto de permanecer en UA cuando colocó su mano en mi espalda baja, alejándome del monstruo púrpura mientras maldecía a Izuku. Algo sobre Izuku marcando territorio el primer día y cómo fue injusto.

—Eso fue algo preocupante, ¿no? -Sero se volvió hacia mí e Izuku cuando nos acercamos a él.

—Nah, yo tomaré el reto cuando sea -Kirishima hizo un puño a su lado con determinación, mirando la mano en mi espalda baja mientras hablaba.

Podía sentir la mirada de Katsuki perforando mi nuca, pero no era capaz de voltear a verlo. Todavía no era capaz de verlo sin recordar sus intentos de conquista hacia mí.

—Con esto terminamos. Hay folletos con el plan de estudio y esos en el salón de clases, cuando regrese, mírenlos -papá comenzó a alejarse, dejándonos de pie torpemente.

Izuku suspiró a mi lado, contento de haber logrado pasar su primer día.

—Midoriya. Ve a que la anciana te cure en la enfermería. Mañana habrá pruebas más rigurosas. Prepárate -papá deslizó un trozo de papel en las manos de Izuku que decía con una letra horrible que Izuku iba a ser enviado a la habitación de Recovery Girl. Obviamente, me percaté de que sus ojos estaban fijos en la mano de Izuku que se encontraba en mi espalda baja.


• • •


Habiéndome cambiado, me quedé afuera, esperando con mi uniforme escolar junto a un banco de concreto a que Izuku saliera de la oficina de enfermeras.

De repente, la mano de alguien golpeó mi hombro y salté en el aire, gritando.

—¡Woah, hey, cálmate! ¡Lo siento, no quise asustarte! -encontré el conjunto demasiado familiar de la dentición de tiburón brillando a la luz del sol hacia mí.

—Ah, Kirishima. ¡Oye! -me reí- ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?

—Sí, en realidad. Hay algo -comenzó a rascarse el cuello de nuevo, algo que estaba empezando a notar que él e Izuku hacían cuando estaban nerviosos- Tú y ese tipo Midoriya, son cercanos, ¿no?

—Sí, diría que sí. Después de todo, es mi mejor amigo

—Entonces, ¿no estás saliendo?

—Uh, no. No, no estamos juntos en absoluto -no entendí por qué, pero esas palabras me revolvieron el estómago. Algo sobre la forma en que "Izuku" y "citas" están en la misma conversación me hizo sentir mal.

—¡Eso es-eso es genial! Bastante varonil -se rio torpemente, ahora sonrojado.

—Sí, yo supongo que sí -levanté una ceja ante su elección de palabras.

—Entonces, ¿vas a caminar a casa con alguien? -preguntó.

—Mmm. Probablemente -fui interrumpida.

—¡___! -pude ver a Izuku e Iida saludándome desde el otro lado del camino.

—Lo siento, me tengo que ir. Te veré mañana, ¿sí? -sonreí, girando para despegar hacia Izuku.

—¡S-sí, nos vemos! -me saludó con la mano.

—¡Veo que te has hecho amigo de ese chico! Dime, ¿cómo se llama? -la mano de Iida cortaba el aire mientras me exigía que le respondiera antes de saludarlos.

—Ese es Kirishima. ¿No lo conociste hoy? -yo pregunté.

—No, estaba concentrado en mi actuación. Si tú también lo hubieras estado, habrías estado compitiendo con Yaoyorozu por el primer lugar -me regañó.

—Izuku, ¿tu dedo? -yo pregunté, tratando de cambiar de tema.

—¡Todo mejor ahora, gracias a Recovery Girl! -él sonrió, empujando su dedo en mi cara. Parecía estar bien. Cansado, pero ileso.

—Dime, ¿cómo funciona exactamente su quirk? -preguntó Iida.

—Bueno, eh. Um, bueno, ella besa la herida -soltó.

—¿Ella qué? -Iida dejó de caminar, sonrojándose mientras miraba a Izuku.

—¿Cuántos años tiene ella? -yo pregunté, tratando de aguantarme la risa.

—¡Lo estás haciendo más raro, ___! Ella podría ser mi abuela -sacudió la cabeza como si estuviera tratando de sacar mi pregunta de su cerebro.

—Parece... funcional -Iida suspiró, reajustando sus lentes.

—Un poco dulce. Como cuando las madres besan a sus hijos con cortes y moretones -suspiré, recordando el momento en que llegué a casa con un corte en la cara por culpa de Nahomi, solo para encontrar a mi madre en la sala, acercándose a mi preocupada y darme un beso en la frente.

Izuku tarareó alegremente, asintiendo con la cabeza en acuerdo.

—Oh, te traje un dulce de Recovery Girl -Izuku tiró de mi chaqueta y me tendió un pequeño caramelo.

—Um, ¿dónde conseguiste eso exactamente? -yo pregunté.

—Recovery Girl me dio uno para mis niveles de azúcar en la sangre. Pedí uno extra para ti y ella estuvo de acuerdo -sonrió, sonrojándose mientras empujaba su mano más hacia mí.

Canturreé de satisfacción, metí el dulce en mi boca y saboreé la dulzura que All Might había comenzado a negarse a dejarnos comer más. Nos quería estrictamente con proteínas y verduras de hoja verde, permitiéndonos dulces solo en ocasiones especiales o cuando él los ofreciera.

—¿Qué tipo de dispensador tenía ella? -pregunté, mirando para encontrarlo, mirándome fijamente, sonriendo.

—Kamui Woods -susurró. Su rostro parecía herido, pero por qué, no estaba seguro.

—Por supuesto -rodé los ojos, sonriéndole.

—Conseguiste a Kamui la última vez que compramos máquinas en la tienda de comestibles -se rio.

—¡Estaban fuera de todo lo demás! No iba a conseguir el de All Might como tú tenías que tener -bromeé, pinchando su bíceps.

Compartimos una risa, pero fuimos interrumpidos cuando Iida comenzó a aclararse la garganta, captando nuestra atención.

—Realmente fui engañado por Aizawa-sensei. Siempre pensé, "Esto es lo mejor de lo mejor" y eso. No pensé que un profesor nos daría valor con una mentira

—Sé que él puede dar miedo, pero es un amor de persona -sonreí.

—¿Acaso lo conoces? -preguntó.

—Bueno -iba a decirle la verdad, pero una voz me interrumpió.

—¡Oigan! ¡Esperen, ustedes tres! -me giré para encontrar a Uraraka corriendo hacia nosotros- ¿Van a la estación? ¡Espérenme! -llega hacia nosotros.

—Eres la chica infinito

—Soy Uraraka Ochako -se presentó a Iida- Esto, eres Iida Tenya-kun, tú eres Martínez ___-san, y tú eres Midoriya Deku-kun, ¿no? -ella se preguntó.

—¿Deku? -preguntamos en sincronía.

—¿Eh? Durante las pruebas físicas, el chico llamado Bakugo dijo... ¡Deku bastardo! -ella contestó.

—Esto... mi nombre real es Izuku, pero D-Deku es como me llama Kacchan para burlarse de mí... -explicó Izuku.

—¿Un insulto? -murmuró Iida.

—Oh, ¿en serio? ¡Lo siento! -suspiré, la cara de Ochako ardió cuando se dio cuenta de que había avergonzado a Izuku- Pero, ¿sabes qué? Me gusta el nombre Deku. Podría ser un gran nombre de héroe.

—Deku es -Izuku se inclinó alrededor de Iida para mirarme, sonriendo y moviendo las cejas.

—Con significado de puedes hacerlo -reí e Izuku me siguió.

—¿Estás seguro de que ustedes dos no son como... nada? -preguntó Ochako.

—¿Q-Qué? -ahora, Izuku estaba de pie, tan erguido como la piedra, mirándola mientras el aire de repente se silenciaba. Libre de su risa estúpida.

—Le pregunté a Martínez-san antes, ella dijo que ustedes no lo estaban -ella sonrió.

—¡N-No lo somos! -estaba ocultando su rostro avergonzado, tropezando con sus palabras.

—Sí, ella ya lo sabe Izuku -suspiré.

—Bueno, si le preguntas a mi mamá... -Izuku se rascó la nuca, alejándose de mí.

—¿Qué?

—¿Por qué crees que nos deja dormir juntos? -preguntó.

—Eso no es apropiado -Iida miró a Izuku mientras Ochako intentaba reprimir una risa.

—¿No podrías haber dicho eso de otra manera? -lo miré.

—¡Lo siento! ¡No era mi intención! -ahora se estaba escondiendo de mí mientras sostenía sus antebrazos frente a su cara, envolviendo sus brazos alrededor de su cabeza.

—De todos modos, ¿Iida? ¿Puedes volver a quejarte de Aizawa sensei o algo así? -yo rogué.

—Por supuesto, como quieras

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