𝐈𝐭'𝐬 𝐛𝐞𝐞𝐧 𝐬𝐨 𝐥𝐨𝐧𝐠
Oc: Varya Saltykova, estatura media, pelo negro y corto, ojos marrones. Alegre y graciosa casi todo el tiempo.
Número de palabras: 2163.
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—¡Yuri! —gritó la joven y se colgó de los hombros del mencionado para luego saltar, ponerse delante y mirarlo a los ojos—. ¡Me dijo que sí!
—¿Sí? ¿A qué de todas las preguntas que haces? ¿Y quien? —preguntó el rubio con cierta obviedad.
—¡Intentar patinar de manera profesional! ¡Como vos lo haces! —El chico quedó perplejo, ¿Acaso había escuchado mal? ¿O el sueño le jugaba una mala pasada?
—¿A qué te referís, Varya? —Ella río y volvió a dar saltitos en su lugar.
—¡Ir a competencias más serias y dedicarme 100% al patinaje! ¿No es genial? —Volvió a gritar claramente emocionada.
—Pero, tendrás que practicar aún más, ¿Segura que queres eso? —Varya asintió ante la pregunta de rubio—. Así no tendremos tiempo para ir a jugar, será aburrido.
—¡Practiquemos juntos! —Yuri negó, Yakov no lo permitiría y él lo sabía—. ¿Eh? ¿Por qué no?
—Yakov no lo va a permitir, lo sabes. "0 distracciones". —citó la frase del mayor para luego acercarse a su amiga—. Sin embargo, te deseo suerte, Varya.
—Gracias. Aunque dudo set tan buena como vos. —Rio al finalizar. Miró a su amigo, se había hecho un silencio incómodo—. En fin, voy por mi mamá, dijo que me presentaría a mi entrenador hoy. Hasta luego, Yuri.
¿Cuánto duraría ese "hasta luego"?
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─¡Otra vez! —ordenó la entrenadora de la joven, su madre le había dicho que era "estricta" pero nunca pensó que de esa manera.
—Señora Vólkova, ¿No podría poner música? Así sería más divertido. —propuso algo cansada la Saltykova. La expresión de la mayor ante sus palabras la aterro, era de película de miedo.
—¿Música? Los idiotas usan música. Y lo importante no es que te diviertas, es que lo hagas bien. Deja de ser infantil. —respondió con el peor tono posible—. ¡Otra vez, ahora!
La joven asintió para volver a hacer lo pedido. Esa señora le daba miedo, pero su madre le había dicho que con ella lograría ser muy buena en el patinaje y llegaría a grande lugares. Pero, ¿Era necesario entrenar tan duro? Venía de ganar el segundo puesto en una competencia, casi no pudo celebrar que ya la había puesto a patinar otra vez. No le molestaba patinar, pero con esa "intensidad" y de esa manera, lo detestaba.
¿Dejar de ser "infantil"? No era infantil, era una niña normal y corriente. Pero no debía preocuparse por ello, luego hablaría con su madre, ella la entendería, estaba segura.
—Tomate un descanso de 20, ni un minuto más. A ver si empezas a hacer las cosas bien. —Varya escuchó a la señora y salió de la pista, en realidad salió del club en si. Capaz lograba encontrarse con Yuri y hablar con él, hace rato no lo hacía.
"No hay ningún teléfono cerca, ¿cómo voy a llamarlo y decirle que tengo tiempo libre?"
Por desgracia la pelinegra se pasó tanto tiempo pensando en dónde podía estar su amigo o cómo llamarlo, que los 20 minutos estaban por llegar a su fin.
—¡Niña! Te quedan 5 minutos, ven adentro, no te alcanzan para nada afuera. —Se dio vuelta y en la puerta del lugar estaba ella.
—¡Voy! —respondió y entró al lugar—. ¿Hago lo mismo de antes?
—Aún te quedan dos minutos, pero bueno, empecemos.
Ojalá no hubiera empezado
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─¿Ballet? ¿También harás Ballet? Pero si vos sos flexible, qué raro, esa mujer está loca. —opinó el mejor amigo de la chica ante su noticia.
—Sí, lo sé. Pero dijo que hay cosas que sí quiero hacerlas debo practicar ballet y me serán mucho más fácil. Además, también me dijo que haga más ejercicio, que una patinadora también debe ser "estética". —Yuri estaba escuchando con atención sus palabras, ¿qué mierda le habían metido en la mente a su amiga?
—Decile a tu mamá que te cambie de entrenador, esa está mal, muy mal. —La joven rio un tanto nerviosa—. ¿Qué?
—Mi mamá dijo que si quería ganar debería hacer lo que ella me diga. Y que no me queje, porque yo le pedí esto. —El rubio quedó sorprendido.
—Entiendo. ¿Ella te ha ido a ver entrenar o solo competencias y demás?
—Competencias y demás.
—Es por eso, ella no sabe cómo te hace entrenar. En fin, me tengo que ir, suerte. —Plisetsky se paró del banco en donde conversaban y se fue.
—Hacer que mamá me vea entrenar, eso será difícil. —susurró. Se paró dispuesta a irse a su casa para ver la televisión, pero recordó que justo hoy tendría su primera clase de Ballet, por eso había hablado con Yuri de ello; no lo recordaba.
Suspiró y fue a su hogar pensando únicamente en que luego tendría que ir a Ballet, donde seguro pasaría toda la tarde; qué aburrido, ¿no?
Al llegar fue recibida por su madre y hermano, aunque este último sólo le dijo "hola" para volver a encerrarse en su cuarto, la mayor la miró y sonrió.
—Supongo que ya lo sabes, pero hoy vas a tu primera clase de Ballet. Ya te preparé todo, lo dejé sobre tu cama; alístate que en 10 salimos.
—Esta bien, ya vuelvo. —respondió al segundo.
¿Cuándo había decidido hacer ballet? Oh, cierto, lo decidieron la Señora Vólkova y su madre. Tampoco es que su postura fuera tan mala, para ser tan pequeña estaba más que bien. Si tan solo el resto crea eso, o capaz era que se estaba rindiendo al ver que era difícil; debía "dejar de ser infantil", ¿o siquiera era ese su problema?
—Linda, ¿estás? —Escuchó a su progenitora del otro lado de la puerta, se había quedado pensando y se olvidó del resto de las cosas.
—¡Un segundo! —Se cambió rápidamente para agarrar su bolsa y salir—. Listo, ¿vamos?
—Claro. —dijo y salieron de la casa, se subieron al auto y en cuanto menos se lo esperó, ya estaba frente al estudio de danza—. Baja y entra vos sola, ya estás grande.
—Oh, sí, sí. —Mierda, hace semanas le había pedido bajar y entrar ella sola, ahora que no lo quería, tenía la posibilidad de hacerlo.
—¡Casi me olvido, tu maestra va a ser la Señora Vólkova! —¿Qué? ¿Escuchó bien ese último grito?
Miró el lugar y entró. Se encontró con su entrenadora y otros entrenadores con más niños. A ella la habían dejado con uno particular porque su madre supuso que si estaba en grupo se distraería y no aprendería nada. Oh, vio a Yuri junto otros chicos de su edad, iba a saludarlo pero Aleksandra ya le estaba hablando.
—Saltykova, hasta que llegas. Ven, vamos a practicar, ahora. —Solo asintió ante la orden y se puso a hacer lo que le ordenaron.
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Pasó todo la bendita tarde estirando, haciendo volteretas e intentando mantener el equilibrio mientras giraba. Esa mujer le hacía hacer de todo, parecía que quería matarla. Conforme pasaron los años el entrenamiento en ambos lados se volvió más y más exigente. La Saltykova era alguien de físico un a penas "relleno", así que no pasó mucho tiempo para empezar a hacer ejercicio también.
Varya había buscado el nombre de su entrenadora en internet y al parecer, absolutamente todos los patinadores que fueron instruidos por ella, eran asombrosos, sí, pero se rumoreaba que no tenían vida social. Que lo único en sus vidas era el patinaje, luego ya nada era importante. Pensó que capaz era culpa de la señora, pero le pareció algo absurdo momentos luego.
—¡Varya! —Se giró, era Yuri, intentó sonreír lo más real posible, pero no pudo; el cansancio la consumía por dentro—. Estás terrible, ¿cuántas horas has dormido? ¿siquiera comiste?
—Estoy bien, tampoco es para tanto, no te preocupes. —respondió junto con un bostezo, ese "estoy bien" era más falso que ver a un animal hablando. Desde hace rato le venía recordando que mal le hacía esa mujer, pero siempre lo negaba—. ¿Y vos, qué tal todo?
—Bien. Pero dudo que vos lo estés, voy a hablar con tu familia, esto ya es demasiado y lo sabes. —Soltó con un poco de enojo, la miró a los ojos con el ceño fruncido. Ella negó repetitivas veces.
—No, no harás eso. ¿Acaso quieres que deje el patinaje? Gracias a Aleksandra he logrado llegar muy lejos en poco tiempo, sería muy feo de mi parte dejarla así como así solo porque es exigente. —Él rio, más no podía hacer o le pegaría a alguien de la impotencia.
—Varya Saltykova, esto no es un poco de "exigencia", esto está mal, horriblemente mal. Solo mírate, Dios. Esa vieja te está consumiendo, y cada vez es más notable. No importa quedar bien o no, debes dejarla, ¡por tu salud! —gritó enojado, en las anteriores conversaciones se pudo haber contenido de decirle eso y más, pero en esta no; en esta ella sí se veía horriblemente mal.
La joven miró a los ojos a su amigo, su cara le decía que sus palabras eran 100% sinceras. En el fondo, también lo sabía, pero no lo quería aceptar. Ya era tarde, había dejado todo de lado para lograr llegar a donde estaba, no iba a dejarlo así como así.
—Yuri yo —Tomó aire, ¿estaba segura de lo que iba a decir?—, ya dejé muchas cosas de lado por llegar hasta acá, no lo voy a dejar de así como así.
—Exacto, has dejado muchas cosas de lado. Cosas que son del día a día para un niño, ¡no las hiciste! ¡No podías ir a un bendito cumpleaños, por "debo entrenar para ganar, lo siento"! Y no sólo uno, eran todos. ¿Te parece eso "normal"? —Oh, lo estaba diciendo, estaba diciendo todo lo que llevaba pensando hace años.
Espera, ¿a dónde vas? Vuelve, sonríe, ríe, mírame cómo antes, por favor. No te vayas.
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El rubio no lo soportaba, esa mujer había hecho que la Varya Saltykova que conocía, ya no esté, era como si la hubiera hecho desaparecer. Ya no reía, sonreía; a penas, no gritaba de la emoción; jamás. Recordar cómo era antes y verla ahora lo destruía. Y lo peor, parecía que su "niño interior" fue asesinado. Parecía que ya no eran amigos, aún menos "mejores amigos". Intentó hablar con ella, pero siempre terminaba yéndose por un mensaje de Aleksandra, eso lo sacaba de quicio.
También hizo el intento de ir y hablar con su familia, pero nunca estaban o estaban con ella y tenía la seguridad de que se sentiría "humillada" y solo la cagaría. Investigó sobre su entrenadora y estaba más que seguro, de que la forma que tenía de "enseñar" era la peor que había visto en su vida. Todos los patinadores quedaban en mal estado mental, todos. ¿Acaso tendrá algo malo esa mujer? Pero hablando de cosas fuera de lo normal, claro.
A las semanas intentó hablar con su familia, pero para su sorpresa, pensaban de la misma manera de mierda que Varya. Ya no tenía duda, esa mujer sí tenía algo raro.
—Hablaré con su entrenadora, a ver si así te pones las pilas. Luego de la charla, quiero que estés concentrado en tu practica, ¿entendido? —Yakov dijo firme, Yuri hace rato se lo venía pidiendo y luego de pensarlo cedió a hablar con Vólkova.
—Entendido, gracias. —respondió y vio al mayor irse.
Capaz, solo capaz, llegaba a hacer que Feltsman vea cómo era esa mujer y lo hable con otros entrenadores; con el fin de cancelarla. Finalmente, al llegar de su "charla" Yakov miró a Plisetsky.
—No había ninguna entrenadora en donde me dijiste. —Oh, lo había leído. Cuando ya "destrozaba" a un patinador, ella era la que desparecía. Su estrategia se le hizo más que obvia en ese momento, empezaba poco a poco, primero haciendo que la persona deje de lado su niñez o adolescencia y se concentre en el patinaje únicamente, para luego exprimir eso de sobre manera y cuando el patinador empiece a tener "fallas" por el estado en el que los dejaba; huía a buscar otra víctima.
Pero, ¿cuándo alguien buscaría "venganza"? ¿o alguien que los "vengue"? Por más horrible que seas, no podes arrebatarle la "vida" a alguien y luego cambiar de persona; para hacerle lo mismo. Una total injusticia.
Aquí entregando todo a último momento, yes.
Sinceramente, el escrito mucho no me gustó, pero bueno. Interpreté la canción a modo de que a alguien le "asesinaron su niño interior" y esa persona cercana se da cuenta; queriendo arreglar todo o deseando venganza por tal acto. No sé si me explico jahjs. Y la parte del "terror", quise meterla en Yuri al ver a su amiga, o sea, creo que nadie quisiera que le pase eso a su mejor amigo/a.
En fin, eso sería todo¿
Tengan un hermoso día.
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