𝐃𝐈𝐂𝐈𝐀𝐒𝐒𝐄𝐓𝐓𝐄. LA BANDIERA DELLA LIBERTÀ prt. 2

Capítulo 17. la bandera de la libertad parte 2

— ¡Gracias a todos, gracias! — agradece la señora Kwak.

Es su cumpleaños e invitó a la familia Myeong a la pequeña celebración. Tienen tiempo libre así que decidieron asistir. Vincenzo decide dejar a Pandora fuera de sus asuntos personales de Babel de vez en cuando, algo que le enoja mucho y planea decírselo cuando se de el momento. No han hablado durante 2 días y está empezando a dudar sobre si realmente él puede tener una relación en estas condiciones. Los presentes en la reunión cantan y celebran felices.

— ¡Mamá, mamá! ¡te estoy hablando! — llega el hijo de la señora Kwak deslizando la puerta, todos hacen silencio.

— ¿Cómo te atreves a interrumpir a tu madre cuando está cantando? ¡te voy a...!

— Los matones del otro día regresaron ¡están golpeando al señor An!

— ¿QUÉ?

— ¡Maldita sea!

— Esos Imbéciles lo están pidiendo a gritos ¡habrá sangre!

— Seong-jin, Gaeul, acompañen al chico. No se acerquen a la pelea. — les dice Pandora, ambos asienten y se van —  ¿será legal golpearlos? no quiero tener problemas con la policía.

— ¡Por supuesto que sí, señorita Myeong! defenderemos esta plaza a como dé lugar ¡prepárense!

El grupo sale del restaurante yéndose a pelear. Una vez en la calle, corren hacia los atacantes, sin embargo, Pandora se detiene analizando unos segundos. Observa al jefe de los matones apartado del bullicio para que no le hagan nada. Hace una mueca.《 Si lo hago, Vincenzo se enojará conmigo, pero tengo muchas ganas de meterle una paliza a ese bastardo por todo lo que me ha hecho. Vin no se va a enterar. Al diablo 》Se estira un poco y acomoda su pantalón junto con las mangas de su camisa. Camina hacia allá tocando el hombro.

— ¡Oh, linda! ¿me vas a golpear? con esos bracitos no creo que puedas hacerm...

Le da un golpe tumbándolo al suelo. El hombre no se queda atrás y, enojado, pelea con ella. Pandora le jala el cabello gritando y le golpea la nariz.

— ¡Levántate, idiota¡ ¿tienes miedo de que te golpee una mujer?

Por otro lado, Vincenzo y Cha-young, luego de sacarla de la cárcel gracias al contrato con la señora Choi sobre el fiscal Hwang, observan la escena entre el humo con orgullo.

— Señor Cho, todo salió bien. Sus hombres son muy fuertes. — habla el italiano por teléfono

— ¿Qué? señor, está confundido. Uno de los hombres se contagió así que a los demás les dió miedo seguir con el plan y fueron directamente a examinarse.

— ¿Entonces quiénes están peleando?

El humo cesa dejando ver con claridad la escena. Los abogados cambian sus caras a unas de impacto, en especial Vincenzo, al ver a novia apuntando con su arma al jefe de los matones. Pandora al darse cuenta de su presencia lo suelta y sonríe nerviosa《 estoy en problemas


— ¿Por qué no los encierra a ellos? ¡ellos también nos atacaron!

La estación de policía se vuelve un lugar de batalla cuando los inquilinos incluyendo a la familia Myeong reclaman sobre lo sucedido. Pandora está encerrada en una celda apartada de los matones debido a que tenía un arma, y como sabemos, es ilegal su porte en Corea. 《 Si mi jefa se entera de esto, me mata, ayudaaaa 》rasca su cabeza estresada pero se asusta al oír un tambor, se gira encontrando a los abogados.

— ¿Y ustedes quiénes son?

— Somos los abogados de todos ellos.

— ¿Por qué contratarían a dos abogados?

— ¿Lo ve? Estamos muy bien preparados legalmente.

— Como él dijo, ellos los atacaron primero, los demás vinieron a ayudarlo pero también los atacaron. — explica la señorita Hong

— ¡Eso no explica por qué esa mujer tenía un arma! ¡iba a matarme, debe ser encarcelada! — el jefe señala a Pandora, esta le saca la lengua enojada.

— ¡Sí, pero tú acosabas a la señorita Myeong y le decías cosas feas! ¡eso es acoso, tonto! — le grita Gaeul.

— ¡Sí, tonto! — apoya Seong-jin. Vincenzo les da una mirada a ambos para que se callen y no se metan.

— ¡Señor Kim Yeong-ho! ¡Yeong-ho! — llama Vincenzo, el adolescente llega a su lado — ¿Puedes mostrarles la grabación a los detectives?

— Claro.

El film es enseñado, donde prueba claramente que los atacantes son los culpables.

— ¿Y a ella qué? ¿también la van a dejar ir? ¡que porquería de justicia! — exclama uno de ellos.

— Tengo un permiso para portar armas directamente del Sistema de Seguridad Nacional, si quiere se lo puedo mostrar, oficial. Si en algún llego a herir a alguien, este papel será inválido — habla la rubia buscando en sus bolsillos y extendiéndole la carta a su pareja.

— La señorita Myeong está en lo cierto. Tiene vigencia hasta el 2025 y una vez que cometa algún delito, será penalizada — apoya Vincenzo enseñando el papel

— Tienen razón. Sáquenla.

— ¿QUÉ? ¡esto es una injusticia!

— ¡Me las vas a pagar caro, bruja! — Pandora echa su cabello para atrás con estilo y se va con los demás.

Los inquilinos y demás personas se detuvieron en un local a nutrirse. Después de aquella gran pelea, deben estar exhaustos. Pandora recoge su cabello metiendo una cucharada de Kimchi en su boca, al girar, Vincenzo la está observando sin expresión. Rueda sus ojos.

So che mi rimprovererà, ma l'ho fatto per il bene di tutti... (Sé que me va a regañar pero lo hice por el bien de todos) — murmura haciendo un puchero.

Non sono così arrabbiato, a dire il vero, è stato fantastico lì (No estoy tan enojado, a decir verdad, estuvo increíble allá) — confiesa. La rubia sonríe contenta. Él toma su mano levemente por debajo de la mesa. — Ho passato due giorni senza vederla, mi manca. (Tenía dos días sin verla, la extrañé)

— No pareciera, siempre me deja fuera de las cosas emocionantes — dice enojándose.

Non preoccuparti, lupo mio, ti prometto di farmi perdonare (No te molestes, mi loba, prometo recompensarte) — susurra apretando su agarre. 

Anche lui mi è mancato (yo también lo extrañé) — se miran a los ojos de manera profundo.

Gaeul y Seong-jin se miran entre sí en shock. El chico está haciendo cursos de italiano y, sin que su madre lo sepa, ya entiende mucho. Discretamente se acaba de enterar que el señor Cassano está saliendo con su madre.

— Oigan, todos lo hicieron muy bien. Sobre todo Gi-seok y la señorita Myeong.

— Su arma es increíble ¿Cuándo nos enseñará a usarla?

— Me temo que no puedo hacer eso, perdónenme.

— Debimos pelear con ellos desde el principio. Acabarlos fue muy fácil.

— Como siempre, así son los matones, se mueven en grupos porque son débiles ¿cierto?

— Me sorprende cómo peleó Larry, mis respetos.

— No se los había dicho antes pero el baile y las artes marciales van de la mano.

— Crecí en una zona muy pobre así que peleé y pude derribar de tres o cuatro juntos.

— Disculpe señor Cassano... Se lo agradecemos. Gracias a usted, reaccionamos y nos mantuvimos fuertes. — la señorita Mi-ri le da un pedazo de carne al italiano, Pandora se da cuenta de eso por lo que le da una patada debajo de la mesa. Este no dice nada, simplemente se queja del dolor.

— Tiene razón. Entendimos que ese maldito de Park Seok-do no es rival para nosotros.

— Me ayudó a mejorar mis platillos ¡se merece un aplauso!

Todos en la mesa aplauden contentos cantando en coro su nombre.

— Oigan, esperen, quizás Park Seok-do parezca un perdedor pero nunca deben provocarlo ni atacarlo primero.

— No se preocupe señorita Hong, no somos como él. Por cierto, no duden en pedirnos ayuda cuando quieran, en especial usted señorita Myeong, nos está ayudando sin darle nada a cambio. Es un amor de persona.

— Muchas gracias.

Al terminar la comida, los inquilinos regresaron a la plaza.

— Acompañaré a la señorita Hong a su casa, no está muy lejos. No tardaré. Si quieren puedo llevarlos igual. — avisa Vincenzo a la familia Myeong.

— No hace fal...

— ¡Acá lo esperamos! — acepta Gaeul. Este asiente y se va rápidamente con Cha-young, quien se despide. Una vez que cruzan la esquina alejados, los adolescentes se giran a ver a la mujer — ¡Ya lo sabemos todo!

— ¿Qué? ¿saber qué?

— No nos mientas mamá. Ya deducimos que tú y el señor Cassano están saliendo. No finjas.

— ¿Quéeee? pufff ¡claro que no! sólo somos amigos — exclama disimulando.

— ¡Claro! amigos que se dicen "te extrañé" "ay, yo más a tí" — imita la chica. Pandora suspira profundamente.

— Bien... Estamos juntos ¿eso querían oír?

— ¿Desde cuándo?

— Hace dos días.

— Vaya, nunca pensé que llegaría este día. Se siente extraño. — habla Seong-jin frunciendo su ceño.

Vincenzo regresa luego de unos minutos. — ¿Nos vamos?

— Ya lo saben, no lo oculte más, Vincenzo. — le comunica la rubia.

— ¿Pero cómo...?

— Da igual cómo nos enteramos, lo importante es: ¿podemos incluir al señor Cassano como parte de la familia Myeong? ¿podemos? ¿Por favor? — ruega Gaeul hacia la mujer.

— Sí, claro.

Gaeul salta emocionada y lo abraza atrayendo a todos hacia el italiano, formando un pequeño abrazo grupal. — ¡Somos su familia, señor Cassano! ya tiene hijos ¡omg!

Pandora ríe.

— ¡Ya puede mudarse con nosotros!

— ¿Qué? Gae, eso es muy apurado ¿no crees?

— Por mí no hay problema. — acepta Vincenzo relajado — con todo lo que está pasando últimamente, deberíamos estar juntos.

— ¡Trato hecho! 

Los adolescentes caminan adelante y Vincenzo toma la mano de su pareja siguiéndoles.





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