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— — • › Acto uno, capitulo uno

C.1: El lobo solitario

Cantidad de palabras: 1250

Advertencias: Insultos.

Comentarios míos: Ayla, la verdadera Mastermind de la trilogía 💪 Disfruten, comenten y voten 😘

Fuerte Terror, El Norte

302 d.C

Ayla solo deseaba que su hermano se callara de una vez por todas porque si no lo hacía, la daga que tenía en su mano le cortaría el cuello de una vez por todas. Aunque eso le podría significar un regaño de su padre por haber matado a su hijo bastardo.

No le importaba, ella era la única hija legítima de Roose Bolton. La única con el apellido Bolton y la única que le daría herederos de sangre Bolton.

—Yo soy el varón...

—Bastardo, querrás decir hermanito —interrumpió con burla.

Ramsay gruño furioso queriendo golpearla. Pero ella fue más rápida al dar un paso al costado, para que el joven trastabillara. Siempre era lo mismo con él. Siempre quería agredirla para hacer valer que él era el hombre y el verdadero heredero. Estupideces. Su padre no dejaría en sucesión Fuerte Terror no la línea sanguínea de la Casa Bolton, a manos de un maniático como Ramsay.

— ¡Tú no puedes ser la heredera, maldita! ¡Yo tengo que serlo! —Exclamó.

Ayla sonrió con burla.

— ¿Tú crees que padre dejara la sucesión en...? ¿Un bastardo como tú? —Indago divertida—. Hay hermanito, te recuerdo que ni siquiera sabes poner bien tu verga para embarazar a alguien. Padre me confesó que la herencia sería mía, no por nada me dejo a cargo de Fuerte terror.

— ¡Mentirosa! ¡Hija de perra, me las vas a pagar! —Exclamó.

Antes de que pudiera hacerle daño, las puertas del salón fueron abiertas y los guardias dentro suspiraron aliviados. Ellos no se metían en las peleas con Ramsay, porque era su orden. Ella sabía cómo controlar al chico. Unas cuantas palabras mordaces y burlonas, además de unas bofetadas para calmar su furia. Crecieron con esa dinámica, crecieron con el odio corriendo por sus venas cada vez que se tenían enfrente.

Ayla no hallaba la hora de ensartarle la puta daga en la garganta.

El problema era que todas las pruebas caerían en ella porque todos sabían de su odio constante.

—Mi Lady, ha despertado —dijo la muchacha.

—Voy en camino. No dejen que salga —ordeno.

La muchacha se fue y ella se volteó nuevamente a su hermano.

— ¿Cuánto tiempo lo mantendrás vivo? ¿Lo mataras cuando te dé el engendro que deseas? —Indagó divertido.

— ¿Y a ti que mierda te importa? Es mi problema si quiero mantenerlo con vida y torturarlo hasta que pierda la razón. A diferencia de ti, yo si asegure el futuro de nuestra casa ¿Qué has hecho tú? Además de desmembrar y matar a nuestros prisioneros, claro —respondió.

Antes de que Ramsay pudiera decir o hacer algo, se marchó del salón. Sus gritos fueron escuchados desde el pasillo. La muchacha esperaba por ella, informando que dio su orden a los guardias. Ayla asintió para salir de la fortaleza y dirigir sus pasos a las perreras. Allí se encontraba un hermoso animal, que aullaba todas las noches además de ladrar como un perro.

Viento gris estaba más grande que antes, casi llegando a sus pechos.

—Libérenlo —ordenó.

La orden fue ejecutada de inmediato. Todos estaban agradecidos de que ella fuera quien estuviera a cargo de Fuerte Terror. Sus órdenes eran específicas y no incluían la tortura ni la desmembración de sus prisioneros. Ella podía ser una Bolton, pero pensaba con claridad y siempre tenía en cuenta los deberes como futura Lady de la Casa Bolton y de Fuerte Terror.

Su padre la llamó "Su heredera" y todos sus aliados estaban de acuerdo.

Ramsay era incontrolable y peligroso.

El animal camino hasta ella para sentir sus caricias. Su dueño podía estar furioso con Ayla, pero el lobo sabía sus verdaderas intenciones. Todos los animales tenían un sexto sentido más desarrollado que los humanos. Ellos sentían las buenas y malas intenciones de quienes se acercaban a ellos.

Viento gris confiaba en ella y ella confiaba en Viento gris.

—Vamos, amiguito —dijo al animal.

Este la siguió sin esperar otra orden. Caminaron hasta estar de nuevo dentro de la fortaleza, esto para dirigir su camino hasta los pisos superiores donde se encontraban los aposentos. Allí, en uno de ellos, el dueño del lobo esperaba ansioso por una liberación que sería imposible por esos días. Complicado debido al poder que conllevaba tenerlo retenido para su seguridad.

La única forma de hacerlo, era una que Ayla conocía a la perfección y que significaba el aullido del joven lobo para despertar a todos los durmientes lobos del Norte que aún estaban bajo las órdenes de sus gruñidos.

— ¡Déjenme salir, malditos!

Los gritos del joven sobreviviente se escucharon desde las escaleras, unos metros más alejados. La habitación de Ayla, donde el joven se encontraba, era la última de ese pasillo y la más grande de todas luego de la de su padre. Era la unión de los últimos dos aposentos al final del pasillo. Tan grande que cabrían 10 camas matrimoniales en ella.

Tan grande que a Ramsay le daba envidia e intentaba colarse en ella para matarla.

—Mi Lady —saludó uno de los guardias que custodiaba la puerta.

Eran seis en total. Ordenes de su padre al querer protegerla.

— ¿Qué tan gritón está hoy? —Preguntó.

—Menos que ayer —respondió el que estaba cerca de la puerta—. Pero usa las mismas palabras ¡Ah! Escuchamos un golpe en la puerta. Pensamos que fue una patada, pero estuvo algunas horas en silencio.

—Creemos, mi Lady, que golpeo su cabeza contra la puerta y eso lo puso inconsciente —terminó otro guardia.

Ayla asintió.

—Gracias por la información, caballeros.

Estos asintieron para darle espacio. Al abrir la puerta de su aposento, Viento gris ingreso de los primeros para lanzarse sobre su dueño. Este apenas logro sostener su cuerpo de los doseles de la cama, porque cayó sobre una alfombra ante la fuerza del lobo.

Robb Stark rio alegre y aliviado de sentir los lengüetazos de su lobo.

—Déjanos, Mery —pidió Ayla. El muchacho logro sacar al lobo de encima, para verla de pie frente a él—. Lloro toda la mañana. Y se comió la comida de mis sabuesos.

—Muy bien campeón —dijo el joven. Ayla rodó los ojos para caminar hasta un perchero donde dejo su capa colgada— ¿Se puede saber cuándo te dignaras a liberarme?

La chica suspiro para voltear. Robb respiraba entrecortado y la camisa que llevaba ese día, estaba abierta en los tres primeros botones dejando a la vista su pecho con vellos. Mordió su labio ante la vista.

—No puedo. Sabes porque —respondió. El Stark bufo con molestia y paso su brazo descubierto por sus cabellos rizados—. Sé que te molesta, pero mi hermano no dejara que te vuelvas en contra de los Bolton sin dar una pelea. Estoy tratando de salvarte, Robb. La mayoría de casas siguen a los nuevos Señores del Norte, los Bolton. Si te mantengo con vida, esos mismos señores te darán su apoyo cuando vean que los Stark siguen vivos y, los Bolton solo fueron los asesinos enviados por los Lannister.

Robb asintió serio.

— ¿Y me usas? Para ser la futura Lady y no dejar tu sangre morir —comentó.

—Mi sangre morirá cuando tenga un hijo primogénito Stark —dijo sin pelos en la lengua—. Y este tenga sus propios hijos. Al final, mi sangre se desvanecerá en la tercera generación de tu sangre.

El silencio envolvió a ambos. Cada uno con pensamientos distintos, pero con una misma solución en mente. Solo había una forma de hacer valer esos pensamientos. Y era, siguiendo el plan e Ayla Bolton al pie de la letra.

¡Holis! ¡Robb esta vivo, vivo al igual que Viento Gris! 🥳🥳

Ayla y Ramsay son esos tipos de hermanos que se odian con tan solo respirar el mismo aire. Si fuera por ella, le hubiera puesto una almohada en la cara cuando este era un niño. 

Robbcito y su lobito vivieron 🤧💖 Pero, ¿A que costo? Al estar encerrados en los aposentos de Ayla hasta que esta decida que es el momento de que salga.

Literalmente Robb:

Con esto me despido hasta el cap 2 😘 Les cuento que tengo canal de difusión. El link lo encuentran en los comentarios del tablero💖

Nos vemos,

Monse 🎃🎃