005.

Jugaremos, muévete, luz verde”


Todos miraron expectantes a que guardia con el cuadrado, teniendo cientos o tal vez miles de preguntas rodando por sus mentes.

—Todos los presentes participaran en seis juegos diferentes durante seis días, aquellos que ganen los seis juegos, obtendrán un gran premio en efectivo. −Continuó hablando el cuadrado.

—¿Y por qué debemos creerles? −Cuestionó un jugador, probablemente, la pregunta que todos tenían en mente. −Nos sedaron, nos quitaron nuestras pertenencias, nos trajeron a este lugar misterioso y aparecen y dicen que nos pagaran por jugar juegos, ¿Esperan que le creamos?

—Tomamos esas medidas con renuencia, para mantener confidencialidad al traerlos, les devolveremos todo, una vez que terminen los juegos.−Explicó el guarda.

—Disculpe. −Habló otra jugadora. —¿Por qué usan esas mascaras?

—No revelamos los rostros ni la información personal de nuestros empleados a los participantes, es una medida que tomamos por unos juegos justos y confidencialidad, espero que entiendan.

—Pues no confío en nada de lo que usted dice. −Sang-Woo intervino. —Nos engañó, secuestró y encerró, pone todo tipo de excusas para mantenerse oculto después de todas esas acciones ilegales. −Agregó con firmeza en su voz. —Denos una buena razón para confiar en usted.

—Jugador 218 Cho Sang-Woo. −El cuadrado tomó un control, y en la pantalla donde se mostraba el numero de participantes, comenzó a reproducir el video de las bofetadas que el había recibido jugando ddakji. —46 años de edad, ex líder del equipo dos en Joy Investments. −Yelena volteó su mirada avergonzada. —Malversó dinero de sus clientes, invirtió en acciones derivadas, opciones de futuro y fracasó, perdida actual, 650 Millones de Wones.

Sang-Woo bajó su mirada, sintiéndose humillado y avergonzado. Tomó la mano de su esposa, intentando no mostrar expresión de debilidad.

El cuadrado mostró más de los videos de las bofetadas, y explicando las deudas de los participantes, terminando con el video de Yelena, quien apretó la mano de el mayor, realmente se sentía humillante ver eso.

—Les daré una ultima oportunidad para elegir. −Continuó el cuadrado. —¿Quieren volver a su antigua y miserable vida, siendo perseguidos por sus acreedores o aprovecharan la ultima oportunidad que les ofrecemos aquí?

No había mucho que discutir, decidieron participar, y después de firmar su consentimiento a obedecer las reglas del juego, estaban listos para el primer juego.

Pasaron a través de un pasillo, repleto de escaleras y que a pesar de los colores pastel que lo componían, daba una sensación extraña de inseguridad. Todos en fila, para llegar a una especie de cámaras.

—Por favor mire a la cámara. –Dijo una automatizada voz femenina cuando estuvo frente a la cámara. —Sonríe. –La castaña esbozo una tierna y vivida sonrisa frente a la cámara.

Al turno de Sang-Woo, el hombre mantuvo una expresión neutral al momento de tomar la foto, todo lo contrario a ella.

—¿Por qué no sonreíste? –Preguntó la castaña.

—No tenía por qué hacerlo. –Respondió indiferente el mayor encogiéndose de hombros.


El primer juego era Luz Roja, Luz Verde, estaban en lo que parecía un enorme campo, con una aterradora muñeca gigante del otro lado, el juego, cruzar cuando la muñeca cantará, detenerse cuando esta volteara a mirarlos.

Jugaremos, muévete, luz verde

Todos avanzaron, Yelena deteniéndose antes de que terminara la canción, todo por seguridad. Dos chicos decidieron cruzar corriendo, siendo uno de ellos con su cabello rubio, quien se movió cuando la muñeca lo miró, cayendo al piso, eliminado.

Desde el punto donde estaba la castaña, no se podía ver bien lo que sucedía, pensó que el rubio sólo estaba siendo dramático al haber perdido.

Jugaremos, muévete, luz verde

La muñeca cantó de nuevo, todos avanzaron hasta que el otro chico que había cruzado corriendo quedó frente al rubio en el suelo,  notando como este comenzaba a escupir sangre.

Entrando en pánico, corrió se regreso al punto de inicio, cuando una bala cruzó su pecho, dejando ensangrentada a la mujer frente a el, soltando un grito aterrada, siendo disparada también.

La mayoría de los jugadores entraron en un estado de pánico, intentando correr de vuelta a la puerta por dónde habían entrado, intentado salir de ahí.

Un hombre corrió chocando contra Yelena, haciéndola caer sin poder levantarse cuando el hombre recibió un disparo.

La mirada de Yelena se encontró con los cuerpos ensangrentados de personas inocentes y el fuerte ruido de las balas retumbó en sus oídos.

Entonces los recuerdos llegaron a su mente, Sokovia, 1993, una joven chica rubia, en el suelo, escuchando las detonaciones de bombas y armas asesinar pobres individuos a sangre fría, observando el cuerpo de su madre a unos pocos metros de ella. Sus gritos de auxilio eran tapados por las balas, se sentía como el fin para ella.
Las lágrimas rodaron por las mejillas rosadas de la mujer, todo esto, le traía memorias de su pasado.

Fue la voz de Sang-Woo, lo que la devolvió a la realidad.

—Yel, no me mires, sólo escucha. –Soltó el hombre intentando ocultar la desesperación en su voz. —No te muevas, la muñeca tiene un sensor de movimiento, si te colocas detrás de alguien no te detectará, cuando se de vuelta de nuevo, levantate y párate detrás de mi, ¿Entiendes?

—S-sí. –Respondió con su voz entrecortada.

La muñeca se dio vuelta de nuevo, dejando a los jugadores que habían permanecido quietos, en estado de shock, apenas comenzó la canción, Yelena se levantó como pudo empujando el cadáver encima suyo, y corriendo tras Sang-Woo.

Tras un hombre mayor, el número 001, comenzará a avanzar coordinando con la canción, el resto decidió imitarlo.

Pocos metros faltaban para llegar a la meta, y pocos segundos quedaban en el reloj, Sang-Woo había pasado, pero a Yelena aún tenía un par de metros que recorrer.

El la miró con impotencia al no poder ir por ella. Yel por su lado estaba petrificada, pensando si lograría sobrevivir a ese juego, ambos cruzaron miradas, toda la preocupación que sus rostros reflejaban estaba ahí.

La muñeca cantó por última vez, como si su vida dependiera de ello, -Porque realmente era así- Yelena corrió lo más rápido que pudo, saltando a la línea de meta justo cuando la muñeca se dio la vuelta.

La mujer rompió en llanto, estaba tan asustada que no podía creer que lo había logrado. Sang-Woo la abrazó, colocando la cabeza de su esposa sobre su pecho, acariciando su pelo. Sus respiraciones estaban alteradas, y un par de lágrimas rodaron por las mejillas del mayor.

—Pensé que iba a perderte. –Dijo el, depositando un pequeño beso sobre la frente de la castaña.


••••••

Hola! Espero les haya gustado.

Enserio ya no puedo escuchar la canción del juego en español sin pensar en el remix de la Tigresa del Oriente.

Este capítulo, es una prueba de que Sang-Woo de la historia tiene corazón.

Actualizaré pronto!

Alessandra

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