♋Zarzas venenosas

Para libra la insistencia de los piscis era molesta pero la obstinación de Virgo era insufrible. Llevaba años también aguantadole aquella necedad en que le diera una sola oportunidad. 

Existía una razón muy importante para que Jimin lo rechazara todo el tiempo.

Estaba agradecido porque Jungkook le ayudó a salir de la fortaleza de Agust y Yoongi. Aunque no le fue muy fácil que se diga ya que Virgo al ser un signo de tierra sus poderes se veían muy debilitados por el agua. Cuando encontró a Jimin ya estaba bastante mareado, lo mismo que le pasó a Capricornio cuando entró en busca de Jimin. 

     —Te agradezco Jungkook, de verdad pero no tenías que venir. Yo podía salir solo, tenía todo bajo control.

     —Si ajá, eso noté —respondió Jungkook con sarcasmo.

Se le escuchaba la  voz algo molesta, se podría decir que el rechazo incansable de Jimin lo volvía así de fastidioso.

     —Ya Jungkook, no te molestes. Tú sabes que por más que insistas no puedo corresponderte —replicó por milésima vez el Libra.

Sin duda no se trataba de que Jungkook no fuera apuesto porque contrario a eso, el Titan Virgo era muy varonil y guapo, su cuerpo fuerte y su rostro cincelado de mandíbula marcada. Era apuesto pero para nada del gusto de Libra.

Ambos caminaban en su forma humana por el prado más allá de la fortaleza marina de los gemelos que ya solo formaba una sombra misteriosa en la lejanía. No quería imaginar los rostros de ambos al descubrir que ya no estaba ahí dentro.

Sus figuras humanas por decirlo así solo eran un reflejo de lo que los humanos eran, los titanes adoptaban la imagen más factible para ellos poder movilizarse sin ser vistos o llamar la atención. Claro que podían tomar la forma de cualquier ser vivo pero la humana era la más confortable para ellos al igual que hacían los Dioses.  Aunque solo la figura era tomada, su fuerza seguía siendo muy potente como en su forma natural, sus poderes también, no eran débiles como un humano simple  y a pesar de tener el cuerpo de un ser mortal seguían siendo inmortales. Así eran los titanes. Así los Dioses los habían creado.

Eran los guardianes del cosmos del  conjunto místico  de todo lo que existe, incluyendo la materia, la energía, el espacio y el tiempo. Su deber de cuidar y mantener el "orden, dispuesto de manera ordenada" valga la redundancia,  era su tarea más importante.

Los Dioses del Olimpo preferían ocuparse de sus vidas personales más que lo demás así que  quisieron crear a esos seres para nombrarlos guardianes  legitimos y mantener el equilibrio del  espacio-tiempo continuo en el universo pero no solo ellos eran los únicos titane que existían ni fueron los primeros.

Urano y Gea fueron los padres Cielo y tierra. De ellos nacieron los  primeros titanes en dominar la tierra:  Océano, Ceo, Crío, Hiperión, Jápeto, Tea, Rea, Temis, Mnemósine, Febe, Tetis y Cronos. 

Océano era conocido como el Dios río que rodeaba el mundo. Ceo era el Titán dueño y señor de la inteligencia. Crío era el titan guía de  los rebaños y las manadas. Hiperión llamado siempre  "El de las alturas" era el  fuego astral y padre de las lumbreras de los cielos, las estrellas.
Cronos El titán principal y más joven de la primera generación de titanes.
Rea era la Titánide esposa de Cronos. Febe conocida como La Titánide de la corona de oro era  esposa de Ceo. Mnemósine conocida como Personificación de la memoria.

Más adelante, Cronos viendo la  justicia  derrocó a su padre Urano quien obligaba a su esposa Gea a retener el embarazo para que no nacieran más hijos y lo castró para que no pudiese tener más descendencia.

Con la ayuda de su madre  Gea, Cronos y sus hermanos derrotaron a Urano y encerraron a los Cíclopes y los Hecatónquiros en el Tártaro. Con ello Cronos se convirtió en el primer rey  del mundo  y después se casó con Rea.

Pero Cronos temía que uno de sus hijos lo destronara como él había hecho con su padre Urano, por lo que se los tragaba vivos después  que  nacían dejando solo a Zeus vivo.

Ante ello cuando  Zeus creció  ideó un plan para evitar que su padre siguera comiéndose a sus hermanos, se escondió en Creta con la ayuda de su madre Rea y se hizo pasar por un tabernero, le sirvió una pócima mezclada con néctar que Cronos se tragó provocandole vómitos, y sólo así  logró que   regurgitara el contenido de su estómago vomitando a los hermanos de Zeus.

Despues de eso, Zeus y sus hermanos Hera, Deméter, Hestia, Poseidón y Hades se aliaron con los Hecatónquiros y los Cíclopes para derrotar a su padre Cronos y a los otros titanes. 

Los titanes derrotados fueron encerrados en el Tártaro, un lugar oscuro y frío en lo más profundo de la Tierra y finalmente  se repartieron el mundo entre los  hermanos Poseidón, Hades y  Zeus convirtiéndose en los Dioses del mundo.

Zeus se quedó con el cielo y el aire, Poseidón con las aguas y Hades con el inframundo. 

Fue en una reunión en lo alto del Olimpo donde Zeus y los demás Dioses decidieron que necesitaban guardianes para regir el mundo, unos que fueran fuertes y de templanza firme ya que para ellos era un trabajo agotador.

Al principio no estaban de acuerdo en crear más titanes, no querían que estos se revelaran en contra suya como ellos contra su padre  así que Zeus propuso crearlos de polvo cósmico y estrellas del firmamento, ésto  con el fin de que tuvieran  mente propia libre de malicia, que no pidieran ser manipulados por ningún ser humano.

Al ser de energía astral solo los Dioses nayores poseían poder sobre ellos. Así pues Zeus el todo poderoso junto a sus hermanos  los crearon  con una fuerza cósmica primordial, colocando en cada uno de ellos parte de su  energía divina que se manifestó del universo.

Cuando Zeus, Hades, Hera y Poseidón unieron sus fuerzas su  energía  tomó la forma de una gran rueda brillante  que se dividió en 12 segmentos del cual surgió  cada uno de los  Titanes del zodiaco.

Cada Titán fue infundido con una esencia única, basada en las características y energías asociadas con cada uno de los Dioses. 

Los Dioses dispusieron  que estos nuevos Titanes  iban a tener la ardua tarea de guiar e influir en la evolución del universo y la vida en la Tierra.

Así pues que el primer Titán en surgir de aquella rueda cósmica fue, Aries.

Creado para ser el líder y el pionero de todo.  Fue infundido con la energía de la pasión y la aventura de afrodita, y se le dio el propósito de abrir caminos y romper barreras para  así  liderar a los demás Titanes.

Era hacia allí a donde Jimin y Jungkook se dirigían en ese momento, hasta las profundidades del castillo de Aries donde existía un Coliseo enorme hecho a medida para que 12 titanes cupieran perfectamente. 

Aunque  el Titan Virgo parecía seguir molesto.

     —Por favor Jungkook, cambia esa cara ¿si? No me harás sentir mal.

     —¡Es que no lo entiendo Jimin! ¿Por qué no me elijes? Si lo haces estoy seguro que los gemelos desastrosos te dejarán en paz. Sería un beneficio para ti.

Jimin se detuvo en seco en medio del sendero por el que caminaban. Las estrellas arriba ya  brillaban iluminando los caminos de la tierra. 

      —¿En serio? Jungkook, si un dia entrego mi corazón no quiero que sea por recibir un beneficio. Quiero amar libremente y que me amen sin importar nada sin tener que elegir siempre. Definitivamente tú y yo no estamos hechos para estar juntos.

El libra abandonó el camino dejando a un muy entristecido Virgo parado solo a medio sendero y comenzó a caminar solo para llegar a la fortaleza de Aries la titánide.

Sintió pasos detrás suyo así que se detuvo empuñando con fuerza su balanza la cual fácilmente podría transformar en una lanza de oro con punta indestructible para atravesar cualquier cuerpo mortal o inmortal pero lo bajó al ver que se trataba solamente de su amigo Capricornio.

      —Tae lo siento, creí que sería otra persona, que serian Agust y Yoongi — Se disculpó bajando su balanza.

Taehyung le miró analíticamente con una Ceja alzada y sonrió mientras negaba con su cabellera castaña cubriéndole parte de sus ojos.

     —O Jungkook por ejemplo — dijo alcanzándolo para así caminar a su lado y dirigirse juntos hasta su destino.

     —Tae... deberías aceptar  lo que sientes por  Jungkook,  así dejaría de estar de insistente conmigo me harías un enorme favor sabes.

     —¿Gustarme él? Pfff estas loco Jimin y si fuera así,  en el mundo de jungkook solo existe un titán muy hermoso llamado libra — respondió  el capricornio dándole un codazo juguetón en un costado a su amigo.

Jimin no respondió aunque devolvió el codazo juguetón, él sabía de los sentimientos que tenía Capricornio por Virgo desde hace muchísimos años, era algo tan obvio. Tae lo negaba todo el tiempo, aunque se entristecía un poco  sabía que un dia aquel tonto titán dejaría de intentar conquistarlo y se fijaria en la persona que definitivamente complementaria su mundo.  Ese era Taehyung.  Sólo faltaba que los dos se dieran cuenta.

Para el Libra era obvio, Ambos titanes dominaban el mismo elemento y debido a ello  poseían  personalidades similares, incluso cuando les había tocado trabajar juntos les vio  funcionar realmente bien como equipo y combinar sus poderes.

La enorme fortaleza de Aries se asomaba a la distancia, altiva e imponente  como lo era la Titánide.

     —¿Qué crees que quiere hablar Aries con todos nosotros? —Preguntó Taehyung bajando por el  empedrado camino seguido por Jimin.

Libra solo se encogió de hombros tratando de seguirle el paso porque ciertamente su amigo era más alto y sus piernas más largas.

El castillo se alzaba majestuosamente en medio de las rocas oscuras y rugosas del  volcán Methana , como si hubiera sido esculpido por la propia naturaleza. La lava ardiente y resplandeciente que fluía  alrededor del castillo creaba un contraste dramático con la piedra oscura y fría, generando un ambiente de belleza y peligro. Sin embargo la energía cósmica de la Titánide hacia que el estar ahí no se sintiera sofocante para los demás titanes.

El camino que conducía al castillo era un sendero estrecho y sinuoso que serpenteaba a través de las rocas y la lava. El suelo estába cubierto de una capa fina de ceniza volcánica, que crujía bajo los pies de Jimin y Taehyung. A medida que  asciendían por el camino, el aire se volvía  más caliente y el ruido de la lava que fluía  se oía  más intenso.

Conforme Libra y Capricornio se acercaban al castillo,  podían ver las torres altas y delgadas que se elevaban hacia el cielo, coronadas con crestas de piedra que parecían haber sido talladas por los Dioses. Quien sabe tal vez si, cuando los titanes llegaron a la tierra ya tenían cada uno su lugar donde vivirían.

Las murallas del castillo permanecían  cubiertas de hiedra y musgo, que creció en la piedra durante siglos, dándole un aspecto de antigüedad y misterio.

La entrada del castillo era un gran arco de piedra que se abría  en una puerta de madera maciza, adornada con herrajes de hierro forjado en las profundidades de la lava volcánica.

La puerta estaba  flanqueada por dos estatuas de piedra que estaban  representando  a dos enormes carneros que parecían estar vigilando el castillo y a todos los que se acercaban a el.

      —Parece que todos están ahí —Señaló Jimin hacia un costado.

Al lado del castillo, en una gran explanada natural rodeada de rocas y lava, se encontraba  un enorme coliseo de rocas, tallado en la propia montaña. El coliseo era tan grande que  albergaba muy bien y cómodamente a  los doce titanes, a pesar que  cada uno de ellos poseía  una  altura de varios cientos de metros.

Jimin y Taehyung se transformaron en su forma Titanica cada uno respectivamente antes de entrar en el Coliseo. 

Los  otros titanes ya estaban  dispuestos en un círculo alrededor del coliseo,  listos para comenzar una la reunión. El asiento tipo trono de cada Titán tenía  una forma y un diseño único, reflejando las diferentes facetas de la naturaleza con las que fueron creados.

El coliseo en sí era un espacio abierto, con gradas de roca que se elevaban hacia el cielo como reverencia hacia los Dioses Olímpicos. En el centro del coliseo, se erguía un gran altar de piedra conmemorando a las deidades, rodeado de un anillo de lava que arde con una llama eterna. El altar  era el foco de una energía poderosa, que emanaba de la tierra y se conectaba con la Titánide sentada frente a todos.

Libra y Capricornio entraron al coliseo por un gran arco de roca que se abrió en una rampa que conducía hacia  las gradas.

Los ya presentes dejaron de hablar cuando los vieron entrar, en especial a Libra.  El titán poseía una energía que hacía que todos voltearan a verlo, iluminaba el lugar con solo poner un pie dentro.  Más allá al lado derecho estaban los gemelos Piscis, casi sobre uno de ellos se encontraba Escorpio tratando de llamar la atención de los gemelos, sin embargo no tenía éxito. En cambio los gemelos se dedicaron a observar a Libra mientras tomaba su lugar.

El coliseo se iluminó con una luz mágica que parecia emanar de las propias rocas. La luz era tan intensa que podía  verse desde lejos, como haciendo un llamado a los titanes a prestar atención.

En el centro del coliseo como ya se había mencionado, sobre un pedestal de roca negra pulida  se alzaba el trono de la Titanide Aries. La líder de los doce.

Aries les dió una mirada rápida y  se elevó en su trono con una postura majestuosa y altiva. Su cuerpo era una masa de músculos poderosos y definidos, cubiertos por una piel de un tono dorado intenso. Sus ojos ardientes y rojos brillaban como el mismo fuego y su cabello rojo y salvaje caía  en cascada sobre sus hombros y espalda.

Ella llevaba  una corona de rubíes y  y oro en la cabeza, que resplandecía con una luz divina. Su armadura también era una obra de arte en sí misma, con placas de bronce y oro que se ajustaban  perfectamente a su figura. En su mano derecha sostenía su propio cetro de poder, tallado en una sola pieza de roca negra y adornado con dimantes rojos y rubíes que brillaban  con una luz interna.

La presencia de Aries era imponente y aterradora para los demás titanes  y su aura de poder y autoridad era casi palpable. Su mirada podia helar la sangre y su voz era capaz de  hacer temblar la tierra. Sin embargo, a pesar de su apariencia intimidante,  algo en su rostro  sugería  una profunda sabiduría y una compasión infinita.

      —Silencio —Ordenó con la voz enorme de Titan  a pesar que nadie hacia un solo ruido, provocando que retumbara por todos los rincones del coliseo.

A su lado Leo, —Namjoon— asintió  a todos los presentes. Hacer enojar  a Aries era una batalla que todos llevan perdida.

Aries al ser el primer titan  creado con la  rueda cósmica de los Dioses era considerada la líder de  todos.

Ella solía  tomar el control de cualquier situación y era muy buena  al liderar. Solía ser  muy   energética a veces  impulsiva y competitiva.

      —¿Alguien piensa explicar lo que pasó en Argos? Rápido.

Todos los titanes voltearon a ver instintivamente hacia los Gemelos aún así ninguno de los dos se sintió intimidado.

      —Creo que Piscis no está pensando con la cabeza fría, mi señora y la culpa de todo la tiene Libra.

La voz ronroneante y venenosamente susurrantde de Escorpio rompió el silencio.

Libra enfocó sus enormes ojos brillantes sobre Escorpio fulminandolo  más el otro titan no bajó la cabeza hasta que Aries intervino.

     —No pregunté quién tiene la culpa, tampoco me interesa saber por qué. Sólo quiero que se comporten tenemos trabajo por hacer y tú, Yuta, no te metas en asuntos que no son tu problema —Habló la Titánide mirándolos a todos y por último a Escorpio.

El titan pareció encogerse en su trono  hecho de roca sólida de  Azabache y espinos.

     —¿Qué trabajo? —Se animó a preguntar Libra desde su asiento. Un trono dorado fabricado en Oro macizo y adornado con Amatistas, Cuarzos rosas y Lapislázuli.

     —Los humanos cada vez se vuelven egoístas y viles. Los Reyes humanos empiezan a gobernar de manera ruin. Los castigos de los Dioses ya no son suficientes para ellos. Son... demasiado blandos —Habló Aries.

Un bufido se escucho en la parte izquierda del recinto, era Géminis y mantenía una sonrisa ladeada mientras examinaba sus uñas.

      —¿Blandos? Sisifo el rey de Corinto llevará rodando esa roca cuesta arriba por toda la eternidad—Se burló el Titán—. No es un castigo muy suave que se diga.

      —A lo que quiero llegar y es lo importante es que pronto comenzarán a revelarse contra nosotros, los guardianes. Son tan avaros que no se detendrán. Debemos mantenerlos controlados. Los Dioses estarán disgustados si perdemos el poder sobre los humanos. Enfoquense más en su trabajo y no en estupideces. Eso lo digo por Piscis. 

Ninguno de los dos titanes dijo absolutamente nada. A pesar que no le temían a Aries, si le rendían un gran respeto.

      —Dedíquense a su trabajo de ahora en adelante o los castigados seremos nosotros más adelante  de seguir así.

Aries la titánide se levantó, había dicho lo que quería decir y eso era todo. No le gustaba alargarse ni repetir las cosas.

Leo se levantó y le dio alcance a la Titánide, debía hablar con ella del asunto de Piscis.

      —Espera Milionis.

Aries se detuvo a unos escasos pasos a la escalera de mármol que la llevaba hasta sus aposentos, dirigió una rápida mirada al Titan Leo.

      —¿Qué pasará con los Piscis y su comportamiento errático? —Preguntó curioso—. Creí que les hablarías.

      —¿Qué esperas que haga? ¿Qué los desenamore de Libra? Es una tarea cansada que no quiero hacer porque se que es caso perdido. Deja que se arreglen entre ellos. Libra sabe bien que hacer, no me necesitan. Tú solo vigila que no se pasen de más. El resto, dejáselos a ellos. No te adjudiques trabajos que no son tuyos, después  te tocará recoger todo su reguero por entrometido.

Leo solo sonrió rascando su cabeza,  sabía que Aries era de  acción rápida porque ella  confiaba plenamente en su propia  palabra y su poder, por eso no quería  perder  el tiempo pensando en problemas que tenían ya una solución.

Más allá Libra esperaba pasar una noche en paz, pero estaba tan equivocado.  Los piscis ya estaban a su acecho, uno a cada lado de él.

      —Vendrás conmigo hoy pequeño Libra —Canturreó uno de los Piscis.

     —¡No soy pequeño! —Se quejó el Titan.

      —No, tu vendrás conmigo hoy cariño. Tu y yo, solos a la luz de las estrellas.

La mano del escurridizo piscis se acercó a su rostro más la mano de alguien más la detuvo.

      —¡Basta Agust,  aleja tu sucia mano!

      —Rindete Yoongi, Jimin jamás te hará caso —Retó el otro gigante de manera desafiante.

      —De todos modos él ya sabe que sucederá si no decide pronto —Habló el otro.

      —Odio que hablen como si yo fuera solo parte de la decoración.  Déjenme en paz. ¿Quieren? Necesito una noche tranquila por una sola vez —Se quejó Libra poniéndose de pie.

      —Haces bien Libra, tú no eres digno de ninguno de los dos.

Un ser enorme de ojos rojos y  piel dura y gruesa como las rocas y de color negro intenso como la brea se acercó  a ellos. Tenía un armadura hecha de espinos, zarzas venenosas  y púas que si las tocaba algún mortal moriría al instante y por la parte de atrás un aguijón filoso que podía atravesar cualquier superficie.

      —¿Estás peleando por la atención de los  Piscis? Te los regalo, Yuta a mi no me interesa uno o el otro.

Libra se alejó para darle alcance a Capricornio y Sagitario dejando un aire pesado en el lugar.

      —Yuta, mira lo que hiciste.

      —¿Qué hice? —respondió inocente el Escorpio.

Ninguno de los dos respondió. Ahora irían a casa a preparar su siguiente emboscada para Libra. Se cansaría y cedería, de eso estaban seguros.




Escorpio-Yuta



Aries-Milionis

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