𝑯𝒐𝒚 𝒑𝒓𝒆𝒔𝒆𝒏𝒕𝒂𝒎𝒐𝒔
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De regreso al infierno
╰───⌲Cap. 𝐎𝟏. ༣. . ·
Narra ___:
Desperté lentamente en mi cama... En mi realidad... Volví al mismo infierno de antes... ¿Por qué? ¿Por qué no puedo ser feliz? ¿Por qué siempre que soy feliz, hay algo que siempre arruina esto? ¿Por qué no puedo estar en paz?
Julio entró a mi antigua habitación, sonriendo como si hubiera triunfado.
—¡Mi niña hermosa! -sonríe y se acerca a mí- Vete preparando, irás a la preparatoria el día de hoy, a la de tu antigua escuela -deja el uniforme encima.
—¿La U.A., verdad? -pregunté. Quería hacerlo enojar. Si él quería hacerme la vida imposible, entonces yo también lo haré.
—No -me ve con el ceño fruncido- A la de antes de que te fueras a esa dimensión con tus disque padres y amigos -rueda los ojos.
—Oh, te refieres a mis verdaderos padres, a papá Shota y a papá Hizashi -sonreí.
—¡Mira, cállate si no quieres que te dé una putiza! -gritó enojado.
—¡Bien, pégame, pero te recuerdo que ya no te tengo miedo! -grité igual- ¡Si me llegas a poner un puto dedo encima, considérate hombre muerto! ¡Y ya, zúmbale a la verga, que me voy a cambiar! -lo empujé fuera de mi habitación.
Dios, que hombre más irritante, quisiera que estuviera muerto, para que dejara de hacer sus estupideces y me dejara en paz de una buena vez por todas. Pero bueno, supongo que no todos los deseos son capaces de cumplirse.
Dirigí mi vista a mi antigua e incómoda cama, donde se encontraba mi nuevo uniforme, que por cierto, era horrible, me gustaba más el de la U.A.
Lo tomé y me dirigí rápidamente al baño. Dejé mi uniforme encima de la tapa del baño y abrí la llave del agua. Inmediatamente, salió el agua fría, seguido del agua caliente. Me metí y comencé a hacer todo lo necesario. Al salir, me coloqué mi uniforme y me arreglé.
Me dirigí rápidamente al piso de abajo para ir a la cocina. Ahí me encontré a Julio, quien estaba cantando una canción de banda mientras cocinaba no sé qué cosa. Rodé los ojos y me dirigí al refrigerador. Ahí me encontré un poco de queso y jamón. Los saqué y agarré un poco de pan que estaba encima del refrigerador.
—Te estoy haciendo el desayuno, no hay necesidad de que te hagas un sandwich -dejó un plato de hotcakes en frente de mí.
—¿Y arriesgarme a que me envenenes? No gracias -negué, para comenzar a hacer mi sandwich.
—Mira, mocosa, estoy haciendo todo lo posible para que volvamos a ser esa familia feliz que solíamos ser, pero tú no cooperas -enojado.
—Esa "familia feliz" dejó de existir desde que me echaste a mí la culpa de que mi hermano haya fallecido. Desde hace mucho yo dejé de verte como un padre, así que no vengas a asumir un papel que desde hace mucho ya no es tuyo -le grité de vuelta- Si me permites, me retiro con mi sandwich, gracias por arruinarme el desayuno -me dirijo a mi habitación.
Al entrar a mi habitación, encontré mi celular que mis padres me regalaron. Me dirigí rápidamente a la cama y prendí el celular. Entré a mi galería y noté varias fotos que me había tomado con los chicos, pero más con mis padres, Izuku, Katsuki y Yuuto. Tomé capturas de todas las fotos para tenerlas guardadas en caso de que a mi padre se le ocurra borrarlas.
Entré al WhatsApp y noté todos los mensajes de los chicos. Tomé capturas de todos los chats para tenerlos guardados. Al finalizar, lo guardé en uno de mis lugares secretos, no quería que mi padre lo tirara.
Tomé mi nueva mochila con mis nuevos útiles y salí de mi habitación para dirigirme a la entrada de la casa y tomar las llaves. Antes de salir, Julio me habló.
—Que tengas bonito día -sonríe al verme.
—Bonitos eran mis días antes de que volvieras -cerré la puerta antes de que me volviera a hablar.
A paso lento me dirigí a la escuela, escuela donde había vivido bullying durante toda mi adolescencia. Al estar en la entrada, no pude pasar desapercibido todas las miradas de sorpresa en todos los alumnados y maestros.
Me dirigí a paso rápido a la dirección, donde me encontré con la directora. Ella, al percatarse de mi presencia, salió corriendo hacia mí para abrazarme.
—Mi niña hermosa -se separa- ¿Dónde has estado? -dijo.
—Me fui a vivir lejos -contesté cortantemente.
Ella al parecer se dio cuenta de mi incomodidad y me dijo que la siguiera a mi nuevo salón. De camino, no pude pasar desapercibido todas las miradas de sorpresa, desagrado, miedo y felicidad de los alumnos y maestros que se encontraban por los pasillos.
Llegamos al que sería mi nuevo salón. La directora me dijo que esperara en lo que ella les decía la situación a mis nuevos compañeros. Unos minutos después, la directora me dijo que entrara.
Respiré profundamente y entré al salón sin ninguna expresión en mi rostro. Los rostros que me fueron fáciles de identificar fueron los de Paty sensei... Perdón, la costumbre, la Profesora Paty, Nahomi, Pablo y Carlos. Jamás me aprendí los nombres de los demás, por lo que son irrelevantes para mí.
—Bien, jóvenes, como les expliqué, hay una nueva alumna. Supongo que ustedes ya la conocen, es ___ García Martínez
—___ Aizawa Yamada, si es mucho pedir -la interrumpí.
—¿Disculpa? -me voltea a ver.
—Mi nombre ya no es ___ García Martínez, ahora es ___ Aizawa Yamada -sonreí- Que le quede claro a todo el mundo -volteé a verlos seriamente.
—E-Está bien -ve a los demás y carraspeó- Como les iba diciendo, ella volvió a aparecer después de mucho tiempo, espero que la hagan sentir como en casa -ruedo los ojos- Siéntate detrás de Nahomi
Rápidamente, me dirigí a mi asiento sin siquiera hacerle caso a los demás.
—Bueno, eso es todo me retiro -sale del salón.
—___, ¿cómo has estado? -la profesora preguntó.
—He estado bien -sonreí falsamente- Pero no he venido aquí para hablar de mi vida, hay que ponerse a trabajar -seria.
• • •
Ya era hora del descanso. La mayoría de mis compañeros quisieron platicar conmigo, pero me alejé de ellos y me dirigí al lugar donde antes solía comer.
Como no tenía nada que comer, me dediqué a entrenar patadas, golpes, y mis quirks a escondidas, ya que si encontraban que tenía poderes, era posible que llevaran a experimentarme y no quería eso.
Escuché demasiados pasos acercarse a mí, pero los ignoré y seguí practicando mis golpes con el árbol en el que solía sentarme. Comencé a golpearlo con el puño para ver que tanta fuerza tenía, pero unas manos rápidamente las sujetaron, evitando que siguiera con mi entrenamiento.
—____, detente, te haces daño -me separé bruscamente de él y me alejé, notando que los tres estaban aquí.
—¿Desde cuándo a ustedes les importo? Les recuerdo que por culpa de ustedes y de mi "padre" tengo Trastorno de Estrés Postraumático -les dije de manera brusca. Al decir eso, ellos abrieron los ojos como platos.
—___, nosotros... -Nahomi trató de acercarse, pero la detuve.
—Váyanse a chingar a su madre -me di la vuelta- Con su permiso, seguiré entrenando -caminé más lejos de ellos y seguí entrenando, sin siquiera importarme la presencia de los demás.
• • •
Las clases ya habían terminado, y ahora iba caminando en dirección a mi "casa". Me detuve frente al mismo callejón donde Shigaraki me secuestro. Los recuerdos de todo lo que pasé en la dimensión de BNHA inundaron mi mente.
Lágrimas no tardaron en salir. Deseaba con todas mis fuerzas que esto sea un sueño, pero creo que esto estaba bastante claro. A menos de que ellos no hicieran algo para llevarme de vuelta, sería imposible que fuera de regreso.
¿Cómo estarán mis padres? ¿Cómo estará Izuku? ¿Katsuki está bien? ¿Yuuto seguirá con mis padres? ¿Eri estará bien? ¿Los profesionales seguirán actuando como si nada estuviera pasando? ¿Los chicos como la estarán pensando?
Suspiré con tristeza y seguí mi camino mientras me quitaba las lágrimas. Me encontré un billete de mil pesos y miré a mi alrededor. No había nadie, y bueno, como bien dicen por ahí, quien se lo encuentra se lo queda.
De camino a casa, encontré una tienda de anime. ¿Desde cuándo esta tienda estaba aquí? Bueno, no importa, en algo debía gastas los mil pesos encontrados. Entré a la tienda y miré mi alrededor. Una señorita como de unos veinticinco años se me acercó con una sonrisa.
—Buenas tardes, ¿qué es lo que busca? -me entrega una canasta.
—L-La sección de My Hero Academia -dije mientras la tomaba.
—Bien, sígame -comienza a caminar.
La tienda era bastante grande. Llegamos a una parte que decía Boku No Hero Academia.
—Bien, aquí estamos, si necesita algo más, no dude en decirme
—Gracias -la joven se retira.
Comencé a mirar las estanterías con toda la mercancía de los chicos. Rápidamente. me encontré con una chamarra con el aspecto del traje de héroe de Izu. No dudé en tomarla y guardarla. Seguí viendo los alrededores y encontré unos peluches de mis padres, tomé ambos y también los guardé en la canasta. A lo lejos, logré notar una lámpara con el aspecto de Katsuki. Sonreí para mis adentros y también la tomé.
Como esto era para lo único que me alcanzaba, me dirigí a la caja donde se encontraba la señorita y coloqué todas las cosas. La señorita escaneó las cosas y me dijo el total. Pagué y me retiré con una gran sonrisa.
• • •
Al llegar a la casa, ni siquiera saludé a Julio y me dirigí rápidamente a mi habitación. Rápidamente, guardé todas las cosas de la escuela. Los peluches los coloqué en mi cama, la chamarra de Izuku me la coloqué, y la lámpara de Katsuki la coloqué en la mesita de noche que estaba al lado de mi cama.
Julio entró a mi habitación y frunció el ceño al verme con la chamarra.
—¿Por qué compraste eso? ¿Con qué dinero?
—El por qué no te interesa, con qué dinero tampoco -contesté secamente- Sal de mi habitación, necesito hacer mis trabajos
Él asintió y salió de la habitación. No pasaron unos segundos para que comenzara a llorar. Los extraño, extraño a todos. Ojalá y ellos se apuren en encontrarme, no creo poder aguantar estar aquí por demasiado tiempo.
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