𝟬𝟴. 𝗙𝗹𝗶𝗿𝘁𝗶𝗻𝗴 (𝗉𝖾𝗍𝖾𝗋 𝗍𝗋𝖾𝗌)

𝗧𝗶̄𝘁𝘂𝗹𝗼: Coqueteo.

𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲: Rayis

El coqueteo es un juego sutil, una danza de palabras, miradas y gestos. Es la sensación de lanzar una línea invisible al aire y sentir cómo alguien más la recoge con la misma intención. Todo empieza con un cruce de miradas, una que dura un segundo más de lo normal, suficiente para transmitir un mensaje que no necesita palabras.

Hay un cosquilleo en el estómago, una mezcla de emoción y anticipación, como si cada sonrisa o comentario pudiera desencadenar una chispa. Las palabras se eligen cuidadosamente, buscando el equilibrio perfecto entre la insinuación y la diversión. Es como caminar por la cuerda floja: demasiado directo, y se rompe la magia; demasiado sutil, y la oportunidad se desvanece.

El tono de voz cambia, adoptando una suavidad o un matiz juguetón, mientras los gestos, como un toque casual en el brazo o un movimiento de cabello, se vuelven herramientas de comunicación. Es un juego donde el misterio y la vulnerabilidad se entrelazan, y el objetivo no siempre es explícito; a veces, se trata simplemente de disfrutar el momento, de sentir esa electricidad en el aire que solo el coqueteo puede crear.

—¿Por qué me miras así?—. Una chica de largos cabellos azabache, miraba a su amigo con una sonrisa divertida y una ceja alzada.

Un joven de cabellos castaños, agachó la cabeza y sonrió. Ambos se encontraban en el suelo del área de entrenamiento realizando un cartel (en compañía de alguno que otro miembro del comité estudiantil), para un baile que habría dentro de unos días.

—Perdóname. No quise incomodarte—. Sinceró el joven tomando unas pequeñas figuras; trató de buscar el ángulo visual correcto para pegarlas.

La barbilla del hombre fue tocada por unos dedos fríos que lo obligaron a dar la cara: la chica lo veía risueña, con su cabeza inclinada ligeramente hacia la izquierda. Las mejillas del castaño se tiñeron ligeramente de un tono rosado, antes de arrugar su frente y nariz por los nervios.

—Qué tierno eres, Peter—. La mención de ese dulce comentario, encendió el rostro del castaño, quien no tuvo más opción que agachar nuevamente su cabeza para ocultar el incremento de su sonrojo. La chica se echó a reír.

—Eres muy dulce, _______—. Dijo con cierta timidez.

—Imposible no serlo contigo, eres muy adorable, Parker—. Expresó sincera y segura. El castaño la miró de reojo, quiso decir algo, pero su cerebro le jugó mal y solo movió su boca con nerviosismo.

La tarea había sido desplazada a otros compañeros de institución, siendo ahora ___________ y Peter (que realmente se había colado para estar con la fémina) quienes inspeccionaban los contenidos dentro de varias cajas de cartón con el fin de darles un uso a los artículos en el interior.

—Oye—. Susurró la mujer.

Mmm—. Musitó mirando hacia la izquierda.

—¿Tengo algo en la cara? ¿Por qué sigues mirándome tan extraño?—. Lo cuestionó.

—¿Qué? ¡No te estoy viendo raro! Solo te veo con mis ojos y ya—. Entorpeció sus palabras, gracias a su nerviosismo.

_________ soltó una carcajada que atrajo la atención de uno que otro en el lugar.

—¡Ustedes a lo suyo!—. Ordenó a los observadores con seriedad, quienes rápidamente desviaron su mirada a otro lado.

—Qué autoritaria—. Se burló el castaño.

—No son los únicos a los que puedo dominar—. Insinuó, rodando sus ojos con una sonrisa divertida.

Peter parpadeo, incrédulo—. ¿Qué me estás queriendo decir?—. Inquirió, inclinándose hacia delante.

La fémina giró hacia su derecha y encaró al hombre, de igual manera se inclinó acortando la distancia entre ambos—. Que tú también me obedeces, Pet—. Comentó juguetona.

El nombrado arrugó su nariz, sonrió y negó con la cabeza—. No es cierto.

—Si lo es—. Afirmó, sonriendo con orgullo.

—No.

—Qué si.

—Qué no.

—¡Qué si!—. Su ceño se frunció y Peter bufó por lo bajo—. ¡HA! ¡Te lo dije!

—¡Eso no es obedecer! ¡No me diste una orden!—. Aclaró él, sonriendo.

Sentados sobre las gradas, la castaña inspeccionaba unos papeles con los planes y tareas específicas para el baile. No era su labor, pero de alguna manera siempre terminaba tomando el control de las cosas.

_________ dejó los papeles de lado y se recargó contra la barra metálica detrás de ella.

—¿Cansada de laborar?—. Inquirió Parker.

—Efectivamente, Mallitas—. Respondió con un suspiro.

—Oye, deja de llamarme así—. Pidió formando una mueca.

Ella lo miró, divertida—. ¿Por qué? Es un apodo lindo.

—No, no lo es—. Aseguró, mirándola mal—. May ya me llama de esa manera gracias a ti.

La azabache rió con malicia—. Lo bueno es que no sabe que tiene que ver con tu doble vida—. Murmuró sólo para que él la escuchara.

Peter asintió dándole la razón—. Pero en serio tienes que dejar de llamarme así—. Insistió. El castaño se deslizó sobre la superficie, para quedar más cerca de la chica; estiró su brazo derecho sobre la superficie, haciendo que la parte trasera de la cabeza de la fémina quedara recargada contra su brazo—. O Spiderman tendrá que hacerte una visita por la noche.

_________ llevó su mano derecha hasta su boca, fingiendo temor—. Ay, no... ¿Y que podría hacerme "El Sorprendente Hombre Araña"?—. Lo retó, sonriendo divertida.

Peter cambió su ceño a uno pensativo, con su mano izquierda frotó su barbilla antes de fijar su atención en los labios rosados de la fémina, acción que fue percibida por ella—. No lo sé, ¿cuál podría ser un buen castigo para ti por bautizarlo con ese ridículo apodo?—. Su tono de voz cambió a uno más bajo, más dulce y la pronunciación de las palabras fue suave. Un escalofrío recorrió a la mujer, quien sintió un cosquilleo en sus mejillas.

—¿Qué es lo que quiere él?—. Lo cuestionó, mirando como sutilmente el castaño hacia cada vez la distancia más corta.

La puerta del lugar fue azotada con fuerza, alarmando a los presentes. El entrenador de la escuela había ingresado al lugar, interrumpiendo el pequeño momento del par.

—¡¿Qué rayos le hacen a mi lugar?!—. Preguntó molesto.

___________ suspiró con enojo y Peter se recargó contra la grada a su espalda. Ambos podían sentir como sus corazones palpitaban con una fuerza inexplicable, tanto que no les parecía raro pensar que les estallaría a cada uno.

Antes de irse a controlar la situación, Peter tomó la mano de la chica.

—¿Qué ocurre?—. Preguntó preocupada por su repentina actitud.

Con su otra mano, el chico rascó un costado de su cabeza. Estaba dudando—. ¿Q-Quieres ir al baile conmigo?

__________ sonrió con ternura—. Me encantaría.

—Lo siento, yo no quería... Espera, ¿qué?—. Inmediatamente el arácnido se levantó de su lugar y la miró sorprendido—. ¿De verdad? ¿Conmigo? ¿Peter Parker?

Él sabía que la chica era demandante con sus expectativas o gustos en los hombres, también era consciente de que no cualquiera era digno de estar con una mujer como lo era ella, por lo cual la respuesta lo sorprendió tanto, pues no se creía alguien lo suficientemente digno de ni siquiera esas mínimas acciones.

Ella alzó levemente sus hombros—. No veo por qué no—. Le respondió obvia—. Y quién mejor que tú para ir a un baile. Seguro que será divertido—. Dijo convencida y entusiasmada.

—No te decepcionaré—. Afirmó determinado, pero aún manteniendo su aspecto dulce.

La azabache le sonrió con calidez, con su mano libre tocó su mejilla izquierda y movió su dedo pulgar sobre la piel del chico—. Sé que no lo harás.

Peter, sonriendo ampliamente, bajó de las gradas junto con ella antes de verla alejarse para controlar la situación con el entrenador, dejándolo con una sensación de alivio y orgullo.





























Muy probablemente le haga una segunda parte a esto🫦

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©-mandaloriana76

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