Capítulo 29. Las cinco etapas

Pandora teclea su computadora con rapidez mientras trata de no olvidar nada de lo que debe escribir. Al conseguir lo que necesita se levanta de su escritorio pero tambalea un poco por lo que se apoya en la mesa. Hoy tuvo que ponerse los tacones más bajos que tenía, le duele todo el cuerpo pero todo eso vale completamente la pena. Sonríe mordiendo su labio al recordar la noche anterior y continúa su camino.

— ¿Quién creen que haya sido ese hombre que vino hace unas semanas? ¡era demasiado atractivo! — exclama una de sus compañeras, la rubia se detiene en la entrada del cuarto de impresión para escuchar.

— Según rumores, es pareja de la señorita Myeong.

— ¿Se dieron cuenta de la forma en que la mira? tiene mucha suerte. Desearía estar en su lugar.

— Últimamente los hombres no prefieren mujeres con hijos, porque son una carga más, probablemente ni siquiera le interese ese niño.

— Mmmm, quizás tengas razón, tal vez ya hasta terminaron porque no ha venido más por acá. Apenas escuche eso, buscaré a ese hombre, definitivamente es un buen partido.

— Ni siquiera sé por qué está con ella, una mujer viuda y con un hijo que debe mantener todos los días, es una tortura. Tampoco es tan bonita. Si fuese él, preferiría quedarme soltero.

El grupo ríe. Pandora aprieta su mandíbula con melancolía pero aún así entra al cuarto, inmediatamente todas se callan y se van en silencio. Quizás tengan razón ¿por qué Vincenzo estaría con ella? no tiene lo necesario para estar con él y lo sabe, pero cada vez que intenta decirle algo, él se niega rotundamente a esos pensamientos.

Sale de su cabeza cuando el papel de la impresora se acaba y entra a la bodega, abre sus ojos enorme al ver a Cha-young y Min-joon besándose.

— ¡No puede ser! — exclama tapándose los ojos, sus amigos se separan tratando de disimular — Dios, ¡ahora entiendo por qué no hablabas de ella cuando comíamos y negabas siempre todo!

— Señorita Myeong, no es lo que parece. Es decir, sí lo es, pero no tanto como usted cree. Es una muy larga historia — habla nerviosa la abogada.

— Somos pareja. — suelta el rosadito, ella le da un codazo por ser tan directo.

Pandora sonríe emocionada y aplaude — ¡debemos hacer una cita doble! cuéntenme ¿cómo se conocieron? ¡nunca los presenté!

— ¿Quieres escuchar la historia aquí y ahora? — ella asiente — okey... mmm... Bueno, hace días la señorita Hong salía de la Plaza Geumga, por accidente nos chocamos y uno de mis trabajos literarios salió volando literal.

— Cómo pago por eso lo invité a cenar y desde ese día nos mensajeamos.

La rubia salta contenta. Le emociona que Min-joon tenga pareja, pero sobre todo que sea Hong Cha-young, ya que así sus miedos de que esté enamorada de Vincenzo desaparecieron.

— Pueden seguir en lo que estaban, no los interrumpiré más— toma las hojas de papel que necesita y sale enseguida dejándolos.

¿Quién diría que se harían pareja? El mundo da muchas vueltas.

Pandora regresa a su área de trabajo para continuar con sus deberes. Muerde su labio pensativa. Debe averiguar con urgencia qué tiene que ver Vincenzo con la señora Oh. Lo recordó al ver a Cha-young. ¿Por qué él le toma tanta importancia? No la conoce demasiado, han interactuado muy poco como para decir que la considera una persona importante.

— Mi bionda — exclama el italiano al otro lado del teléfono— no me has llamado desde la mañana.

— No seas tan exagerado, solo han pasado 2 horas— sonríe levemente — es que... Quería preguntarte algo. Verás, mi jefa me mandó a escribir una reseña sobre algún orfanato ya sea en Corea o extranjero, entonces me preguntaba si conoces alguno.

— Hay uno en particular—  Pandora anota el nombre en su portátil — ¿Eso es todo?

— Sí, gracias.

— ¿Quieres que vaya por tí e ir a almorzar?

— Mmm, no, gra... — se interrumpe a sí misma al ver a sus "compañeras", las mismas de hace rato, al frente de su oficina— a decir verdad, quiero ir a comer pollo frito.

— ¿Segura? ¿no es muy grasoso para tí? Dices que te pueden salir granos por la grasa. 

— Para nada. Hoy me dieron ganas de matar a las gallinas que se meten en mi gallinero.

Vincenzo ríe ante su dicho — okey... te recojo a las 12, cariño.

La rubia cuelga y sigue con lo suyo. Busca el nombre del orfanato que le dió y aparece de inmediato, anota el número en un pequeño papel.

— Buenos días, me gustaría hacer una consulta con respecto a un niño que no sé si adoptaron o no.

(—🍒—)

Pandora sale del edificio justo cuando se hacen las 12 en punto. Va caminando con una sonrisa alegre pero esta se borra al ver a aquellas mujeres que la criticaron en la salida, esperando, supone, a otras compañeras.

— Hola chicas ¿ya van a almorzar? — las saluda.

— Hola señorita Myeong, así es ¿necesita algo?

— Oh... sí, para eso me he acercado. Necesito que todas me hagan un artículo de 1000 palabras sobre el origen de nuestra empresa. Se acerca el aniversario y mi jefa quiere que toda Corea lo sepa. Los quiero para mañana.

— Pero... Señorita, con todo respeto, no creo que podamos. Verá, hoy es la fiesta del área de diseño y nos han invitado.

— Entonces tendrán que ser más rápidas con el trabajo o rechazar la invitación, lo siento.

— ¿No viene a comer con nosotras? — pregunta una de ellas, de inmediato el resto del grupo le hace mala cara.

— No, estoy bastante ocupada con mi novio... Oh, ahí está. Hasta luego, invidioso (envidiosas) Será otro día — Murmuran entre sí con asombro. Se da la vuelta caminando con victoria hacia Vincenzo.

— Me pregunto qué les decías, se ven angustiadas — pregunta admirando las caras de las chicas.

— Nada, cosas de trabajo. Es hora de irnos. Me muero de hambre.

La rubia le da un beso en la mejilla y se sube a su camioneta, en el transcurso, mientras Pandora retocaba su maquillaje, podía notar a su pareja un tanto cansada. Prefirió esperar a preguntar, de todas formas, quizás está siendo sobreprotectora e imaginando cosas que no son así. Necesita más señales claras.

En el restaurante, se pudieron muchos muslos de pollo. Ella tiene un hambre feroz. Vincenzo se distrajo en su celular. Por lo general, cuando están juntos, ni siquiera lo mira. Definitivamente hay un detalle que Pandora está dejando pasar.

— Vin... Te noto preocupado ¿sucedió algo? — cuestionó. Él despega su mirada de la pantalla, prestándole atención — no me has dicho que me veo linda hoy o uno de tus alagos italianos. Eso me parece muy extraño. Puedes contarme lo que sea y lo sabes.

Soltó un suspiro guardando el aparato en su chaqueta — los familiares de las víctimas fueron asesinadas.

— ¿Qué? — se sorprendió— ¿cómo pasó? ¿Cuándo?

— Salieron de viaje, nos mandaron fotos, se veían felices. Y de repente... Enviaron una nota suicida, después la policía nos informó que murieron. Ellos dicen que fue un suicidio pero la señorita Hong y yo sabemos que no es así.

— Hey, no es tu culpa. Tú no sabías que los atacarían a ellos, Vin — tomó su mano, él asintió sintiéndose más reconfortado — ¿Qué van a hacer?

— Lo que siempre hago.

— Definitivamente no me gusta cuando haces una locura de esas. Cada día Babel es más cruel, solo espero que no decidan atacarnos directamente por meternos en sus asuntos — el pollo llega por lo que guardan silencio un rato, hasta que la mesera se retira — si me necesitas, por favor, no te lo guardes para tí.

— Lo único que quiero es protegerte, no hundirte más en esto, Pandora. No te pediré ayuda — murmura serio. Ella rueda sus ojos y empieza a comer sin tener más remedio, sabiendo que jamás podrá convencer a Vincenzo para que la deje entrar en acción. Desde las sombras está mejor, como él dice— te amo y no puedo tolerar que los lastimen.

— Yo también te amo, pero eres muy protector. Puedo defenderme. Lo he demostrado varias veces.

— ¿Vamos a pelear ahora?

— Bien, no seguiré. Lo siento — apoya su mentón en su mano y come.

— Tienen que quedarse cerca mío, Cha-young y yo haremos cosas que pueden ponerlos en el ojo de Babel así que vengan a mi apartamento en la noche. Allí nos cuidaremos y si sucede algo, los vecinos podrán ayudarnos— la rubia asiente sin más. Sabiendo que no tiene más opciones que aceptar.