𝗧𝗶̀𝘁𝘂𝗹𝗼: 𝖢𝗎𝗆𝗉𝗅𝖾𝖺𝗇̃𝗈𝗌.

𝗣𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲: 𝖱𝖺𝗒𝗂𝗌. 𝖳𝗎́.

Un nuevo día comienza en la vida de Andrew Garfield. Sus ojos avellana se ven obligados a abrirse cuando los resplandecientes rayos de luz solar golpean contra éstos al ingresar en su habitación a través de la gran ventana de cristal que se encuentra a unos metros de distancia de su ubicación actual. El angloamericano siente la comodidad del algodón en su cama relajando cada músculo de su cuerpo; una sonrisa alegre se forma en sus suaves y rosados labios al escuchar desde la lejanía una voz femenina maldecir por lo bajo consigo misma.

Al levantarse de su comodidad y enjuagar su boca en el lavabo del baño se dirige a pasos lentos hasta la zona de ruidos en la que está completamente seguro de que encontrará alguna sorpresa de su pareja por su cumpleaños número treinta y nueve.

No podía evitar sentir cierto asombro por la gran cantidad de años en existencia donde hubieron días buenos y algunos no demasiado; donde hubo momentos que lo hicieron querer tomar una decisión no muy favorable y otros donde las nubes de su tormenta poco a poco comenzaban a disiparse y la luz del arcoiris nuevamente resplandecía para él; estaba contento de que, a pesar de que la dificultad de la vida había querido hacer de las suyas, siempre encontró y tuvo consuelo de parte de las personas que amaba.

Más feliz se encontraba aún por todos aquellos logros que estaba consiguiendo con el recién ascenso en su carrera y que se los dedicaba de todo corazón a su figura materna, en quien pensaba y a quien extrañaba todos los días sin excepción alguna.

—¡Andrew!—Exclamó una mujer de cabellos castaños al observar al angloamericano en la entrada del pasillo que conducía a la cocina. Tan perdido estaba el nombrado en sus pensamientos que no se percató del instante en que llegó a su destino—Despertaste.

Pasando sus manos por sus ojos y dando un bostezo, ello producto aún del sueño que sentía por el constante trabajo realizado para la nueva serie en la que tomaría el rol de protagonista, Andrew visualizó a _____________ del lado contrario al suyo en la isla blanca de la cocina con un gorro de fiesta color azul marino brillante, un delantal color celeste, una blusa blanca y una serpentina en sus labios en la cual sopló aire dejando que el sonido se emitiera. Una pequeña risa escapó de sus labios ante la imagen que sus ojos estaban visualizando.

—¡Feliz cumpleaños!—Exclamó la estadounidense extendiendo sus brazos hacia los lados, cerrando sus ojos y regalándole una de sus mejores sonrisas al castaño.

—Igualm... No, olvídalo—Se corrigió rápidamente moviendo sus manos en el aire mientras se reía un poco de sí mismo por su equivocación.

—¿En serio ibas a decirme "igualmente"?—Cuestionó con gracia la fémina caminando hasta él con una ceja alzada y una sonrisa divertida en su rostro.

—No—Respondió Andrew. Una mueca se formó en sus labios al ya tener a la castaña delante de sí, para ese entonces pudo captar que sus vestimentas eran de los mismos colores sólo que él las tenía al inverso: camiseta color celeste y un short blanco—¿Si?—Continuó no muy convencido de sus balbuceos.

La mujer de ojos color miel negó con diversión antes de abrazar a su pareja por el cuello para, posteriormente, colocarle el gorro de fiesta azul que ella tenía anteriormente—No me burlaré de ti solo porque es tu cumpleaños—Comentó divertida antes de tomar su mano izquierda y comenzar a guiarlo hasta un taburete color negro—Siéntate y cierra los ojos.

—¿Qué harás?—Preguntó Andrew en un tono curioso acatando solamente la primer ordenanza.

—Es una sorpresa. Ahora cierra los ojos—Ordenó __________ nuevamente haciendo un ademán con sus manos.

Pará cuando el mayor acató la orden, la castaña giró sobre sí misma y se dirigió al refrigerador del hogar que ambos compartían. Andrew no tuvo que esperar demasiado tiempo cuando escuchó los sonido de múltiples artefactos ser colocados en la superficie blanca, que por el momento, aún no podía visualizar nuevamente.

—¿Ya puedo ver?—Preguntó el cumpleañero separando un poco los dedos de sus manos tratando de asomar sus ojos por las pequeñas aperturas.

—No—Respondió la fémina dando un golpe brusco en su brazo, obligándolo a continuar con sus incógnitas mentales.

—¡Oye!—Se quejó el de ojos avellana formando un puchero con sus labios tratando de hacer chantaje a la vez que se muestra adorable.

—Bien—Sacudiendo sus manos y deslizando las mismas por su delantal la mujer visualizó el pastel en medio de ambos y los múltiples platillos de comida a su alrededor—Ya puedes abrir tus ojos.

Con la emoción desbordando en su mayor extensión cual niño pequeño, la atención de Andrew se paseó a través de los alimentos que, ciertamente sabía, ___________ había preparado para él con sus propias manos. Una gran sonrisa se expandió en su rostro, pues la mujer frente a él no sólo encontró la manera de adeñuarse de su corazón, sino que también encontró el modo de conquistar su estómago, algo muy importante según lo que escuchó decir a su figura materna alguna vez.

Sobre la superficie lisa de la isla Andrew veía una inmensidad de postres azucarados y saludables con todos aquellos sabores que tanto amaba —además de que contenía un desayuno que balanceaba todo aquello que le gustaba ingerir en el horario matutino— pero la cereza del pastel fue justamente el enorme postre que no podía faltar en una fiesta de cumpleaños.

Desde hace cinco años la fémina había realizado para él diversos pasteles con alguna temática y colores de sus gustos, y como gran fan del Hombre Araña, recuerda que la primera vez que ambos celebraron juntos su cumpleaños había sido exactamente de aquel personaje ficticio con el que se veía reflejado constantemente.

No era un experto en la cultura de los famosos memes, pero debido a la fascinación de la castaña por esas imágenes burlescas y divertidas que generaban mayormente los adolescentes y jóvenes de la sociedad pudo conocer un poco de esa tendencia recurrente en las redes sociales y había una imagen en especial que siempre le causaba alegría.

Andrew llevó sus manos a su rostro mientras una divertida y genuina risa escapa de sus labios; al colocar sus manos en sus mejillas tuvo una mejor apreciación al pastel con betún blanco y en el centro el conocido, y su adorado, perro cheems; la expresión dramática y los ojos cerrados del canino, más las letras que decían "Ya tienes treinta y nueve, Andrew. No puede ser", no hacían más que aumentar la alegría en el angloamericano por aquella nueva sorpresa en su vida.

Ella siempre sabía cómo hacerlo feliz.

—Feliz cumpleaños, gato—Felicitó nuevamente la fémina soplando la serpentina en sus labios antes de que el cumpleañero extendiera sus brazos demandando así un abrazo.

Rodeando la isla y posicionándose delante de su pareja, la mujer arrugó su frente y nariz en señal de burla antes de rodear con sus brazos el torso del castaño mientras que éste rodeaba el cuello de la fémina con sus brazos y colocaba su barbilla sobre su cabeza.

Más o menos ese era el pastel :v

Ustedes me disculparán, pero quería hacer algo tierno y a la vez gracioso🤧
Espero el resultado haya sido de su agrado.

¡¡HOY ES EL CUMPLEAÑOS DE NUESTRO BELLO ANDREW GARFIELD!! 💗💗

Andrew sé que nunca te voy a conocer y nunca vas a leer esto, pero te mando un abrazote guapo, te quiero mucho y gracias por siempre darme lecciones de vida sobre cómo ser una mejor persona🤧💗
Te adoro, Peter Tres💗

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