7. Una oportunidad

3 semanas después

—Te espero a las 6 p.m. No tardes.

—No lo haré, Binnie— sonrió Yeonjun mientras se levantaba del cómodo sillón de su sala de estar.

—Más te vale — rió Soobin al otro lado de la línea — Te veo más tarde, te amo Junnie — dijo antes de colgar.

Al finalizar la llamada, Yeonjun se dirigió al cuarto de aseo. Cuando observó su reflejo en el espejo, sonrió nervioso. Despues de todo, esta sería su primera cita con Soobin. La sensación de las mariposas revoloteando en su estómago estaba presente desde aquella noche que pasaron juntos en la fiesta del primo de Beomgyu— el cual Yeonjun ya no recordaba el nombre.

El día siguiente había sido un revoltijo de emociones, todo era bastante nuevo para el, ya que nunca antes se había sentido así. Pero le gustaba.

Le gustaba la manera en la que Soobin lo hacía sentir. No sabe si estos nuevos sentimientos hacia su mejor amigo siempre habían estado allí y los había ignorado, o simplemente aparecieron de la nada luego de aquella caliente noche, pero a Yeonjun le gustaba.

Soobin le había pedido una oportunidad para demostrarle que podía hacerlo feliz.

La cosa era que el menor lo hacía feliz, desde que lo conoció, un par de años atrás, éste había alegrado sus días. En Soobin pudo encontrar un amigo, un confidente. Era su más grande apoyo, la persona que mejor lo conocía.

El alto era una de las personas más importantes en la vida de Yeonjun, eso nunca lo negaría. Pero una cosa era que amara a Soobin como a un hermano y otra muy distinta era verlo como un interés amoroso.

Al principio había estado algo confundido, le había tomado un par de días darle una respuesta.

Le había dicho que sí.

Lo hizo por que sabía el tipo de persona que era Soobin. Lo hizo por que desde aquella noche no había dejado de pensar en él, aún cuando se encontraban juntos en la misma habitación.

Y también lo hizo debido a aquella agradable sensación que recorría su ser cuando veía a Soobin sonreír. Le agradaba. Quería seguir sintiéndose así.

Y aunque tal vez no resultara como esperaba, Soo le había asegurado que nada cambiaría.

«Pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti», le susurró cuando lo había tomado entre sus brazos ante la respuesta de Yeonjun.

Y una semana después de lo ocurrido, el mayor sentía que ya estaba enamorado. No sabía si era la denominación correcta para aquel sentimiento, pero era lo más cercano, ya que nunca antes se había enamorado. Pero enamorarse de Soobin era fácil. Casi instantáneo.

Como si siempre hubiera tenido aquellos sentimientos hacia su mejor amigo, los cuales habían sido finalmente despertados luego de aquella noche.

Las cosas no habían cambiado mucho entre ellos luego de aquello. Hacían lo que siempre solían hacer. Excepto por que ahora Soobin lo trataba de una manera más afectuosa. Y eso le agradaba a el mismo.

Soobin le decía constantemente «te amo». Aquello siempre provocaba que Yeonjun se sonrojara. Por que Soobin le había dicho que ahora que Yeonjun sabía de los sentimientos que el menor tenía hacia él, ya no tenía por qué impedirse al expresárselo con palabras. Y aquello provocaba que el corazón de Yeonjun latiera más rápido de lo normal.

Soobin no volvió a besarlo luego de aquella mañana en la que Yeonjun lo había hecho, y Yeonjun sentía que perdía la cordura cada vez que su ¿mejor amigo? le regalaba aquella sonrisa de conejito que tanto lo caracterizaba.

Por que aparte de aquellos sentimientos que florecían en su interior, el deseo hacia Soobin también estaba presente. No podía dejar de recordar aquel encuentro, la manera tan especial y única con la que el lo había tocado. Tan suave y posesivo a la vez. Tan placentero.

Yeonjun no paraba de imaginarse el cuerpo desnudo de Soobin sobre él mientras le susurraba palabras dulces y sucias. Aunque no hubo penetración en ningún momento, aquella había sido la experiencia sexual más placentera que había tenido. Y deseaba más, mucho más.

Pero el menor quería tomar las cosas con calma, quería que Yeonjun estuviera seguro de que quería estar en una relación con él.

Y es por eso que en aquel momento — luego de salir del cuarto de aseo — se encontraba sentado en el piso de su habitación, intentado encontrar la caja que tenía siempre oculta debajo de su cama.

Cuando logró agarrarla, la colocó sobre la cama antes de empezar a desnudarse.

Se acostó sobre la cama, abriendo la caja para poder sacar de ella un largo dildo de color negro. Sacó de la mesita de noche un tarro de lubricante para poder embadurnar el pedazo de plástico con él, ya que desde hace tiempo que no tenía relaciones.

Sabía que aquel dildo no se compararía con la forma en la que lo haría sentir su Soobin, pero estaba algo desesperado. Yeonjun era una persona activa sexualmente, y no tenía la costumbre de no tener relaciones durante tanto tiempo.

De todas formas, Soobin no volvería a casa aquella tarde. El mas bajito se encontraría con él a las 6 en el parque del campus para su primera cita, así que tendría el tiempo suficiente para descargar su frustración sexual antes de encontrarse con el menor.

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