𝐎𝐓𝐓𝐎. VOLA IN ALTO, COLOMBA.

capítulo 8. vuela alto, paloma.

Siempre termina en lo mismo. Pandora dando todo de sí, mientras la otra persona no da nada. Vincenzo fue egoísta ¿que tenía de malo una sopa de pollo? ¡es deliciosa y muy nutritiva! no lo va a matar. Lo necesita, pero no va a disculparse por algo que no fue su culpa, hasta que él no lo haga, ella tampoco lo hará. No es buena idea juntar a dos personas de signo escorpio.

Termina de cortar las verduras para la sopa de pollo de su hijo con rabia, murmurando entre dientes. Gaeul y Seong-jin se miran de reojo apartando la vista de sus cuadernos. El teléfono suena y la rubia contesta enseguida.

— Señorita Myeong — habla Vincenzo tomándola por sorpresa — Llamaba para disculparme de todas las cosas que dije hace días.

— ¿Para qué? ya dejó en claro que sólo somos un dolor de cabeza para usted, además, no lo necesitamos.

— ¿A qué se refiere?

— Ya encontré a alguien que me ayudará con el tema de Park-jon, es tan guapo ¡y lo mejor es que aceptó sin yo rogarle! — miente. No tiene a nadie, pero molestar a Vincenzo un rato seria divertido ¿cierto?

— ¿Sí? no me diga, supongo que no es italiano así que... Por mi poca experiencia con sus problemas diría que sólo quiere tener sexo con usted.

Pandora abre su boca— ¿CÓMO SE ATREVE A DECIRME ESO? ¡atrevido! ¡sei stato tu a iniziare! (fuiste tú quien lo inició)

— ¡Nessun uomo l'aiuterà come ho fatto io! (Ningún hombre la ayudara como lo hice yo) ¡Non mi pentirò di quello che ho fatto! (No me arrepentiré de lo que hice)

— ¡nemmeno io, idiota! (Yo tampoco, idiota)

Clava el cuchillo en la tabla de picar sobresaltando a los adolescentes y cuelga la llamada para después gritar estresada y encerrarse en su cuarto. Vincenzo tira su celular al sillón con molestia, las palomas siguen cantando en su ventana y les grita mil maldiciones en italiano. Se tira en su mueble observando el techo. 《 ¿Por qué me molesta que tenga a alguien más? apenas la conozco, es molesto, maldita sea 》rasca sus ojos un tanto cansado y se recuesta en su cama para dormir.

Vincenzo bebe de su taza de té, no es tan fan de dicha bebida pero lo ayuda a calmar su estrés interior. El señor Nam y la señorita Hong preparan el proyector para su reunión matinal. La hija del occiso decidió seguir el legado de su padre, haciéndose cargo del bufete Jipuragi y uniéndose al equipo de Cassano para destruir a Babel. Y ahora que no es empleada de la empresa, sus ganas de vengarse han aumentado un 100%.

— Bien, comencemos con la reunión — el estruendo de la puerta sobresalta a los presentes, Pandora aparece con una cara de muy pocos amigos y le enseña su teléfono al italiano.

— ¿Qué se supone que es esto? ¿Un soborno? ¡está loco! — exclama eufórica, observa la pantalla — "¡felicidades!, ha recibido una bonificación de 10 millones de wones en su cuenta bancaria"

— Pensé que tardaría más en venir.

— ¿Qué cree? ¿que soy una interesada? ¡porque eso es lo que insinúa! desaparece por dos días y de repente sucede esto ¡le voy a devolver su dinero, no lo necesito!

— Por favor ¡no sea inmadura! sólo acéptelo.

— ¿Cómo se atrevió a insultar a mi familia? ¿por qué lo hizo, eh? ¿le caemos mal? porque si es así, tengo todo el derecho de decir que usted tampoco es muy amigable a primera vista que digamos.

— Le caigo bien a las personas a la primera ¿cierto? — mira a sus compañeros, quienes dudan sin saber qué responder. El italiano rueda sus ojos.

— Tome, no me vuelva a dar nada— teclea su teléfono y a los minutos suena el de Vincenzo. Revisa y le devuelve la acción. — pero-

— No me lo va a devolver.

— ¿Quiere apostar?

Luego de varios minutos pasando dinero a sus cuentas de banco molestos, de repente ningún teléfono sonó. Pandora abre sus ojos levemente.

— ¿Vió? ¡mandamos el dinero a otra persona! qué Imbéciles.

— Dijo que no le importaba, y sinceramente, a mí tampoco. Tengo mucho dinero para gastar.

Pandora le da la espalda cruzándose de brazos, Vincenzo hace lo mismo. Como dije, dos escorpios enojados no es buena idea.

— Vamos, no sean infantiles, juntos venceremos ¡somos el equipo VinChaNamDora! — anima Cha-young juntándolos con ella.

— ¿Vencer con un hombre que me llamó zorra de manera discreta? no lo creo— la rubia le lanza una mirada amenazadora al hombre y este se la regresa.

— Puede quedarse en nuestra reunión de hoy, tenemos un plan para vencer a Babel, y sé que usted tiene sus razones para destronarlos de su trono.

— ¿Le contó sobre mi esposo?

— Claro que no— niega rotundamente.

Pandora suspira profundo— que conste que lo hago por el señor Hong y mi esposo, no tiene nada que ver con lo que pasó.

Se sienta en la mesa cruzando sus piernas. Vincenzo hace lo mismo a su lado. La rubia rueda su silla hacia el otro lado enojada. La castaña se para frente al proyector comenzando a explicar con su presentación tan... colorida.

— ¡De acuerdo! Hay 42 víctimas en total, 9 de ellas ya fallecieron. Todas tenían enfermedades sanguíneas y la general era la leucemia.

— Según el informe lo había causado el BSLD ¿qué se supone que es eso?

— Ya le digo — la diapositiva pasa con un sonido particular, Pandora aguanta la risa pero se pone seria cuando Vincenzo la mira. Sigue enojada y mucho. — ¿Por qué se ve tan de mal gusto?

— Lo siento, es que me gustan mucho los colores brillantes.

— Como sea... El BLSD es un químico que revolucionará las pantallas de la próxima generación, su produccion fue prohibida en Estados Unidos porque es tóxico.

— Es como el RDU-90, no debe usarse en personas.

— Eso demuestra lo crueles que son... Sigue el abogado que representa a las víctimas de la demanda de Babel. ¿QUE DIABLOS? Pensé que era un fantasma.

— ¡Perdón! no soy bueno tomando capturas de pantalla a las entrevistas.

— Su nombre es SO Hyeon-u, representante de las víctimas, también también como "Apestoso So". Un abogado muy sucio. Presentaron la demanda hace 2 meses, su primera audiencia es en 5 días pero él sigue intentando convencerlos para que lleguen a un acuerdo.

— Recomendar un arreglo no va contra la ley.

— No, pero ¿qué tal si está involucrado con Wusang y quiere convencer a los familiares de las víctimas?

— Lo conozco, también a Wusang. Muchas veces han hablado con mi jefa y siempre me pide que mande a escribir muchos artículos positivos sobre Babel, ya entiendo por qué me obligaba — habla Pandora.

— Tienen controlada a la prensa.

— La gente se mueve si es por dinero.

— Todos excepto usted — el italiano la mira al acabar su oración, ella frunce su ceño ignorandolo.

— Cuando los investigadores comenzaron a enfermar escribieron muchos artículos espantosos, ni siquiera los mencionaré. Conglomerado malvado, matasanos, periodistas basura y abogados delincuentes ¡el paquete completo! nadie puede ganarles. Excepto yo, claro.

— Debemos representar a las víctimas.

— Quedan 5 días para que empiece el juicio y aunque lo hagamos, será complicado.

— Tiene razón, nos aplastarán.

— Será difícil convencer a ese abogado de que nos deje su trabajo.

— No lo haremos... Hay mejores formas de convencer a la gente sin pedir su opinión — exclama el italiano jugando con su encendedor.

— ¿Tortura? ¡me apunto! yo llevo la soga — Pandora se levanta de su silla decidida.

— Algo mejor que eso.


(—🍒—)



— Mamá ¿qué hacemos aquí? — pregunta Seong-jin mientras ambos caminan por el edificio.

— Vi un restaurante italiano y me dió curiosidad, venden el platillo favorito de tu padre que nunca supe preparar y me gustaría que después de mucho tiempo me acompañaras a probarlo nuevamente. Ya no hay tantos buenos comercios italianos actualmente.

Seong-jin sonríe con tristeza. Park-jon murió cuando tenía 12 años, y desafortunadamente, tiene muy pocos recuerdos con su padre. Pandora siempre intenta de que en la mente de su hijo siga intacta aquél sentimiento de cariño que siempre le tuvo y, con el, la felicidad de su pequeño. Entran al local dando las buenas tardes y los inquilinos se encuentran almorzando allí. De mala suerte, los matones también lo están, sentados en mesas comiendo.

— ¡Oh! no sabía que una chica tan refinada como usted venía a una pocilga como esta — habla el jefe.

— ¿Qué pasa, nena?

— Les agradecería que no me molesten frente a mi hijo, o les daré con un clavo en la lengua — dice enojada.

— Bien, bien, te dejamos. — observan a su acompañante cuando este hace sonidos extraños y saca, sorpresivamente, un clavo de su boca. Pandora abre sus ojos.

— ¡Esto es increíble! ¿Cómo fue que se mezcló un clavo con los espaguetis?

— ¡Debió ser esa bruja! no es coincidencia que lo haya dicho y haya pasado.

— ¿Y si te da tétanos? ¿tienen penicilina?

El hombre se levanta y tumba una mesa. Pandora esconde a Seong-jin detrás de ella y los demás hacen lo mismo. 《 yo al frente, qué gran ayuda

— ¿Cree que es divertido? ¿acaso quieren que les de una paliza a todos? ¡esto es brujería, los denunciaré!

— ¡Baje esa mano! — exclama Cha-young llegando junto con Vincenzo, la chica se para al lado de la rubia — qué asqueroso al querer pegarle a una mujer ¡por Dios!

— ¡Un clavo estaba en mi plato y qué suerte que la rubiecita dijo eso antes de que lo hallara! ¡la voy a...!

Vincenzo le da un golpe en la frente sin mucho esfuerzo logrando atontarlo. Procede a pelear a golpes con todos los matones como si hubiese hecho eso durante toda su vida. Tumba el último al suelo con ayuda del mantón de la mesa.

— ¡UUHH, ESO SEÑOR CASSANO! — grita Seong-jin aplaudiendo emocionado, su madre lo jala para que vuelva a su "escondite" por precaución.

— Los clientes problemáticos podrían recibir una multa de 15 millones de wones o una pena de cinco años de presión, eso sin contar la violencia de género. Váyanse.

— ¡Ya vámonos, muévanse!

— ¿Ya pagó? — le pregunta el italiano arreglando su vestimenta.

El jefe paga a fuerzas para después retirarse con sus hombres. El dueño del restaurante llora por sus platos rotos.

— No se preocupe, yo los pagaré — dice sacando su billetera y dándole mucho dinero.

— ¡Gracias, muchas gracias!

Vincenzo le da una mirada rápida a Pandora, quien rueda sus ojos ignorándolo y él suspira antes de irse con Cha-young. Seong-jin mira a su madre.

— ¡Mamá, eso fue épico! ¿viste lo que hizo el señor Cassano? ¡pum, pam, bam!

— Sí, sí, vámonos a comer a otro lado.

— ¿Cuándo vas a enseñarme a pelear?

— Jamás.

— ¡Pero, mamá!




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