(🍶) ━━ OO : prologue
Envidia. Generalmente Song Lina solía sentir envidia —de la más buena posible— a su mejor amiga, Kim Chaewon. Ella era muy linda, era alta y delgada, de cabello negro azabache y nariz respingada, vestía con una elegancia y caminaba segura por la calle, algo que Lina no podía decir, pero muchas veces se dijo a sí misma que era por su nacionalidad materna.
Sí, los alemanes somos más introvertidos.
Y continuaba con su vida. Aquella noche ella estaba tirada en su cama mirando por segunda vez una película recién estrenada en Netflix mientras Chaewon entraba y salía de su habitación posando distintos vestidos para lucir aquella noche.
—¿Qué te parece este vestido? —La pelinegra modeló por toda su habitación un lindo vestido de lentejuelas que le llegaba a las rodillas justo a unos botines de tacón. Lina sonrió y alzó los dedos pulgares en señal de aprobación.
—Ese te queda genial —Chaewon sonrió ante el cumplido de su mejor amiga y compañera de piso.
—Este será entonces —Volvió a encaminarse a la salida de m habitación. —Saldré con las chicas, la fiesta es en casa de Zuha así que tal vez regrese mañana por la mañana.
Lina asintió. —Esta bien, ve con cuidado y avísame si cambias de opinión para dejar la puerta abierta.
—¿Estás segura de que no quieres ir conmigo? —Cambió de tema la pelinegra. —Sabes que las chicas quieren que vayas con nosotras.
Negó con la cabeza. —Estoy cansada, quiero dormir temprano hoy.
La de cabellos castaño claro recién regresaba de sus vacaciones en Alemania con sus padres, había sido un viaje algo cansado y quería descansar antes de retomar la universidad. Chaewon asintió resignada.
—Bien, pero a la próxima fiesta irás conmigo —Sentenció. Lina rió y asintió con la cabeza, aunque ambas sabían qué la mitad alemana no cumpliría con su palabra el ciclo se volvería a repetir.
Media hora después, Chaewon se había ido y ahora solo eran Lina y su soledad contra la larga lista de películas en Netflix, decidió dejar que la app escogiera algo para ella y pulso la opción de aleatorio sabiendo lo difícil que sería escoger por ella misma, cuando la película comenzó, su teléfono vibro en señal de un mensaje nuevo, Lina revisó creyendo que era alguno de sus padres o hermanos, pero solo era su mejor amigo exigiendo su atención.
Bin♡
Hola abandonadora de mejores amigos :)
¿Cuándo ibas a decirme que ya habías llegado a Seúl? TT
Cuando te viera en la uni :]
Qué perra, no puedo creer que seas
mi mejor amiga >:(
Así me amas, Bin.
¿Puedo ir a tu departamento?
No tengo nada que hacer y aún
no tengo sueño.
Claro. Trae palomitas o algo
para pasar la noche, haremos
m
aratón de pelis.
Perfecto. Llego en media hora.
Lina limpió el poco desorden en la habitación sabiendo que si no lo hacía ella, lo haría Changbin al llegar. Seo Changbin se volvió su mejor amigo desde que ella llegó a Corea de Sur hace casi tres años, él era un chico muy amable con todo el mundo, a pesar de su apariencias musculosa y ruda, era un amor de persona que solía animar a Lina cuando sus ánimos estaban por los suelos debido a la falta de su familia con ella, le preparaba comida cuando ella decidía ignorar su salud alimenticia y la llevaba de paseo cuando se veía muy estresada con los estudios. Lina nunca había tenido un mejor amigo o amiga hasta que llegó a Seúl y conoció a Changbin —y más tarde a Chaewon—, en Alemania no tenía muchos amigos de por sí debido a que los chicos solían alejarse de ella por su apellido, no les gustaba tener una mestiza a sus alrededores, cuando llegó a Corea algo similar sucedió aunque definitivamente intentaban disimularlo un poco más, hasta que Changbin comenzó a sentarse con ella en los almuerzos y a pasar por ella para ir al colegio en las mañanas.
El mayor llegó al cabo de una hora después siendo recibido por una semirubia de piel pecosa y labios fruncidos.
—Me atrasé un poco, no encontraba las palomitas acarameladas —Alzó la bolsa de compras donde relucía un gran empaque de las dichosas palomitas.
—Sólo por ser mis favoritas te perdono —Se hizo a un lado para dejarlo pasar. Changbin sonrió y se adentró al departamento para cerrar la puerta detrás de él.
—Ya sé que son tus favoritas, por eso las compré —Revolvió el cabello de la más baja por apenas ocho centímetros y caminó en dirección a la habitación que ya conocía de memoria. —¿Qué veremos esta noche?
Lina se encogió de hombros. —No lo sé, dejé que Netflix colocara algo en aleatorio.
—Bueno, entonces dejemos que el confiable Netflix nos ilumine.
Ambos se colocaron en la cama lado a lado, las palomitas descansaban ahora en un tazón justo en medio de ellos y la luz estaba apagada para una mejor vista. La película comenzó, al principio pareció buena, era una película de acción y misterio por lo cual mantuvo a ambos mejor amigos distraídos con las escenas hasta que a mitad de la película cuando menos lo esperaban, la escena de la protagonista compartiendo intimidad con su compañero de escape de una manera casi brutal y con muchos sonidos de por medio los hizo jadear y quejarse avergonzados.
—Que escena más innecesaria —Se quejó Lina apretando las piernas mientras se removía incómoda en su lugar.
Changbin rió también moviéndose un poco aferrándose a la sábana que afortunadamente cubría la reciente erección que la escena erótica acababa de proporcionarle.
—No hay nada de malo en ella, pero entiendo que te incomoden —Le siguió la charla esperando que eso la distrajera un poco de la incomodidad que había invadido su cuerpo. Lina se giró para mirar al peligro a la cara.
—¿A ti no te incómoda?
Changbin se encogió de hombros.
—Pasa más seguido de lo normal en las películas de acción —Le explicó. —Además, es solo sexo, Lina. —La mencionada desvió la cabeza avergonzada de lo que acaba de escuchar. —¿A ti no te gusta el sexo?
La alemana abrió los ojos sorprendido y sintió sus mejillas arder. Sí había algo de lo que jamás había hablado con Changbin era de su vida sexual, nunca creyó que él llegaría a preguntarle algo así y mucho menos en una situación tan bochornosa. Sintió su boca abrirse y volver a cerrarse seguidamente sin saber que decir.
—Yo... Yo no... —No sabía exactamente que decir, no es que fuera exactamente una santa, pero había pasado un tiempo largo sin pasar la noche con un chico.
Changbin se dio cuenta de lo nerviosa que se encontraba la de ojos miel y alzo una ceja extrañado.
—Lina —Llamó a la más baja obtenido su atención de nuevo. —¿Eres virgen?
—¡No! —Se aseguró de responder ya alterada.
Changbin la miró como si estuviera hablando con una versión más joven de Lina y él fuera el adulto entre ambos.
—No tienes porque avergonzarte si eres virgen, nadie más que tú puede decidir el momento en el que quiere perder su vir... ¡Ouch! —Lina no lo dejó terminar de hablar antes de lanzarle su almohada para hacerlo callar.
—Que no soy virgen, idiota —Reafirmó. —Solo que no lo he hecho de nuevo desde mi primera vez.
—¿Y hace cuánto de eso? —Lina lo fulminó con la mirada y Changbin alzó las manos sobre su cabeza afirmando inocencia. — Solo tengo curiosidad.
Lina soltó un suspiro cansado y nuevamente fijó su mirada en algún punto fijo de la habitación evitando la del mayor.
—Cerca de cuatro años, fue antes de mudarme a Corea.
—Ah, mierda —Jadeó Changbin sorprendido. —Eso es mucho tiempo, joder.
Las mejillas de Lina se tornaron carmesí nuevamente esta vez llegando hasta las orejas.
—No es para tanto, no exageres.
—Lo sé, lo sé —El mayor se quedó en silencio unos minutos, parecía seguir procesando la información. —¿Y por qué no... lo has intentado con alguien?
Lina volvió a guardar silencio, esta vez no porque no supiera que contestar, sino porque su respuesta le parecía tonta, así que respiró hondo y negó con la cabeza.
—N-no me ha surgido la necesidad.
—¿Dices que desde tu primera vez nunca te han dado ganas de hacerlo de nuevo? —Preguntó extrañado, Lina asintió. —¿Así de malo fue? —Nuevamente el rostro de Lina volvió a colorearse aunque tal vez está vez fue de azul o morado porque el calor se sintió aún más abrazador. —¿Qué hizo el tipo para asustarte así? ¿Te mordió o algo por el estilo?
—Por Dios, Changbin, ya basta —Chilló desesperada. —Olvida este tema, esto jamás ocurrió y continuemos viendo la película.
El pelinegro parpadeó unas cuantas veces más antes de asentir avergonzado de haber incomodado a la más baja de esa manera.
—Que te conste, a la próxima que no sepas que poner, mejor escojo yo la película —Se quejó. Lina soltó una carcajada antes de asentir.
—Sí, está bien.
Y ninguno volvió a hablar de nuevo hasta que la película acabó, o bueno, hasta que ambos se quedaron dormidos casi al final de la película sin darse oportunidad de volver a retomar cualquier otro tema.
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