Un día, Tomi estaba en casa solo, mirando su computadora, mientras todos habían salido de parranda sin el ya que la última vez había orinado a un guardia de seguridad.

—Mierda, que aburrido es estar solo en casa, no está ni Shiro o Hiban para joderlos y ni están Wero o Mike para estar chingando...—Suspiro mientras se pasaba la mano por la cara.

En eso, tocaron el timbre de la casa, a lo cual se levantó de su cama y se dirigió a la puerta.

—¿Quien chuchas será?—Susurro para si mismo, mientras con una de sus manos se rascaba la nariz (che 👃🇦🇷)—. Dudo que sean los hijos de puta de la pizza, ya que ellos nunca llegan a tiempo.

Llegó a la puerta, y la abrió, y justo en ese momento, se habia condenado.

Enfrente de el, con sonrisas tan amigables que daban miedo, se encontraban un hombre y una mujer que vestían de forma formal y llevaban en sus manos un par de biblias.

—Hola jovencito, ¿tiene un momento para hablar sobre Jesus?—el hombre le pregunto sonriente, mientras celebraba internamente de que alguien hubiera caído en su juego.

«¡Me cago en todo lo que tenga vida, ya les abrí la puerta, no tengo marcha atrás,supongo que tendré que salir de aquí con mis propios medios!».—penso aterrado el chico con peinado de Andrew Garfield, ante la inminente amenaza a presentarse.

—Ah claro, pero quiero preguntar unas cosas antes—Explico, cruzando los brazos y cerrando los ojos.

—Adelante—Respondió la mujer, confiada de tener a Tomi como su presa.

—Dios creo al hombre a su forma y semejanza, ¿no?—recibio una afirmativa de ambos religiosos—. Entonces, si tomamos esa lógica, y vemos que Dios hizo a Shiro o a Kunno, eso quiere decir que el señor es homosexual, ¿verdad?.

—¿kHe?—fue lo único que pudieron decír ambos, ya que la pregunta no fue para nada lo que pensaban—. B-Bueno...—trataron de buscar respuesta, pero Tomi decidió no darles esa oportunidad.

—Y díganme algo, ¿ustedes creen en los superhéroes o los unicornios?—Continuo en sus cuestionamientos, mirando a ambas personas.

—Por supuesto que no—Hablo la adulta—. Esas son solo cosas fantasiosas que vienen en libros, historietas o fanfics que van dirigidos a los niños o a jóvenes pecaminosos, es claro que no existen—Explico su punto, ante la mirada de Tomi que alzo una ceja ante esto.

—Ah, entonces, si tomamos su logica, me están diciendo que no debo creer en cosas que vengan en un libro, y si consideramos que la Biblia es un libro, eso quiere decir que...—en tono de burla, el joven hizo una pausa en su comentario, haciendo que la mujer empezará a molestarse por la arrogancia del can superdesarrollado.

Esto fue notado por su compañero, el cual decidió tomar las riendas del asunto.

—L-Lo que quiso decir aquí mi hermana, es que no hay pruebas científicas que demuestren la existencia de dichas criaturas...

—¿Y de Dios si las hay? :3—sin consideración, soltó la bomba.

Todo quedó en silencio por unos instantes, hasta que ambos adultos abrieron la boca aterrados.

—¡Cállese, cállese perra loca blasfema, hijo de puta, malparido!.

—Presente—Tomi solo dijo eso, y cerro la puerta.

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—Y eso sucedió mientras estaban afuera...—finalizo Tomi, sentado en una mesa con los demás mientras cenaban.

Todos estaban riendo de la anécdota, a excepción de Michael que tenía un duelo de miradas con Rocko y Furyan, que solo se pasaba la mano por la frente.

—Tomi, entiendo que no quisieras tratar con esa gente, pero no creo que haya sido la mejor opción para ahuyentarlos.

—¿Y que tiene?, era eso o estar 3 horas escuchando mamadas.

—Yo no se, ¿tu que opinas Mike?—el dueño de la casa miro hacia el mayor de edad del lugar, el cual separó su mirada del Anticristo y se fijó en el.

—No se, solo escuché: Guau, guau, guau, Shiro Homosexual, ladridos y perra.

—Chingatumadre Mike—Tomi solo pudo decir eso.

—n0.